Archiva NOV20: Las marchas de noviembre 2020 relatadas por mujeres y poblaciones LGBTIQ+

Archiva NOV20: Las marchas de noviembre 2020 relatadas por mujeres y poblaciones LGBTIQ+

Por: Alessandra Vera
aless.veranimal@gmail.com
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Foto: Archiva NOV20

El registro fotográfico y audiovisual se han convertido en herramientas ideales para crear una memoria ciudadana colectiva desde diversos enfoques.

Registrar para no olvidar. La crisis social, económica y política que sufre nuestro país han generado movilizaciones jamás vistas antes convocando a todos los grupos sociales. Ante estos nuevos panoramas, el registro fotográfico y audiovisual se han convertido en las herramientas ideales para crear una memoria ciudadana colectiva desde diversas visiones y enfoques. 

Durante noviembre de 2020, Perú cayó en una crisis política luego de que el congreso vacara al entonces presidente Martín Vizcarra. Manuel Merino asumió el cargo por tan solo 6 días, pues una ola de protestas a lo largo del país impulsaron su renuncia al poder. Estas marchas marcaron un precedente gracias a particularidades como la multitudinaria asistencia pese a la pandemia, o el hecho de que los principales asistentes fueron jóvenes entre 18 y 24 años, en su mayoría mujeres según cifras del IEP.

Una vez que Francisco Sagasti asumió el poder para liderar un gobierno de transición hasta las no muy lejanas elecciones presidenciales de abril de 2021, diversas iniciativas surgieron para que los eventos de esa semana de protestas no fueran olvidados. Partiendo de la fotografía, se llevó a cabo una exposición en el LUM y se abrió una convocatoria nacional para participar en la publicación “11/20”, que fue editada por KWY Ediciones bajo la dirección del fotógrafo Musuk Nolte. No obstante, el equipo del Centro Cultural La Revoltosa sintió que aún faltaba contar esta historia desde la perspectiva de mujeres y disidencias, y es así como surgió su propia convocatoria, que resultaría en la publicación digital “Archiva NOV20”.

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Foto: AP Photo/Rodrigo Abd

“Archiva NOV20” es una mezcla de fotos, audios, ilustraciones y textos recibidos por La Revoltosa entre diciembre de 2020 y enero de 2021. Fabiola Reyna, Ale Sotelo, Marel Coral y Vanessa Valencia fueron quienes le dieron vida a este centro cultural digital peruano en 2020, y también fueron quienes diseñaron y gestionaron la publicación.

Para este centro cultural era importante crear algo que no fuera “solo un archivo como tal, sino un archivo -o una archiva, en todo caso, o un contra archivo- que tenga en cuenta nuestras propias vivencias y miradas desde nuestra identidad”, como “mujeres, como cabras, como trans, como compas” señaló Ale Sotelo -coordinadora de artes visuales de La Revoltosa- durante la presentación transmitida vía Facebook.

“La historia oficial, los discursos sobre la construcción del estado-nación, incluso sobre la protesta, masculinizan… masculinizan y blanquean mucho el relato sobre cómo se han construido nuestros territorios. De cómo se han disputado las luchas, las protestas; básicamente todo” agregó. 

El objetivo era crear un archivo que recopilara las voces que no siempre tienen dónde expresarse, fomentando la representación y generando una memoria crítica y colectiva que honrara lo sucedido. “La historia es circular y siempre está abierta y es convulsa; y siempre podemos seguir aprendiendo de este tipo de acontecimientos», siguió Sotelo. Y es que documentos como este siempre nos permitirán revisar la historia desde nuevas lecturas e ideas a medida que pase el tiempo; “Archiva NOV20” no impone una conclusión definitiva sino que pretende ser un punto de inicio para recordar y reflexionar críticamente sobre lo vivido en noviembre.

En las 41 páginas digitales de la publicación encontramos una narrativa que comienza con una parte dedicada a la organización colectiva en las calles; sigue con una segunda parte que muestra la represión policial; una tercera parte que muestra las respuestas, resiliencia y soporte colectivo que surgió a partir de esa represión; y una cuarta parte que recabe la memoria de los acontecimientos. Interesantemente, algunas de estas páginas cuentan con códigos QR para que quien las lea también pueda escuchar cómo sonaban las marchas, potenciando la experiencia a través del sonido.

