La importancia de Antígona: ¿Qué nos dice el personaje en distintos escenarios?

La importancia de Antígona: ¿Qué nos dice el personaje en distintos escenarios?

Por Diandra García

No es lo mismo hablar de Antígona, con Antígona o de La Antígona. El nombre se repite, pero nunca las maneras de llevarlo. Así también ocurre con la obra de teatro homónima. Publicada hace 2 mil 500 años, se trata de la más representada en el mundo. Entonces, ¿Cómo entender su importancia, en cada escenario?

Hablando de Antígona (el personaje)

La historia sucede en Grecia, en el 442 a.C. Antígona es hija de YocastaEdipo, el mítico personaje de Sófocles que mató a su padre, se convirtió en rey de Tebas y se casó con su madre. Fruto de esta unión, nacen Antígona, Ismene, Eteocles y Polinices

El drama de Antígona inicia con la muerte de los dos últimos. Luego de una batalla por el poder, ambos hermanos se apuñalan entre sí. Creonte, hermano de Yocasta, ordena que a Eteocles se le honre como héroe. A Polinices, en cambio, prohíbe darle entierro digno. Lo destina a vagar como una sombra, sin recibir despedida alguna.

–Yo, por mi parte, enterraré a Polinices. Será hermoso para mí morir cumpliendo ese deber. Así reposaré junto a él, amante hermana con el amado hermano; rebelde y santa (…); que más cuenta me tiene dar gusto a los que están abajo, que a los que están aquí arriba

(Antígona a su hermana, Ismene)

Antígona desobedece el mandato. Para ella, la ley de Creonte carece de valor. “No temo la voluntad de ningún hombre”, declara a su tío. Prefiere dar sepultura a quien salió “del mismo seno” que castigarlo como villano, como lo exige el gobierno. El dilema moral es evidente. Mientras Creonte defiende su propia política, Antígona lucha por la familia y su deber con los dioses.

–Pero al hombre virtuoso no se le debe igual trato que al malvado. (…) Nunca un enemigo mío será mi amigo después de muerto.

–No he nacido para compartir el odio, sino el amor.

(Discusión entre Creonte y Antígona).

Hay interpretaciones al respecto. En principio, Sófocles opone las leyes cívicas (Creonte) a las divinas (Antígona). Posteriores lecturas hicieron de la heroína un ícono feminista. Luce Irigaray, Judith Butler y Adriana Caravero, por ejemplo, reconocen en ella su activismo contra el patriarcado

Hablando con una Antígona (Dévora Castro)

Antígona se ha presentado en escena en diferentes contextos, incluyendo la II Guerra Mundial (direcciones de Jean Anouilh y Bertolt Brecht). En Trujillo, el personaje fue interpretado por la actriz Dévora Castro, en 2015. 

Para Dévora, lo transgresor de Antígona es su sensibilidad. “Soy de quienes actúan para erizar la piel. Fue un proceso muy personal para mí”, sostiene. Tal como Antígona saltó la ley, Dévora se saltó el libreto durante una presentación. “Me pasa cuando mi mamá asiste: me pongo nerviosa. Olvidé todo, quedé en blanco”, confiesa. En su caso, Creonte (Fernando Bacilio) la ayudó. Le recordó sus líneas sin que el público lo notara.

“Me movió el amor familiar”, afirma Dévora. Aunque el comentario es acerca de Antígona, muy bien podría aplicarse a ella: Dévora Castro, improvisando sobre lo escrito por una emoción humana: los nervios por la opinión de su madre. “Fue fuerte. Su valerosa acción nos da una enseñanza”, agrega. Esta vez, se refiere al acto de sentir. “Una señora me agradeció. Fue como si dijera ‘me transmitiste algo. Sentí’”, finaliza.

La Antígona: periodismo con sentido

Lo que está escrito necesita un propósito. Antígona lo sabía. Pese a que la ley le impedía lograrlo, obedeció su corazón. Le dio un sentido propio a la escritura. 

