Por Valeria Delgado @Valmardela
COLLAGE: Valeria Delgado
Los problemas con padres, justificación de relaciones tóxicas y gusto por hombres mayores puede ubicarse dentro de la definición de “Daddy Issues”. Este término ha pasado a ser parte de la cultura popular con canciones como ‘Daddy Issues’ de The Neighbourhood y Demi Lovato. La sexualización de estos “problemas de papá” se ven claramente en las canciones, donde cada músico retrata la experiencia de una mujer sobre los problemas paternos como un sitio de interés sexual para los hombres. Pero, con el pasar de años, se ha convertido en una estética o un tipo de personalidad, especialmente en redes sociales como TikTok o, en los 2010, Tumblr.
Como una mujer joven, en sus 20, puedo decir que he escuchado a muchas amigas y conocidas identificarse con este término con naturalidad. Pero su significado llamó mi atención. El Urban Dictionary lo define como «cuando una chica tiene una mala relación con su padre (…) como resultado, la chica puede sentirse atraída por hombres mayores u hombres con problemas de ira, si su padre era un hombre enojado y, a veces, permanecerá en una relación abusiva porque se sentirá como en casa”.
BUSCANDO EL ORIGEN
Si hablamos de condiciones originadas por el efecto del entorno sobre uno mismo, nos referimos a la psicología o psiquiatría. Así, este concepto, ha prevalecido durante mucho tiempo en la psiquiatría. Carl Jung y Sigmund Freud desarrollaron teorías sobre el ‘Complejo de Electra’, donde las niñas supuestamente compiten inconscientemente con su madre para acercarse a su padre. Esto, supuestamente, ocurre en un período de desarrollo psicosexual en el que la niña desea reemplazar a su madre como pareja sexual del padre.
Curiosamente, su teoría ya no se mantiene vigente en los círculos psiquiátricos, pero nos proporciona una idea de dónde surge esta antigua obsesión por el sexo cuando se habla de la relación de una niña con su padre. Además, nos permite adentrarnos en cómo se ha teorizado la dinámica padre-hija para defender los valores patriarcales, como la suprema importancia de la figura paterna, y las normas de comportamiento en las mujeres, entre ellas la sumisión.
QUÉ NOS DICE LA PSICOLOGÍA MODERNA
Estas teorías fueron desestimadas por la ciencia, pero la psicología sí reconoce este término como un problema real que puede trabajarse. Se trata del “complejo paterno”, que se desarrolla cuando una persona tiene una mala relación con su padre. Entonces, la necesidad de aprobación, apoyo, amor y comprensión avanza hasta la edad adulta y puede dar lugar a malas decisiones en las relaciones. Sin embargo, originalmente, la frase “complejo de padre” se usaba para describir a un hombre que tenía una relación desconfiada con su padre. A medida que los psicólogos exploraron más el complejo, asignaron el término a ambos géneros.
La ciencia indica que los hombres con complejos paternos tienden a luchar con la aprobación externa y la autoestima, mientras que las mujeres tienden a anhelar protección y validación. Aun así, cada complejo paterno es único y puede manifestarse de muchas maneras; pues las experiencias de vida de cada persona son tan complejas, como su nombre indica.
Al igual que cualquier trauma de la infancia o complejo, la mejor manera de superarlo es a través de la terapia. Esta es un proceso de adaptación que cubre una amplia gama de temas: tratamiento de la depresión, tratamiento de la ansiedad, terapia del duelo, desarrollo de la autoestima, manejo del estrés, manejo de la ira y mucho más. El propósito, claramente, es cerrar experiencias pasadas y modificar patrones de pensamiento actuales.
