El 8 de marzo de 2024, diversas instituciones publicaron estudios respecto a la actual brecha de género en el Perú. Al vernos en esta situación anualmente es imposible evitar preguntarse: “¿aún existe la brecha de género? ¿Hemos mejorado en algo? ¿Es necesario seguir hablando de esto?”. Sí, es necesario, porque el Perú no está avanzando para eliminar las brechas de género, no todas las empresas verdaderamente están apuntando a una equidad, no se está rompiendo el techo de cristal y no se está recortando la brecha salarial. ¿Por qué? Porque el Perú no es Lima y no todas las mujeres peruanas acceden a una educación secundaria y trabajo formal.
Laura Blacido, planner estratégica Senior en McCann Lima y activista feminista en la ONG Manuela Ramos, es más firme y señala que el país está retrocediendo.
Las mujeres son una población aún vulnerada y violentada en la sociedad peruana. En los dos primeros meses del 2024 se reportaron 33 feminicidios y 40 tentativas, según datos del el Ministerio de la Mujer.
Fuente: Índice Del Desarrollo Social de la mujer y el hombre en los países de América Latina 2023 –Centrum PUCP.
PERÚ: EL PAÍS DE LATINOAMÉRICA CON LA PEOR BRECHA DE GÉNERO
Un estudio de Centrum PUCP, publicado en 2023, señala al Perú como el país con la mayor brecha de género en todo Latinoamérica. El porcentaje del país es 10.8%, y el de la región es de un 7%. Se tiene una brecha favorable en salud y educación, lo que nos indica que las mujeres están accediendo a educación y salud. Pero la balanza se desequilibra cuando se menciona autonomía y oportunidades.
“Que el Perú ocupe ese lugar es bastante lamentable. Muchas mujeres son el sostén económico de sus familias: son las ambulantes, las que tienen su puesto en el mercado, las que venden pollo broster en la esquina de la cuadra. Las vemos y conocemos, pero muchas veces ignoramos su papel en la economía del país y los hogares. Hasta el día de hoy siguen existiendo muchas desigualdades, condiciones precarias de trabajo, el limitado acceso a opciones de promoción y desarrollo profesional”, comenta Carolina Caballero, promotora de los derechos y disidencias de la ONG Manuela Ramos.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) menciona que las normas de género asocian a las mujeres y niñas como principales cuidadoras de las personas dependientes, tanto dentro como fuera del hogar. Caballero sostiene que esta mentalidad es la que pone obstáculos a la vida profesional de las mujeres. Se construyen sesgos representados con preguntas incómodas en entrevistas sobre sus planes de matrimonio o maternidad, o la falta de consideración de mujeres en edad fértil para puestos de liderazgo.
Paola del Carpio Ponce, economista e investigadora para la Red de Estudios para el Desarrollo, opina lo mismo y considera que en la sociedad actual nosolo existen techos de cristal, sino también muros de cristal.
“Sobre el techo de cristal y la cantidad de mujeres en un cargo de poder – no es que la mujer no pueda, sino que ni siquiera postula porque necesita más flexibilidad de tiempo o menos carga para estar en el hogar. Pero no solo se trata de que las mujeres no siempre llegan a los puestos altos, sino que están demasiado representadas en las actividades menos remuneradas o asociadas al cuidado. Indistintamente de la jerarquía, ese tipo de diferencias tiene una consecuencia sobre cuánto puedes aspirar a ganar en el futuro”, señala.
El más reciente estudio del INEI “Perú: Brechas de Género, 2023: Avances hacia la igualdad de mujeres y hombres” deja entrever incluso que las mujeres están más preparadas que nunca. En el año 2022, la tasa de acceso a una educación superior en mujeres fue del 29,6%, superior en 4,6% a la tasa en el caso de los hombres (25%). Esta es una situación favorable para las mujeres que se ve desde hace 10 años… Sin embargo, las mujeres ganan un 27,8% menos que sus pares masculinos.