“Era una mujer que defendía sus derechos”, explica Emma Ramos, una de las periodistas fundadoras de La Antígona. Durante la universidad, Emma Ramos, Brenda Baccalini, Johanna Gallegos, Alessandra Díaz, Zoila Antonio, Begoña Angobaldo y Melanie Soca (miembros originales) emprendieron el proyecto. Querían crear algo distinto a otras empresas periodísticas, algo que no fuera ajeno a la lucha diaria de mujeres y disidencias. A ese algo, le llamaron La Antígona.

Marcó la historia”, continúa Emma, insistiendo sobre el significado del personaje. Como Antígona, quienes integran esta familia –tanto el equipo fundador como lxs voluntarixs– marcan la historia. Lo hacen al contarla, en sus diversos espacios, fuentes y sensibilidades. Siempre con sentido.

Día de la lucha contra el cáncer de mama

Día de la lucha contra el cáncer de mama

¡Tócate antes que te toque!

Este 19 de octubre, por el Día de la lucha contra el cáncer de mama, La Antígona y Juntas Espacio nos sumamos al lazo rosa en apoyo a todas las mujeres valientes que vienen luchando a diario.

Recuerda que no se puede prevenir, pero sí detectar. Por eso, es importante que acudas a tus chequeos con frecuencia y ante algún síntoma comunícale a tu médico.

En este especial visual, te compartimos datos fundamentales que no debes dejar pasar.

Diseño e ilustración: Juntas Espacio 
Redacción e investigación:  Johanna Gallegos

La necesidad de la Educación Sexual Integral en el Perú

La necesidad de la Educación Sexual Integral en el Perú

POR AYLINN SIÑAS

FOTO: UNFPA Perú

Entre enero y agosto del 2021, la Defensoría del Pueblo reportó más de 4,000 casos de violaciones sexuales a niñas y adolescentes. Los números de embarazos infantiles y juveniles siguen en aumento, y a pesar de que existen lineamientos para comenzar una Educación Sexual Integral, en muchas comunidades educativas, la ESI sigue siendo un tema tabú.

El término “educación sexual” puede escandalizar a muchos, incluso existe un sector de la población peruana que piensa que se reduce a solo hablar de sexo y la genitalidad. Sin embargo, la Educación Sexual Integral (ESI) es mucho más que eso: es un espacio de aprendizaje que atraviesa distintas áreas del desarrollo humano y requiere un trabajo articulado de distintas organizaciones como los colegios, los centros de salud, las familias, etc.

Según la Unesco, la ESI es un proceso de enseñanza en torno a la sexualidad dirigido principalmente a niños y jóvenes, el cual busca dotarlos de conocimientos que les ayudarán a disfrutar de su salud y bienestar, entablar respetuosamente relaciones sociales y sexuales, así como proteger sus derechos.

Es decir, la ESI no busca ideologizar a la juventud, sino que pretende generar conciencia en torno los derechos sexuales y reproductivos, comportamientos sexuales, autopercepción, orientación sexual, prevención de embarazos o enfermedades de transmisión sexual, entre otros conocimientos fundamentales en torno a la salud.

El 3 de junio, el Ministerio de Educación (Minedu) aprobó los Lineamientos de Educación Sexual Integral para la Educación Básica mediante la resolución viceministerial Nº 169-2021-MINEDU. La finalidad de los lineamientos son la implementación de la ESI en las instituciones educativas públicas y privadas para “permitir la vivencia de la sexualidad de manera segura, responsable y saludable”.

No obstante, a la fecha aún hay comunidades educativas en las que los lineamientos no son tomados en cuenta. La campaña “#EsHoraDeCumplir”, iniciada por jóvenes estudiantes de distintas regiones, colectivos juveniles y organizaciones, busca que el Minedu brinde informes sobre las medidas que se han venido tomando para garantizar la ESI en las instituciones educativas.

