Ivette Yomira, bombera voluntaria en Cusco y estudiante de Ingeniería Ambiental.
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“Desde muy pequeña supe que quería ser bombera. Siempre tuve el sueño de vestir un uniforme que me represente y también sentía la vocación de servir a la ciudadanía. Un día hubo un accidente por mi calle y pude ver que quienes acudieron a atender esa emergencia fueron hombres y mujeres bomberos. Observé cómo cumplian su labor y decidí ser una de ellos. Días después fui a averiguar cómo ingresar al cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cusco. En ese momento no habían convocatorias abiertas, pero meses después se abrieron. Sin pensarlo dos veces me inscribí y pasé todos los exámenes que debía dar.
Tenía 18 años cuando me inscribí, postulé entre enero y febrero del 2017. Luego, durante un año y medio llevé el curso de ESBAS, que todo bombero debe saber para ejercer. Luego de ese tiempo nos graduamos para ascender al grado de seccionario.
Desde que llegué a la compañía nunca noté que se hiciera una diferencia entre mujeres y hombres. En el momento que entramos nos dijeron que tanto varones y mujeres cumplen la misma función aquí. Cuando hay una emergencia todos trabajamos de la misma forma. Nunca sufrimos discriminación por género. Siempre nos hacen sentir como en casa.
Antes de la pandemia, cumplíamos horarios flexibles, uno podía ir en las horas que le sea posible pero ahora, para protegernos de los contagios y del virus, tenemos una nueva modalidad de atención: por grupos. Esta modalidad nos permite evitar enfermarnos ya que tenemos cierto número de bomberos (10 personas por día). Si alguien se contagia se le aísla a él o ella y a su grupo. Así la compañía permanece operativa y segura. Aún cuando hemos tenido contagios todos se han recuperado de manera satisfactoria.
Actualmente, nosotros no atendemos emergencias médicas pues en muchos casos, las llamadas que hace la gente es información falsa. Llaman y dicen que alguien se resbaló pero lo cierto es que están infectados con Covid. Es por eso que no atendemos esas emergencias. No se han estado detectando accidentes vehiculares pues Cusco estaba en cuarentena. Lo que sí incrementó fueron las llamadas por fuga de gas y los incendios forestales ya que no ha estado lloviendo. Desde que se inició el incendio de Tambomachay no han parado. Hace poco hubo uno en Yanahuara en Urubamba. Ayer controlaron uno en Poroy y hoy están en Ccorca.
A pesar de que algunos chicos trabajan aparte, en nuestra compañía siempre tratamos de estar listos para atender cualquier emergencia. Aún así,necesitamos implementos como mangas o hasta el mismo combustible para llegar a esas zonas. Hoy en día con la pandemia y con estas emergencias, hemos recibido algunas donaciones. Hay empresas anónimas que donan y también la población que han sido quienes más nos ayudaron con hidratantes y víveres. Es muy útil para nosotros que nos colaboren y podamos seguir con nuestra labor”.
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