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Foto: ARCHIVA NOV20

Vanessa Valencia, integrante de la mesa directiva del Centro de Producciones Radiofónicas (CPR) y del Grupo de Investigación Sonora (GRISPerú), explicó que el sonido es una parte fundamental de la memoria porque este muestra particularidades específicas de lo que sucede: “Las marchas, cómo se dieron en 2017, 2018; del 8M, del orgullo; las que tuvimos también con el aspecto político; son muy distintas […] encontramos sonidos muy distintos y característicos quizá […] Por ejemplo este sonar entre la olla y el cucharón, como un sonar entre metal y melancolía, ahí que iba entre las calles, los famosos que le llegaron a llamar cacerolazos”. Cabe resaltar que Valencia también comentó que la experiencia de registro fue compleja debido a la represión policial que existe en las marchas en Perú: “Muchas veces hemos tenido que estar yendo acompañadas porque no nos podemos sentir seguras registrando solas”.

El rol de las mujeres y disidencias en las marchas fue clave por diversas razones, y Fabiola Reyna -directora de La Revoltosa- explicó que esto quería rescatarse a través de “Archiva NOV20”: “Justamente que hayan quizás mas hombres «cis» detrás de la generación de este archivo hacía que los personajes que se ven dentro de esos archivos sean hombres «cis» ¿no? Y en esta marcha hubo mucha organización desde colectivos feministas, que estuvieron en primera línea, cuidándose además”.

Reyna también recalcó que la sororidad fue un aspecto relevante de las protestas: “Algo que sucedió mucho en esta marcha por ejemplo en los chats de colectivas y todo esto, apenas por ejemplo alguien perdía de vista a otra persona -sobre todo si era una persona trans- era como la desesperación porque sabemos qué es lo que pasa ¿no? Creo que estamos mucho más alertas, ahí corremos mucho más peligro, lo que nos puede pasar es bastante más grave ¿no? Incluso a una chica que la detuvieron porque imprimió afiches me parece, la agredieron sexualmente, la desnudaron y no la quería dejar ir ¿no? Y son digamos esos contrastes con otros peligros de hombres cis ¿no? que también bueno, también digamos, la policía es abusiva con todas las personas ¿no?, pero es también en otro sentido digamos, son… digamos, lo que nos puede pasar es un poco distinto ¿no? Es eso, es cuidarnos, es preocuparnos, es organizarnos, es estar cada 5 minutos compartiendo nuestra ubicación, es llorar también”.

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Foto: ARCHIVA NOV20

Si bien la presentación de “Archiva NOV20” permitió discutir distintos temas, uno de los que más resaltó fue la importancia de considerar y registrar las emociones como parte de la experiencia de mujeres y disidencias en eventos como el de noviembre.

“Una vez leí la siguiente frase: ‘la historia de las disidencias sexuales necesita de un archivo radical de las emociones, con el fin de documentar la intimidad, la sexualidad, el amor, el activismo y las luchas sociales. Todas las áreas de la experiencia de la disidencia que son difíciles de documentar a través de los materiales de un archivo tradicional’. Creo que por ahí también van las reflexiones tanto del registro y de cómo vamos construyendo nuestras memorias”, agregó Marel Coral -coordinadora de cine y audiovisual de La Revoltosa- para finalizar la presentación. Mira la publicación haciendo click aquí.

Artistas y colaboradores

  • Alithú Bazan
  • Ana Huerta
  • Ana Sofía Zaldivar
  • Carina Escudero
  • Claudia Córdova Zignago
  • Connie Calderón
  • Cristina Medrano
  • Gaby Cardenas
  • GRISPerú
  • Irma Cabrera
  • Jasmine Huallpa
  • Luna Lacra
  • Mara Palacín
  • Maurice Sosa B.
  • Mercedes Condori
  • Micaela Balta
  • Micaela Valdivia
  • Nicolle Cantuarias
  • Ninoska Pizarro
  • SAESFAD
  • Tania Gomez
  • Xime Izquierdo Ugaz
  • Ximena Moscol Gutiérrez

© 2021 La Antígona

EL ARTE DE SER MUJER

EL ARTE DE SER MUJER

Por Yahir Campos

Sol pintando El mural del bicentenario en Cercado de Lima.

