Por Zoila Antonio y Melanie Soca. Ilustraciones por Gianella Guibovich, Katt Aguirre y Dana Rugel de Juntas Espacio
Coordinadora Nacional de RedLacTrans en Perú, abogada y activista. Ella es Miluska Lusquiños. En esta entrevista, comenta con preocupación la situación de las mujeres trans durante la pandemia, el origen y desarrollo de la Casa Zuleymi -de la que es fundadora- y, sobre todo, las razones por las que una ley que proteja la identidad de género de hombres y mujeres trans es necesaria en una sociedad democrática como la peuana.
Miluska empieza esta entrevista con el celular en la mano, mientras está conectada a Zoom. Hace un pequeño recorrido por su habitación en Lambayeque y por sus recuerdos. Entre fotos de su pasado, recoge orgullosa el Premio Franco Alemán obtenido el 2019, por su labor en favor de los derechos humanos. También hay espacio para el amor, al mostrar un torito de Pucará, artesanía peruana, que su pareja le ha regalado. En segundos, la ilusión aterriza en la realidad. Llegó la hora de conversar.
¿Cuál es la situación actual de las personas trans en Perú?
La pandemia ha agudizado la violencia, los crímenes de odio por identidad, y por expresión de género. En el marco de las políticas de ‘pico y género’ dictadas por el gobierno pudimos registrar hasta 17 casos de violencia contra personas trans: violencia que iba desde detenciones arbitrarias, retención de DNI, prohibición de tránsito a supermercados, farmacias y maltrato psicológico. Todo ello, responde a una línea de machismo y transfobia interiorizada dentro de los mismos sistemas que deberían protegernos. A este peligro se suman 5 transfeminicidios ocurridos en el 2020, y 4 en lo que va del 2021.
¿Qué problemas se han hecho más visibles en la pandemia?
Durante la cuarentena siguieron matando y violentando a las personas trans. La sobrevivencia de las que están en situación de calle fue dramática, porque no podían salir y la mayoría que están en Lima, Callao y regiones viven de la prostitución. El tema de la crisis alimentaria fue inminente. A ello le sumamos el desabastecimiento de medicamentos retrovirales dentro de los hospitales de atención y respuesta para el VIH/ SIDA. No se recibía tratamiento, no han hecho carga viral.
Hay un problema latente de salud pública: nos falta años luz de inversión no solo económica sino humana. De cómo cualificamos y cuantificamos la vida de las personas. Mujeres trans se fueron a hacer la prueba del descarte de COVID-19 y no se les quisieron hacer con tratos muy denigrantes y excluyentes. Varias murieron sin saber su diagnóstico.
Ante ello, hicimos eco para que el tema de personas que viven con VIH puedan ser incorporadas en la vacuna, que ya se logró. Hemos incidido ante el gobierno para tener respuestas activas y que la mayor cantidad de personas trans puedan estar vacunadas, porque la constante es que se vive con VIH y la prevalencia es casi del 40% que conoce su diagnóstico. Ante ello, vemos el tema político con estas propuestas políticas que no garantizan derecho y continuidad de estas luchas . Se nos vienen cinco años muy difíciles y complejos.
Al ser una de las principales promotoras ¿Cuál es la situación actual de la Ley de Identidad de género?
En el 2016 se presentó el proyecto y desde entonces se viene trabajando. Fue asignado a dos comisiones: Comisión de la Mujer y Familia y, Comisión de Constitución y Reglamento. La estructura de esto es que las dos comisiones deben opinar a favor o una puede inhibirse y otra estar a favor para que pueda pasar al Pleno del Congreso.
Logramos hace poco el dictamen favorable de la Comisión de la Mujer y Familia. Estamos en la Comisión de Constitución y Reglamento con perspectivas muy favorables. Ellos tienen especialistas que hablan sobre el tema con mayor claridad. (Sin embargo) consideran que algunas cosas deben ir y otras no. Yo veo que solo quieren dejar el nombre dentro del proyecto, pero si solo dejamos el nombre va a pasar lo mismo que con los que lo cambian a través de procesos judiciales: la discriminación no disminuye, la inserción laboral no cubre porque la violencia sigue estando sobre la población identificada como trans.
Si no hay identidad de género, como siempre le hemos dicho a los funcionarios públicos, no hay democracia. Sin identidad de género no hay políticas públicas que permitan acceder a una ciudadanía plena. Para nosotras es importante esperar la otra sesión de Comisión de Constitución y Reglamento. Lo que queríamos es que esta comisión se inhiba, pero lamentablemente va a emitir un dictamen, que no creo que sea favorable. En el peor de los casos, ese proyecto antes del 28 de julio puede pasar al archivo.
