El nuevo drama criminal de Jack Thorne y Stephen Graham, Adolescence, está siendo altamente consumido y popularizado por miles de personas en el mundo. Desde que fue subida a Netflix, la serie ha causado más de una reacción; la mayoría de estas son positivas debido al tratamiento magistral que logra hacer de un tema poco tratado como la cultura INCEL. Y tan sólo en cuatro episodios de no más de cincuenta minutos.
La historia de la nueva serie exitosa de Netflix, sigue a Jamie Miller (Owen Cooper), de 13 años, y las consecuencias que tiene tras ser arrestado por el asesinato de su compañera de clase, Katie. Los temas expuestos giran en términos, conceptos y esquinas más oscuras que la cara del internet muestra cómo la cultura de los incels y la brutalidad del acoso en línea.
Por Anna Sarukhanova
Cultura Incel y comunidades virtuales misóginas
El más tocado es el de la #incel, que es una abreviatura de «célibes involuntarios» que defienden ideas misóginas, en su mayoría violentas. Definir a uno de estos individuos sólo podría estar cerca de los llamados hombres incapaces de generar relaciones sociales con mujeres. Unidos, han creado diversas comunidades virtuales con características y rasgos propios del perfil de agresores potencialmente peligrosos. Todos juntos forman la -no tan- misteriosa manosfera.
La manosfera es una colección superpuesta de comunidades de apoyo para hombres en línea que han surgido como respuesta al feminismo, al empoderamiento femenino y a las fuerzas alienantes del neoliberalismo. Y tal como lo dicen los mismos investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona, Lionel Delgado y Alejandro Sánchez, estos espacios han llamado la atención en los últimos años debido a su efervescencia social y el crecimiento veloz de adeptos, entre los que están adolescentes, jóvenes y adultos.
Al ser comunidades virtuales usan una terminología diferente y original para adjetivar a ciertos tipos de mujeres que -en sus pensamientos machistas- suelen aprovecharse del hombre y resaltan lo más maligno de la sociedad. Pueden ir desde palabras como “chad”, utilizada para referirse a un hombre que posee un físico hegemónicamente atractivo —generalmente musculoso— y goza de un cómodo estatus socioeconómico; “stacys”, féminas con características como senos y glúteos voluptuosos, cabello rubio y un maquillaje impecable. Entre otros términos destaca “becky”, para referirse a mujeres con un «atractivo promedio», por debajo de las stacys. Finalmente, “brad o normie” son utilizados para describir a hombres no pertenecientes a la comunidad ‘incel’.
Así mismo, los conceptos como “reglas” y “códigos” son esenciales en el mundo incel. En la serie nombran algunos básicos como los grupos de la verdad y la regla 80/20 (la teoría de que el 80% de las mujeres se sienten atraídas por el 20% de los hombres, y que las mujeres sólo buscan hombres que sean física y socialmente deseables). Estas ideas van acrecentando la rabia masculina que de una u otra manera termina explotando. Una clara muestra de ello se da en el episodio tres de Adolescencia. Jamie y su psicóloga (Erin Doherty) transitan diversas emociones en una conversación que inicia pacífica pero termina desenmascarando la personalidad iracunda del adolescente, develada ante una mujer fuerte, exitosa y que representa cierto tipo de autoridad y poder sobre él.
—¡No controlas lo que hago! —grita—. ¡Métete eso en esa maldita cabecita!
Adolescencia, netflix
Una situación que, además de poco común, es imposible de soportar para Jamie.
¿Por qué la rabia traspasa las pantallas?
¿Son los incels una amenaza para las mujeres? ¿Estas comunidades representan riesgos para las mujeres? ¿Puede la violencia traspasar la pantalla y llevar a cometer crímenes de género?
La serie da un “sí” muy grande pero considerando los porqué y los cómo. Jamie Miller no nació siendo un asesino y en cuatro episodios se intenta explicar cómo el rechazo, los conceptos machistas y la falta de atención de sus padres, lo llevaron a acabar con la vida de Katie.
En el 2021, Jake Davinson, un hombre de 22 años, mató a cinco personas en Plymouth, en el sur de Reino Unido. Sin motivos aparentes, disparó contra Maxine Davison (su madre, de 51 años), contra otra mujer, dos hombres y una niña de 3 años en tan solo seis minutos.
Fanático de las armas e identificado con la cultura de hombres incels, Davinson, pasaba sus días escribiendo en blogs y páginas web como Reddit para explicar sus ideas misóginos y violentas. Se describía hacía sí mismo como un hombre virgen con problemas de salud, atrapado en casa de su madre, sin dinero ni trabajo. Poco a poco fue ampliando su espacio de difusión y logró crear un canal de YouTube. Sus videos -la mayoría tenebrosos- giraban en torno a sus quejas contra las mujeres, especialmente las madres solteras como su propia madre en particular, llamándola «vil, disfuncional y caótica». Sus palabras iban calando en usuarios jóvenes que comentaban sus videos y lo hacían popular.