Esta medida tomada por dichos grupos sociales es entendible, debido a que las y los estudiantes quieren gozar de su derecho a recibir esta información fundamental por parte de sus docentes, quienes muchas veces no reciben una capacitación adecuada en materia de igualdad y género.

“Con esta herramienta tan fundamental es que nosotras como adolescentes podemos desarrollarnos de una manera realmente segura confiable y garantizando que nuestros derechos sean cumplidos”, señaló Jamilee Tello, miembro de la organización juvenil Formando Líderes Adolescentes en Villa el Salvador (FLA-VES), en el programa 90 Segundos en Latina Noticias. La aplicación de la ESI es un factor importante para el cambio de un panorama desolador que aqueja a muchos peruanos hoy en día.

Una realidad alarmante que debemos enfrentar

La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar del 2020, elaborada por el INEI, reveló que, durante el año pasado, el 8.3% de adolescentes peruanas entre 15 a 19 años estaban embarazadas o ya eran madres, problemática que principalmente afectaba a las jóvenes de áreas rurales.

Es importante señalar el área en la que se dan la mayoría de los embarazos adolescentes, ya que muchas de estas chicas deben dejar sus estudios, algunas por tiempo indefinido y otras permanentemente, lo que trae como consecuencia una futura vida laboral mermada, así como el riesgo de un posible ciclo de pobreza.

Fotografía: UNICEF Perú

Según el Sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo en Línea (CVN), sistema web elaborado por el Ministerio de Salud (Minsa) y el Registro Nacional de Identidad y Estado Civil (Reniec), en lo que va del 2021, se han registrado ocho nacimientos en niñas de 0 a 10 años. Durante el 2019, la cifra se elevó a nueve y en el 2020 casi se triplicó, pues alcanzó los 23.

Según el mismo registro, durante el 2021, la cantidad de niñas entre 11 a 14 años que registraron sus partos fueron 926. Loreto, Lima y Ucayali son las regiones con mayor cantidad de nacimientos registrados con 161, 119 y 114 respectivamente. La cifra de las adolescentes entre 15 y 19 años que registraron sus partos durante este año es de 36.359.

Es necesario recordar que no se podría utilizar estas cifras para conocer la cantidad total de niñas y adolescentes que quedaron embarazadas estos años, debido a que no se contabiliza a aquellas que abortaron o no lograron inscribir oficialmente a sus hijos por llevar partos extrahospitalarios. 

También es lamentable observar que los partos realizados por menores de edad se han mantenido durante la pandemia, ya que muchas de estas niñas se quedaron en sus casas debido al confinamiento y fueron víctimas de violencia sexual por parte de sus propios familiares, por ello es importante que los estudiantes sepan reconocer las situaciones de riesgo, para evitar ambientes de violencia y abuso.

La Defensoría del Pueblo señaló que “del 1 de enero al 31 de agosto de este año, se atendieron 4151 casos de violación sexual de niñas y adolescentes mujeres”. El organismo recordó que muchas menores ven afectado su desarrollo y proyecto de vida debido a su edad y género, por lo cual resulta urgente prevenir estos casos.

Las estadísticas demuestran que la situación problemática y crítica que vive el país necesita de un Estado que tome un rol activo en el fomento de la ESI. Muchos jóvenes no sabrán defender sus derechos y prevenir violencia sexual o de género o embarazos no deseados si no se les enseña en las aulas la importancia del sano desarrollo de su sexualidad.

“Juntas”: Buscando una educación sexual integral para todas

“Juntas”: Buscando una educación sexual integral para todas

Por Mariana Aljovín

Ilustración: Adriana V.

Gabriela Delgado 24 años y María José Tamayo 25 años, egresadas de la Universidad del Pacífico y creadoras de JUNTAS.OFICIAL.

“Juntas.Oficial” nació como una idea en el 2018. Queríamos crear una empresa con impacto social: una marca de salud en la que las mujeres latinoamericanas nos sintamos identificadas.

