Por Zoila Antonio Benito y Arleth García

Ivy Queen, Natti Natasha, Karol G y Becky G. Foto: La República Perú

A raíz de la conversación que tuvimos con especialistas de reggaetón y twerk, que la puedes ver aquí, compartimos algunas de las perspectivas más resaltantes sobre los orígenes de este género musical, el porqué se dice que hay cierta apropiación cultural por algunos artistas y su vinculación (o no) con el feminismo.  

¿Qué es el reggaetón? Es la pregunta que desde La Antígona nos hemos hecho en el conversatorio Yo perreo sola: reggaetón, twerk y feminismos. Con Loraine Rosado, integrante del colectivo Hasta ‘Bajo proyect; Katelina ‘Gata’ Eccleston, historiadora de reggaetón y fundadora de Reggaetón con la Gata; María Alejandra Carrillo, magíster en Musicología y Mery Queen, integrante de Zorroras Twerk, responderemos esta y más dudas. 

Los orígenes del reggaetón

“El reggaeton es amor. Es resistencia”, señala ‘Gata’ Eccleston. “El reggaeton nació en parte de Panamá y Puerto Rico, en medio de resistencias contra la policía y su brutalidad. Tiene una historia que viene del reggae que nació en Jamaica, los afroantillanos migraron hacia Panamá para trabajar en el canal. Con ello, trajeron sus esfuerzos y ánimos para salir adelante y su cultura, como la comida y la música. Esta música nació en los barrios porque necesitaban un medio de resistencia desde el reggae y el dancehall para reclamar su espacio”, recalca. 

Loraine añade tres factores importantes dentro de este género: “Es cultura, memoria y conexión. Es cultura porque nace de personas de sectores marginados, que necesitaban hacerse sentir y escuchar. Memoria porque representas tu experiencia de vida a través de la música, recoge la experiencia de vida de estos sectores. Y es conexión porque hay unión del caribe, la afrodescendencia, la diáspora en USA: cada país se va uniendo y va creando una explosión brutal”, refiere. Por su parte, Mery Queen asegura que ahora prefiere escuchar reggaetón feminista. “Pero antes el reggaeton era para mí fiesta, amigos, amigas, chicos, chicas, parejas, calle. Es muy lindo”, indica. 

“Hay muchas mujeres que hemos podido hacer propio el discurso del reggaetón”, comenta María Alejandra. Foto: 24 horas

Para aquellas personas que no terminan de conectar con este género, ‘Gata’ les tiene un mensaje. “Le diría que quizá no fue creado para ti. Nosotros no lo tenemos en mente. Ahora esta música se ha vuelto mundial y eso es lindísimo. Hay mujeres que también rechazan eso porque para ellas es demasiado vulgar, cada quién tiene su gusto y eso también se puede respetar”, afirma. Asimismo, para las panelistas no es imposible asociar al reggaetón con la mujer y con los feminismos que pueden manifestarse en representantes o canciones. 

“Hemos pasado de personajes como Ivy Queen a otras cantantes que tal vez representan a mujeres más heteronormadas, más modelos, como Karol G, pero al mismo tiempo también tenemos nuevos ejemplos como Miss Nina de Argentina y que, por ejemplo, sus letras son mucho más explícitas. El reggaetón sigue siendo asociado como vulgar, que cosifica a la mujer, pero hay muchas mujeres que hemos podido hacer propio ese discurso a través de la corporalidad bailándolo, porque me siento dueña de mi cuerpo y me sé las letras, bailo y canto a la vez y eso no me define como ser humano. Es un lado de mí que se expresa en ese momento”, asevera María Alejandra. 

Reggaetón y apropiación cultural 

‘Gata’ nos comenta su experiencia. “El otro día entrevisté a J Balvin, él dice ‘La música es para todos’. Es verdad que la música es para todos, pero la manera que funciona esta industria no siempre da accesibilidad u oportunidades a los que vienen de los barrios en los que esta música se desarrolló. Me encantaría saber cuál es el acento de alguien de Argentina, Chile o Perú. Pero estamos asociando el reggaeton y el éxito de reggaeton con lo boricua. Ahí hay mucho daño y falta de dignidad y respeto, porque se asocia como un disfraz como un ‘tienes que comportarte de tal manera para pegar en este mercado’”, asegura. 

Loraine sigue lo dicho por la ‘Gata’: “Pienso en artistas como Rosalía, inclusive Naty Peluso o Karol G que a veces es un poco problemático precisamente por esta cuestión de la apropiación de algunas de las estéticas. Pienso en “Bichota”. Me encanta porque me relaciono rápido con Puerto Rico, pero Karol G no es puertorriqueña”, indica. Es importante también considerar y pensar en la industria que hay detrás, llámese mánagers, equipo de imagen y más, que ejercen presión en las artistas. Ellas no son víctimas ni tampoco tienen toda la culpa. 

Por su parte, María Alejandra dice: “Cuando Rosalía canta ‘El dembow lo canto con hondura’ y todo esa introducción que ella hace en esa primera parte de ‘Con altura’, está mezclando cosas que quiere hablar desde una realidad latinoamericana en vez de hacer un reggaetón desde su propia realidad, que es igual de válido. Ahí está el punto de quiebre: quién lo compone, desde qué realidad va a hablar y con qué se quiere apropiar o no”, afirma. 