La creatividad en el Perú abunda sin dirección y sin apoyo de políticas constitucionales que promuevan el arte. Sin embargo, hay quienes no esperan las puertas abiertas para entrar en el mundo artístico, al contrario, luchan y persisten en su innovación día a día. ¿Cómo es eso? Pues, se las ingenian; y al principio toca vivir por el arte, para luego cumplir el ansiado sueño de vivir del arte. 

La historia de Sol, una pintora muralista, y Ana, una fotógrafa pictórica, revelan que el arte muchas veces necesita de tiempo para ganar impulso. Tiempo, como todos los que construyen su camino sin mérito sanguíneo o apadrinamiento, pero que, además, la distinción de género latente no les permite exhibirse con parcialidad.

Ante esta adversidad viven todas las peruanas en diversas áreas pero ese panorama no las amilana. Al contrario, las reinventa para dirigir su vocación como creativas. 

Parece que a las artistas les gusta complicarse la vida. Es como su combustible. Por ello, es usual que empiecen estudiando una carrera y que en simultáneo se dediquen a su expresión artística. 

MUJERES CREATIVAS

Sol estudió Trabajo Social en la UNMSM. Desde pequeña sus manos inquietas producían figuras. Usaba los jabones y cualquier objeto puntiagudo para formar siluetas, como las banderas de las bandas favoritas de sus amigas para obsequiárselas. Su padre, pintor y ex estudiante de Bellas Artes, siempre la alentó a pintar y ella canalizó su vida con los pinceles. Ahora es conocida como Sol Luna Art, una artista plástica, lesbiana, feminista que aborda temas sociales.

Ana en su workshop de cianotipia. Archivo: Instagram @supa.lab.foto. 

Ana estudiaba Ciencias de la Comunicación en la USMP. En su infancia reconoció su gusto por las artes visuales, el dibujo, y la pintura; en la universidad despertó su pasión por la  fotografía con el Fotoperiodismo, y específicamente con el curso de crónica. Dicho amor la llevó en el 2020 a dejar la carrera y fomentar su vocación fotográfica bajo el seudónimo de anacrónicca.

Mural: Máxima Acuña, mujer que lucha, pintado en Breña, realizado  en el marco de 8M para el festival Nosotras Estamos en la Calle. Archivo Instagram: @sollunar.art.

El 2020 fue un año de cambios. Sol también lo percibió así pues en este periodo ganó reconocimiento por su pintura llamada Unidad y Urbanismo. Un año en el que redescubrió su propósito. Desde entonces ha trabajado en proyectos, grupales y personales, siempre recreando la realidad social y la reivindicación de la mujer. Para ella hay caminos igual de importantes y significativos como la de mujeres históricas como Micaela Bastidas y peruanas que luchan día a día. Su pintura Máxima Acuña, mujer que lucha o Mujer de todas las sangre, lo comprueban. 

Las marchas contra Manuel Merino reunieron a muchos artistas. Ana, excomulgada de su carrera, encontró el hecho perfecto para empezar a contar crónicas a través del fotoperiodismo. Como en muchas sociedades, los tiempos de conflicto trajeron cambios. Ambas fueron conociendo su proceso. 

CREATIVIDAD Y CULTURA

La Organización de las Naciones Unidad ONU declaró el 2021 como el Año Internacional de la Economía Creativa. Su nombre fue dado a raíz del confinamiento y las consecuencias innovadoras que trajo pasar más tiempo ensimismado. En momentos difíciles se alentó por la creatividad para resolver problemas socioeconómicos. Un ejemplo de ello, fue el boom de los emprendimientos y el desarrollo de muchos artistas en el mundo.

Mural: Amor entre mujeres sin fronteras, ubicado en Mirones Bajo, Cercado de Lima. Archivo Instagram: @sollunar.art.

‘’A veces me viene el pensamiento de que en el pasado todas esas grandes obras anónimas, quizás fueron escritas por mujeres que tenían que ocultarse por temor a no ser aceptadas, comentó Sol. Ella reflexiona sobre la comparativa entre el varón y la mujer en cuanto a la exposición. Para ella sus pinturas no tienen que gustarle a todos, basta con transmitir un mensaje, que en ocasiones pueden incomodar. ‘’ Pinté Amor entre mujeres sin fronteras, evocando la unidad entre la mujer peruana y venezolana que también sufre desigualdades. Y como en esta época hay mucha xenofobia, fue mal visto para algunos’’. 