Sigmund Freud y Carl Jung: filósofos famosos que se basaron en las relaciones paternas y maternas para desarrollar diversas teorías sobre la conducta humana. Hasta el día de hoy se les estudia en la psicología y psiquiatría. | Foto: PsicoActiva
SEXUALIZACIÓN: AHÍ EL PROBLEMA
Algunas personas podrían decir que usar eventos traumáticos de sus vidas – en este caso, sus “Daddy Issues” – en un área de exploración sexual empodera a las mujeres. Con ello, justificarían la popularización de los “Daddy Issues” en la cultura popular como una forma de eliminar el estigma que rodea a los problemas con los padres y que las discusiones sobre este tema en redes sociales pueden hacer que las mujeres se sientan menos aisladas. Y es cierto que resulta importante decirle a estas mujeres que un padre distante no es el resultado de sus propios defectos, sino que es un problema fuera de su control.
Pero esta conclusión es muy superficial. Si bien la glorificación de los problemas paternos puede contribuir a la liberación a nivel individual, la sexualización que crece en la sociedad sigue siendo cuestionable. Parece problemático que solo se centren en las experiencias de las mujeres y, más específicamente, cómo se manifiestan sexualmente. Esto no se ve en el caso de los hombres, que cuando tienen problemas paternos a menudo se comportan de manera agresiva y se distancian emocionalmente de los demás.
El fetichismo de mujeres jóvenes o ingenuas
El marketing de Lana Del Rey o películas como Lolita reflejan esta mirada masculina sobre mujeres con “Daddy Issues” que “piden” ser salvadas, “protegidas”, y que si la relación resulta toxica, la culpable es ella. Las mujeres siguen siendo vistas como objetos para la gratificación sexual de los hombres y los problemas paternos, aparentemente, se usan como otro vehículo para perpetuar esto. Por lo tanto, al romantizar los «malos padres» y los “Daddy Issues” sostenemos una visión dañina de las mujeres; fomentando otra forma de sexismo. Además, las deja en posiciones vulnerables, donde se puede hasta alentar o naturalizar que mujeres jóvenes adopten conductas sexuales que atraen a hombres mayores. ¿Cuántos conocemos parejas con grandes brechas de edad? Pero la culpable es ella, ¿no? Porque “tiene daddy issues”.
Justificar la fetichización de los problemas de papá es complicado. Puede ser muy bueno que provenga de su glamour: permite a las mujeres discutir temas que afectan a una gran proporción de la sociedad, podría crear lazos comunitarios y darles la oportunidad de ver su trauma bajo una luz diferente. Sin embargo, la mirada masculina y el clima social actual dificultan que las mujeres tengan el espacio para reclamar sus problemas sin ser sexualizadas.
Es difícil para las mujeres liberarse y reclamar problemas ligados a su crianza, pues convertirlos en fetiches crea el riesgo de enaltecer comportamientos que ubican en posiciones vulnerables a mujeres jóvenes. El interés de hombres mayores por ellas y la romanización de conductas controladoras. Una diferencia de edad de 10 años con alguien menor de edad no necesariamente despierta alertas, sino que puede hasta convertirse en un libro de Wattpad.
Collage: DISTRACTIFY
¿Quién es el verdadero culpable?
Aunque la experiencia de los “malos papás” es un fenómeno generalizado, la sociedad se enfoca en cómo se presenta sexualmente en las mujeres. Se convierte en una forma de aprovecharse de que las mujeres pueden ser más susceptibles al mal trato de los hombres y, por lo tanto, no puede ser verdaderamente liberadora para las mujeres.
Para que cambie el discurso, necesitamos abrir esta conversación y que se centre más en el bienestar de las mujeres jóvenes que en la gratificación sexual de los hombres. Deberíamos tener un diálogo abierto sobre las consecuencias reales de la ruptura familiar. y priorizar el bienestar y la salud mental de las niñas y niños. Esto inicia reconociendo que seguimos siendo una sociedad donde la mujer puede ver reducidas sus experiencias, sus opiniones y su vida sexual a la influencia de un hombre en su vida. Es una sociedad claramente sexista e invasiva, que a menudo culpa a la mujer y no al padre incompetente.
Dicho así, claramente, deja de ser romántico.