Por Hilary Venegas

A lo largo de los siglos, las mujeres han realizado importantes contribuciones a la ciencia, desde descubrir medicamentos salvavidas hasta liderar innovaciones y vanguardias, aunque a menudo sus valiosos logros han sido subestimados o ignorados. Ilustración: Daria Koshkina

A lo largo de la historia, las mujeres han enfrentado numerosos obstáculos para acceder y destacar en el ámbito científico. A pesar de los desafíos, su contribución ha sido fundamental para el avance del conocimiento y la tecnología. Este artículo explora el impacto de las mujeres en la ciencia, sus logros y los antecedentes que han moldeado su camino.

La presencia de mujeres en la ciencia ha ido creciendo en las últimas décadas, pero aún enfrenta desafíos significativos, especialmente en regiones como Perú y Latinoamérica. En el ámbito global, la lucha por la igualdad de género en la investigación y la innovación se ha intensificado, destacando la importancia de visibilizar el trabajo de científicas y fomentar su participación en todas las disciplinas.

Figuras como Hipatia de Alejandría, la primera mujer matemática, y Marie Curie, física y química cuyos estudios sobre la radiactividad sentaron las bases de la ciencia nuclear moderna, son ejemplos de un legado que sigue inspirando a mujeres y niñas en el campo de STEM, acrónimo en inglés que se refiere a Science, Technology, Engineering and Mathematics (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Además, Curie fue la primera mujer en recibir un Premio Nobel en 1903. Asimismo, Rosalind Franklin, cuyo trabajo fue crucial para descubrir la estructura del ADN, y Barbara McClintock, quien recibió el Nobel en 1983 por su investigación en genética, han contribuido significativamente al avance de la ciencia. Juntas, estas mujeres han abierto caminos y establecido un fuerte legado que continúa motivando a nuevas generaciones en el ámbito científico.

Hoy en día, aunque la presencia de mujeres en la ciencia ha aumentado, persisten desafíos significativos. Según un informe de la UNESCO-IESALC, solo el 30% de los investigadores en el mundo son mujeres. Además, en campos como la ingeniería y la tecnología, su representación es aún más baja. Por otro lado, WiSci (Women in Science) solo el 26% de los puestos en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas son ocupados por mujeres. A nivel global, las mujeres constituyen apenas el 35% de los estudiantes inscritos en disciplinas relacionadas con STEM.

Según la UNESCO, en 2014, las mujeres representaron un porcentaje levemente mayor (53%) de los graduados en pregrado y máster, pero su participación en el nivel de doctorado se redujo al 44%. Esta disminución refleja las brechas de género existentes, que se manifiestan en la falta de acceso a financiamiento y oportunidades de liderazgo. Las mujeres suelen recibir becas de investigación menores que las de sus compañeros hombres y obtienen menos reconocimiento de parte de sus colegas: solo el 12% de los miembros de las academias nacionales de ciencias son mujeres, señala la ONU. Aunque han alcanzado la paridad en los niveles de grado y máster, muchas graduadas de doctorado no eligen seguir una carrera en investigación o abandonan esta trayectoria prematuramente.

La brecha salarial sigue siendo un desafío significativo en el ámbito científico, ya que las mujeres suelen ganar menos que sus colegas masculinos. En Estados Unidos, aunque las mujeres representan el 57% de los estudiantes en educación superior, el ingreso promedio no ajustado de las mujeres es solo el 78% del de los hombres. Esta disparidad en los salarios no solo refleja diferencias en la experiencia y la ocupación, sino que también pone de manifiesto problemas estructurales, como la falta de oportunidades de ascenso y la persistencia de estereotipos de género en el lugar de trabajo. A pesar de los logros en educación y la creciente presencia de mujeres en campos científicos, esta brecha salarial continúa limitando su capacidad para avanzar en sus carreras y alcanzar su pleno potencial.

