Por Renato Silva

Día Mundial del Agua. FOTO: Melanie Soca

El Día Mundial del Agua fue instaurado en junio de 1992 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, también llamada “Cumbre de la Tierra”. En ella, los 179 países representados en la Asamblea General de las Naciones Unidas reconocieron que era necesario destacar la importancia de la protección del medio ambiente y administrar los recursos naturales de forma sostenible.

“… en general no se aprecia no se aprecia el grado en el que el aprovechamiento de los recursos del agua contribuye a la productividad económica y al bienestar social, pese a que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad.” – Resolución que aprueba la creación del Día Mundial del Agua.

En la actualidad, más de 30 años después de esta resolución, la coyuntura de la comunidad global en torno a la crisis sanitaria generada por la pandemia del Covid-19 y sus diversas variantes, ha obligado a los gobiernos de todo el mundo a pensar en formas de aminorar su impacto en la salud de sus ciudadanos. Aunque las vacunas forman parte de la respuesta y han ayudado a frenar el avance de la enfermedad, además de reducir su mortalidad, se ha puesto bajo observación la sanidad y el acceso a ella que tienen los ciudadanos de todo el mundo. Es necesario recordar que, además de ser esencial para la implementación del servicio, el agua es un recurso escaso cuya ausencia ya es una realidad en partes del mundo.

Si el agua del mundo estuviera en un tanque…

En la actualidad, los humanos solo podemos hacer uso del 0.015% de toda el agua del planeta, pues la gran mayoría (97%) se encuentra en los océanos y es salada, mientras que otra parte (3%), pese a ser dulce, se divide en reservas almacenadas en glaciares, capas de hielo polar, la atmósfera, o muy profundo en el suelo como para ser extraídas a un costo razonable (2.5% del agua dulce).

Para profundizar un poco más respecto a la cantidad reducida de agua con la que cuenta la humanidad para su supervivencia a lo largo de la historia, es necesario recurrir a un ejemplo sencillo, pero que puede dar luces respecto al uso que se le da a este recurso.

Si toda el agua del planeta pudiera almacenarse en el tanque elevado más grande disponible en el mercado peruano, con una capacidad de 2500 litros, los ocupantes de una casa solo podrían usar, durante toda su vida, 375 mililitros (menos de una botella de agua) para sus actividades cotidianas como aseo personal, hidratación, preparación de alimentos, mantenimiento de jardines y áreas verdes, entre otras tareas menores.

Sin embargo, en esta “casa” llamada Tierra, el acceso al agua no es equitativo para todos los humanos alrededor del mundo, por lo que la cantidad de líquido que se dispone varía entre países y continentes. Algunos de ellos ya experimentan escasez y se han visto obligados a tomar medidas para proteger el bienestar de su población y su desarrollo económico.

¿Crisis del agua en 2040?

Cuando se piensa o habla de escasez de agua, el imaginario común podría recordar imágenes de países africanos. Sin embargo, según datos recopilados por el World Resources Institute, una organización que investiga los recursos disponibles en el planeta, en la lista de países en los que se producirá mayor “estrés hídrico” en el mundo para el año 2040, Chile se ubica en el puesto 24 como el territorio latinoamericano más cercano a una crisis hídrica.

El “estrés hídrico” es el resultado de una serie de cálculos que tienen en cuenta las fuentes de agua disponibles dentro de un país, el uso que se le da al recurso y la densidad poblacional. Este sistema es usado por las Naciones Unidas como una forma de visibilizar aún más lo cerca que están determinadas poblaciones de ser víctimas de crisis hídricas que podrían en riesgo no solo su desarrollo económico, sino que incluso generaría desplazamientos masivos a causa de sequías.

POSICIÓN EN EL RANKING DE ESTRÉS HÍDRICO POR REGIÓN
CENTROAMÉRICA
Belice131
Costa Rica106
El Salvador102
Guatemala95
Honduras98
México34
Nicaragua132
Panamá159
SUDAMÉRICA
Argentina65
Bolivia115
Brasil113
Chile24
Colombia136
Ecuador76
Guyana125
Paraguay158
Perú55
Surinam144
Uruguay127
Venezuela75
Fuente: AQUEDUCT PROJECTED WATER STRESS COUNTRY RANKINGS (2015)

¿Has visto el lugar que ocupa tu país en la lista? Aunque pueda parecer que está más o menos seguro, la realidad es que el uso del agua, ya sea para actividades cotidianas como para la industria, tiene que ser regulado, pues cada vez hay menos disponibilidad de este recurso y su distribución ya dejó de ser únicamente un problema de infraestructura, sino también de fuentes y de densidad poblacional, además del uso que se le da para la producción de alimentos.

Perú: El agua como privilegio

Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), Sudamérica es la región del mundo con mayor cantidad de agua y el Perú posee el 1,89% del agua superficial existente. Sin embargo, el acceso a este recurso es limitado y desigual debido a la concentración de la población en la zona costera del país.

En el censo poblacional del 2017, se registró que en esta región se concentra el 58% de la población del Perú, la misma que tiene que distribuir el 2.2% del agua disponible en el país; mientras que en la ciudadanía ubicada en la sierra y selva tienen una disponibilidad mayor de recurso, pero la densidad poblacional no es tanta. Al final, la posibilidad de disfrutar de los beneficios del acceso al agua en estas zonas, va dirigida a industrias extractivas.

Como contraste, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), elaboró un informe que indica que, hasta abril del 2020, el 90.8% de la población en el Perú tenía acceso al agua, lo que supone que un aproximado de tres millones de ciudadanos tienen que desplazarse regularmente para conseguirla o, en caso contrario, son abastecidos de otras formas que no les facilita predictibilidad en el precio o garantía de pureza.

Incluso dentro de áreas urbanas y las áreas rurales a nivel nacional, el suministro de agua no está garantizado. Los datos incluso reflejan que solo el 57% de las personas que tienen acceso al agua de forma diaria pueden disfrutar de este servicio todos los días de forma ininterrumpida, mientras que el resto de los usuarios solo la reciben durante determinados momentos del día, los que deben ser aprovechados para reservarla en tanques u otros depósitos que podrían provocar enfermedades si no son almacenados de manera correcta.

Según datos recopilados por el Fondo de Agua para Lima y Callao (Aquafondo), para el 2022, Lima Metropolitana necesitará consumir un total de 826 millones de metros cúbicos de agua, cifra que aumentará hasta los 1096 millones de metros cúbicos para el año 2030 y son los ciudadanos con mayor poder económico los que hacen más uso de este recurso.

“Las zonas que concentran a la población con mayor desarrollo socioeconómico de Lima presentan una HH Azul per cápita (huella hídrica relacionada al consumo humano directo) más alta en comparación con otras zonas de la ciudad.”

Incluso, una de las conclusiones del estudio de Aquafondo, realizado en 2018, indica que el consumo general del agua, solo en Lima Metropolitana, es muy superior al de otras grandes ciudades de la región: Seis veces más que el consumo de Quito y 30 veces mayor al de La Paz. Sin embargo, esto no implica que el consumo sea proporcionado a la cantidad de habitantes pues, como ya se mostró, aún en áreas urbanas como la capital del Perú, el acceso al agua sigue siendo un privilegio del que gozan más las élites económicas antes que un servicio para todos por igual.

¿Y el agua para todos?

Los ciudadanos siguen esperando.