Por Sebastián Velásquez Desposorio

Foto: Yahoo! – Madison Vanderberg

Naomi Osaka y Simone Biles, dos deportistas de élite, optaron por retirarse de sus competencias porque no estaban bien ni psicológica ni emocionalmente. La tenista lo hizo en Roland Garros y la gimnasta en Tokio 2020. Demostraron así que no solo se trata de estar al máximo a nivel físico, sino también de contar con una buena salud mental, un tema que aún sigue siendo tabú en el mundo del deporte. Pero que las dos atletas, con sus valientes decisiones, han vuelto a colocar en el tablero.


Culminaron los Juegos Olímpicos en Japón. Un evento extraño debido a las restricciones por el COVID-19, pero que no dejó de lado la competitividad. Y que buscó ser una fiesta para los deportistas, en donde muchos de ellos cumplieron su sueño de subirse al podio o de participar en una cita olímpica. Será recordado Tokio 2020 no solamente como la edición llevada a cabo en medio de la pandemia. También por sus historias de superación, por los récords que se quebraron y, sobre todo, por situar otra vez en el tablero, aun con más fuerza, el tema de la salud mental.

Fue la gimnasta Simone Biles que, al retirarse de las finales para buscar su estabilidad psicológica y emocional, terminó por dinamitar esa alarma de la salud mental, que la tenista Naomi Osaka ya había advertido unos meses atrás. Ambas tomaron decisiones que pueden significar, ahora sí, un cambio en el deporte. 

Foto: Reuters

La japonesa Naomi Osaka, de 23 años, ha ganado cuatro Grand Slam, el torneo que todo tenista ansía tener en su palmarés. También es considerada, según Forbes, como la atleta mejor pagada de la historia. Para sus seguidores, todo andaba bien en ella, pero no era así. A fines de mayo, antes de pisar la tierra batida de Roland Garros, anunció que no iba a departir con los medios durante el evento. Lo comunicó a través de un mensaje en sus redes sociales, que causó preocupación para algunos y sorpresa para otros.

“A veces he sentido que la gente no tiene en cuenta la salud mental de los atletas y esto suena muy cierto cada vez que veo una conferencia de prensa o protagonizo una. A menudo nos sentamos allí y nos hacen preguntas que nos han hecho varias veces antes o nos hacen preguntas que nos hacen dudar, y simplemente no voy a someterme a las personas que dudan de mí”, expresó en un comunicado. 

La organización, sin embargo, no entendió la situación que estaba afrontando la atleta. No entendió el problema de salud mental con el que estaba batallando y le impuso una multa de 15.000 dólares, ya que Naomi no había acudido a hablar con los medios tras ganar la primera ronda del torneo, como estaba obligada según reglamento. Hubo, además, una advertencia: si seguía incumpliendo la norma, podría acarrearle mayores consecuencias. El pronunciamiento estaba firmado por los responsables de los cuatro Grand Slam (Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y Abierto de Estados Unidos). Era una manera de meter presión. 

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Pero al día siguiente, Naomi tomó una decisión e informó que se retiraba del evento francés. En su mensaje, contó que en París se sentía “vulnerable y ansiosa”, así que pensó que “era mejor cuidarse y saltarse las conferencias de prensa”. “Cualquiera que me conozca sabe que soy introvertida. Y cualquiera que me haya visto en los torneos se dará cuenta de que a menudo uso auriculares, ya que eso ayuda a calmar mi ansiedad social”, manifestó. Añadió que nunca trivializaría la salud mental o la usaría a la ligera. Y reveló que desde el Abierto de Estados Unidos del 2018 padece largos episodios de depresión, con los cuales está “lidiando mucho”. La Federación Francesa de Tenis, organizadora del Roland Garros, finalmente la entendió y también le ofreció su apoyo. 

Pero, ¿qué pasó en aquel evento estadounidense que marcó a la joven tenista? El sueño de Naomi, tal como lo dijo en Netflix, siempre fue ser la primera japonesa en ganar un Grand Slam y lo logró ese 2018 en Nueva York, al vencer en la final a la histórica Serena Williams. Así, con 20 años, consiguió su primer grande. Lo que debió ser un sueño cumplido, terminó siendo un mal momento, una pesadilla quizá.

En la ceremonia para entregarle el trofeo, fue abucheada por el público del estadio Arthur Ashe que sentía que la nipona le había arrebatado el título a la favorita, la jugadora local. Naomi se bajó la visera para cubrir su rostro y soltó algunas lágrimas que no eran precisamente de felicidad. Williams, quien había discutido durante el partido con el árbitro, expresó algunas palabras para calmar a la injusta multitud y conseguir que la campeona sea aplaudida. El daño, sin embargo, ya estaba hecho. 

Foto: Tennisworldes

“La salud mental es importante para todo deportista y no deportista. Es como la salud física. Si físicamente no estás bien, no puedes rendir en nada de lo que hagas, ni en tu trabajo ni en tu familia ni en los quehaceres del día a día o en el deporte. A las finales somos un ser humano que tiene mente y tiene cuerpo, y ambos se complementan”, explica el psicólogo del deporte y la actividad física, Marco Moschella Coello, quien luego agrega: “Tenemos que mantener saludables ambas partes sino no podremos rendir con nuestra mayor capacidad. Y si hablamos de deporte de élite, no podemos dejar de hablar de rendimiento. Y para tener un buen rendimiento necesitamos tanto salud física como mental”. 