Davinson en sus blogs fomentaba ideas misóginas – The Independent
Davinson usaba la terminología incel en todas sus redes sociales, poseía licencia para portar armas, un diagnóstico no tratado de autismo y todo un conjunto de rasgos que a larga vista era de alarma para sus padres y las autoridades; sin embargo, no fue hasta la muerte de sus víctimas que se tomó atención a las subculturas de internet machistas y en auge que parecían ir saliendo del oscuro mundo del internet para manifestarse en las calles, en la vida real.
Estados Unidos también tuvo un caso previo que ya iba alertando el despertar de estos grupos. Un ejemplo es la masacre de Elliot Rodger en Santa Bárbara en 2014, en la que murieron seis personas.
El entorno para las mujeres es cada vez más tenso y la misoginia se ha vuelto común. La inseguridad con la que transitamos el día a día es inconcebible y parece ser que la tecnología y el internet quieren sumarse a estas fatídicas violencias.
Observamos estadísticas preocupantes que muestran que los niños y niñas más jóvenes están más enfrentados que nunca. Una encuesta de Ipsos UK y el Instituto Global para el Liderazgo de las Mujeres del King’s College de Londres dio a conocer que el 57 % de los hombres de la Generación Z consideraba que la sociedad había «ido tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres que estamos discriminando a los hombres».
A estas estadísticas se le suma el incremento de influencers que promueven discursos de misoginia disfrazados de tips generadores de autoconfianza y autoestima para hombres “alfa”. Los llamados gurús o coaches se han popularizado gracias a sus contenidos “amenos” por plataformas como YouTube, TikTok, Twitch y el nuevo kick. Solo basta escuchar unos minutos iniciales de vídeos de personajes como Andrew Tate (buscado, actualmente, por la policía estadounidense) o Luis Castilleja El Temach, cuyo contenido gira en torno al nacimiento de hombres alfas dispuestos a ser exitosos en sus relaciones sociales y especialmente, amorosas.
¿Porque miles de jóvenes en México y Latinoamérica escucharían consejos para ser hombres alfa? Pues, la respuesta del Temach es para poder relacionarte mejor con las mujeres, siendo un hombre de más valor que los demás. El lenguaje que usa solo conseguiría mostrar a la mujer como objeto, mostrarla superficial y con poca inteligencia para escoger a un buen hombre por lo que se necesita enamorarla bajo ciertas reglas. Su contenido se relaciona con los incels al apelar a ideas machistas para asegurar éxito en mentes tan jóvenes y vulnerables.
La pesadilla se hace realidad
La cultura incel ya no se limita a internet. Como demuestra Adolescence , la misoginia sobresale de nuestras computadoras y celulares, los chats ya no camuflan la rabia masculina, el odio se va extendiendo y causando daños reales. Las alarmas deben sugerirnos más cuidado y apoyo hacia nuestros jóvenes y adolescentes.
No. Las habitaciones de los hijos no parecen ser lugares seguros en la actualidad. La soledad de un dormitorio puede generar ansiedades difíciles de calmar. Los padres de Jamie, en el cuarto episodio exploran este mensaje y descubriendo que el mundo de los adolescentes es diferente al que conocían y que a pesar de intentar estar presentes en su hogar -sin éxito alguno debido a la rutina diaria y el trabajo excesivo- no logran entender a tiempo lo que iba ocurriendo con su hijo: sus inseguridades, sus temores, sus alegrías, sus gustos, su vida.
Es aquí donde está el verdadero punto de inflexión. ¿Realmente conocemos a nuestros hijos? ¿Les ponemos límites? ¿Les damos confianza? ¿Les enseñamos a ser tolerantes ante la frustración y los problemas? Hay una urgencia de que padres y profesores puedan advertir los peligros a los que se exponen las mentes jóvenes y para ello hay que empezar entendiendo su modernidad, esa que caracteriza sus mundos -reales y virtuales-.
Según investigaciones recientes como las de la conferencia WebSci ’19: Proceedings of the 10th ACM Conference on Web Science, que estudia el nacimiento de manosferas en blogs y teniendo en cuenta que el internet es de uso vital en la actualidad, y que parte de él está lleno de oscuros rincones donde nacen estos grupos con retóricas de odio, vale decir que debemos optar por las crianzas respetuosas pero seguras y con padres presentes.
