Por Brenda Villalba
La recolección de residuos sólidos reutilizables representa una actividad esencial en el desarrollo de la economía circular y el modelo ecológico. El reciclar, reutilizar y el otorgar una nueva vida útil a los materiales desechados, es una labor que apoya no solo a la limpieza de los espacios públicos –sobre todo en las zonas urbanas- y el mantenimiento de la misma en relación al aporte medioambiental, sino también es una fuente de trabajo para millones de personas.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en América Latina se produjeron aproximadamente 231 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos en 2016, lo que significa un 11% de materiales sólidos en el mundo.
En este sentido, el trabajo de los recolectores constituye una de las principales acciones a la hora de reducir y contribuir al modelo circular que se han planteado los países; sin embargo, son uno de los sectores más vulnerables en relación a la formalización de su oficio y la falta de políticas públicas que regulen el trabajo. Normalmente este empleo es tomado por las personas que con mucha más fuerza la precarización laboral en los países latinoamericanos. Haciendo de esta labor su principal fuente de ingresos. Según Latitud R, alrededor de 2 millones de personas se dedican a esta actividad en América Latina y El Caribe, aportando el 50% de lo que se recicla en la región.
Junto con las problemáticas sociales y normativas, la informalidad del trabajo, las largas jornadas de trabajo, la paga ínfima ya que muchos trabajan independientemente. Como una respuesta a estos obstáculos en 2016 se creó la Red de Recolectores Latinoamericanos y el Caribe, La RedLacre, una organización que promueve y crea estrategias para integrar y representar a trabajadores recolectores en el continente, tanto nacionales como locales, de esta forma poder articular organizaciones y asociaciones en los diferentes países asociados, ya que “A lo largo de 3 décadas en América Latina y el Caribe, los recicladores de base hemos desarrollado distintos procesos de agrupación. Desde asociaciones de barrio locales, hasta movimientos nacionales que agrupan a organizaciones de recicladores de todo el país.”, menciona en su portal web.
Además, buscan incidir posteriormente en las políticas públicas y el reconocimiento de esta importante labor. Esta constituida por 17 países: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Panamá, Perú, República Dominica, Uruguay, y Venezuela.
Los recolectores también se tienen que enfrentar a la exposición y deterioro de su salud, hecho que empeoró notablemente con la llegada de la pandemia de la Covid 19. Junto a la desestabilización de su labor por las medidas restrictivas que se implementaron. Se vieron expuestos a la precaria situación en políticas públicas, su labor y las medidas de seguridad para realizarla.
“Durante esta crisis mundial sin precedentes, los gobiernos y el público también deben apoyar a los recolectores de residuos municipales, ya que representan un componente clave de la lucha de los países contra el virus. Según datos del BID, la gestión de residuos sólidos representa hasta el 40% de los presupuestos municipales en América Latina y el Caribe”, plasmaba BID.
RECOLECTORES EN BOLIVIA
En Bolivia no existen datos oficiales sobre la cantidad de población recolectora de residuos reciclables, sin embargo se estima que en total son 20 000 personas en este trabajo, y dentro de este número la mayoría lo toma como un trabajo de tiempo completo, según un artículo publicado por LabTecnoSocial “se estima que existen aproximadamente 10.000 personas que trabajan medio tiempo o tiempo completo recolectando material reciclable.”.
Las agrupaciones y las asociaciones se encuentran coordinadas entre sí, pertenecen a la Red de recolectores nacional, que a su vez esta ligada a la Red Latinoamérica y del Caribe, estos cuentan con el apoyo, capacitaciones y herramientas para el día a día por parte de gobiernos municipales y organizaciones no gubernamentales, sin embargo, pocos son los que gozan de personería jurídica.
Uno de los principales problemas a nivel nacional para los recolectores, es el transporte de los materiales y los centros de acopio y almacenamiento, son aspectos relacionados a cosas técnicas respecto a su trabajo.
En relación a los residuos en general, “Del total nacional diario, 87% (4.160 toneladas) se genera en el área urbana y el restante 13% (622 toneladas) en el área rural.” Según datos de América Economía. El conjunto de basura generada anualmente en Bolivia era de 1.7 millones de toneladas en 2012, del cual 55,2% pertenecía a materia orgánica, el 22,1% representaba residuos reciclables y el restante 22,7% era basura no reciclable. Según datos de Swisscontact en 2021, Bolivia solo recicla el 4% de la basura reutilizable.
En Bolivia, la Ley 755 de Gestión Integral de Residuos promulgada en octubre del 2015, reconoce el importante trabajo de los recicladores y plantea mejorar sus condiciones socioeconómicas; sin embargo, no se tiene avances significativos para el sector, las organizaciones no gubernamentales y empresas privadas son las que tienen mayor incidencia en el apoyo hacia estos sectores. La responsabilidad social por parte de empresas privadas, juegan un papel significativos en apoyo en materiales, herramientas y capacitaciones.
Sin embargo, las condiciones técnicas, materiales y de capacitaciones mejoran mucho más para las asociaciones ya establecidas y apoyadas pero existe parte de la población que aún no se encuentran integrados a este sector, es decir, trabajan de manera particular, y sus condiciones son más adversas, ya que a mayor cantidad de residuos recolectados se genera más ingreso económico, las personas que trabajan independientemente no pueden recolectar grandes cantidades, se encuentran expuestas mucho más al deterioro de salud, no existen herramientas que las ayuden, centros de acopio, y en ocasiones venden a intermediarios y no a una empresa directa, lo que quiere decir que el intercambio económico es inferior.
