Por Adriana Velásquez

Foto: Adriana Velásquez

Rossivell Carpio, interna de enfermería en el Hospital de Apoyo en Carabayllo.

“Desde muy pequeña tenía muy en claro que quería escoger un área de la salud. Pero en base a una experiencia que tuve hace un par de años, me di cuenta de que la esencia del cuidado era algo placentero. Mi hermana en ese tiempo sufrió un accidente. Yo había salido del colegio, tenía aproximadamente 17 años y mi hermana tenía 10 años. Éramos muy chiquitas y sentí miedo al momento de intervenir pero creo que fue un acto involuntario porque se desangraba, tenía una hemorragia y en ese momento, debido a la experiencia que tenía por los talleres de primeros auxilios a los que me matriculaba pude reaccionar rápido, aún sin ser estudiante, y salvé a mi hermana. En todo este proceso, al entrar en la clínica y ver a enfermeros y enfermeras que estaban atendiendo a mi hermana dije: Esto es lo que yo quiero. 

Tanto el enfermero, el médico, distintos profesionales de la salud como el técnico en enfermería, la obstetra, el tecnólogo, el farmacéutico… Todos cumplimos una labor muy importante, todos somos un equipo. No es que haya una escala en la cual el médico es el que manda y es el superior a todos. Yo he visto una brecha entre médicos, enfermeros y otros profesionales. Entonces si dentro de nuestro trabajo existen esas brechas, las demás personas también creen en eso.

Lo que he observado ahora durante mi internado es que hay muchas personas como yo, jóvenes estudiantes, que tienen una mentalidad muy diferente con respecto a quienes piensan que el médico es superior y siempre va a ser el jefe. Estos jóvenes son de distintas carreras y ellos nos dicen: “Ustedes las enfermeras son nuestra base. Ustedes nos informan porque están 24/7 con el paciente.” Como los jóvenes tienen esa mentalidad, ya no van a existir esas brechas.

Yo pienso que la enfermería es el corazón del hospital porque muy aparte de los procedimientos que hacemos, nosotros agregamos el cuidado. No estás tratando con cosas, sino con personas que están en una situación vulnerable y necesitan apoyo y soporte. En el transcurso de realizar nuestros procedimientos lo hacemos con esa esencia de cuidado que nos permite ser más humanos cada día. Pienso que la enfermería es una vocación muy grande de servicio porque muchos colegas se han contagiado de covid-19 y, sin embargo, no han renunciado. Estuvieron enfermos, hicieron su cuarentena, se recuperaron y volvieron porque tienen ese amor y esa pasión por su carrera que es cuidar a la personas.”