Tanto Blacido como Caballero resaltan que estas cifras no representan necesariamente a la realidad del país. De acuerdo con el último Censo Nacional en Perú, solo 1 de cada 10 mujeres accede a la educación superior.
“La cifra del reporte del INEI es una brecha bruta, que toma datos de hombres y mujeres en general. Pero hay otro estudio realizado por la Universidad de Pacífico, que salió en el 2022, que limpia la comparación y compara a hombres y mujeres con un mismo nivel educativo, con la misma experiencia, con trabajos similares; y aun así hay una brecha”, comenta del Carpio Ponce.
“Muchos piensan que eso es una cuestión solo de gustos y que a las mujeres no les gusta la ingeniería o no les gusta la matemática o son menos buenas; pero eso no explica todo lo que está ocurriendo. Desde la primera infancia, los estereotipos marcan a las niñas y sus decisiones. Además, por la carga en el hogar y posibles hijos en el futuro, las mujeres tienen a escoger trabajos con menos carga porque necesitan esa flexibilidad”, agrega.
Entonces, no es que las mujeres no trabajen; trabajan más en cosas por las cuales no les pagan. Cuando se decide tener una familia o hijos, se requiere de flexibilidad para hacer frente a cualquier necesidad. La estadística nos demuestra que, en el Perú, el costo de la inflexibilidad se lo llevan las mujeres.
HABLEMOS DEL TIEMPO EN CASA
La autonomía y acceso a oportunidades es importante para garantizar el bienestar de una persona, como lo es la educación y salud – y podemos decir que no todas las mujeres acceden en la misma capacidad a ninguna de estas variables. Sin embargo, algo crucial en cuanto a salud y que muchas veces se olvida – pese a lo mucho que se habla de ello – es la salud mental.
El estudio de INEI señala que el “bienestar de una persona no depende solo de su ingreso o consumo, sino de su libertad sustantiva para usar el tiempo”. Esto quiere decir que la propia falta de suelo o descanso llega a “una pobreza de tiempo”. Las mujeres peruanas viven en un estado de pobreza de tiempo. Porque tienen un total de 75,54 horas totales trabajando, de las cuales 36,27 son al trabajo remunerado y 39,28 al doméstico (no remunerado). Los hombres pasan un total de 66,39 horas trabajando – por 50,46 de ellas reciben una paga y por 15,54, no.
Según Laura Blacido, esta pobreza de tiempo también es violencia de género. Que la mujer no tenga acceso al tiempo extra que posee el varón para seguir desarrollándose profesionalmente e incluso le reste tiempo de descanso puede terminar afectando a su salud física y mental – y eso es violencia.
“La violencia tiene muchas formas que no nos permite identificarlas. Escuchamos de la violencia física, escuchamos de la violencia psicológica – pero incluso la violencia psicológica no es necesariamente que te llenen de insultos, sino que incluso el silencio es violencia. Si vives con una pareja que si se enoja deja de hablarte, eso es violento. Lo mismo pasa con el tiempo de descanso, del cuerpo y de la mente; si no está permitido, es violento”, explica.
EL IMPACTO DE LA PANDEMIA: AUMENTO DE INFORMALIDAD
Caballero sostiene que la pandemia significó un golpe duro para la economía; pero cuando esta se estabilizó, las mujeres vieron tuvieron un “retorno a la normalidad” más accidentado. “Estudios señalan que el empleo femenino se ve caracterizado por tasas de informalidad mayores en comparación a la masculina, y con la pandemia esta aumentó aún más”, señala.
La informalidad lleva a las mujeres a una situación de peligro, porque no tienen acceso a leyes laborales justas, condiciones laborales óptimas; las expone a la inseguridad ciudadana y no les provee de un ingreso fijo.