La médica psiquiatra Geraldine Peronace, en una nota previa para El Nacional, destaca el rol principal que tienen los padres en la protección de sus hijos frente a los efectos dañinos de las redes sociales. La psiquiatra, también resalta que «la falta de comunicación emocional entre padres e hijos es una de las principales razones por las que los adolescentes caen en patrones de comportamiento problemáticos».
La pediatra Silvina Pedrouzo, especialista en usos y efectos de las tecnologías de información y comunicación, añade que el acompañamiento de los padres debe ser constante, y no solo basta con el control de las horas de pantalla, sino también en la supervisión del contenido y las interacciones en línea.
Entre otras recomendaciones, se hallan las de fomentar actividades offline, mejorar la comunicación con los hijos y una supervisión activa pero no punitiva, creando ambientes de confianza y armonía familiar.
Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señalan que a lo largo de su vida, una de cada tres mujeres sufre violencia física o sexual por parte de su pareja o violencia sexual por parte de una persona que no es su pareja.
Nosotras merecemos protección y seguridad, y para ello es necesario educar, criar y proteger a los niños y adolescentes de los horrores que habitan el internet asegurando su bienestar emocional y psicológico.
Cada 30 de marzo, el mundo celebra el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, una fecha que pone en evidencia el trabajo esencial de millones de mujeres que, a menudo, son invisibilizadas por su trabajo en los hogares. En Perú, este día tiene un significado profundo, pues refleja las luchas de un sector que, aunque indispensable, sigue siendo relegado y subvalorado.
El trabajo doméstico, realizado principalmente por mujeres, es esencial para el funcionamiento de nuestras sociedades y debe ser reconocido y valorado como tal. Foto: ANDINA/difusión
El trabajo doméstico es el pilar sobre el cual descansan muchas familias, permitiendo que otras personas puedan desempeñar sus actividades laborales o educativas sin preocuparse por las tareas del hogar. Sin embargo, este trabajo, a pesar de su relevancia, ha sido históricamente invisibilizado. En Perú, según el INEI, existen 244,726 trabajadoras y trabajadores del hogar, de los cuales el 95% son mujeres.
Muchas de las mujeres que ejercen el trabajo doméstico pertenecen a sectores vulnerables y se encuentran en una situación de precariedad laboral y social. El INEI señala que solo hay cerca de 109,000 contratos registrados, a pesar de que el total de trabajadoras y trabajadores supera las 244,000 personas. Además, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que en nuestro país el 90% de estas trabajadoras lo hacen en la informalidad.
La invisibilidad de este trabajo tiene sus raíces en creencias arraigadas, que consideran estos trabajos como algo “natural” para las mujeres. Sociológicamente, el trabajo doméstico ha sido relegado al espacio privado, donde las trabajadoras no pueden tener las mismas condiciones que los trabajadores de otros sectores, a pesar de que su aporte es crucial para la economía del país.
Mary Carrasco, trabajadora del hogar en Lima, relata: «A veces la gente piensa que esto lo hago por gusto, como si no fuera un trabajo real, pero es un trabajo real y un cansancio real, pero no siempre lo ven así. Al final del día, soy responsable de muchas tareas que permiten que las familias funcionen y no es un favor, es un trabajo y debe ser reconocido». Esta percepción contribuye a la falta de reconocimiento y la poca valoración del esfuerzo que implica este tipo de trabajo.
Las trabajadoras del hogar se enfrentan no solo a la invisibilidad, sino también a condiciones laborales precarias. En Perú, muchas de ellas no tienen acceso a seguridad social, sus jornadas laborales son extensas, los sueldos son bajos y los abusos laborales son frecuentes.
Renzo Quijano, abogado laboralista, señala que, al ser las trabajadoras del hogar en su mayoría mujeres, están expuestas a violencia de género. «Un desafío en la lucha por los derechos de las trabajadoras del hogar, en el marco de sus reconocimientos de derechos, es cómo el ordenamiento jurídico puede dotarlas de garantías suficientes para desempeñar su labor sin tener que verse expuestas a este tipo de situaciones.»
A nivel internacional, la OIT aprobó el Convenio 189 en 2011, un instrumento que establece una serie de derechos para los trabajadores del hogar, como el derecho a un salario justo, descanso semanal, y condiciones dignas de trabajo. Sin embargo, Perú ratificó este convenio en 2013, pero la implementación de sus disposiciones sigue siendo insuficiente. En muchas ocasiones, los trabajadores se enfrentan a patrones que no cumplen con las normativas, debido a la falta de vigilancia y control por parte de las autoridades.
Por otro lado, Quijano sostiene que el marco jurídico no les dota de suficientes garantías y, a pesar de que existen herramientas para vigilar las condiciones de las trabajadoras del hogar, «no es suficiente y, en todo caso, deberían buscarse nuevos métodos para poder afrontar esta situación y brindarles la seguridad que todo trabajador necesita para resguardar su integridad al momento de prestar sus servicios», señala.
