Por Johanna Gallegos

THEMED SHOOT | PLASTIC LIFE |Simon Singh

Ante su misma progenitora y con lágrimas en los ojos, Macarena Vélez, la actriz, modelo & sportswoman Co-Founder de su propia marca pember.pe admitió haber sufrido un trastorno alimenticio durante años debido a los comentarios y críticas que recibió de parte de sus familiares, en redes sociales y centros de trabajo como el programa de reality “Combate”. Su valiente testimonio pone al descubierto que esta práctica es más habitual de lo que se cree y que puede venir desde lugares y grupos sociales cercanos a nosotros. 

Ya lo contaba Cielo Latini, escritora argentina, en su primer libro “Abzurdah”. 

“Aquella noche no dejé la mayonesa, pero tampoco dejé de pensar en la cara de mi mamá mirando comer casi con as- co y en por qué ella usualmente comía ensalada.”

Vivir un trastorno de alimentación con poca o nula red de apoyo y que indirectamente haya sido generado por nuestras primeras referencias de vida como lo son los padres, es difícil para cualquier adolescente o joven sin importar su rango social. 

En los recientes años, tras la pandemia, se ha visto un incremento de casos de mujeres y hombres que desarrollan trastornos de alimentación (TCA). Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, publicado en 1994 por la Asociación Americana de Psiquiatría, existen diversos TCA’s de distintas clases siendo los más comunes la anorexia: purgativa (con comportamientos de purga como uso de laxantes) y nerviosa; la bulimia: purgativa y no purgativa (en el cual la persona utiliza otros tipos de conducta compensatoria como el ayuno o el exceso de ejercicio) y el trastorno por atracón (donde se da el consumo de alimentos de manera excesiva con una clara sensación de pérdida de control y que podría afectar hasta al 2,6% de la población a lo largo de su vida).

En Perú, el registro de pacientes jóvenes también ha sufrido un incremento. De acuerdo a Gaba (Grupo de Autoayuda en Bulimia y Anorexia) se estima que más del 10% de adolescentes peruanos, tanto mujeres como hombres, sufren anorexia y bulimia

Tras los trastornos y la vergüenza 

¿Qué influye para que alguien desarrolle un TCA? Factores estresantes como los conflictos familiares, el estrés académico, el acoso escolar y la baja autoestima pueden contribuir al desarrollo de un trastorno alimentario, afirmó la Dra. Courtney Davis del servicio de medicina adolescente del Hospital de Mujeres y Niños KK (KKH). Sin embargo, un factor del que no se habla son los recuerdos de nuestra infancia. Momentos que desde nuestra niñez, almacenamos y que se convierten en heridas que traen consecuencias en nuestra autoestima. 

La participante del programa “El Valor de la Verdad”, Macarena Vélez, reveló algunos recuerdos de niña que pueden acercarse a ejemplificar estos conceptos. Según explicó, cuando era una adolescente comía por ansiedad debido a problemas en su hogar. Sin embargo, su madre le dijo que se veía subida de peso, según ella, con la intención de que dejara de comer, pero estas palabras la marcaron y la llevaron a desarrollar un tipo de TCA: bulimia. 

En esencia, estaba siendo criticada por su madre por su físico; estaba sufriendo comentarios típicos de “body – shaming” o la práctica de avergonzar a alguien por su aspecto físico, acción que se ha vuelto pan de cada día y más aún con el desarrollo de redes sociales. Asimismo, el body – shaming llama a no solo burlarse o criticar el peso, el cuerpo, si no los hábitos alimenticios de alguien que ya podría ser considerado con sobrepeso. Según estudios, está vinculado a la depresión , la ansiedad, la baja autoestima, los trastornos alimenticios y la abstinencia al ejercicio. 

