Por Antuané Pizarro
Hace algunos años, un par de señoritas con uniformes claros interrumpieron la clase de mi antigua tutora para hablarnos sobre los métodos anticonceptivos; específicamente, los condones. Llevaron dos de los productos que mencionaron. El que logró sorprenderme fue el denominado ‘condón femenino’. “¿Hay condones para mujeres?”, fue lo primero que surgió en mi mente. Cuando llegué a mi casa, el tema que toqué con mi mamá fue sobre lo que aprendí en el colegio. Ella no conocía sobre ello, así que estuvo atenta a todo lo nuevo que le contaba.
Ahora me doy cuenta de lo afortunada que fui en ese momento, pues mi madre me hablaba sobre la sexualidad de forma directa, preparándome para el futuro. Pero, ¿cuántos habrán tenido la misma suerte de tener a alguien de confianza que los oriente?
El condón es un método anticonceptivo de barrera que, aparentemente, más se conoce entre las personas. Se sabe qué es, pero a veces se ignora cómo se usa, para qué y por qué.
Una encuesta aplicada a un total de 24,135 personas, realizada por la Fundación AHF Perú en el 2020, reveló que solo el 13% de peruanos de distintas ciudades usan de manera frecuente el preservativo durante sus relaciones sexuales y el 77% lo utiliza “casi siempre”. Además, en otra realizada en el 2021, muestra que en un grupo de 45,697 jóvenes, solo el 14% de adolescentes varones en nuestro país usa siempre preservativo durante sus relaciones sexuales, mientras que la cifra en las mujeres no llega ni al 6%. Estos datos demuestran que el mensaje sobre el uso del condón aún no sensibiliza a la población.
El uso de este preservativo no solo debe realizarse cuando se tiene sexo vaginal, sino también cuando es de forma oral o anal. La idea frecuente con la que se emplea este producto es para prevenir los embarazos no deseados, el cual tiene una alta efectividad: entre 85 y 98%.
Sin embargo, algunos incluso sirven de protección a posibles infecciones o enfermedades de transmisión sexual (ITS/ETS). Aunque se ha demostrado que el uso del condón previene los embarazos, no hay que confiar solo en ese método; adicionalmente, se debe usar al mismo tiempo otro —como la pastilla anticonceptiva, el dispositivo intrauterino (DIU) o la inyección anticonceptiva— para que sea más efectivo.
Dejando de lado la protección que genera su empleo frecuente, también pueden ser muy estimulantes al realizar el acto sexual. Su uso puede ser parte de los juegos previos y del placer que proporciona cada uno de forma independiente (condón masculino y femenino). No hay excusas para no hacer uso del condón; ya que, además de sus beneficios salubres y didácticos, actualmente, algunas fábricas realizaron variaciones del producto; por ejemplo, de diferentes tamaños, texturas, aromas y sabores.
Día Internacional del condón: 13 de febrero
Cada 13 de febrero, se celebra el Día Internacional del Condón, en el cual se informa e incentiva su uso a la población sexualmente activa; de esta manera, se promueve a que tengan relaciones seguras. La fecha se decidió por ser víspera del Día de San Valentín, también conocido como el Día del Amor y la Amistad.
No es una fecha que haya sido oficializada por la OMS o la Unesco, sino que fue una iniciativa que surgió en el 2009 y se instauró a nivel mundial en el 2012 por la AIDS Healthcare Foundation (AHF), organización sin fines de lucro que ofrece servicios de salud, métodos de prevención e información a las personas con VIH o sida.
Sin embargo, es importante que se destaque este día para que más personas sexualmente activas conozcan sobre los beneficios de su uso, como lo es la prevención de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), y que tiene gran eficacia en la reducción de la incidencia de embarazos no deseados.
Importancia de la ESI en escuelas
La Educación Sexual Integral (ESI) es un tema que estuvo resonando en los medios de comunicación hace unos días. Aunque genere controversia en la política y las familias, es importante que se hable sobre esto en los colegios. El currículo educativo no se reduce al enfoque de género, propuesta que ayudaría a reducir la violencia sexual y de género, sino que también tiene varios puntos que ayudarían a la prevención de enfermedades y de embarazos adolescentes.
Según la Unesco, la Educación Sexual Integral forma parte de una educación completa e indispensable a la que todo ser humano tiene derecho, ya que proporciona competencias y habilidades para la vida. Además, según la Defensoría del Pueblo, en el 2016, el Comité de los Derechos del Niño recomendó al Estado peruano hacer frente al problema del elevado número de embarazos de adolescentes con el acceso a una educación en materia de salud sexual y reproductiva.
Los beneficios que puede proporcionar el implemento de la ESI son variados. Se puede prevenir casos de violencia sexual, puesto a que los estudiantes, al saber sus derechos y reconocer los actos negativos, pueden alzar la voz y defenderse. También reduce la tasa de embarazo adolescente, porque tanto niñas, niños y adolescentes conocerían sobre los variados métodos anticonceptivos que existen; además de saber dónde y cómo conseguirlos. Por ejemplo, sabrían que no necesitan receta médica, son económicos y en establecimientos de salud se entregan de manera gratuita. Otro punto a favor es que se enseñaría sobre la planificación familiar, una información necesaria para que tengan un plan de vida estructurado.
La encuesta realizada por AHF Perú en el 2021 revela que el 52% de mujeres comenzó su etapa sexual antes de los 17 años y en los varones esta cifra asciende a 66%, lo que es aún más preocupante en el caso de mujeres trans, donde llega al 86%.
Actualmente, el uso del condón es un tema que se habla más en los espacios publicitarios de la televisión y en Internet, pero no deja de ser menos relevante que se informe también dentro de los colegios. La curiosidad puede llevar a que, en el exceso de información, haya parte de desinformación.
Jóvenes y adolescentes pueden entrar a sitios virtuales dónde no saben si las fuentes son verídicas o cuánto es realmente cierto. Pueden encontrarse con mitos que los desanimen a usar el preservativo o les genere temor. Por ejemplo, de que la sensación es menor al llevar puesto el condón, lo cual es falso, ya que hoy en día existe una gran variedad de condones ultra delgados que puede brindar gran sensibilidad y sensaciones muy placenteras; o sobre que el preservativo (ya sea un condón femenino o masculino) puede quedarse dentro del cuerpo de la otra persona, un mito que se desmiente al saber el anillo externo del condón evita que se introduzca; otro sería de que este producto se puede colocar o retirar en la mitad del acto sexual, hecho que perjudicaría a ambos.
Por esta información tan variada que se encuentra en Internet, lo indicado sería que se enseñen estos temas en las escuelas, porque así habría una fuente segura con datos confiables.
Según unos datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES 2017), en promedio, 10 mujeres son víctimas de feminicidio cada mes, 78.9% de las víctimas de trata son mujeres y 13.4% de las adolescentes estaban embarazadas o fueron madres en ese año. Entonces… ¿hasta cuándo vamos a cegarnos de la realidad y negar que en las escuelas hay una alta necesidad de tener una Educación Sexual Integral? No solo se trata de brindar información a los adolescentes y jóvenes, sino también proporcionarles herramientas para que puedan defenderse y tomar mejores decisiones.