Por Mya Sánchez

El entorno educativo sigue sin ser un espacio seguro para todos. A propósito del Día del Orgullo, conoce la lucha de tres colectivos de Reformas Trans en universidades del Perú y sus conquistas en materia de derechos para las personas trans.

Como en toda lucha social, los estudiantes se caracterizan por ser los bastiones más resistentes. La lucha LGTBIQ+ no es la excepción. De hecho, son ellos quienes desde las aulas y pabellones universitarios se organizan para defender su justa causa. 

Como es sabido, la situación de vulnerabilidad de las personas disidentes no es la misma. Las personas transgénero enfrentan como problemática principal la negación de su identidad, lo que restringe su acceso a muchos otros derechos y las somete a la violencia estatal, simbólica, física y psicológica.

Uno de los entornos donde el reconocimiento de su identidad representa una barrera es el educativo. Es por ello que en distintas universidades del país, los estudiantes han formado colectivos que bajo el nombre de Reforma Trans buscan hacer de los espacios académicos lugares cada vez menos hostiles para las personas trans.

Reforma Trans de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Allá por el 2019, Pier Tapia y Adriana Aguirre percibieron lo engorroso que era solicitar el cambio de nombre en las listas de estudiantes de su universidad. A pesar de que las gestiones individuales para que sus identidades sean reconocidas tenían el respaldo incluso de una decana, la praxis de algunos estudiantes y docentes distaba de esa buena fe.

Es por ello que en octubre de ese año, gracias a la asesoría del consultorio jurídico Únicxs y la abogada Maria Alejandra Espino, presentaron la Propuesta Política de Identidad de Género. De manera paralela, iniciaron una campaña en redes a través de la plataforma Change.org. Asimismo, con el fin de convocar a más estudiantes trans y no binaries, se emprendió el Censo Trans UNMSM en el año 2020. 

Hace algunos meses, lograron incluso que la universidad emitiera una resolución para que sea posible solicitar a la Red Telemática la modificación del correo institucional por el nombre social. “Pero lo ideal es que el cambio sea en la plataforma del Sistema Único de Matrícula (SUM) y en nuestras identificaciones dentro del campus”, explica Aguirre.

El colectivo de la universidad San Marcos continúa trabajando de manera consistente para lograr que se acepten los cuatro ejes transversales que proponen: reconocimiento del nombre social, servicios higiénicos apropiados, sensibilización de la comunidad universitaria y un reglamento sancionados de atentados contra la comunidad trans y no binaria. “La identidad es un derecho en sí mismo”, añade la activista.

Reforma Trans de la Universidad Peruana Cayetano Heredia

A pesar de tener poco más de un año, los estudiantes de la UPCH han dado pasos de gigante. Valeria Roldán, parte del equipo del colectivo, explica que en un contexto de transición de la directiva de la universidad, un grupo de representantes estudiantiles LGTBIQ+ consideró oportuno visibilizar la realidad de estudiantes trans y no binaries en el campus.

Fue así que redactaron en conjunto un documento que fue finalmente aprobado por la universidad en agosto del año pasado. Esto hizo posible reformas como el cambio de género y nombre en la documentación interna de la universidad. “Esto por el momento es posible en Blackboard y el correo electrónico institucional, pero el objetivo es que todas las plataformas y carnes también apliquen el cambio”, precisa Roldán.

Asimismo, su trabajo destaca por buscar capacitar a la comunidad herediana en materia de género. Por ejemplo, en la Facultad de Medicina han implementado módulos educativos sobre salud trans y tienen previsto publicar pronto los videos que se utilizaron para el público general.  

La implementación de baños neutros es también uno de sus objetivos. De hecho, la Facultad de Salud Pública ya cuenta con estos espacios, pero vienen trabajando para que pronto las demás facultades tengan al menos uno. 

Tanto Roldán como sus compañeros son conscientes de que aún quedan muchas instancias a las que el cambio debe llegar. “Apenas vamos en los primeros pasos del primer pilar de la propuesta. Sabemos que con la aprobación de la reforma el trabajo recién empezaba y es lo que estamos intentando hacer, trabajar para que el resto de cambios se implementen”, labor a la que invita a unirse a toda la comunidad trans herediana.

Reforma Trans de la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa

Bruno Montenegro vivió en carne propia las barreras que dificultan a tantas personas trans el término de sus estudios. Dos profesores suyos, en un claro intento de vulnerarlo, se negaban a usar su nombre social. Incluso uno de ellos lo amenazó con no tomar en cuenta sus entregas y trabajos por firmarlos como Bruno, a pesar de conocer su proceso de transición.

“Me hacían problemas al tratar de ingresar al campus universitario y decían que no era yo, que estaba suplantando a otro estudiante, y lo mismo al momento de hacer trámites o pagar mi matrícula”, cuenta Montenegro.

Fue entonces cuando decidió tomar acción para que la situación no quedara impune. Con el apoyo del colectivo Fraternidad Trans Masculina Perú, al que pertenece; su asesor legal Fhran Medina; y sus compañeros de la Escuela de Comunicación, empezó a hacer incidencia política dentro de la universidad.

Comenzaron con un memorial dirigido al Consejo de Facultad de su carrera para visibilizar la situación de los estudiantes trans y la importancia de tener una normativa que les permita usar el nombre con el que se identifican dentro de los servicios de la universidad. 

Al documento, adjuntaron información de la Reforma Trans de la Pontificia Universidad Católica del Perú para exigir el mismo trato que reciben alumnos trans de universidades particulares. Asimismo, recibieron apoyo de otros gremios estudiantiles, como Defensoría Universitaria y colectivos feministas dentro de la misma universidad para tener todo el respaldo universitario, y de la Defensoría del Pueblo en Arequipa. 

El soporte del despacho del entonces congresista Alberto De Belaunde, que envió una carta a la universidad solicitando la aprobación de la normativa, fue también crucial, además del posicionamiento en medios de comunicación. Finalmente, a inicios de agosto del 2019, luego de una sesión con el consejo universitario, la UNSA se convirtió en la primera universidad pública en aprobar la Reforma Trans.

“Uno de los logros más grandes es tener un carné universitario con nuestros nombres. Es muy simbólico porque es muy complicado tener un DNI que nos represente. Además, todos los espacios universitarios virtuales y físicos se actualizan con nuestros nombres, como las listas de asistencia, correo institucional, aula virtual y el Meet”, agrega Montenegro.

No obstante, la emergencia sanitaria causó que algunos de los proyectos quedaran en pausa, como la capacitación y sensibilización a todos los profesores, personal administrativo y a estudiantes sobre el respeto de la diversidad sexual y de género, y la creación de baños neutros, debates que seguro pronto se retomarán.