NOTA DE PRENSA
- Según la CVR, más del 83% de casos de violencia sexual fueron cometidos por integrantes de las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional
- El Caso Manta es el tercer juicio de Latinoamérica que aborda la violencia sexual durante el conflicto armado interno como crimen de lesa humanidad
Este año se cumplen dos décadas de la entrega del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), el cual reveló graves violaciones a los derechos humanos como la violencia sexual contra las mujeres durante el conflicto armado interno. Según una encuesta a nivel nacional del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) preparado en noviembre del año pasado para la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) y DEMUS (Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer), el 75% de la población afirmó que hubo violencia sexual contra las mujeres por parte de soldados y subversivos.
La violencia sexual fue una estrategia que sometió los cuerpos de las mujeres como armas de guerra de manera sistemática y generalizada, por lo que se consideran crímenes de lesa humanidad, de acuerdo a estándares internacionales. Según la CVR, más del 83% de casos de violencia sexual entre 1984 y 1990, fueron cometidos por integrantes de las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional. Uno de los casos vigentes es el Caso Manta, donde trece exmilitares del Ejército peruano vienen siendo denunciados por nueve mujeres del distrito de Manta en Huancavelica. Asimismo, el 56% de encuestados por el IEP, le atribuye responsabilidad de la violencia sexual a las fuerzas armadas.
La denuncia, realizada hace más de dieciséis años, continúa su curso legal a través del segundo juicio oral con más de cuatro años en desarrollo hasta la fecha. Según la defensa a cargo de Demus, se espera que las audiencias vuelvan a ser públicas, así como lograr sentencia justa y reparadora a fines de este año. “Ese 75% no es un dato menor, estamos hablando de que 3 de cada 4 peruanos reconoce que hubo violencia sexual y el Caso Manta está incluido. Por eso es emblemático, por la gravedad del delito que se juzga, porque está en juego el abuso de poder de las autoridades sobre las mujeres en tiempos de conflicto y la reafirmación del derecho a la verdad en su doble dimensión: individual, que comprende a las víctimas directas; pero también en una dimensión colectiva, en la que se engloba a toda la sociedad, ya que tenemos derecho a conocer la verdad histórica de nuestro país, las circunstancias y el porqué de estas atrocidades.” señala Víctor Álvarez, abogado del Caso Manta, quien también hace un llamado a la Sala para otorgar celeridad y publicidad en el juicio por el derecho a la verdad.
¿Por qué es importante el Caso Manta?
En un contexto de conflicto como el que vive el país, donde impera la violencia, el racismo y la discriminación, el Caso Manta es importante para mantener viva la memoria y asegurar medidas de no repetición. Recordemos que, después de los casos Sepur Zarco y las mujeres Achí de Guatemala, el Caso Manta es el tercer juicio de Latinoamérica que aborda la violencia sexual durante conflicto armado interno.
Cynthia Silva, abogada y directora de Demus, indica que “pese a los obstáculos y hostilidades en el proceso judicial, la decisión de las mujeres de Manta por mantenerse firmes en su lucha constituye un aporte trascendental para que la historia del conflicto armado se muestre más completa. Su decisión implica también que sean reconocidas e incluidas como actoras clave para el proceso de restablecimiento de una verdadera democracia. Esperamos que la sentencia constituya un hito histórico y que salde, en alguna medida, las deudas del sistema de justicia en el derecho a la verdad de todas las mujeres víctimas de violencia sexual en el conflicto armado, de la ciudadanía en general y, en particular, a las mujeres agraviadas. Que el acceso a justicia y reparaciones integrales esté basado en un trato digno, libre de revictimización y discriminaciones, pero, sobre todo, para que no vuelva a suceder lo ocurrido en Manta”.
Las mujeres de Manta levantan su voz
“Agarró a mi tía, la tumbó a la cama, le sacó su ropa, le obligó a sacarse el pantalón y le ordenó al otro militar: “¡Cáchala a ella! Yo voy a hacer los mismo con esta terruca”, declaraciones como esta se pueden leer en “Nuestras voces existen: Testimonios de violencia sexual durante el conflicto armado interno en Manta” un libro publicado en junio de este año por la organización feminista Demus que recoge a voz y los sentires de tres denunciantes del caso: María, Marilia y Teresa. El público puede acceder de manera gratuita a la publicación a través de la página web de Demus.