Para conocer el arte es fundamental la cultura y las costumbres con las que uno crece. Rodearse de las personas correctas, que te reconocen y te animan a emprender tu formación. En esta parte del mundo los creativos suelen innovar notablemente porque, según una gran parte de personas, el arte no es rentable en Latinoamérica, y si no hay oposición en casa, el escenario no es apto para débiles. Por eso las mujeres artistas se encorajinan para contar como nadie su resistencia.

‘’Las mujeres de mi familia estamos muy vinculadas a la pasión y el arte. Mi madre es profesora de educación inicial, y al igual que el arte, la educación no es una carrera rentable; sin embargo, ella persistió y me transmite esa valentía de seguir lo que me apasiona’’, agregó Ana tras consultarle sobre la reacción de su familia cuando decidió dejar la carrera para dedicarse a la fotografía. 

Para Sol y Ana, salir del apoyo de la familia y conocer el mundo artístico fue lo más complicado. Además, el siguiente paso fue expresar sus emociones en un sentido amplio, para que muchas mujeres puedan sentirse identificada. Las marchas sociales la llevaron a retratar los miedos, penas y tristezas con orgullo y con mucha creatividad. 

EL DESCUBRIMIENTO

‘’En el 2021 un amigo me habló sobre los procesos alternativos, y me inscribí a un curso llamado Fotoalquimia en Chile -que fue un taller virtual-, algo totalmente nuevo para mí. Allí conocí los procesos alternativos para fotografiar escenas sin cámara. Me pareció increíble como se podía hacer fotos de una manera muy pictórica’’, dice Ana.

Este es un proceso conocido como solarigrafía. Un concepto y una práctica fotográfica basados en la observación del recorrido del sol. Ana encontró en la cianotipia y en la clorotipia el proceso perfecto para plasmar sus historias. ‘’De pequeña tuve referencias de pintores Kahlo, Picasso, Dalí. Siempre busqué que mis fotos parezcan pinturas’’, agrega.

Antimemorial, técnica clorotipia. En retrato a los asesinados por el gobierno de Dina Boluarte.  Archivo Instagram:  @supa.lab.foto

‘’Cuando empecé con los procesos alternativos, quise expresar mis problemas personales vinculados con el exterior, como conecto esto que siento como mujer que soy, que vive rodeada de violencia y que tiene una historia. Hablar del dolor, del luto, ausencia, eso lo conseguí con la cianotipia’’ añadió una Ana entusiasmada. En el 2023 Anacronicca realizó un trabajo con la clorotipia, donde retrata con hojas de coca a los asesinados por el gobierno de Dina Boluarte en señal de protesta

Sol Luna trabajó con la Municipalidad de Lima realizando murales. En sus trabajos conmemora el papel social de la mujer bajo un enfoque femenino. Sol no se considera artista, para ella serlo requiere de una trayectoria que cree no posee. ‘’Cuando converso con mi novia me convence de que sí lo soy, porque mis creaciones transmiten un mensaje con emoción. Una vez un señor bajo de un camión y me regaló 20 soles, me dijo que estaba muy lindo lo que pintaba, fue una sensación muy agradable’’, comenta.

Unión y resistencia. 

Las mujeres tienen el papel de apoyarse unas a otras para exponer su arte. Fomentar su innovación formándose integras pues son muchas las mujeres creativas, sin embargo, tienen poca visibilidad. Sol lucha por fomentar espacios de reconocimiento; relata que con ayuda de los vecinos de un AA.HH en Carabayllo habilitaron un espacio recreativo para los niños, además realizó pinturas de aquellas madres que colaboraron en la actividad, reflejando que con la fuerza unida se materializan propósitos.

Mural: Mujer de todas las sangres realizado de manera participativa con los alumnos del colegio María Parado de Bellido en la Comunidad Shipibo-Conibo de Cantagallo. Archivo Instagram: @sollunar.art

Sol busca innovar, seguir creando por muchos años, pintar en lugares históricos y poco convencionales para dejar su mensaje, eso, para ella, es inmortalizarse y trascender en su arte.

