Por Hiro Ramos
‘’¿Quieres un trío?’’, ‘’Te gusta tener mucho sexo, ¿no?’’, ‘’Eres promiscua, ¿verdad?’’, ‘’¿Entonces eres más masculino?’’. Son preguntas que a muchas personas bisexuales no les sorprende escuchar. La fetichización e hipersexualización de este grupo se ha vuelto común en la sociedad cis heteronormada, hasta el punto de afectar sus relaciones interpersonales y vida cotidiana. Con esto en mente, para conmemorar el Día de la Visibilidad Bisexual, La Antígona conversó con activistas bisexuales para que nos den sus perspectivas con respecto al estereotipo al que la sociedad les sitúa.
El problema
‘’La gente asume que cuando tú te anuncias como bisexual quieres sexo sin importar quién es.’’ dice con fastidio Pamela Vallejos, directora de comunicaciones de Presente ONG. La bisexualidad, en realidad, no implica una falta de juicio en la decisión de parejas sexuales y ni siquiera tiene por qué estar relacionada con la práctica sexual inherentemente, pues hay personas identificadas en el espectro de asexuales o demisexuales que al mismo tiempo son bi. La sexualización de las personas bisexuales, especialmente las mujeres, es lo que construye estereotipos dañinos como la promiscuidad.
‘’En el caso de toda persona bisexual está la idea de que pueden ser personas promiscuas, por lo tanto, asociado al sexo y se sexualiza’’ explica Alexandra Hernández, presidenta de Más Igualdad Perú. Se ve entonces un patrón de lo que las personas bisexuales perciben como estereotipos hacia ellas mismas. ‘’Se nos percibe como objetos del deseo, de los tríos, de todo el mundo’’ menciona Ru Romero, fundadora de Bivencia Bisexuala.
La sexualización de los hombres bisexuales no se queda atrás. Existe de ellos un estigma acerca de su ‘rol’ cuando se relacionan con un hombre gay, pensando que son ‘más masculinos’. ‘’En realidad no tiene nada que ver la expresión de género con la orientación’’ explica Hernández. En cuanto a las personas bisexuales trans o en el espectro no binario, hay una invisibilización enorme. Tanta que tienen casi nula representación en la ficción.
Además de afectar a las personas bisexuales directamente, también tiene su impacto en las relaciones interpersonales de estas y sus percepciones de sí mismas. ‘’No todo el tiempo tenemos sexo sólo porque tengamos el deseo. También es porque a veces necesitas sentirte deseada y provocar deseos para sentir’’ manifiesta con frustración Romero. Inclusive esto se traduce en producciones audiovisuales, en donde las percepciones se vuelven fetiches personificados o se da una representación invisible.
La ficción
‘’Si hubiera tenido un referente (…) mi proceso de vida hubiese sido totalmente diferente, me hubiera podido incluso animar a no sentir tanto miedo, dice con cierta melancolía Ru Romero. En efecto, una representación adecuada de personas bisexuales puede cambiar la vida de muchas personas y se relacionan con su recién descubierta sexualidad. Sin embargo, una visión positiva de la bisexualidad no es tan común en los medios. Si bien en los últimos años se han dado mejores ejemplos de personajes bisexuales, como Darryl Whitefeather de Crazy Ex-Girlfriend o Callie de Grey’s Anatomy, todavía hay un porcentaje peligroso de exponentes que refuerzan los estereotipos de personas bisexuales.
‘’Muchas veces no hay representación, y si la hay no se nombra como tal’’ explica con frustración Vallejos. La palabra ‘’bisexual’’ ha sido tan poco mencionada que se puede cuestionar si algunos personajes, por más estereotipados que sean, genuinamente constituyen representación bi, pues no son definidos como tal. Romero coincide con Vallejos diciendo que también existe ‘’la bisexuala siempre muy feminizada, la femme fatale, insaciable sexual, la traidora, la que no define su sexualidad, nunca nombra que es bi’’.
Las consecuencias
La hipersexualización no se queda en la ficción ni en los comentarios subidos de tono, lamentablemente. Un estudio estadounidense revela que las mujeres bisexuales tienen mayores probabilidades de sufrir violencia sexual que sus contrapartes lesbianas o heterosexuales. Las activistas no creen que sea coincidencia.
‘’Yo creo que (la razón de estas estadísticas) puede estar en la hipersexualización y las expectativas de performance y la disponibilidad sexual de las mujeres bisexuales’’ opina Hernández. Vallejos, por su parte, coincide afirmando que por este fenómeno ‘’Se asume un consentimiento que realmente no está, porque este siempre tiene que ser afirmativo’’. Efectivamente, si se cree que hay algo inherente en la vida sexual de las personas bisexuales, podemos encontrar peligro en las relaciones de estas en las que ocurra la preconcepción. Esto, ya que esta suerte de fetichización les deshumaniza.
¿Seremos parte del problema? ¿Cómo ayudo a no seguir estigmatizando? Son preguntas que nos debemos hacer siendo parte de una sociedad que oprime a este grupo, a veces sin la intención de hacerlo. Es por ello que hay que tener en cuenta los estereotipos existentes no solo de las personas bisexuales, sino de cualquier población discriminada. Dejar de lado las preconcepciones o tener una mejor representación de personajes no eliminarán el daño, pero definitivamente hará sus vidas más amenas.