A pesar de las dificultades, el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar también es una oportunidad para reconocer los avances que, con lucha y esfuerzo, han logrado estas mujeres. A lo largo de los años, se ha logrado una mayor visibilidad del trabajo doméstico y avances legales importantes. En Perú, por ejemplo, la Ley N° 27986, aprobada en 2003, reconoce a las trabajadoras del hogar como trabajadoras formales y les otorga derechos laborales como el pago de un salario mínimo, días de descanso y vacaciones.
En este contexto, colectivos y sindicatos como la Federación Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar del Perú (FENTTRAHOP), han jugado un papel fundamental. A través de movilizaciones, campañas y la creación de alianzas con otros sectores, estas organizaciones han logrado mejores condiciones de vida para muchos trabajadores.
Carrasco menciona: «Antes no sabíamos que teníamos derecho a descansar, a tener días libres o a tener un salario justo. Ahora que lo sabemos luchamos por nuestros derechos porque entendemos que somos trabajadores, no esclavas y que merecemos ser reconocidas».
El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) ha informado un aumento del 47% en la inscripción de trabajadoras y trabajadores del hogar en su plataforma web, Registro del Trabajo del Hogar, entre abril de 2022 y marzo de 2023. Este avance refleja el compromiso del sector con la difusión y cumplimiento de la Ley N° 31047, Ley de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar, que garantiza derechos fundamentales como la seguridad social y el registro obligatorio de contratos. Desde su implementación en julio de 2020, se han registrado 8.802 contratos, lo que muestra una mayor conciencia de los empleadores sobre sus responsabilidades legales.
Es fundamental que la sociedad, los gobiernos y las empresas se involucren en la transformación del trabajo doméstico y reconozcan su valor en todos los aspectos: desde el pago justo hasta la redistribución de los trabajos de cuidado dentro del hogar. La lucha por un trabajo doméstico digno y reconocido está lejos de terminar, y la responsabilidad de la sociedad es continuar apoyando a quienes realizan estas tareas esenciales mediante cambios estructurales cruciales.
“Nuestro país no ha podido lidiar con la violencia que sufren las mujeres. Debería darse una mirada particular sobre cómo se está protegiendo la vida y la salud de estas trabajadoras, y en ese sentido, los cambios estructurales deben ir acompañados de medidas para mitigar las causas que originan la violencia hacia las mujeres, que evidentemente provienen de una mirada machista.”, señala Quijano.
Renzo Quijano afirma que el Estado debe garantizar derechos a este grupo de trabajadoras, implementando medidas directas para las víctimas, incluyendo sanciones claras para los agresores. Estas medidas deben ser reales y efectivas para incidir en la reducción del machismo, que tanto daño le causa a las mujeres y, por ende, a las trabajadoras del hogar.
A medida que la sociedad avanza, el futuro del trabajo doméstico también está experimentando transformaciones, aunque no siempre de la forma que se espera. El auge de la automatización y la digitalización ha comenzado a impactar el trabajo doméstico, pero las trabajadoras del hogar continúan enfrentando desafíos. ¿Será posible que en el futuro las trabajadoras del hogar obtengan mejoras sustanciales en sus condiciones si continúan luchando por sus derechos? Es una pregunta que aún queda abierta.
El Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar es mucho más que una fecha de conmemoración: es una llamada a la acción. Un recordatorio de que el trabajo doméstico merece ser reconocido, respetado y remunerado de manera justa, y de que las luchas por la igualdad y los derechos laborales son una parte fundamental para avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa.
Ante su misma progenitora y con lágrimas en los ojos, Macarena Vélez, la actriz, modelo & sportswoman Co-Founder de su propia marca pember.pe admitió haber sufrido un trastorno alimenticio durante años debido a los comentarios y críticas que recibió de parte de sus familiares, en redes sociales y centros de trabajo como el programa de reality “Combate”. Su valiente testimonio pone al descubierto que esta práctica es más habitual de lo que se cree y que puede venir desde lugares y grupos sociales cercanos a nosotros.
Ya lo contaba Cielo Latini, escritora argentina, en su primer libro “Abzurdah”.
“Aquella noche no dejé la mayonesa, pero tampoco dejé de pensar en la cara de mi mamá mirando comer casi con as- co y en por qué ella usualmente comía ensalada.”
Vivir un trastorno de alimentación con poca o nula red de apoyo y que indirectamente haya sido generado por nuestras primeras referencias de vida como lo son los padres, es difícil para cualquier adolescente o joven sin importar su rango social.