«El estigma y la situación de las mujeres en el Perú en torno a la menstruación es un tema que siempre nos llamó la atención. Para profundizar en el tema, hicimos varios viajes, uno de ellos a Pucallpa, en donde las mujeres son de las más afectadas por el embarazo adolescente. Tuvimos la oportunidad de conversar con ellas y sus mamás. Descubrimos que muchas adolescentes ya eran sexualmente activas o comenzaban a interesarse por diversos temas con respecto a sus cuerpos y a la sexualidad. A pesar de esto, no sabían de conceptos como el consentimiento, o la propia menstruación; en resumen, existía mucha desinformación que podría afectarlas en su futuro. 

En Lima, tampoco sentimos que nuestras dudas fueran satisfechas, pese a que se trata de la capital (tomando en cuenta que el Perú es un país sumamente centralizado) y con una educación privada más presente. No había un canal de apoyo para saber de educación sexual integral; es decir, sobre identidad, sexualidad, violencia, menstruación, entre otros términos claves en su vida. 

Es aquí que, en el 2019, formalmente creamos “Juntas.Oficial”. Presentamos la idea a las universidades de Harvard y San Diego. Con su financiamiento pusimos en marcha el proyecto. Como todavía faltaba data sobre la realidad peruana y la educación sexual integral, hicimos una investigación en algunos colegios públicos y hospitales. Después de esto es que validamos la idea de hacer una plataforma online.

Durante la pandemia, hicimos diversas actividades: talleres para empresas y colegios, regalamos kits menstruales, entre otras dinámicas para todo el público. Además, recibimos mensajes de adultos que querían aprender ellos mismos sobre el tema para poder compartirlo con sus hijos o hermanos.

Más que un negocio en mente, queremos crear una marca de salud sexual para que esta sea un tema natural y cotidiano. Sentimos que muchas de las marcas de productos menstruales no satisfacen el arraigo de la mujer latinoamericana, no vienen acompañados de una carga emocional, ni se prioriza la salud. Y es por ello que apostamos por esta iniciativa, para crecer juntas».

Justicia casual: El caso de Dania Calderón

Justicia casual: El caso de Dania Calderón

Por Mya Sánchez

Dania Calderón en los exteriores de la Reniec.

En el Perú el acceso al derecho de identidad de género depende de la suerte. De las creencias de los jueces, del proceder del RENIEC, de los imprevistos. Tal fue el caso de Dania Calderón, quien a sus 42 años se convirtió en la primera mujer trans en conseguir el cambio de sexo en su DNI sin requerir reasignación genital. Pero su historia también se resolvió por una casualidad.

Como un deseo de cumpleaños que no se puede decir en voz alta. Así vivió Dania Calderón los pequeños triunfos que evitaba celebrar durante el proceso judicial por el cambio de sexo en su DNI. El día que recibió su documento en el que decía “mujer” y “soltera”, pudo creer recién lo que estaba ocurriendo: se había convertido en la primera mujer trans peruana en conseguir un DNI que refleje su identidad sin requerir una reasignación genital.

Pero aquel engorroso proceso que finalizó el pasado 28 de septiembre empezó en Huaraz hace 4 años, luego de que consiguiera el cambio de nombre en su DNI, solicitud que había iniciado en el 2015. Las infinitas trabas que el Estado peruano coloca usualmente a las personas trans era algo para lo que Dania y su abogada Johana Sotelo ya estaban preparadas. “Tú tranquila Dania, que igual RENIEC va a apelar”, le repetía la letrada, sin mostrar un atisbo de sorpresa por el proceder común de la entidad.

Los jueces de Huaraz ordenaron que el caso se traslade a Lima, donde continuó su curso en el juzgado de La Molina. Luego de una larga espera, se llevaron a cabo las dos audiencias en las que ambas partes debían presentar pruebas que sustenten su demanda. En el caso de Dania, los medios probatorios consistieron en examen psicológico, psiquiátrico, endocrinológico, el testimonio de la doctora que ha acompañado su tratamiento hormonal desde hace años y del cirujano que le realizó algunas intervenciones quirúrgicas.