‘’Creo que es necesario cambiarle el chip a las instituciones para que entiendan que el trabajo de las mujeres es muy valioso. Muchas veces las historias relacionadas con un cuerpo femenino son contadas por varones’’, menciona Ana, indignada porque siente la poca atención que hay para las mujeres artistas. 

Esto la llevó a formar, junto a unas amigas, el colectivo Ojo de loca , su proyecto más ambicioso. Surge en noviembre del 2023 por la ausencia de grupos o espacios enteramente femeninos en donde las mujeres puedan expresarse sin ser juzgadas. El propósito es abrir camino para las mujeres artistas, compartiendo su enfoque en temas expresamente de género, como el feminicidio o el aborto. ‘’ Cuando lanzamos convocatorias sobre temas como el aborto, tengo la oportunidad de conocer chicas muy talentosas, cuyos trabajos son muy inspiradores y no son conocidos. Estas situaciones me alientan a seguir creando estos espacios’’.

Su arte, significa para ellas, una forma de expresar su resistencia. Y realmente lo es pues las mujeres son protagonistas de innumerables casos de violencia, discriminación, abuso y desigualdad. Una situación que se busca cambiar mediante el arte y la lucha constante por representación.

La realidad es que las mujeres pueden estar fácilmente en situaciones de vulnerabilidad y las variables que tienen para sobresalir en el campos laborales como el arte y otras áreas no son medidas, generalmente, con la misma vara con la que se mide a un hombre. Es en este panorama que se reconoce el trabajo inalcanzable y ganas de salir adelante de talentosas artistas que protestan con su arte.

Las mujeres que han sorteado, con su poderoso ingenio, miles de años de represión nacen virtuosas. Y al unificarse pueden reconstruirlo todo. 

Un día como hoy: El primer beso contra la homofobia en la catedral de Lima 

Un día como hoy: El primer beso contra la homofobia en la catedral de Lima 

Por Nahir Cárdenas

Imagen referencial. FOTO: Archivo Geraldo C.

Tras 29 años de activismo, el Movimiento Homosexual de Lima (HMOL) convocó a la comunidad LGBTIQ+ frente a la catedral de Lima para una actividad llamada “Besos contra la homofobia”. Se ejecutó el 12 de febrero del 2011, y tuvo como principal objetivo visibilizar las distintas orientaciones sexuales e identidades de género,  así como recalcar que todos los ciudadanos tenemos derecho de expresar afecto en lugares públicos sin temor a ser víctimas de ningún tipo de agresión. 

Entre 15 y 20 personas se reunieron en la escalinata de la Catedral de Lima. La actividad se mantuvo pacífica hasta que fueron intervenidos de manera brutal por efectivos de la PNP, quienes utilizaron bombas lacrimógenas para amedrentar, además de empujar, golpear e insultar a los jóvenes LGTBIQ+.

Lo más indignante es que el actuar de la policía fue más allá, pues mujeres lesbianas y bisexuales manifestaron haber sido víctimas de tocamientos indebidos, así como los jóvenes que intentaron refugiarse de las agresiones ingresando a negocios fueron perseguidos y golpeados. La activista del MOHL Efe, Mary Vargas, afirmó que otra activista llamada Alicia Parra fue agredida con un varazo policial y terminó con diez puntos de sutura.

Tras la agresión, siete activistas acudieron a la comisaría de Monserrate para realizar las denuncias respectivas y pasar por la revisión del médico legista encargado. Además, identificaron a los efectivos policiales, presentaron los videos que mostraban la agresión y formularon una queja ante la Defensoría del Pueblo, con la cual se inició una investigación policial que concluyó que no hubo delito de abuso de autoridad.


Lo sucedido fue difundido por distintos medios a nivel nacional e internacional. Organizaciones LGBTIQ+ de distintos países mostraron su apoyo con los afectados mientras que el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, pidió a los jóvenes LGBTIQ+ que “no provoquen con manifestaciones en ese lugar por respeto a la iglesia”.

Asimismo,  el 15 de febrero, Phillip Butters —además de coincidir con Cipriani en que fue un “acto de provocación”— dijo vía radio: “Yo te digo una cosa, así para terminar, yo por la mañana voy al nido de mi hija y si veo a dos lesbianas u homosexuales chapando, les pido por favor que se vayan a la primera y segunda, a la tercera ya los estoy pateando”. 

