Por Albinson Linares para Telemundo y La Antígona
Eugenio Ambrosi, jefe de gabinete de la Organización Internacional de Migraciones, conversó en exclusiva con Noticias Telemundo para el Día del Migrante sobre por qué es tan complejo responder a la crisis migratoria y los nuevos retos como la emergencia climática.
CIUDAD DE MÉXICO – Eugenio Ambrosi ha sido un testigo excepcional de las más cruentas y difíciles consecuencias de los flujos migratorios. Visitar países, atravesar fronteras y analizar la movilidad humana son su trabajo diario desde hace más de 30 años cuando, siendo un estudiante de secundaria en Italia, comenzó a trabajar con diversas organizaciones humanitarias.
«He estado en casi todos lados, y me ha tocado ver muchas cosas terribles. Pero así es el trabajo con la migración», explica Ambrosi, quien es el jefe de gabinete de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), ente que forma parte del Sistema de las Naciones Unidas.
Ambrosi analiza la migración como una problemática que requiere una acción colectiva, universal, por parte de los gobiernos del mundo para proteger a las personas migrantes, atender sus vulnerabilidades y favorecer su integración en otras sociedades.
“En los últimos seis o siete años el Mediterráneo se ha convertido en un cementerio por la cantidad de personas que mueren”, dice con desaliento.
Y luego agrega: “Pero cuando entrevistas a los migrantes que se rescatan del agua, los que se salvan de ahogarse te dicen que prefieren correr el riesgo de morir en el mar a quedarse en sus países”.
Para el funcionario, ese poderoso impulso de supervivencia que no aminora pese a los peligros, al igual que las muertes, es una de las consideraciones que cualquier política migratoria debe tener en cuenta.
Según datos de la OIM, este año han sucedido más de 4,470 fallecimientos en las travesías migratorias de todo el mundo, una cifra que ya supera las 4,236 muertes del año pasado. Desde 2014, la organización ha registrado más de 45,000 decesos de personas migrantes.
La cifra de migrantes detenidos cruzando la frontera entre México y Estados Unidos se ha disparado hasta alcanzar récords. Solo en el año fiscal 2021, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos detuvo a más de 1,700,000 migrantes.
Aunque el Gobierno de Joe Biden revocó prácticas como la detención de familias migrantes, sigue devolviendo a miles de personas en la frontera bajo la política conocida como Título 42 que el expresidente Donald Trump implementó en 2020 como medida de prevención ante la pandemia.
Además, se ha vuelto a implementar el programa Quédate en México, que obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en el país vecino mientras se resuelven sus casos en territorio estadounidense.
Human Rights First, una organización de defensa de los derechos humanos con sede en Washington, ha registrado al menos 7,647 reportes de secuestros y otros ataques violentos contra personas que fueron expulsadas a México desde que el presidente Biden asumió el cargo.
“El fenómeno migratorio ha cambiado mucho, ya no solo se trata de las personas refugiadas o los migrantes económicos. La gran desigualdad ha hecho que surjan otros factores como la extrema pobreza, la imposibilidad de acceder a los servicios básicos, la ausencia de justicia y el cambio climático. Por eso es tan complejo poder responder a la crisis migratoria”, advierte Ambrosi.
Con motivo del Día Internacional del Migrante compartimos esta entrevista exclusiva con el jefe de gabinete de la OIM, celebrada durante su visita a México el mes pasado.
-¿Cómo debería ser la respuesta regional ante el enorme crecimiento de los flujos migratorios?
Cualquier medida migratoria debe centrarse en los derechos humanos y creo que el primer esfuerzo podría ser crear un sistema de gobernanza regional de lo que está pasando. La respuesta no es simplemente parar los flujos para evitar que entren en un país o en otro.
Hay que ver cuáles son las alternativas que se pueden implementar en temas como integración, regularización y visas de trabajo. Algo que no se considera mucho es que la migración, en sí misma, tiene un potencial de desarrollo económico que se debe aprovechar.
-En el caso de la frontera entre México y Estados Unidos ambos países han incrementado el despliegue de efectivos militares. ¿Cómo ven estas estrategias?
Nosotros aceptamos el hecho de que la frontera tiene que ser controlada. Hay que tener cierto nivel de aparato de seguridad porque eso forma parte de la soberanía de un Estado, pero insistimos en que hay que evitar los excesos. Militarizar mucho una frontera no es necesariamente una respuesta adecuada porque los migrantes desesperados no son criminales. Son personas que intentan escapar de sus países porque tienen necesidades muy grandes.
Otra cosa importante es que cualquier nivel de militarización en la seguridad fronteriza necesita actuar en conformidad con la ley internacional y el respeto a los derechos humanos. Si se detectan abusos o violaciones, los Estados democráticos deben investigar y corregir cualquier incidente porque todo el mundo debe respetar esos principios.
-¿Cree que existe la tendencia de relacionar directamente a los flujos migratorios irregulares con las políticas de seguridad?
Es una equivalencia que nosotros no consideramos correcta. No es verdad que para preservar la seguridad de un país, o de una comunidad, hay que evitar que lleguen migrantes o refugiados.
Al contrario, la seguridad de una comunidad, o de un país, se incrementa cuando hay más posibilidades de inmigración legal. Los Estados tienen que crear e impulsar canales legales para una migración ordenada porque eso hace que las autoridades tengan más control de los flujos de personas.
-¿La migración ocasionada por la emergencia climática será un fenómeno determinante en los movimientos de personas durante los próximos años?
Absolutamente y eso es un tema que se habló en la COP26 en Glasgow. El cambio climático va a tener un gran impacto sobre el tema de la movilidad humana, sin embargo, no ha recibido la atención que se merece por parte de muchos gobiernos del mundo.
Casi semanalmente vemos algún evento climático fuerte, que se sale de los patrones que habíamos visto hasta ahora. Además, el cambio climático está incrementando la competencia y las confrontaciones violentas por los recursos naturales en diversas regiones del mundo.
-¿Los gobiernos de regiones como las Américas podrán controlar y organizar los desplazamientos masivos de personas a corto plazo?
Es un gran reto que implica una coordinación de toda la región, no solo se trata de México o Estados Unidos. Las soluciones deben ser internacionales y rápidas, pero debemos pasar de la emergencia a una planificación estratégica.
Después de la pandemia, la desesperación de las personas se ha incrementado y eso hace que sea imposible centrarse solamente en parar los flujos. Lo que hay que hacer es buscar la mejor manera de manejarlo entre todos, porque nunca en la historia de la humanidad se han podido interrumpir los desplazamientos de personas. Y eso no va a pasar ahora.