Por otro lado, los procuradores de RENIEC mencionaban en un intento de defensa que el cambio de sexo en el DNI no podía realizarse pues Dania podía estafar a terceros, mentir a su pareja para casarse, que el sexo es biológico y no se puede cambiar e incluso que la jubilación de las mujeres cisgénero es a una edad menor. Pese a todo aquello, en mayo del 2020 el juez falló a favor de Dania.

Frontis de la RENIEC. FOTO: Andina/ Héctor Vinces

Lo que siguió fue inesperado. Dania y su abogada se preparaban para que RENIEC apele el fallo y el juicio ascienda a la Corte Suprema, donde la seguirían luchando. Mientras tanto, ella se comunicaba constantemente con el juez para lograr que se notifique el resultado lo más pronto posible al RENIEC, pues luego de eso serían cinco los días hábiles en los que la entidad podía apelar.

Finalmente, el 21 de diciembre se realizó la notificación, y le siguieron jornadas de ansiedad entre los feriados y días festivos. El 2 de enero, último día del plazo, Dania y su abogada estaban pegadas a las pantallas de sus equipos electrónicos esperando que RENIEC ingrese algún escrito al sistema. 23:30, 23:45, 23:40 y nada. El reloj marcó la medianoche y el plazo había vencido. Una alegría mezclada de extrañeza las invadió. “Estábamos contentas pero nos preguntábamos: ¿por qué no apelaron? Qué raro”, comenta.

Ante aquel nuevo escenario, distinto al de otros casos que la abogada Sotelo había llevado, presentó un escrito solicitando que se concediera la demanda a su patrocinada. El pedido procedió y Dania fue a recoger la sentencia con el oficio donde el juez ordenaba a RENIEC el cambio de partida y de DNI. “Ese mismo día lo escaneé todo al derecho al revés y lo presenté por mesa de partes virtual”, relata Dania evidenciando la premura con la que uno actúa cuando sabe que está cerca de cumplir su sueño.

Y ahí fue que ambas descubrieron lo que había ocurrido. Los días siguientes estuvieron llenos de escritos de parte de RENIEC, pues se les había pasado apelar. Uno de sus pedidos era la nulidad del caso pues, alegaban, no habían sido notificados correctamente. Dania sintió cómo su esperanza se desmoronaba cuando el juez le comunicó que estudiaría el caso. “Pensé que el juez efectivamente se había equivocado y que se anularía todo”, cuenta.

Repite un par de veces que fue la resolución número 15 en la que se declara infundada la petición de RENIEC. El número se quedó grabado en su mente. No obstante, RENIEC no daba su brazo a torcer. “Dios, ¿hasta cuándo?”, pensaba Dania. Mientras tanto, ella obedecía al pie de la letra las indicaciones del juez para tramitar el cambio de sexo en su partida de nacimiento, luego de que la autoridad exhortara a RENIEC realizarla.

El juez aceptó el último de los escritos de RENIEC, pero les informó que el juicio ya había terminado y que de todas formas tenían que entregarle el DNI a la ciudadana. La siguiente estrategia de la entidad fue el cambio de procurador. Cuando él asume su cargo y se apersona ante el juez, solicita que se notifique nuevamente todo a su casilla y correo institucional. Si el juez aceptaba, tendrían una nueva chance para apelar. No obstante, no accedió.

RENIEC ya no tenía más que hacer, la batalla había acabado. Habían pasado cerca de 20 días hábiles cuando Dania recibe la llamada de su abogada informándole que el primer paso ya estaba listo: su partida de nacimiento tenía como sexo el femenino. La imprimió y fue a la oficina de Santa Anita para tramitar su DNI. La expresión de incredulidad y las mil llamadas que realizaban los trabajadores del centro demostraban que esto es, sin lugar a dudas, un hito. “Qué extraño, hemos cambiado nombres y apellidos pero sexo nunca”, le decían.