Once años después, los policías siguen sin ser sancionados y Phillip Butters continúa con un espacio en la pantalla chica. Aparentemente, utilizar la fuerza de manera desmedida en condición de efectivo policial es enfrentar una provocación y predicar discursos de odio al aire no es tan grave, pues lo que pesa más es la “libertad de expresión”.

Video: YouTube Channel
«Nos tratan como animales»: golpizas y enfrentamientos exponen la represión de México contra los migrantes

«Nos tratan como animales»: golpizas y enfrentamientos exponen la represión de México contra los migrantes

Por Albinson Linares – Telemundo

La escalada de la violencia desplegada por oficiales del Gobierno mexicano le ha dado la vuelta al mundo y ha sido condenada por la Organización de Naciones Unidas y defensores de los derechos humanos. «La gente está viviendo una violencia sistemática», dice un activista.

Madres y padres lloran con desconsuelo, tirados en el piso y rodeados de hombres armados que les gritan y empujan, mientras sus hijos los miran horrorizados. Menores de edad desmayados que son arrastrados hasta las camionetas de las autoridades. Oficiales de migración que patean a las personas migrantes, persiguiéndolas por matorrales y arbustos para detenerlas. Efectivos de la guardia nacional que embisten con sus escudos, cual falange, contra personas desarmadas que huyen despavoridas.

Durante los últimos días, estas escenas de gritos, sollozos y miedo fueron comunes en la frontera de México y Guatemala. La escalada de la violencia desplegada por oficiales del Gobierno mexicano le ha dado la vuelta al mundo y ha sido condenada por la Organización de Naciones Unidas y múltiples colectivos de defensa de las personas migrantes.

Me empujaron y me caí. Me caí muchísimas veces y sentía mucho dolor en mi estómago”, decía Chadeline Compere, una migrante haitiana en una entrevista con Noticias Telemundo.

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Desde el 28 de agosto, Tapachula, en el estado mexicano de Chiapas, ha sido el epicentro de la formación de cuatro caravanas con centenares de personas migrantes —en su mayoría haitianos, centroamericanos, cubanos y venezolanos— que avanzaron decenas de kilómetros, pero fueron disueltas con violentas acciones represivas por parte de las autoridades federales.

La caravana más reciente salió el sábado y fue disuelta en la madrugada del domingo cuando funcionarios de migración llegaron a una cancha de baloncesto en Huixtla, Chiapas, y detuvieron a decenas de personas. 

En Chiapas no hay forma de vivir porque nos tratan como animales. Nosotros no queremos cruzar la frontera sino salir de este lugar para buscar trabajo, no podemos ni comer”, explica Pierre, un migrante haitiano entrevistado por Arturo Viscarra, activista de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (Chirla, por su sigla en inglés).

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De enero a agosto de este año, el Instituto Nacional de Migración mexicano ha registrado más de 147,000 personas indocumentadas, una cifra que triplica la afluencia del año pasado durante el mismo periodo (48,398, según datos oficiales). Otra tendencia preocupante es el aumento de menores de edad, acompañados y no acompañados, que ascendió a 34,427.

Además, las denuncias de abusos y violaciones a los derechos humanos se han incrementado de manera considerable.

“La gente está viviendo una violencia sistemática porque les pegan, los humillan y, a veces, los trasladan a Guatemala sin ni siquiera ser de ese país y con solicitudes de refugio en México. Por eso los migrantes dicen que Tapachula es una ciudad-cárcel donde no pueden trabajar porque no les dan papeles, pero tampoco hay empleos y no los dejan moverse por el estado, ni salir de ahí. Hay una política de contención de la migración”, comenta Viscarra, quien ha acompañado a las personas migrantes durante los incidentes de los últimos días.

Huixtla, Comaltitlán, Escuintla y Mapastepec son algunos de los municipios donde las caravanas sufrieron las agresiones más fuertes. Según activistas y defensores de los derechos humanos, el contingente que emprendió su marcha el sábado estaba conformado por unas 800 personas entre las que se encontraban más de 70 jóvenes, entre niños y adolescentes. Muchos lograron huir y se encuentran en los alrededores de Huixtla.

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“Seguimos viendo al acoso y hostigamiento de las autoridades para que las personas reaccionen en legítima defensa, aunque ese grupo de personas se define como un movimiento por la libertad que solo busca salir de Tapachula para acceder a otras oportunidades”, asevera Yuriria Salvador, coordinadora del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova.