En los recientes años, tras la pandemia, se ha visto un incremento de casos de mujeres y hombres que desarrollan trastornos de alimentación (TCA). Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, publicado en 1994 por la Asociación Americana de Psiquiatría, existen diversos TCA’s de distintas clases siendo los más comunes la anorexia: purgativa (con comportamientos de purga como uso de laxantes) y nerviosa; la bulimia: purgativa y no purgativa (en el cual la persona utiliza otros tipos de conducta compensatoria como el ayuno o el exceso de ejercicio) y el trastorno por atracón (donde se da el consumo de alimentos de manera excesiva con una clara sensación de pérdida de control y que podría afectar hasta al 2,6% de la población a lo largo de su vida).
En Perú, el registro de pacientes jóvenes también ha sufrido un incremento. De acuerdo a Gaba (Grupo de Autoayuda en Bulimia y Anorexia) se estima que más del 10% de adolescentes peruanos, tanto mujeres como hombres, sufren anorexia y bulimia.
Tras los trastornos y la vergüenza
¿Qué influye para que alguien desarrolle un TCA? Factores estresantes como los conflictos familiares, el estrés académico, el acoso escolar y la baja autoestima pueden contribuir al desarrollo de un trastorno alimentario, afirmó la Dra. Courtney Davis del servicio de medicina adolescente del Hospital de Mujeres y Niños KK (KKH). Sin embargo, un factor del que no se habla son los recuerdos de nuestra infancia. Momentos que desde nuestra niñez, almacenamos y que se convierten en heridas que traen consecuencias en nuestra autoestima.
La participante del programa “El Valor de la Verdad”, Macarena Vélez, reveló algunos recuerdos de niña que pueden acercarse a ejemplificar estos conceptos. Según explicó, cuando era una adolescente comía por ansiedad debido a problemas en su hogar. Sin embargo, su madre le dijo que se veía subida de peso, según ella, con la intención de que dejara de comer, pero estas palabras la marcaron y la llevaron a desarrollar un tipo de TCA: bulimia.
En esencia, estaba siendo criticada por su madre por su físico; estaba sufriendo comentarios típicos de “body – shaming” o la práctica de avergonzar a alguien por su aspecto físico, acción que se ha vuelto pan de cada día y más aún con el desarrollo de redes sociales. Asimismo, el body – shaming llama a no solo burlarse o criticar el peso, el cuerpo, si no los hábitos alimenticios de alguien que ya podría ser considerado con sobrepeso. Según estudios, está vinculado a la depresión , la ansiedad, la baja autoestima, los trastornos alimenticios y la abstinencia al ejercicio.
El recibir estos comentarios de familiares y amigos es duro. El debate en torno a la humillación corporal de parte de nuestra red familiar y social principal es un tema que no debemos obviar y que se ha visto expuesto gracias a casos como el de Macarena -en Perú- y otros relatos de personalidades de Hollywood. Uno de ellos, quizá el más polémico, fue el de la modelo Gigi Hadid y antiguos videos del programa RHOBH ( The Real Housewives of Beverly Hills ) que comenzaron a circular en TikTok el año pasado. En ellos, su madre Yolanda Hadid le da indicaciones sobre qué alimentos y porciones debe comer para evitar subir de peso, a pesar de que la ahora modelo, tenía una rutina deportiva estricta.
Macarena Vélez respondió a críticas sobre su cuerpo | América TV / América Hoy
Es decir, su madre priorizaba una búsqueda de delgadez sobre el bienestar y la salud de su adolescente.
Perfecciones corporales imposibles
Según Helen Bird, portavoz de la Fundación Butterfly, los comentarios negativos sobre el cuerpo de los niños por parte de sus padres pueden causar mucho daño en los años venideros. «Puede tener un impacto devastador y a largo plazo en la relación de un niño con la alimentación, la actividad física, su cuerpo y su sentido de identidad», explicó y añadió que también podría generar insatisfacción corporal e incluso un trastorno alimentario.
Otra consecuencia, según la psicóloga Utkarsha Jagga, es una sensación de aislamiento social. En sus palabras, “las personas empiezan a comer en exceso o a comer muy poco como una forma de rebelarse contra la humillación corporal de sus padres” Dichos actos lo suelen cometer en completa soledad, aumentando su sensación de vergüenza.
Existe la idea errónea de que avergonzar a las personas, especialmente a los niños, para que tomen decisiones más inteligentes los ayudará a largo plazo. Sin embargo, debemos recordar que la perfección corporal es un término y una referencia difícil de alcanzar. El deseo de cuidar y proteger a los hijos no debe ser motivo de usar términos y frases que generen confusión y dolor en ellos. El psiquiatra Era Dutta comenta que “a menudo, la humillación corporal es una proyección de sus propias inseguridades y del deseo de proteger a sus hijos del acoso. Es posible que hayan sufrido acoso en su infancia por su peso y no quieran que sus hijos pasen por lo mismo”.