Actualmente, las dos comisiones están conformadas por los siguientes congresistas:
Comisión de la Mujer y Familia
- Mónica Elizabeth Saavedra Ocharán (Acción Popular)
- Carolina Lizárraga Houghton (Partido Morado)
- María Martina Gallardo Becerra (Podemos Perú)
Comisión de Constitución y Reglamento
- Luis Alberto Valdez Farías (Alianza Para el Progreso)
- Carlos Alberto Almeri Veramendi (Podemos Perú)
- Freddy Llaulli Romero (Acción Popular)
¿Por qué es importante esta ley para las mujeres trans?
Es necesaria para poder implementar esta ley dentro de las instancias del Estado. Debe garantizar una educación libre de violencia, para que puedan estar incorporadas al sistema laboral y mejorar condiciones de vida, generar proyectos de vida. Asimismo, no podemos hablar solo de VIH, porque la persona trans también muere de cáncer o de diferentes enfermedades. Hay que hablar de cómo incorporamos la violencia que se ejerce contra la población trans dentro de los lineamientos de atención de los centros de emergencia mujer y cómo deben responder de manera asertiva cuando una persona trans va hacer la denuncia a estos establecimientos. No es solo la aprobación de la Ley de Identidad de Género, sino es toda una línea de incorporación de políticas públicas y respuesta inmediata ante la situación que viven las personas trans en el Perú.
En estas elecciones, el voto para Congreso, municipio, gobierno regional y presidente es el único espacio donde las personas trans hacen ciudadanía. Me parece excelente la iniciativa del Jurado Nacional de Elecciones de destacar el protocolo para salvaguardar la integridad física y psicológica de las personas trans en el contexto de las elecciones. Históricamente, pudimos registrar casos de violencia en las votaciones donde se iba contra la identidad de género de las personas trans.
Nosotras estamos contentas de haber presentado el proyecto de identidad de género en el 2016 con consulta participativa, donde las organizaciones del interior del país pudieron participar y coincidir en que se tenía que tener una ley de identidad de género. Lamentablemente estos cinco años han sido bastante irregulares políticamente, así como en el marco de los movimientos antigénero. La gente antiderechos ha tratado de bloquear toda postura relacionada con el género, con la penalización y criminalización de la identidad y expresión de género.
¿Cuál sería el impacto de esta ley?
Han surgido muchas cosas relacionadas: tenemos el protocolo de atención en Reniec en el marco del plan Perú Libre de Indocumentación Plan Nacional 2017-2021, el informe de la Conacod que recomienda proceso administrativo mientras no se aprueba la Ley de identidad de género, el Informe Defensorial N° 175 que habla sobre la identidad de género y avances importantes como la norma técnica Trans entre el Ministerio de Salud, indica que en los establecimientos de salud las personas trans ser llamadas por su nombre social y las mesas que se han podido instalar en torno a la identidad de género en estas elecciones. Para nosotras han sido logros muy importantes.
“Nosotras hemos venido trabajando bastante y buscando recursos para responder de manera solidaria. Es necesario que el gobierno también nos ayude, sea colaborativo y participativo no solo en el discurso. Los ministerios sacan sus flyers para decir Día del Orgullo y las empresas se pintan de colores, pero no vemos nada real que mejore las condiciones de vida, solo en el mundo virtual”
Eres la fundadora de la Casa Trans Zuleymi ¿Cómo ha sido el proceso para gestionarla en todos estos años?
La Casa Trans Zuleymi es un desafío que hasta hoy sigue resistiendo para sobrevivir, nunca tuvo ni un solo sol de apoyo. Se autogestiona en un espacio donde habitaba en Surquillo, surgió así. Logramos conseguir las computadoras de donativos, algunas cosas que pudimos comprar con remanentes de proyectos que teníamos y se logró hacer el espacio. Hasta hoy seguimos buscando la sostenibilidad.
Lo que sí nos pone contentas es que en otras ciudades se hizo la réplica de casa trans. Compañeras que desde su casa, cocina o salita están articulando y lo llaman casa. Eso es bueno. Destacar que son espacios autogestionados que nacen desde la base comunitaria y que son para la base comunitaria.