Salvador y otras activistas de las personas migrantes denuncian que han sufrido amenazas y acciones intimidatorias de las autoridades. Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México condenó las agresiones que han sufrido migrantes, periodistas y defensores de derechos humanos y anunció que investigará los sucesos acaecidos durante la disolución de las caravanas recientes.

“Los cuerpos militares no deberían estar involucrados en temas administrativos y, en México, la migración es un tema administrativo. También hay un problema de discriminación por etnia y por raza en las revisiones y detenciones migratorias (…) El Gobierno mexicano permite las detenciones arbitrarias a lo largo del país, por eso vemos estas situaciones inconcebibles”, advierte Gretchen Kuhner, del Instituto para las Mujeres en la Migración.

Autoridades mexicanas detuvieron a migrantes centroamericanos que formaban parte de una caravana que se dirigía hacia Huixtla, Chiapas, el 5 de septiembre de 2021.
Autoridades mexicanas detuvieron a migrantes centroamericanos que formaban parte de una caravana que se dirigía hacia Huixtla, Chiapas, el 5 de septiembre de 2021.AP

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¿Qué pasa en Chiapas?

En las últimas semanas, la frontera sur de México ha sido el escenario de manifestaciones organizadas por personas migrantes, en especial de la comunidad haitiana, que durante semanas y meses han esperado por la resolución de sus solicitudes de refugio. Muchos han denunciado que viven en condiciones deplorables porque, entre otras cosas, no les permiten recibir dinero de sus familiares en el extranjero y, como aún no tienen permisos legales en México, tampoco pueden trabajar.

Según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Chiapas ocupa el primer lugar del país en pobreza, con un 75.5% de su población que vive en esas condiciones, y en pobreza extrema con un 29%. No hay suficientes fuentes de empleo para los locales, por lo que las personas migrantes no suelen encontrar trabajo.

“La ley mexicana establece que las personas que solicitan la condición de refugiados tienen que permanecer en el estado donde hacen la petición que, en este caso, es Chiapas. Si se mueven a otra entidad eso se considera como un abandono del proceso. Pero, paradójicamente, es el estado más pobre en todos los indicadores y parámetros que tienes para medir la pobreza y el grado de desarrollo, lo que dificulta mucho la estadía de las personas”, explica Andrés Ramírez, titular de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

En buena medida, el origen de los conflictos recientes en la frontera radica en el desbordamiento de las capacidades de la Comar que, desde enero, ha registrado 77,559 solicitudes, lo cual ya supera en un 10% el número total de las personas solicitantes de 2019 (70,423, según datos oficiales). En el caso de las personas haitianas, las solicitudes pasaron de 5,957, en 2020, a 18,843 en lo que va de año. Según Ramírez, eso “está colapsando” todo el sistema de asilo mexicano.

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Muchas personas haitianas han dicho que están recibiendo citas para las entrevistas de sus casos con fecha de enero del próximo año, lo que incrementa su angustia y, de alguna manera, ha impulsado la conformación de las caravanas.

“La verdad es que ellos no son refugiados porque provienen todos de Brasil y Chile adonde llegaron después del terremoto del año 2010. Ahora vienen para acá por el deterioro económico de esos países, pero no entran en la definición de refugiados. Calculamos que podríamos tardar hasta tres años para procesar todos los casos de los haitianos y, sin embargo, solo le daríamos protección complementaria a un 20% de esas solicitudes”, asevera el titular de la Comar.  

Ramírez cree que el Estado mexicano debe generar alternativas migratorias para las personas de Haití que ya son la segunda comunidad más grande de solicitantes de asilo, solo superados por los hondureños. El funcionario resalta la necesidad de que los haitianos puedan trabajar y acceder a servicios básicos porque “necesitan ser protegidos” debido a la grave crisis política y humanitaria que atraviesa su país luego del magnicidio del presidente Jovenel Moïse y el terremoto de magnitud 7.2 que ocasionó el fallecimiento de más de 2,200 personas en agosto.

Las autoridades migratorias han propuesto crear un campamento humanitario en Chiapas con el fin de atender a las personas haitianas pero varias organizaciones de defensa han dicho que eso no resolverá el problema del intenso flujo migratorio en la zona, y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados advirtió que es un tema complejo que debe ser analizado.

