Por Aylinn Siñas

“¿Cuál es la memoria que nosotras como maricas tenemos? ¿Qué recordamos? ¿Cuál es la historia de las maricas asesinadas? ¿Por qué se nos ve solo como una cifra y no recogemos esas memorias?”, esos fueron los primeros pensamientos que vinieron a la mente de André Mere (29), luchador por los derechos de las disidencias sexuales y miembro fundador del Archivo Marica, al pensar en la historia y la memoria del Perú.

Para Jonás Muñoz (33), activista por los derechos humanos y la comunidad LGBTQ+ del Callao y Anticuchx Polisha, travesti trans-toriadora y chalaca (28), el colectivo debe recuperar sus memorias, ya que si no la construyen ellxs, nadie lo hará. Es por eso que iniciaron con este proyecto.

El Archivo de la Memoria Marica del Perú nace a raíz de la necesidad de visibilizar las vivencias de las disidencias sexuales para calar, fortalecer a la comunidad y hacer que se reconozca con orgullo. “Debemos conocer nuestra memoria para no permitir que hechos desastrosos vuelvan a ocurrir, porque así sabremos lo que nos merecemos y debemos exigir a la sociedad”, añade André.

Logo de Archivo de la Memoria Marica del Perú. Fuente: Instagram

La iniciativa, que en primera instancia será digital, se encuentra en la etapa de acopio de información y por ello todo el apoyo económico de la sociedad civil es apreciado, porque organizar un proyecto de tal relevancia necesita financiamiento. Un archivo es un grupo de documentos producidos por una persona u organización durante el ejercicio de sus actividades. Y no pensemos en el archivo como algo anticuado, ya que —gracias a la tecnología— nuevos tipos de documentos se han ido creando, tales como fotografías, películas o videos.

“Nosotrxs buscamos recoger fotografías, documentales, cortos, películas y todo tipo de registro físico o virtual. Probablemente, vamos a tener material relacionado con la violencia, pero también queremos mostrar el más allá. Donde no se nos ha visto, como personas que ocupan un lugar y aporta algo a la sociedad”, señala André.

Algo importante a rescatar es que estos documentos sirven para crear conocimientos basados en fuentes de gran valor. Con la información que brinde el archivo, cualquier sujeto con los medios suficientes para acceder a él puede realizar estudios, informes e investigaciones de gran impacto social.

Otros archivos LGBTQ en Latinoamérica

Archivo de la Memoria Trans – Argentina

Este espacio fue imaginado por María Belén Correa y Claudia Pía Baudracco, dos activistas trans. Con el fallecimiento de Pía en el año 2012, meses antes de que se aprobara la Ley de Identidad de Género en Argentina, María decidió hacer realidad esta iniciativa y comenzó a recolectar fotografías, testimonios, cartas y crónicas policiales de la comunidad para fundar este espacio virtual en Facebook.

Posteriormente, en el año 2014 —con el apoyo de la artista visual Cecilia Estalles— comenzaron a clasificar y agrupar más de 10 mil documentos reunidos de inicios del siglo XX hasta fines de los noventa y crearon el Archivo de la Memoria Trans. Actualmente, los archivos se han expuesto en museos de todo el mundo y buscan rescatar la memoria de la comunidad travesti, transexual y transgénero argentina.

Archivo de la Memoria Trans. Fuente: Instagram

Archivo Histórico del Movimiento de Lesbianas Feministas – México

La activista lesbofeminista Yan María Yaoyólot fue la fundadora de este archivo que busca darle visibilidad al lesbianismo en México. Este archivo recopila 5 mil documentos en promedio —entre libros, revistas, grabaciones, volantes o videos—, los cuales recuerdan y comparten la memoria de las miembras del colectivo desde 1976 hasta el 2020.

Este proyecto aportó hallazgos significativos no solo para la memoria lésbica, sino para la historia del país. También sirvió para demostrar que muchas de ellas dieron la vida en diversas manifestaciones por la búsqueda de reconocimiento de derechos, y así reforzaron la identidad del colectivo y empoderaron a las nuevas generaciones.

Identidad y memoria: Dos conceptos entrelazados

Un archivo no se debe concebir únicamente como un recuerdo. Elizabeth Jelin, socióloga argentina, explica que la información del pasado —aquella que puede ser encontrada en documentos escritos o digitales— no garantiza que los individuos la recuerden o reconozcan. Afirma que, por el contrario, es necesario que aquella memoria pasada active en la persona un sentido a su escenario actual.

“Queremos difundir la alegría, el paso del tiempo, la colectividad. Todo esto termina siendo resistencia y denuncia”, comenta André al explicar qué es lo que quisieran causar en el espectador, ya que uno de los fines es generar conciencia sobre lo que la comunidad ha podido lograr y aportar.

Tal como vemos, la necesidad de creación de una memoria propia también surge para afirmar y empoderar la identidad de la comunidad LGBTQ+ en el Perú, aquella que muchas veces se reconoce en las historias y experiencias de grupos externos, pero no tiene idea de los sucesos nacionales que marcaron su pasado —y presente— de lucha. Como dice André: “Hay dos cosas que se cruzan, la mariconada como identidad y el ser peruana como identidad”.

Es por ello que el Archivo de la Memoria Marica del Perú tendrá cruces de territorialidad, temporales y de la vivencia. Esto para poder difundir hechos nacionales que son desconocidos por muchxs dentro de la misma comunidad, como la matanza de Las Gardenias ocurrida el 31 de mayo de 1989 en Tarapoto.

Aquel día, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) irrumpió de forma intempestiva hacia la discoteca Las Gardenias en San Martín; sacó a ocho gays y trans del interior y los asesinaron. Aquellxs personas fueron César Marcelino Carvajal, Max Pérez Velásquez, Luis Mogollón, Alberto Chong Rojas, Rafael Gonzales, Carlos Piedra, Raúl Chumbe Rodríguez y Jhony Achuy. Posteriormente, el MRTA publicó un comunicado en el que resaltan que iban en contra de la existencia de “lacras sociales”; entre ellas, la comunidad LGBTQ+.

Fuente: El Comercio

Lamentablemente, pareciera que en nuestro país no existe una voluntad política ni social por querer introducir hechos de esta temática como parte de nuestra cultura y memoria como sociedad. Esperemos que, con esta iniciativa que nace del propio pueblo, se tome acción y poco a poco construyamos una sociedad inclusiva en la que se respete la diversidad.