La casa trans es un espacio donde pueden llegar y recibir condones, lubricantes, alguna información y ahora alimentos no perecibles que pueden recogerlos. Esperamos que para este 2022 estén todas vacunadas y en enero poder abrir, porque tenemos muchos sueños y compromisos pendientes en torno a la respuesta de este espacio.
Estamos preparando un plan con talleres de autocuidado, de seguridad digital y seguir con las pruebas rápidas de descarte y diagnóstico. Estamos trabajando para incluir lineamientos contra la COVID-19 y seguir con la asistencia alimentaria. Quisiéramos dar más, pero no podemos. Nosotras hemos venido trabajando bastante y buscando recursos para responder de manera solidaria. Es necesario que el gobierno también nos ayude, sea colaborativo y participativo no solo en el discurso. Los ministerios sacan sus flyers para decir Día del Orgullo y las empresas se pintan de colores, pero no vemos nada real que mejore las condiciones de vida, sólo en el mundo virtual.
“Cada vez que voy al interior del país, me encuentro con muchas Zuleymi, tratando de sobrevivir esta puta vida inesperada que les tocó vivir. Niñas de once o doce años atendiendo bares, teniendo sexo sin condón y sin mirar qué hay más adelante. La vez pasada conversaba con una chica de doce años en Punchana. Le digo ‘Debes usar condón’. Ella me dice ‘Pero para qué madre, de algo tengo que morir’”
¿Cuáles son las respuestas solidarias que se manejan en la Casa Trans Zuleymi?
Se ha pagado alquileres a 620 mujeres trans de Lima y Callao desde que comenzó la pandemia previa evaluación, si es que lo necesitan. Se hace una transferencia bancaria. De ahí la compañera envía la foto, muchas desaparecieron, nos bloquearon de WhatsApp, otras sí…pasó de todo.
Sin embargo, hay que entender que son condiciones de sobrevivencia. Si a una persona le diera 100 soles, puede estar en alcohol, drogas, dependencia emocional…te hablo del ‘Caficho’ (proxeneta) o marido de turno. Si reciben 100 o 150 soles, lo primero que hacen es salir del mundo del dolor a través de las drogas y el alcohol. Es algo que inhibe todo ese dolor que el sistema nos ha interpuesto. Nosotras interpretamos así esa no respuesta después de entregar el recurso. Esperamos en algún momento que la situación cambie, que ellas entiendan que son muy valiosas para nosotras y para el feminismo. Lo poco que podemos hacer lo hacemos de todo corazón.
¿Por qué Zuleymi?
Zuleymi fue una niña trans que fue asesinada en Trujillo. Cuando decidimos abrir este espacio, vimos que ella representa a todas las personas trans, y el constructo de violencia que viven en el Perú. A muy temprana edad tienen que hacer prostitución para comer, salen de casa empujadas por la violencia familiar o por la violencia social dejan escuelas con sus sueños truncados. El primer sueño de las niñas y adolescentes trans es reafirmar su identidad de género a través de feminizaciones corporales que muchas veces les cuesta la vida. Zuleymi nos representa, por lo que decidimos que esta casa, que significa lucha y resistencia, debería llamarse así.
Cada vez que voy al interior del país, me encuentro con muchas Zuleymi, tratando de sobrevivir esta puta vida inesperada que les tocó vivir. Niñas de once o doce años atendiendo bares, teniendo sexo sin condón y sin mirar qué hay más adelante. La vez pasada conversaba con una chica de doce años en Punchana. Le digo ‘Debes usar condón’. Ella me dice ‘Pero para qué madre, de algo tengo que morir’. Esa es la visión que tienen la mayoría de compañeras al ver un Estado silencioso, que las sigue violentando y que las deja morir en esa habitación de tres por dos metros cuadrados del Centro de Lima.
La lucha del movimiento trans va más allá de tener un DNI: es tener políticas públicas, que tengamos mejores condiciones de vida, que nos dejen de matar, de violentar, que las niñas y adolescentes lleguen de regiones a Lima con condiciones favorables. Hay que comenzar a mirar a la población trans no como voluntariado para que se haga la prueba de VIH y su diagnóstico de descarte, sino como una población que necesita movilizar recursos para que sus organizaciones de base sigan funcionando y dando los servicios de acompañamiento que el Estado no puede dar.
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Al ya estar a puertas de finalizar este mes del orgullo, no debemos olvidar que el movimiento LGBTIQ+ fue iniciado e impulsado por mujeres trans. Esta entrevista va dedicada a todas aquellas que resistieron y continúan haciéndolo.