Por Karina Rodriguez

Prácticas riesgosas como el cutting que no son atendidas a tiempo pueden ocasionar la muerte del paciente. (Foto: ABC Family)

La palabra cutting traducida al español significa corte. Es una práctica que suele presentarse en niños, adolescentes y jóvenes. Consiste en realizarse autolesiones utilizando objetivos afilados en diversas partes del cuerpo para calmar un episodio de tensión sin causar el suicidio.

¿Qué va a ser de nosotras sin mi papá? Si somos puras chicas. Cuando me dieron la noticia lloré y al siguiente día no dormí. Siempre pensé que mi papá iba a volver y pasar por la puerta como siempre”. 

Sandra tiene 19 años y hace casi 4 perdió a su padre producto de su dependencia al alcohol. Al principio, no podía creer que él ya no estuviera más con ella. La tristeza y la soledad se fueron apoderando de su cotidianidad. Su madre y hermana tenían que sustentar los gastos familiares, por lo que pasaba muchas horas sola mientras tenía que elegir la carrera a estudiar.

«Me pusieron a estudiar a la mala”.

El clima familiar tiende a influir en la salud mental de los adolescentes y jóvenes, motivo el cual los padres deben tener especial atención con ellos. (Foto: Sinc – Ciencia Contada en Español)

“Hacía cosas que no debía”, confiesa.  Durante buen tiempo prefirió guardar ese secreto. Con la pérdida de su padre, fiel compañero y cómplice, no sentía la confianza suficiente para revelarle a nadie cómo lidiaba con su dolor. “Me sentía más tranquila. Es como un alcohólico que dice yo tomo para olvidar mis penas, en mi caso era: yo me cortaba para tranquilizarme», relató para La Antígona. 

Lo cierto es que se trata de una práctica peligrosa y síntoma de problemas más profundos. Amparo Salinas, psicóloga clínica especializada en niños, explica que el cutting es una especie de mecanismo que “distrae” o “calma” el sufrimiento interno de quienes lo padecen. “Los jóvenes se autolesionan como parte de alivio a fuertes oleadas de angustia o ataques de pánico. No lo hacen por aceptación. Es por desesperación”, refirió. Menciona que lo ideal para los padres es brindar acompañamiento y, si el caso lo amerita, trasladar al paciente a una clínica. Para ello es vital que los padres se mantengan cerca de su hijos y perciban los cambios de conducta.

En el Perú, las cifras son muy alarmantes con respecto a la salud mental. Y según el MINSA los problemas se agudizan con el pasar de los años. En el  2021, se registró un aumento del 42.1% en comparación con el año 2020, alcanzando 755 mil 954 atenciones. Esta cifra se mantuvo en 2022, año donde se reportaron 959 mil 020 casos, y continuó ascendentemente hasta llegar al pico de 2023, lo que representa un aumento del 85.3% respecto al 2022.

Asimismo, en el año 2023 se contabilizaron 125 mil 078 menores con diagnóstico de trastorno depresivo recurrente, un tipo de afección de salud mental donde un paciente experimenta múltiples episodios de depresión mayor a lo largo de su vida.

El cutting es una práctica que suele realizarse en adolescentes y jóvenes que usualmente tienen problemas familiares. (Foto: Shutterstock)

Es importante mencionar que, la acción de realizarse estos cortes como una especie de “autorregulación” es síntoma de profundas afecciones y no debe pasarse por alto. A largo plazo, este tipo de conductas puede comprometer la vida del adolescente. “Generalmente son cortes superficiales, nunca son profundos, pero en una de estas  situaciones que los lleva a tener pensamientos irracionales pueden llegar a matarse. Asociar el dolor al placer, a la felicidad o a la alegría va a generar que los problemas de salud mental que ya padece está persona o está empezando a padecer se exacerben”, refirió Renato Pérez, psicólogo clínico y maestro en educación.

En el caso de Sandra, todo comenzó con la crisis en la que cayó tras la partida de su padre. Su hermana, califica su carácter como complicado y recuerda que cuando fue pequeña era muy renegona. Comenta que desde que falleció su padre, ella se volvió mucho más sensible pero inicialmente desconocía los cortes que ella se realizaba. En tanto, su madre pensaba que era algo propio de la edad, incluso llegó a pensar que era un capricho. De esta forma, empezaron a producirse  discrepancias entre la madre y la hermana de Sandra. La familia no estaba unida para enfrentar la situación y el grave estado de salud mental de la joven.

Casos como el de Sandra, forman parte de la estadística difundida por la Sociedad Psicológica Americana, que indica que el 17% de adolescentes acuden a las autolesiones al menos una vez más en su vida. Mientras que en el Perú, las cifras más actuales del Sistema Nacional de Defunciones (SINADEF), revelan que a nivel nacional se han registrado un total de 345 casos de suicidio a nivel nacional. 

La jefa del Servicio de Salud Mental del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, doctora Isabel Vásquez, a través de la Plataforma del Estado Peruano, comentó su postura: “Muchas personas supuestamente sanas los culpabilizan diciendo que sí tiene ese problema es porque ellos no se esfuerzan para resolverlo porque no toman actitudes adecuadas”. Además, agregó que, las personas que suelen escuchar un pseudo consejo (una opinión de no especializada) se sienten mucho más desesperadas y preocupadas, haciéndoles  sentir culpa y alejándonos de los servicios de salud mental. 

Afortunadamente, Sandra, con el apoyo de su hermana y madre, decidió acudir a un psiquiatra y allí obtuvo por fin un diagnostico: depresión, bipolaridad y ansiedad. Desde ese momento empezó un tratamiento que la ayudó a estabilizarse. Cuando tiene un episodio fuerte de tensión, busca asilo en su habitación para desordenar y ordenar su ropa. Es su nuevo “calmante”. Una forma positiva de enfocar esa energía que antes la llevaba al dolor. Hoy Sandra está terminando su carrera de contabilidad en un instituto. Su relación con su madre ha mejorado, juntas han enfrentado la tormenta y han salido fortalecidas.

Según la experiencia del psicólogo clínico en el área de pediatría, Renato Pérez: “Los conflictos familiares, la falta de atención, y los comentarios negativos con los hijos causan un impacto muy grande. Esa forma de interacción familiar está llevando a que los hijos desarrollen un trastorno mental que se ve reflejado en el síntoma más visible que es el cutting”. 

Además, agregó que, con el tiempo este tipo de conductas pueden ir en aumento ya que el cuerpo empieza a generar tolerancia a los mismos neurotransmisores que se generan a raíz de esta práctica. “Necesitan experiencias que los lleven a tener más mucho placer mediante el dolor físico o emocional. Incluso, pueden llevarlls a la muerte”, puntualizó. 

Pero hay ayuda. Existen canales para pedirla. Si sientes angustia, ansiedad o tristeza que te llevan a querer autolesionarte recuerda que no estás sola: existen 275 CSMC (centros de salud mental comunitaria) distribuidos a nivel nacional destinados a ayudar a quienes tengan cualquier tipo de vulnerabilidad. Asimismo, la línea gratuita 113 Salud funciona las 24 horas del día y se puede realizar una llamada mediante un operador de telefonía fija o celular a nivel nacional marcando la opción 5.

Los canales de auxilio se pueden solicitar mediante WhatsApp al número 95 55 57 00 o al Telegram 95 28 42 623. Finalmente, está la opción de correo que es infoalud@misa.gob.pe

Busca ayuda. Presta atención a las personas que quieres por si la necesitan.