Por Carina Escudero
Ubicación: Comunidad campesina de Pumamarca, distrito de Tambobamba, provincia de Cotabambas, región Apurímac, Perú.
El conflicto entre la comunidad campesina de Pumamarca, en la región de Apurímac, y la minera Las Bambas, una de las mayores minas de cobre del mundo operada por la transnacional china Minerals and Metals Group (MMG), ha sido una lucha prolongada y ardua. En el corazón de esta disputa está el predio Sallawi, una tierra vital donde las familias de Pumamarca practican ganadería, construyen sus viviendas y cuidan los ojos de agua esenciales para la agricultura.
Desde 2011, los comuneros han denunciado la compra ilegal de estas tierras por parte de la minera, que pagó un irrisorio precio de 2.000 dólares por cada una de las 1.000 hectáreas del predio, equivalente a apenas 0,50 céntimos por metro cuadrado. Esta transacción ha sido vista por la comunidad como un despojo de sus tierras ancestrales y un atentado contra sus derechos.
El martes 23 de julio de 2024, la comunidad indígena de Pumamarca se movilizó en una protesta pacífica que culminó en la entrada de la minera Las Bambas. La marcha, que contó con la participación de toda la comunidad, rechazó enérgicamente la contaminación creciente de sus fuentes de agua y la violencia policial que busca despojarlos del predio Sallawi, donde la minera pretende expandir sus operaciones.
Sabino Flores, indígena que vive en Sallawi, ha presenciado de primera mano cómo la minera y el Estado no solo intentan desalojar a su comunidad, sino que también criminalizan a sus líderes en un intento de desarticular la resistencia. La represión policial y los procesos judiciales contra los dirigentes comunales han sido constantes, reflejando la estrategia de la empresa y del Estado para debilitar la lucha de Pumamarca.
La comunidad de Pumamarca ha reiterado su demanda principal: la devolución del predio Sallawi. Este territorio es fundamental para la ganadería, actividad que sustenta económicamente y culturalmente a los comuneros. La expansión de la minería no solo pone en riesgo su modo de vida, sino que también amenaza la salud de la comunidad debido a la contaminación del agua, un recurso indispensable en esta región.
El caso de Pumamarca es un ejemplo claro de las tensiones entre las comunidades indígenas y las grandes empresas mineras en Perú. Refleja no solo las disputas por la tierra, sino también las profundas desigualdades en las negociaciones y el respeto a los derechos fundamentales de las comunidades originarias. A pesar de la represión, la comunidad de Pumamarca sigue firme en su lucha por la justicia, la restitución de sus tierras y el respeto a sus derechos ancestrales.