Luego de 10 días hábiles y de estar constantemente revisando la web de RENIEC para verificar el porcentaje del proceso en el que iba su documento de identidad, por fin llegó al 100%. “Aún así no creía porque podía esperar cualquier cosa de RENIEC”, pensaba. Fue a recogerlo acompañada de sus compañeras del colectivo Féminas y todo se volvió real. “Entenderás que estoy un poco emocional porque es difícil pasar por lo que he pasado”, me dice. Más de diez mil soles y una montaña rusa emocional después, lo había logrado.

De la boca para afuera

En una de las tantas resoluciones, el juez exhortaba a la procuradora de RENIEC a dejar de “actuar de mala fe” e incluso la sanciona con una multa. Como explica Dania, esta entidad se llama a sí misma aliada de la comunidad trans. Incluso en el 2016 sus representantes formaron parte del Grupo de Trabajo para la Documentación de la Población Trans en el marco del Plan Nacional “Perú contra la Indocumentación 2016—2021”. 

Asimismo, incorporaron en los planes de capacitación institucional la temática de orientación sexual e identidad de género, trabajaron en un Proyecto de Protocolo Interno de Atención para personas trans, entre otras acciones simbólicas. Sin embargo, la realidad es distinta. Prueba de ello es, por ejemplo, que en agosto del 2020 apelaron la sentencia de la Corte Superior de Lima para permitir el cambio de nombre, sexo e imagen en el DNI mediante un procedimiento administrativo.

Su defensa fue que “hay procedimientos que no los deciden el RENIEC ni el Poder Judicial, sino el Congreso que da las leyes”, comunicó el jefe de Imagen Institucional de la entidad, Benito Portocarrero. En la misma línea, al ser consultada por su actitud ante las demandas por cambio de sexo, la ex-procuradora Nelly Paredes afirmó que apelan “porque no hay normativa que regule esos requerimientos y pueden representar una falta administrativa”.

Dania lo vivió de primera mano. En el mejor de los escenarios, ella creyó que lograría obtener un documento que reflejara su identidad cuando sea una adulta mayor y existiera una ley de identidad de género, pues el accionar de RENIEC y de algunos jueces no le daban espacio a tener mucha más fe. Ella lo atribuye al miedo al cambio y transfobia, pues destaca cómo muchos otros países de la región cuentan ya con una legislación para la comunidad trans, a pesar de la tendencia conservadurista de sus mandatarios, como es el caso de Ecuador.

Leyla Huerta, directora del colectivo de mujeres trans Féminas, que ha acompañado de cerca a Dania durante este proceso, hace énfasis en ciertas facciones anti derechos enquistadas en las esferas de poder. Incluso cuenta que en los juicios por cambio de nombre que muchas de sus compañeras han llevado a cabo, los jueces han sido víctimas de acoso por fallar a favor de ellas. “Están pendientes de sus errores para pedir su destitución”, añade.

En el dolor, hermanas

Dania Calderón y compañeras de Féminas. FOTO: Agencia Presentes

Era 2015 cuando Dania y Leyla, junto a algunas otras compañeras, fundaron Féminas. Seis años después, fue su misma familia escogida la que la acompañó a recoger su nuevo DNI en la puerta de RENIEC Santa Anita. Las mismas mujeres a las que ella alguna vez les abrió las puertas, la sostuvieron durante el largo camino que recorrió. Cuando le dijo a su abogada que quería desistir porque quería cuidar su estabilidad emocional, fueron ellas las que la motivaron a seguir.

“Me decían ‘madre, ¿cómo le va en su caso?’. Era una montaña rusa de emociones. Algunos días festejábamos y luego a la semana siguiente me veían desanimada, y me decían que siga adelante”, relata con nostalgia. El abuso y discriminación que sabía que sus compañeras experimentaban la convencían de seguir luchando. “No puedo dejar esto”, pensaba.