Bird, por su lado, menciona que «cuanto más positiva se sienta una persona con su cuerpo, más probable será que lo cuide. Los padres deben apoyar a sus hijos para que acepten su cuerpo y todos los cuerpos». El darles seguridad sobre sí mismos generará confianza en sus relaciones y por ende una autoestima construida con la cuál podrá afrontar posibles escenarios ásperos.
El no mencionar aspectos o críticas del cuerpo ajeno es una práctica que debemos aprender. No solo padres y no sólo en los hogares, sino también en la escuela, en los clubes deportivos, actividades sociales y plataformas tecnológicas.
Del cómo evitar hacer body – shaming
Kasie Gloschat, MS y dietista registrada en la University of Utah Health, recientemente ha dado claras guías de cómo educar sin restringir ni dañar. Por ejemplo, el evitar calificar los alimentos de «buenos» o «malos» pues el lenguaje que utilizamos en torno a los alimentos es poderoso. Asimismo, el no restringir tipos de comida, si no permitir todos los alimentos con moderación.
Lamentablemente, los estereotipos del “cuerpo perfecto” pueden hacer que los adolescentes sufran un golpe en su autoestima. Es probable que estén expuestos a discursos negativos sobre su cuerpo en el colegio, la universidad o en internet; es por ello que es mejor evitar los comentarios negativos sobre el peso en casa.
El desaprender actitudes y acciones dañinas como el body – shaming es un intento que se lleva haciendo por un tiempo y que esperemos siga para el beneficio de nuestros jóvenes y adolescentes. Así mismo, vale recordar que también nos corresponde no dejarnos llevar por la vergüenza o la desconfianza en nosotros y nosotras mismas.
Son múltiples las razones por las que si te encuentras con un amigo o familiar después de un tiempo considerable, no deberías hablar de su cuerpo; principalmente porque como sociedad necesitamos elegir mejores temas de conversación.
Trabajadora del hogar con cartel. FOTO: Fenttrahop.
Las trabajadoras del hogar, a la fecha, aún sufren efectos de abuso laboral por falta de formalidad en su contratación. La falta de derechos, beneficios y una remuneración justa, son la deuda pendiente del Estado fiscalizador. Además del nivel de exposición de violencia, que es un hecho, existe en el género femenino, por tanto, se estableció desde 1988 el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar en Bogotá, como una fecha para analizar los cambios en las brechas laborales que persisten en este empleo.
Hoy en día el 30 de marzo es considerado feriado no laborable y remunerado para quienes desempeñan esta función, pero ahí no queda todo.
En Perú se aprobó la Ley 31047 en el año 2020, la cual exige que los contratos deben estar inscritos en los registros del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. Esta resolución se dio en tiempos de pandemia, contexto que evidenció, por si a alguien le quedaba dudas, la falta de ineficiencia operativa de los ministerios.
FALTAS CONTRACTUALES
Ya desde 2015 el sindicato de trabajadoras del hogar (SINTTRAHOL) exigía la ratificación del convenio internacional 189 – recomendación 201 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual enfatiza reconocer y proteger los derechos de las personas que trabajan en el hogar. Principalmente, las trabajadoras reclamaban la falta de un contrato por escrito donde se establezca los acuerdos del contrato, sin embargo, no se les atendió.
A todo esto, según la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) realizada el 2020, señaló que el 86.9% de empleadas del hogar trabaja en condiciones informales: por debajo del sueldo mínimo, sin seguro social, con más de 48 horas de trabajo semanales establecidas por ley, sin compensación por tiempo de servicio (CTS), etc. Una cifra preocupante, especialmente porque el informe menciona que el 74% de las trabajadoras del hogar son el principal sustento de su familia. Lo que pone en evidencia la renuencia del Estado por fiscalizar su propia legislación.
Por otro lado, SINTTRAHOL, apartir de los últimos acontecimientos, viene difundiendo valiosa información como el registro de contrato de trabajo en la plataforma digital del Ministerio de Trabajo. Asimismo, como los modelos de contrato aprobados conforme a la Ley 31047: modelo cama adentro, cama afuera y tiempo parcial sin residencia.
Para más orientación puedes escribir a las redes sociales de la FENTTRAHOP (Facebook) o al WhatsApp 924875748.
RIESGO DE ABUSO Y DISCRIMINACIÓN
El trabajo doméstico es una ocupación muy vulnerable, más a unxs que otrxs, debido a las ideas arcaicas e infecciosas del modelo esclavista basadas en la discriminación de etnia y género. En 2023 Ipsos Perú realizó un estudio, por encargo de la OIT, para conocer el perfil de las trabajadoras del hogar en el país, donde se obtuvo que del 96% de personas trabajadoras, el 34% son migrantes: 33% del interior del país y 1% del extranjero.
