Fotos y texto: Carina Escudero
Lima, 8 de marzo de 2025 – Miles de mujeres en sus diversidades y disidencias tomaron las calles de Lima el pasado sábado 8 de marzo para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en una manifestación que, más allá de un acto simbólico, fue un grito contundente por la justicia, la igualdad y el reconocimiento de los derechos fundamentales de las mujeres en el Perú.
La marcha, que inició en la Plaza San Martín y se extendió por el centro histórico de la ciudad, se caracterizó por su diversidad y la masiva participación de colectivos feministas, organizaciones sociales y ciudadanas de diferentes distritos de la capital. Con pancartas, consignas y cánticos en defensa de sus derechos, las manifestantes expresaron su rechazo hacia la violencia de género que persiste en Perú.
“¡Ni una menos, vivas nos queremos!”, fue una de las tantas consignas que resonaron a lo largo del recorrido. La convocatoria reunió a mujeres de todas las edades, identidades de género y sectores, quienes denunciaron la violencia sistemática que enfrentan diariamente, no solo en el ámbito doméstico, sino también en el espacio laboral, académico y en la vía pública.
Uno de los principales reclamos fueron los crecientes feminicidios en el país. Según datos oficiales, entre el 1 de enero y el 6 de marzo, se han registrado 54 mujeres asesinadas de forma violenta en el 2025, una cifra alarmante que evidencia la incapacidad del sistema de justicia para garantizar la seguridad de las mujeres. Durante la protesta se exigió un abordaje integral de la problemática, mayores recursos para la prevención y sanción de estos crímenes.
La desaparición forzada de mujeres también fue una de las temáticas centrales, ya que, en muchos casos, las desapariciones de mujeres no reciben la atención adecuada por parte de las autoridades, lo que aumenta el riesgo y la impunidad.
Además de la lucha contra la violencia, las manifestantes demandaron igualdad de condiciones laborales, el reconocimiento de las trabajadoras del hogar, el acceso a la educación y la salud sin discriminación.
En la movilización también se dejó en claro que la lucha por los derechos de las mujeres no es solo una cuestión de ellas, sino de toda la sociedad. Como se replicó en las voces de muchas de las participantes: “Hoy, más que nunca, nos unimos porque sabemos que, si no estamos todas, no estamos completas”.
La marcha de este 8 de marzo se sumó a la larga lista de movilizaciones globales en el Día Internacional de la Mujer, un recordatorio de que la lucha por la igualdad y la eliminación de la violencia de género sigue siendo una tarea pendiente en todos los rincones del mundo. En Perú, como en otros países, la marcha fue una muestra palpable de la resistencia y la esperanza de que algún día las mujeres puedan caminar libremente sin miedo a la violencia.