Foto:  Salty View / Shutterstock.com

Cuando la estadounidense Simone Biles, considerada la mejor gimnasta de la historia, llegó a los Juegos Olímpicos en Tokio seguramente estaba al 100% en su físico. Sin embargo, no estaba bien en cuanto a su salud mental. Las expectativas se cernían sobre ella. Sus fanáticos querían que siga deslumbrando al mundo y engrosando su legado de triunfos olímpicos, sumando más medallas a los cuatro oros y un bronce que había obtenido en Río 2016.

Sorprendió Simone, cuando en la prueba de salto dio menos vueltas de las que había planeado. Decidió, entonces, retirarse de esa competencia por equipos y Estados Unidos se quedó con la plata. Ella no estaba bien. “Después de la actuación que hice, no quería seguir. Tengo que centrarme en mi salud mental. Creo que la salud mental está más presente en el deporte ahora mismo», declaró después en la rueda de prensa; «tenemos que proteger nuestra mente y nuestro cuerpo, y no limitarnos a hacer lo que el mundo quiere que hagamos». 

Simone también se vio obligada a dejar de competir en las finales individuales del concurso completo, de salto, de barras asimétricas y de suelo. Y publicó un video en el que contó que estaba sufriendo de ‘twisties’. Se trata de un momento de desorientación o bloqueo mental que sufren los gimnastas cuando están en el aire. Este hace que pierdan el control de su cuerpo, lo que no permite que puedan culminar sus maniobras como las habían planeado o, en el peor de los casos, de manera segura. Se entiende, entonces, por qué Biles en el salto de la prueba por equipos, dio menos vueltas de las esperadas y no cayó con la perfección a la que tiene acostumbrado al mundo de la gimnasia. 

Para el psicólogo deportivo, Marco Moschella, las decisiones que tomaron Naomi Osaka y Simone Biles son “a nivel personal, bastantes maduras y supersaludables”. “A las finales, el deporte es sensación. Si sientes que estás bien, rindes bien. Si no sientes que estás bien, no vas a rendir bien. También habla de un autoconocimiento que ellas se tienen para saber cuándo estas sensaciones son tan negativas que es mejor parar”, dice. Y agrega: “A nivel social es algo que me parece mucho más importante. No digo que en el personal no sea importante, pero la repercusión que esto tiene a nivel social es mucho más grande”.

Foto: Prensa

“Este mensaje que se le da al mundo entero es todo lo contrario a lo que normalmente la gente piensa: que los deportistas de alto rendimiento siempre van a estar aptos para rendir al 100%. Y no es así. Porque no son máquinas. Son seres humanos como cualquier otro deportista o gente que no hace deporte”, prolonga el especialista. Reitera que antes de atletas son personas “que necesitan salir a divertirse, que necesitan tener su espacio, que necesitan un día de no saber nada de deporte, que necesitan también dormir un día hasta tarde. A pesar de que tienen que hacer sacrificios para ser competitivos, eso no quiere decir que tienen que dejar de lado su salud ya sea física o mental”.  

Gracias a la ayuda que recibieron, tanto Simone Biles como Naomi Osaka regresaron a la cancha. La gimnasta retornó en la barra de equilibrio y se colgó la medalla de bronce, una presea que, para ella, seguramente, vale oro. Y Naomi, tras abandonar Roland Garros, regresó en su casa, en los Juegos Olímpicos de Japón. Fue ella la encargada de portar la antorcha y recorrer el último tramo en una escalinata que representaba el monte Fuji, para luego encender el pebetero. Participó en la modalidad individual de tenis, pero se quedó en tercera ronda. Sin embargo, ya había demostrado su entereza y que podía luchar y vencer a sus problemas, al haber conseguido volver a jugar en una pista de tenis. 

Tras la decisión de Simone, legendarios deportistas como la gimnasta Nadia Comăneci o el plusmarquista nadador Michael Phelps la apoyaron. “Hay mucha presión porque quieres hacer lo mejor que puedas. Pero es importante recordar que quieres hacer lo mejor para ti misma y no para los demás, que esperan algo más allá de lo que puedes entregar”, dijo la atleta rumana a CNN. 

salud mental
Foto: Mike Lewis/Ola Vista Photography

“Lo más importante es que todos necesitamos pedir ayuda cuando atravesamos esos momentos. Fue difícil para mí pedir ayuda”, indicó, por su parte, el ‘Tiburón’ de Baltimore en diálogo con la NBC. Él, al igual que sus dos colegas, tuvo que lidiar con problemas de salud mental. Por eso, también ha secundado a Naomi cuando reveló su ansiedad. Ella le agradeció en un artículo que publicó en la revista Time en julio y allí dejó un potente mensaje: “Espero que la gente pueda entender que está bien el no estar bien. Y está bien hablar de eso. Hay personas que pueden ayudar y, por lo general, hay luz al final de cualquier túnel”.

“(Lo que ha ocurrido con las dos atletas) es un llamado de atención a toda la gente, a deportistas y no deportistas, a federaciones y dirigentes, de que esto (la salud mental) es importante. Trabajar esto es importante. La idea es atacar la raíz, evitar el problema, tratar de ayudar. Trabajar con los más pequeños que más adelante van a representar a los países. Ahí es donde tenemos que atacar”, señala Moschella, quien afirma que todavía la salud mental sigue siendo un tabú, especialmente, en el deporte, pero espera que a partir de ahora se produzca un cambio.