Por: Estafani Delgado

Foto: Colaboración

Desde la Antígona, nos sumamos a su lucha y esfuerzo por ser reconocidas y reivindicadas.

Cada 30 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, sin embargo, muchos de sus derechos continúan siendo invisibles para el Estado y sectores de la sociedad. Hoy, desde la Antígona, nos sumamos a su lucha y esfuerzo por ser reconocidas y reivindicadas. 

Ofelia, “Ofe” para los amigos. Tiene sesenta y ocho años. Afortunadamente – como ella dice – es parte del grupo del 20% de trabajadoras del hogar que tiene trabajo formal, pues el 77,5% operan en la informalidad, incluso en Latinoamérica y El Caribe superan el 90% – según el informe de la Organización de las Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo -, de informalidad.

Es natural de la provincia de Azángaro, en Puno y desde los siete años se desempeña como trabajadora del hogar. Llegó a Lima a los diecisiete años para buscar mejores oportunidades, cuando comenzó, le pagaban apenas tres soles por realizar cargos de limpieza y de cocina,  a pesar que su jornada laboral excedía las ocho horas diarias.

“No conocía mis derechos. Estudiaba por las mañanas y regresaba a trabajar toda la tarde, pero un día descubrí, en un libro que compre en el Parque Universitario – al que me gustaba ir – que nos correspondía seguro, remuneración justa, días de descanso. Eso a mí nunca me lo habían dado”, cuenta Ofe. 

Foto: Prensa

Al inicio, sus patrones negaron brindarle los beneficios que merecía pero Ofelia siempre insistió. Hasta el día de hoy, se encuentra laborando en la misma familia a donde llegó, en San Borja. 

Orgullosa, me dice que no tiene queja de sus empleadores, más sí conoce la situación actual y la anterior que tuvo que vivir. Hoy, Ofe, se acuerda de lo mucho que le costó luchar por sus derechos y valora cada esfuerzo que hizo para lograr el cambio.

Esta historia es una de las muchas otras 496 mil trabajadoras del hogar que existen de acuerdo a las estadísticas brindadas por la Defensoría del Pueblo en el 2020.  

De las leyes a la realidad

La Súper Intendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) reconoce a la trabajadora del hogar como aquella persona quien realiza labores domésticas. Lo hace a cambio de una remuneración  y dentro del régimen de labor mínimo de cuatro horas. 

La ley 31047, aprobada y publicada en octubre del 2020, otorga hoy a las trabajadoras del hogar los beneficios que merecen tener, tales como percibir un sueldo no inferior a la Remuneración Mínima Vital (RMV) por jornada de 8 horas diarias y cuarenta y ocho horas semanales, el pago de gratificaciones y compensación por tiempo de servicios (CTS), otorgar descanso anual remunerado de 30 días, un contrato laboral por escrito, edad mínima de 18 años para trabajar, tener alimentación y  seguro de salud adecuados al nivel socioeconómico del empleador – éste no forma parte de la remuneración-, impedir el despido por maternidad, y no permitir cualquier acto de discriminacion, y hostigamiento sexual.  

Cabe resaltar que esta histórica promulgación les permite celebrar, por primera vez, el 30 de marzo, como día no laborable y remunerado, lo que representa un gran avance ante el esfuerzo que vienen realizando. 

Este cambio se debe a los esfuerzos y las demandas que la Federación Nacional de las Trabajadoras del Hogar (FENTTRAHOP) y  las Organizaciones No Gubernamentales, vienen realizando desde distintos frentes para  que se reconozca el trabajo de las trabajadoras del hogar. 

Leddy Mozombite. Foto: Simplemente Trabajadoras del Hogar

Leddy Mozombite, secretaria general de la FENTTRAHOP, considera que para lograrlo, se tuvieron que promover muchas gestiones. “Venimos presentando pre dictámenes a la Comisión de Trabajo y la Comisión de la Mujer del Congreso, insistiendo en la ratificación del Convenio 189 de la OIT, y la aprobación de la nueva ley que por muchos años viene siendo invisible”, dijo. 

Mozombite, resaltó que todavía quedan esfuerzos por realizar, pues se debe insistir en la aplicación de la ley y el cumplimiento de la misma. “Tenemos dos instrumentos históricos producto de esta lucha, sin embargo, debemos lidiar para que la ley se cumpla y los medios de comunicación junto a la sociedad  sean quienes difundan e informen sobre esta norma”, agregó. 

A pesar de este avance legal, aún existen vacíos que no permiten defenderla. Pues, de acuerdo a las estadísticas del análisis laboral de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), realizado en septiembre de 2020 – un mes antes de la publicación de la nueva ley – el empleo informal ascendió a 74,3%, es decir, siete de cada diez peruanos tienen empleo informal en el Perú.