Muchas madres de familia aceptan los empleos por necesidad económica, el contexto en el que se encuentran las lleva a rescindir su valor humano con tal de conseguir trabajo. Ante ello, La Antígona te informa que las personas trabajadoras del hogar víctimas de hostigamiento sexual laboral pueden realizar su denuncia a SUNAFIL comunicándose al 0800-16872 o al 013902800
SUGERENCIAS PARA CUMPLIMIENTO DE LEY
Si bien es cierto, hay normas políticas para la protección de la trabajadora del hogar, aplicarlas es difícil por el desconocimiento que se tiene de ellas. Las víctimas a menudo expresan que debido a su poca vinculación con las redes sociales (donde abundan información sobre cómo proceder) no les permite actuar con precisión.
Actualmente el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) brinda asistencia en línea 1819 denominada #TrabajaSinAcoso, donde ofrecen una orientación especializada y un acompañamiento inmediato, a través de atención psicológica y asesoría legal sobre los mecanismos de denuncia.
También se tiene la plataforma web Trabaja Sin Acoso para instruir sobre las medidas a tomar, sin embargo, estas medidas no toman en cuenta la realidad: en este sector hay un porcentaje de analfabetismo y de estudios truncos y es justamente esa falta de acceso la que no permite la reducción de explotación laboral, porque el Estado no amplia su comunicación, tanto con empleadores como con trabajadoras.
La orientación clara es esencial para reducir las brechas. Respecto a cómo regular el cumplimiento de la ley, es recomendable crear calculadoras en línea para determinar los pagos de acuerdo a ley, algo que debe enseñarse en talleres organizados por la defensoría del pueblo, en conjunto con el sindicato de trabajadora del Perú para de esta empoderar a las trabajadoras desde el conocimiento de la ley.
Sin embargo, en la actualidad, El 95% de las trabajadoras del hogar labora en la informalidad y no se respetan sus derechos según el MTPE.
F.M.P.S tenía tan sólo tres años. Su vida la había pasado entre niños del mismo hogar infantil, con una madre sustituta y una familia disfuncional donde ambos padres alcohólicos nunca cuidaron a ninguno de sus 4 hijos. Su caso, ha causado conmoción en la ciudad imperial que inicia el 2025 con más casos graves de abuso, acoso y asesinatos a mujeres, mientras que las autoridades continúan excusando sus nulas acciones y niegan actos negligentes.
Con el rostro desencajado pero sin emitir palabra alguna, Mauro Palomino Solis (50) y Ruth Sandra Ayma (29), se mostraron ante los asistentes a su lectura de prisión preventiva por nueve meses ordenada por El Tercer Juzgado Penal de Investigación Preparatoria, subespecializado en Violencia SNEJ – Cusco. La magistrada Yohanna Beny Gallegos Paucar tomó esta decisión ante la gravedad del caso.
En otro lugar de la ciudad, a algunos cuantos minutos, la tía materna y otros familiares lloraban al enterrar a una inocente pequeña, que se despedía entre la música de trabajadores que acompañaron el desolador panorama.
El caso de esta niña de tres años ha conmovido al Cusco por la crueldad que lo caracteriza. Y es que nadie comprende cómo fue que los principales guardianes de su bienestar pueden ser, ahora, acusados de haberle provocado la fatal tortura que la llevó a la muerte. Sí, sus mismos padres están siendo juzgados ante la ley y la sociedad cusqueña por la tortura, abuso sexual y posterior asesinato de F.M.
Sin embargo, la responsabilidad no sólo estaría con ellos. En la lista de los posibles responsables también se hallan los trabajadores y directivos de entidades del Estado y Gobierno Regional, tal es el caso de la Aldea Infantil Juan Pablo II y su -ahora- ex directora Carmen Alicia Tello Torres.
La última semana la funcionaria presentó su renuncia tras conocerse la noticia a nivel local y nacional. A pesar de que muchos relacionaron su fin de funciones debido al acontecimiento, ella sustentó que su decisión databa de hace mucho tiempo. El Gobierno Regional, hasta la fecha seguiría investigando el caso.
Por su parte, el defensor del Pueblo en Cusco, Oscar Luque, indicó que se dispuso la suspensión del equipo de profesionales que estaban a cargo de la devolución de la menor a su familia. «El curso de la investigación va a determinar a los responsables”, expresó.