Loralaine secunda: “Hay quien piensa que Rosalía ya está haciendo reggaeton feminista, pues okay, pero es lo mismo que pasaba con las corrientes feministas que están fuera de la música. Las feministas de Europa tienen una forma de luchar, pero el feminismo en Latinoamérica es distinto. Las feministas de allá no se pueden identificar con las luchas que hay acá”, avala. 

Reggaetón y feminismos

¿Se podrá asociar estos dos términos? Loraine comenta: “Sabemos que el reggaetón también repite la cosificación extrema, la sexualización extrema, pero eso no es algo que produce en sí mismo el retorno del reguetón, sino es la sociedad y cultura en la que vivimos. Si no hubiese existido reggaetón, ¿hubiese existido tal vez otro género musical que iba a estar replicando las mismas cosas de otra forma?”, se cuestiona. 

La ‘Gata’ asegura que sí hay reggaetón feminista. “A mí la que siempre se me borra en la trayectoria del reggaetón es La Atrevida, “la primera dama del movimiento”. Ella hizo canciones diciendo “Sin plata no hay nada, papi sin plata, no hay amor” hablando de la autonomía de la mujer, la agencia de la mujer y el respeto de la mujer. En tanto, para Mery Queen es cuestión de “a quién escucho, por qué lo/la escucho y qué letras escucho”.

Video: YouTube

Por su parte, María Alejandra considera que el término ‘reggaetón feminista’ se debe tomar con cuidado. “Es una etiqueta y ya. En el contenido o producción podemos ver mucho más si es o no reggaetón feminista. Es un tema de cómo se define la artista en su momento y sus consumidores. Lo bacán es que el reggaetón no se ha agotado y siempre encuentra temáticas nuevas qué incluir y muchas veces esas vienen desde los márgenes, desde sus orígenes con temas políticos, raciales, ahí va a seguir creciendo”, opina.  

Asimismo, Loraine asegura que el reggaetón no es ni machista ni feminista. “Se está creando, pues hay una bola feminista dentro de reggaetón. Antes no estaba claro qué era reggaetón feminista, pero sí habían mujeres que tenían esas semillitas de lo que podía ser el reggaeton feminista. Un ejemplo, cuando Glory le contesta a Don Omar en la canción ‘Dale Don Dale’: ‘Dale papi, que estoy suelta como gabete’ eso no es más que validar y confirmar que sí, yo también estoy puesta para lo que tú quieras hacer. La mujer puede ser sexual, el reggaetón vino a dar ese empujoncito. No estoy diciendo que sea la salvación del feminismo, pero sí le ha dado un espacio a la mujer”, afirma.

Para María Alejandra, las mujeres juegan un rol súper importante en esta industria. “Está hecha para nosotras. Para vernos bailar, gozar en todos los sentidos tanto en el sexo como en el baile como en la casa, mientras lo escuchas, bailas o perreas”, señala. En el caso del twerking, baile donde, con las rodillas flexionadas, hacemos movimientos de cadera con el ritmo de la música, ella considera que se debe de dejar de pensar de forma despectiva de las mujeres que lo practican. “Son conceptos muy tradicionales donde hemos sido criados casi todos en Latinoamérica: o eres buena o mala, o eres santa o una mala mujer. No somos seres unidimensionales. Al final es un género musical más y hay para todo el mundo en el maravilloso mundo de la música. A la gente que no le gusta, debería dejar de arañarse”, comenta. 

Al momento de bailarlo, ya sea twerking o perreo, ‘Gata’ nos trae una premisa interesante: todo perreo es reggaetón, pero no todo reggaeton es perreo. “En algunos temas de reggaetón hay esa esencia de baile y en otras no me puedo imaginar moviendo las caderas, por el estilo más pop, como lo hacen en el verdadero perreo. Son dos géneros diferentes”, menciona. 

Las dinámicas de este género musical continúan expandiéndose, al tener como exponentes y temas principales a las poblaciones LGBTIQ+. “Por ejemplo con la canción “Cuerpa” de Ana Macho o Villano Antillano sí existe reggaeton feminista”, asegura Loraine. “Pensaba citar a DJ Lares, nos dice que el reggaeton se hace feminista en tanto que se hace un esfuerzo de consumirlo de maneras distintas. El consumo es el cómo se consume. Además, todo medio artístico tiene potencial y un historial de ser machista, pero también ha tenido la posibilidad de hacer algo distinto, entiendo que eso también se puede aplicar al perreo y al twerking”, concluye. 

María Alejandra finaliza con que el reggaetón será o no feminista con la decisión de quién lo escucha, cómo lo escucha y practica. “A medida de eso creo que tenemos que ir trazando, cuestionando y quitarnos la venda de los ojos de pensar que solo hay una verdad y asumir que escuchar reggaetón no es solo escuchar solo a mujeres, sino también a hombres y cuestionarnos cuáles son los límites de nuestros discursos y de nuestras prácticas, ya sea para deconstruirlas o para reflexionar al respecto. No hay un solo camino recto, sino que estamos en un constante revisar de nuestros actos. La música es también un espacio donde lo podemos hacer y donde podemos tener mucha agencia corporal, vocal y musicalmente”, termina. Mientras tanto, nosotras iremos a poner reggaetón nuevo y del old school en nuestra lista de reproducción.