En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el Perú, no solo se perdió la esencia del periodismo: la manipularon osadamente.
Nos enseñaron en las aulas de clase ser neutrales ante los hechos: dar la información de igual a igual, sin menospreciar ni emitir juicios de valor.
En esta segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el Perú, no sólo se perdió la esencia del periodismo: lo manipularon osadamente. Lo usaron para beneficio propio, para compartir noticias falsas, titulares que bordean lo ridículo e inclusive calumniar y difamar sin que esto sea sancionado por las autoridades competentes. Nos queda claro que hacer periodismo desde una plataforma masiva es todo un hito, una hazaña y hasta un atrevimiento cuando no debería de serlo.
Estas elecciones el racismo y clasismo bordeo la televisión, radio y prensa escrita. Como periodistas, condenamos esta acción. Así mismo, no dudamos en reprocharla. Esto, ya que conocemos la gran responsabilidad que estos medios tienen con su público y que este posee todo el derecho de exigir la verdad.
Queremos que todos los lectores sepan lo que ocurre y que se tomen las medidas necesarias de ser posible desde organismos internacionales de prensa. Hacer eco de esta burla a la profesión es necesario.
Asimismo, pedimos a nuestros seguidores no prestarse al juego de los grandes grupos que intentan decidir qué puede ver y escuchar los peruanos.
Es necesario que no nos gane el miedo a votar libremente. Todos los peruanos, debemos tener en cuenta que ningún grupo político debe aprovecharse de su poder. Mucho menos pueden utilizar a su antojo a los medios periodísticos, ese bien tan preciado que admiramos desde las lecturas de Camus y Kapuściński
En el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tienes también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico.
Ryszard Kapuściński