Esta situación evidencia que se deben optar por otros mecanismos de protección hacia las trabajadoras del hogar que las salvaguarde. 

Una de ellas es propuesta por Andrea Gandolfi, coordinador de proyectos y oficial de desarrollo de la asociación Grupo de Trabajo Redes (GTR), quien sugiere que para evitar problemas entre el empleador y empleado, ambas partes deben conocer sus derechos y hacerlos valer, para que así, el trabajo del hogar se realice de manera eficiente y responsable, evitando así los casos de explotación laboral.

Como el caso de V.V. y J.A. quienes trabajaron bajo estas informalidades, y pidieron no ser identificadas pero sí se mostraron dispuestas a declarar su testimonio en los siguientes audios.  Escucha los testimonios00:00 / 01:59

Testimonios brindados por V.V.D Y M.V- trabajadoras del hogar.

Foto: Diario UNO

Además, Yuri Marcelo representante de la Adjuntía de los Derechos de la Mujer en la Defensoría del Pueblo, sostiene que «tiene que ver con los roles de poder y la superioridad que tienen algunos empleadores hacia las trabajadoras del hogar».

Por lo que una alternativa, sería empoderar e informar constantemente a las trabajadoras del hogar sobre sus beneficios y los actuales cambios en la ley, quienes muchas de ellas aún no conocen.

Por otro lado, las entidades estatales también deben contribuir con la normativa ya vigente, como la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL), el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) y los Gobiernos Regionales.

Una de las formas de hacerla cumplir por parte de la SUNAFIL  es realizando inspecciones laborales, a fin de supervisar las condiciones en que se encuentra laborando la trabajadora del hogar. Mario Giles, especialista en estadística de SUNAFIL, explica que se actúa en base a el Plan Anual de Inspección del Trabajo (PAIT), en el que se programa la supervisión a nivel nacional de todos los sectores laborales, entre ellas el sector de las trabajadoras del hogar.

Sin embargo, existen limitaciones para fiscalizar el lugar donde laboran pues su lugar de trabajo es el domicilio de sus empleadores. 

Álvaro Garcia, Intendente Nacional de Prevención y Asesoría, declaró que existe el principio de inviolabilidad del domicilio, establecido en el artículo 2.9 de la Constitución.

“El lugar de trabajo de las trabajadoras del hogar es, al mismo tiempo, el domicilio de los empleadores. Si el dueño de casa niega el ingreso al inspector de trabajo, no hay posibilidad de ingresar y se necesitará una autorización judicial, más allá de las facultades que tenemos. Este problema tampoco lo soluciona la nueva ley de trabajadoras del hogar porque el impedimento viene desde la Constitución”, explicó.

En el mismo sentido, Guillermo Córdova, inspector de trabajo de SUNAFIL, agrega que la principal limitación para el inspector de trabajo, se basa en poder establecer un vínculo laboral entre las trabajadores de hogar y sus empleadores. 

Foto: El Comercio

“Muchas veces, no existe prueba alguna de la relación laboral, en las visitas inspectivas los empleadores son reacios a dar información a un inspector de trabajo, y otras veces incluso niegan de plano la relación laboral, con lo que la trabajadora queda desprotegida al no poder probar una relación laboral”, dijo.

Ante todas estas dificultades aún existentes, no sólo es necesario celebrar la histórica aprobación de la nueva Ley 31047, si no que es sumamente importante abolir, por un lado la falta de conocimiento de los derechos de las trabajadoras del hogar en diversos espacios, por otro lado, es necesario cambiar las limitaciones que las entidades encargadas tienen para poder fiscalizar libremente y sancionar su incumplimiento. 

Por lo que se requiere de un trabajo conjunto que ayude finalmente a las mujeres de este reportaje y muchas otras que desempeñan este cargo a superar la valla de la desigualdad. 

Hoy, tras conmemorar el Día de las Trabajadoras y Trabajadores del Hogar, reflexionamos sobre este tema y expresamos nuestra admiración a todas las trabajadoras del hogar y les hacemos recordar que estamos de pie, juntas en esta lucha. 

Foto: La República 

¿Cómo ayudar? Si conoces a alguna trabajadora del hogar cuéntale sobre sus derechos, ayudala si necesita denunciar, abrázala, y sobre todo respétala. 

Agradecimientos y nota de la autora:

Con cariño, para Ofelia, Vilma, Amanda, Agatha, Andrea y Leddy.

Federación Nacional de las Trabajadoras del Hogar

La Casa de Panchita

La Asociación Grupo Trabajo en Redes

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