El recibir estos comentarios de familiares y amigos es duro. El debate en torno a la humillación corporal de parte de nuestra red familiar y social principal es un tema que no debemos obviar y que se ha visto expuesto gracias a casos como el de Macarena -en Perú- y otros relatos de personalidades de Hollywood. Uno de ellos, quizá el más polémico, fue el de la modelo Gigi Hadid y antiguos videos del programa RHOBH ( The Real Housewives of Beverly Hills ) que comenzaron a circular en TikTok el año pasado. En ellos, su madre Yolanda Hadid le da indicaciones sobre qué alimentos y porciones debe comer para evitar subir de peso, a pesar de que la ahora modelo, tenía una rutina deportiva estricta. 

Macarena Vélez respondió a críticas sobre su cuerpo | América TV / América Hoy

Es decir, su madre priorizaba una búsqueda de delgadez sobre el bienestar y la salud de su adolescente. 

Perfecciones corporales imposibles

Según Helen Bird, portavoz de la Fundación Butterfly, los comentarios negativos sobre el cuerpo de los niños por parte de sus padres pueden causar mucho daño en los años venideros. «Puede tener un impacto devastador y a largo plazo en la relación de un niño con la alimentación, la actividad física, su cuerpo y su sentido de identidad», explicó y añadió que también podría generar insatisfacción corporal e incluso un trastorno alimentario.

Otra consecuencia, según la psicóloga Utkarsha Jagga, es una sensación de aislamiento social. En sus palabras, “las personas empiezan a comer en exceso o a comer muy poco como una forma de rebelarse contra la humillación corporal de sus padres” Dichos actos lo suelen cometer en completa soledad, aumentando su sensación de vergüenza.

Existe la idea errónea de que avergonzar a las personas, especialmente a los niños, para que tomen decisiones más inteligentes los ayudará a largo plazo. Sin embargo, debemos recordar que la perfección corporal es un término y una referencia difícil de alcanzar. El deseo de cuidar y proteger a los hijos no debe ser motivo de usar términos y frases que generen confusión y dolor en ellos. El psiquiatra  Era Dutta comenta que “a menudo, la humillación corporal es una proyección de sus propias inseguridades y del deseo de proteger a sus hijos del acoso. Es posible que hayan sufrido acoso en su infancia por su peso y no quieran que sus hijos pasen por lo mismo”.

Bird, por su lado, menciona que «cuanto más positiva se sienta una persona con su cuerpo, más probable será que lo cuide. Los padres deben apoyar a sus hijos para que acepten su cuerpo y todos los cuerpos». El darles seguridad sobre sí mismos generará confianza en sus relaciones y por ende una autoestima construida con la cuál podrá afrontar posibles escenarios ásperos. 

El no mencionar aspectos o críticas del cuerpo ajeno es una práctica que debemos aprender. No solo padres y no sólo en los hogares, sino también en la escuela, en los clubes deportivos, actividades sociales y plataformas tecnológicas. 

Del cómo evitar hacer body – shaming 

Kasie Gloschat, MS y dietista registrada en la University of Utah Health, recientemente ha dado claras guías de cómo educar sin restringir ni dañar. Por ejemplo, el evitar calificar los alimentos de «buenos» o «malos» pues el lenguaje que utilizamos en torno a los alimentos es poderoso. Asimismo, el no restringir tipos de comida, si no permitir todos los alimentos con moderación.

Lamentablemente, los estereotipos del “cuerpo perfecto” pueden hacer que los adolescentes sufran un golpe en su autoestima. Es probable que estén expuestos a discursos negativos sobre su cuerpo en el colegio, la universidad o en internet; es por ello que es mejor evitar los comentarios negativos sobre el peso en casa.

El desaprender actitudes y acciones dañinas como el body – shaming es un intento que se lleva haciendo por un tiempo y que esperemos siga para el beneficio de nuestros jóvenes y adolescentes. Así mismo, vale recordar que también nos corresponde no dejarnos llevar por la vergüenza o la desconfianza en nosotros y nosotras mismas. 

Son múltiples las razones por las que si te encuentras con un amigo o familiar después de un tiempo considerable, no deberías hablar de su cuerpo; principalmente porque como sociedad necesitamos elegir mejores temas de conversación.