“Es importante el soporte comunitario, cumple el rol de la familia cuando esta no se encuentra. Por eso somos un grupo que sigue creciendo”, comenta al respecto Huerta. Féminas, precisa Dania, vive de la autogestión y de las donaciones. También del apoyo de especialistas como la abogada Sotelo. Ella lleva los casos por cambio de sexo y nombre en el DNI de muchas de sus integrantes. 

Naaminn Timoycco, primera mujer trans que logró el cambio de sexo en el DNI. FOTO: Archivo El Comercio

Es así que este no es un logro individual, sino de toda su comunidad. Hace 10 años Naaminn Timoycco se convirtió en la primera mujer trans en lograr el cambio de sexo en su DNI. Sin embargo, el proceso duró 8 años e incluyó un “acto vejatorio”, considera Dania Calderón, por el cual tres médicos verificaron si tenía genitales femeninos. “Por eso esta sentencia es histórica, yo he ganado esto y nadie sabe si me he operado o no, eso es muy íntimo”, agrega.

En ese sentido, opina, el mensaje que deja este suceso es potente. “Esto normaliza que somos mujeres diversas. Así como existen altas, bajas, afro, andinas, hay mujeres trans. Aquí no se cuestiona si es una mujer trans operada o no, porque no hay diferencia entre ambas”, precisa. En la misma línea, Huerta afirma que la mutilación no puede ser una condición para acceder a documentos identitarios. “No pueden exigirte que renuncies a tu derecho a la reproducción para tener derecho a la identidad”, sentencia.

Este hito establece un antecedente importante para el proyecto de ley que viene preparando el colectivo, por el cual se buscará el reconocimiento de la identidad de género. “Para nosotras es importante demostrarle al Estado que nuestra demanda es verdadera, que no estamos pidiendo algo falso, la ley nos lo permite”, concluye la directora de Féminas.

Más puertas abiertas

A sus 42 años, Dania por fin puede ver cómo un horizonte de posibilidades se presenta al frente suyo. En primer lugar, sabe que esta es una luz al final del túnel. “El Estado tiene una deuda histórica con nosotras. Antes no había nada, no se hablaba nada, eran discursos de la boca para afuera pero no había ningún cambio”. Así, espera que su lucha no haya sido en vano y que permita que otras personas trans no la tengan tan difícil como ella.

Pero más allá de lo colectivo, Dania cuenta con emoción cómo ahora su trabajo en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos no es su única posibilidad. Ella podrá participar de convocatorias relativas a su carrera técnica, la enfermería. “Podré postular a empleos en EsSalud o el MINSA porque ahora sí me van a considerar en el sistema. Siempre se fijan que coincida mi nombre con mi sexo”, explica.

Todo este tiempo de lucha y espera le ha dado tiempo a Dania para pensar incluso en el fin de sus días. Lo que a cualquier otra persona le parecería un procedimiento ordinario y común, para ella representaba un ataque a su identidad. “Si a mí me matan o fallezco, en las estadísticas yo no hubiese figurado como una mujer trans, sino como un señor. Eso tampoco me parecía justo”, comenta, con la tranquilidad de que eso ahora representa un problema menos.

Pero Dania tiene para rato. Me comenta que crio a su hermana desde el año y medio hasta los 7 años. Seguidamente, me dice emocionada que ama a los niños y que le gustaría formar una familia. “¿Qué fue lo primero que hiciste tras recibir tu DNI?”, le pregunto. “Hablar con mi novio”, responde. “Tenemos planes de casarnos”. Hacer crecer su patrimonio juntos, ejercer ciudadanía, todo lo que cualquier ciudadano cisgénero da por sentado, para ella es posible por primera vez. Lo que antes se le hacía incierto, hoy es cada día más real.