Según el Informe de coyuntura Nº 14 sobre el papel de las mujeres en la ciencia iberoamericana de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), en la región, la proporción de mujeres investigadoras en los campos de ingeniería, tecnología y ciencias agrícolas es inferior al 40% en todos los países. Además, solo el 45% de las publicaciones científicas en Iberoamérica incluyen a mujeres entre sus autores, lo que revela un marcado sesgo de género, especialmente considerando las áreas del conocimiento investigadas.

En Perú, el interés de las mujeres por las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) ha crecido en los últimos años, aunque aún enfrentan importantes desafíos. Fotografía: OEI

El informe señala que existen carreras que están fuertemente feminizadas, como lo es la enfermería en donde el 63% de los artículos incluyen la participación de mujeres. Sin embargo, en las áreas de conocimiento comúnmente asociadas con STEM, su presencia es significativamente menor. En matemáticas, solo el 25% de los artículos son firmados por autoras mujeres; en física y astronomía, este porcentaje es del 30%, mientras que en ciencias de la computación se sitúa en el 29%. Esta disparidad no solo refleja la subrepresentación de las mujeres en estas disciplinas, sino que también subraya la necesidad de fomentar su participación y apoyo en campos donde su contribución es crucial para el avance del conocimiento científico y tecnológico.

El informe también destaca la notable disparidad en el acceso a la educación superior para las mujeres en los distintos países de la región, lo cual es un factor clave para su futura incorporación en la carrera científica. Por ejemplo, en Chile, el 53% de las mujeres accede a estudios superiores, mientras que en Honduras solo el 17% logra hacerlo. En Perú, la situación es intermedia, con un 44.5% de la población femenina accediendo a carreras de educación superior. Esta variabilidad resalta la necesidad de implementar políticas que garanticen un acceso equitativo a la educación para todas las mujeres en la región. Según Women In Tech, solo 1 de cada 5 personas que trabajan en la industria tecnológica hoy en día es mujer, siendo esta una cifra alarmante para la contribución significativa de las mujeres en el entorno tecnológico.

A nivel mundial, solo el 10% de las mujeres eligen estudiar carreras en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Además, un informe de la UNESCO de 2019 revela que la tasa promedio de mujeres investigadoras a nivel global es de apenas 29,3%. En América Latina y el Caribe, las mujeres constituyen menos del 30% del total de investigadores en ciencia, y solo el 35% de los estudiantes en STEM en la educación superior son mujeres.

En el país el panorama es aún más desolador. De acuerdo con la SUNEDU, solo el 25% de estudiantes de las carreras de ingeniería son mujeres, la cifra se reduce a  5% para quienes optan por ingeniería mecánica, electrónica, civil o minas. Según el Registro Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica – Renacyt,  en el Perú las mujeres representan solo el 31.86% del total de investigadores científicos registrados en el país. Por lo que de cada tres investigadores peruanos, apenas uno es mujer.

Iniciativas y avances

A pesar de estas barreras, se están realizando esfuerzos para fomentar la participación femenina en la ciencia. Organizaciones como Girls Who Code y Women In Tech Gobal, buscan inspirar a las jóvenes a explorar carreras en campos científicos y tecnológicos. Asimismo, la creación de redes de apoyo, como WiSci (Women in Science), promueve la colaboración y el intercambio de conocimientos entre mujeres científicas, ayudando a crear un entorno más inclusivo y equitativo.

El camino hacia la igualdad en la ciencia sigue siendo un desafío, pero los logros de mujeres pioneras y las iniciativas actuales ofrecen esperanza. A medida que más voces femeninas se suman a la conversación científica, se espera que el panorama cambie, permitiendo que las futuras generaciones de mujeres contribuyan al avance del conocimiento y la innovación. La ciencia, en su totalidad, se beneficia de la diversidad y la inclusión, y el futuro promete ser más brillante con la participación activa de todas las personas, independientemente de su género.