MUJERES RECOLECTORAS
En la tarea de la recolección de materiales sólidos, las mujeres conforman un rol protagónico a nivel latinoamericano. En Bolivia se estima la participación del 72% de mujeres y 28% hombres en el oficio, según datos del LabTecnoSocial.
Por ejemplo, en la ciudad de Sucre el 85% de los recolectores son mujeres; ellas con la ayuda de Fundación Paso conformaron asociaciones, situación que se repite con diferentes actores en varias ciudades del país. El poder realizar esta labor significa mucho para ellas, no solo el ámbito medioambiental, sino en lo social y lo político, es decir, gracias a esta labor, han encontrado el ingreso económico para mantener a sus familias, algunas, consiguiendo independencia económica, lo que a su vez significa contrarrestar la violencia económica. Reconociéndose y reconociéndolas como trabajadoras profesionales del reciclaje y empresarias.
De igual manera es importante resaltar las diferentes agrupaciones que existen para la limpieza y la recolección de desechos sólidos, en este sentido, los trabajadores de limpieza municipales que trabajan directamente con el gobierno local, posteriormente algunos de ámbito privado, y finalmente podemos mencionar a los de aspecto independiente.
En el caso de las dos asociaciones de recolectoras en Sucre, que recibieron fondos al desarrollo provenientes de Catalunya y de Holanda, así como una colaboración puntual del Gobierno Autónomo Municipal de Sucre (GAMS), con los cuales pudieron solventar y pagar la construcción de sus herramientas de trabajo, vestimenta identificativa, según un informe del BID. Pero más allá de la conformación técnica de las asociaciones, contaron con la capacitación de los derechos de las mujeres y el empoderamiento femenino, contrarrestar la violencia doméstica y consecutivamente la económica, todo esto relacionado además al cuidado del medio ambiente.
“Todos los días salimos a trabajar por el sustento de nuestras familias. Es un trabajo que nos permite ser independientes y con el que podemos salir adelante”, mencionaba María Benita Ortiz, Presidenta de la agrupación Bolivia Unida de Santa Cruz en una entrevista para el portal de Economy. En esta ciudad se contempla que el “72% de las manos son de mujeres jefas de hogar, que en su mayoría ha asistido a algún curso de primaria.”, según una nota de La Publica en 2015
En La Paz una de las agrupaciones de recicladores, es conocida como Reciclandantes, un grupo de aproximadamente de 40 mujeres, organizadas que reúnen y recolectan botella pet, latas y residuos que posteriormente serán vendidos y se procesaran para la reutilización y la transformación en materiales nuevos.
El grupo nació como una iniciativa impulsada por la agencia Sueca de Desarrollo Internacional, al reunir mujeres recicladoras que se dedicaban a esta actividad de manera individual, el trabajo conjunto busca juntar mayores cantidades de residuos y desechos para venderlas sin intermediarios a las empresas.
A diferencia de las anteriores asociaciones mencionadas, también existen las más desfavorecidas dentro de estas agrupaciones; y son las agrupaciones independientes, que no cuentan con un apoyo directamente de alguna organización gubernamental, ni por parte de los gobiernos municipales. Por ejemplo, en la ciudad de Cochabamba nos encontramos con las Eco recolectoras, un grupo que se fue articulando desde el 2012 y está conformada por 111 familias, donde trabajan hombres, niñxs, nietxs, y en su gran mayoría mujeres. A través de una nota realizada por LabTecnoSocial, se muestra el ingreso económico por día. Las eco recolectoras ganan entre 25 a 30 bolivianos por día.
Algunas agrupaciones tienen rutas y sectores específicos para trabajar, otras no; otras van de puerta en puerta para recolectar materiales, mientras que otras en contenedores y puntos verdes. Algunas tiene horarios para desarrollar esta labor, mientras otras ocupan todo el día recolectando los desechos sólidos, las realidades que se presentan en los recolectores, son diversas; sin embargo, las problemáticas a las que se enfrentan muchas de estas agrupaciones día con día, son similares, sobre todo en la formalización y el apoyo en políticas públicas.
“Si bien existe una legislación nacional sobre la gestión integral de residuos sólidos, aún está en tratamiento una ley específica para apoyar el trabajo y el reconocimiento de los recolectores, la Ley del Reciclador, que fue aprobada ya en la Cámara de Diputados y está ahora en una comisión de la Cámara de Senadores”, hace referencia La Publica a un estudios realizado por Omar Andrade, Isabella Prado y Cecilia Moreno. Mencionando además la implementación de normativas locales que ayudaron a la visibilizarían y la mejora de las condiciones de trabajo para este sector.
La actividad recolectora significa mitigar el impacto ambiental, sobre todo en las zonas urbanas. La importancia de reducir basura de los rellenos sanitarios de cada ciudad, además de implementar, apoyar el modelo circular y dar una nueva vida utilizable al producto, es un trabajo fundamental, y los recolectores, son los principales encargados de realizar esta labor. Además de contribuir a la concientización de la ciudadanía en la cultura del reciclaje. Es igual de importante reconocer su trabajo, y los aspectos que se entrelazan y entretejen con el género.
La fuerza, el valor, su contribución al modelo circular, a la mitigación del impacto ambiental en las ciudades; la recolección, selección y posterior reutilización, junto con la búsqueda de su independencia financiera, la lucha con la violencia económica y doméstica, su empoderamiento como emprendedoras, las hace grandes profesionales del reciclaje.