Infancias en peligro
F.M, como muchas y muchos niñas y niños, había nacido en el seno de una familia disfuncional. Ambos padres tenían problemas graves con el alcohol. Sus tres hermanos y ella, por ende, se habían criado en casas sustitutas, las mismas que son manejadas y supervisadas por el Gobierno Regional del Cusco. La mayor de las hijas (15) hace poco tiempo había sido devuelta a su hogar, a pesar de que sus padres no habían abandonado el hábito de alcoholizarse sin remedio. El hermano del medio (6) fue devuelto meses después y finalmente la menor F.M (3) regresó con sus irresponsables padres.
¿Por qué los hijos fueron devueltos a sus padres, si ellos no presentaban mejoras en su conducta, economía y bienestar? Es una pregunta que hasta ahora cuesta responder.
Cuando se interrogó a Carmen Tello por el hecho, ella expresó que el ingreso y salida de los niños del albergue se da por disposición de una resolución, y que son otras entidades las que determinan estos procesos. Según la directora, la Aldea Infantil Juan Pablo II, es un buen centro, pero al no estar bajo su jurisdicción, no tenían información sobre la situación de la menor tras su traslado.
La directora del albergue Juan Pablo II informó que la menor, que falleció tras presuntamente haber sido víctima de abuso por parte de su padre, vivió en el hogar desde los 3 meses hasta los 3 años. Fuente: CUSCO EN PORTADA
También informó que, según su conocimiento, los padres de los menores recibieron apoyo para superar problemas de alcoholismo antes de recuperar la custodia, aunque reconoce que podrían haber tenido recaídas. Además, señaló que recién tuvo conocimiento de la existencia de una cuarta hermana de solo ocho meses.
¿Si la responsabilidad no está en los trabajadores de la misma Aldea Infantil, quién debe hacer el seguimiento de estos casos? ¿Quién se preocupa y vela por el bienestar de las infancias que no cuentan con el amor que todo niño y niña debería tener a sus tres o seis años?
Gobierno Regional sin respuestas
El Gobernador Regional Werner Salcedo aún no ha comentado el caso; sin embargo, los últimos datos que se tuvieron sobre el trabajo colaborativo del GORE Cusco y la Sociedad Civil a cargo de la Aldea Infantil Juan Pablo II data de febrero de este año.
En redes sociales se informó a la población el buen avance que -parecería- darse en beneficio de los menores que ahí residen:
F.M no es el único caso reportado en las últimas semanas. Diversos diarios, principalmente el noticiero “Tendencia Semanal”, han reportado al menos tres casos de denuncias de alumnas y exalumnas de las dos universidades más representativas de la ciudad imperial: la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC) y la Universidad Andina del Cusco (UAC). Las jóvenes, dieron sus valientes testimonios evidenciando posibles actos de hostigamiento sexual en plenas aulas universitarias y de parte de sus docentes.
Según los informes periodísticos emitidos son docentes universitarios que a pesar de tener títulos académicos, trayectorias y respaldo, alimentan del miedo y la sumisión. Las alumnas tienen una denuncia, pero también tienen miedo pues, a pesar de relatar sus abusos ante autoridades y la ley, consideran que poco o nada se ha hecho para avanzar con sus casos.
Un claro ejemplo de ello es que las mismas unidades educativas a cargo, como el rector de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco (Unsaac), Eleazar Crucinta, no parecen apoyar a las denunciantes. En notas del diario Qosqo Times, se señaló que el directivo declaró que los más de 40 casos de acoso en investigación en la universidad nacional posiblemente se caerían pues los docentes ya no estarían en labor.
Así mismo, el diario resaltó dos de los casos hallados; uno de ellos data de una egresada de la Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables de la Universidad Andina del Cusco, cuya denuncia es contra dos docentes por acoso y abuso de poder.
Según su testimonio, uno de ellos con iniciales J.C.C, habría aprovechado su situación académica para intentar manipularla cuando estaba a punto de egresar. Ella solicitó apoyo para subsanar el curso de Tesis 1 por lo que pidió apoyo al docente que la citó fuera de la universidad y le pidió que subiera a su vehículo para conversar.
“Una vez dentro, arrancó el auto y la llevó hasta la zona de Puente Angostura, donde comenzó a tutearla con comentarios indebidos. En el trayecto, le insinuó que, a cambio de mejorar sus notas, accediera a un “trato especial”, mencionándole que había un hotel cerca donde podía ir. Todo quedó grabado en audio, incluida la descarada propuesta: “No perdamos tiempo, quiero hacerte el amor”, relata la nota periodística.
Casos en aumento. Reportaje de QosqoTimes.
Su caso aún no ha avanzado. La rectora de la UAC, Yanira Bravo, tampoco ha parece querer pronunciarse al respecto. Mientras tanto, las denunciantes sólo reciben apoyo de sus compañeros y reclaman fuera de sus casas de estudios, esos lugares que alguna vez podrían considerar como “seguros”.