“La orden de Biden”

Marie, una mujer haitiana, lloraba desconsolada agarrando a su hijo de dos años mientras se quejaba de los maltratos sufridos por las autoridades de México.

“Yo no soy guatemalteca pero, en la plaza de Tapachula, los de inmigración nos agarraron y terminamos en Guatemala. Nos deportan, pero saben muy bien que no somos de allá, ¿por qué los militares nos hacen eso? Ellos nos dicen que esa es la orden de Biden, pero es mentira”, decía entre sollozos, durante una entrevista con el equipo de Chirla en la población guatemalteca de El Carmen, pocas horas después de haber sido expulsada de México la semana pasada.

Como Marie, decenas de miles de personas migrantes han sido devueltas a Guatemala. Muchos han sido trasladados en avión desde Estados Unidos, luego de cruzar la frontera de manera ilegal y, según confirmó Dana Graber Ladek, jefa de la misión mexicana de la Organización Internacional para las Migraciones en una entrevista con The Associated Press, México también está trasladando vía aérea a las personas extranjeras que las autoridades estadounidenses retornan a los estados del norte del país.

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Durante el año fiscal actual, Estados Unidos ha procesado más de 846,000 expulsiones en la frontera sur bajo el llamado Título 42, al considerar que la llegada de migrantes es un riesgo para la expansión del virus del COVID.

El más reciente informe de Human Rights First, una organización de defensa de los derechos humanos con sede en Washington, ha registrado en lo que va de año unos 6,356 ataques violentos —que incluyen violaciones sexuales, secuestros, extorsiones, trata de personas y otras agresiones— contra migrantes que fueron deportados a México o personas a las que se les impidió solicitar asilo en la frontera por el Título 42.

En la Casa del Migrante Belén, en El Ceibo, Guatemala, diariamente reciben 150 personas o más que han sido sometidas a las expulsiones ejecutadas por las autoridades estadounidenses, pero se calcula que más de 400 personas son retornadas cada día hacia esa población.

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El sacerdote Matteo Luison, secretario ejecutivo de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala, dice que ha tenido que ver toda la tristeza y la injusticia de las políticas migratorias lo cual es “uno de los peores lados de la humanidad”. Pero, lo que más le preocupa, son las condiciones sanitarias de los traslados de las personas migrantes.

“Cuando los deportan no respetan las medidas de seguridad, la distancia, los cubrebocas, es como si las vidas de esas personas no valieran lo mismo. No las están respetando. No puede ser que en un bus donde caben 48 personas y que, por la pandemia, solo deberían ocupar la mitad de los asientos, han llegado a meter hasta 90”, dice con desaliento y asegura que más del 50% de las personas deportadas son mujeres y niños.

Muchos de los deportados son solicitantes de asilo en México y, sin embargo, los expulsan a Guatemala donde no conocen a nadie y muchas veces los traslados se hacen tarde en la noche. Según Alejandra Macías, directora de Assylum Access México, las autoridades mexicanas no informan a las personas de sus derechos durante el proceso de asilo o refugio.

Una caravana de personas migrantes, en su mayoría haitianas, caminaban por una carretera en el municipio de Tapachula, Chiapas, el 1 de septiembre de 2021.
Una caravana de personas migrantes, en su mayoría haitianas, caminaban por una carretera en el municipio de Tapachula, Chiapas, el 1 de septiembre de 2021.EFE

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“Los sueltan en la frontera sin decirles nada, y los exponen a muchos peligros. Es un doble discurso porque el Gobierno mexicano acaba de recibir personas afganas que están huyendo de un conflicto armado y eso está muy bien, pero no puede ser que al mismo tiempo expulsen a centenares de personas que también necesitan protección”, afirma Macías.

A pesar de las negociaciones entre los gobiernos, las deportaciones masivas, los abusos de las autoridades, la pandemia de COVID-19 y los peligros del crimen organizado, muchos migrantes que siguen en Chiapas no pierden la esperanza de lograr un futuro mejor.

“Este camino es muy duro, pero todo tiene un propósito de Dios. Si él permitió que estuviéramos acá arriba es porque vamos hacia adelante”, dijo Ariel, un migrante hondureño, la semana pasada.