“Los ministerios muchas veces promueven la imagen de ‘la mujer emprendedora’, pero ¿qué mujer es? ¿Una mujer blanca que ha tenido acceso a la universidad, que tiene acceso al transporte? La realidad de la mujer que vive en Zona 7 no va a ser la misma de una que vive en un asentamiento humano. Existen mujeres en la selva que son víctimas del matrimonio infantil y, por ende, embarazo adolescente. Existen mujeres en la sierra que no tienen acceso a servicios de salud”, resalta.
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Las voceras de este artículo coinciden en que el camino que le falta recorrer al Perú, en cuanto a brechas de género, es extenso. En un país donde no existe una igual repartición de oportunidades, donde el Estado no llega a todos lados, son las leyes y políticas públicas las que deben garantizar un cambio inmediato para no solo garantizar el acceso a una Educación Sexual Integral (ESI), sino también a mejores condiciones laborales y erradicar los estereotipos de género desde la temprana infancia.
Por el lado privado, se necesita una mejor flexibilidad en los puestos de liderazgo, garantizar políticas firmes frente al acoso laboral, brindar una mejor distribución del tiempo de trabajo y cuidado del hogar es crucial. Esto no solo beneficiará a las mujeres, sino también los hombres; porque, como señala Paola del Carpio Ponce, “no creo que los padres no quieran pasar tiempo con sus hijos”.
Solo así podremos decir que el Perú verdaderamente está haciendo algo para alcanzar la equidad. De lo contrario, seguiremos siendo el país con la brecha de género más grande de toda Latinoamérica.
Las personas con esta condición genética tienen todas las capacidades para ser independientes; así lo afirman expertos que descartan algunos mitos pues sostienen que no son niños eternos y que, al igual que todos nosotros, pasarán por diferentes etapas de la vida. En el marco del Día Mundial del Síndrome de Down, La Antígona cuenta la historia de Lisset que es prueba de todo lo que se puede lograr con el apoyo necesario.
Lisset Argote tenía un mes de nacida cuando el pediatra le dijo a su mamá que tenía síndrome de Down. Martha se sentía desconcertada y vulnerable, pues su esposo había viajado por motivos de trabajo y ella estaba sola con la bebé, mientras su hijo mayor las esperaba en casa.
El síndrome de Down (SD), cuyo día mundial se conmemora cada 21 de marzo, es una condición genética que se produce por una trisomía del cromosoma 21; es decir, en vez de tener dos cromosomas 21, hay tres. Es importante recordar que NO es una enfermedad.
Pero Martha no sabía qué significaba esto y tenía miedo. ‘‘Yo desconocía qué pasaba (con las personas con esta condición), qué podían hacer, cómo iba a hacer. No sabía nada. Fue una desesperación para mí’’, cuenta. En ese momento ella no se imaginaba que Lisset, quien ahora tiene 39 años, llegaría a ser campeona de natación, deporte que practicaría natación por más de 20 años y que viajaría al otro lado del mundo para competir contra deportistas de diferentes nacionalidades.
En el 2011, Lisset participó en los Juegos Mundiales de Verano de Olimpiadas Especiales de Atenas, en Grecia. Fue la primera vez que viajó sin su familia. Ella fue con sueños y regresó con dos medallas: una de bronce y otra de plata. ‘‘Me emocioné mucho, me encantó (la experiencia), hice amigos’’.
Cuando Martha recibió la noticia del pediatra tampoco se imaginó que su hija, tras explorar exitosamente la natación, se animaría a bailar marinera y que viajaría a Trujillo el 2018 y 2019 para participar en otros concursos.
El mito de los niños eternos
Gioconda Manassero, jefa del servicio de Genética del Instituto Nacional de Salud del Niño – San Borja, explica que un mito principal sobre las personas con síndrome de Down es que son ‘‘niños eternos’’. ‘‘Ellos, como cualquier persona, van a pasar por diferentes etapas de la vida, van a crecer, van a pasar de ser niños a jóvenes y luego a adolescentes y adultos’’. La experta agrega que la gente también piensa que las personas con SD no pueden ser independientes o mantener un trabajo, lo cual es falso.
En el caso de Lisset, trabajó en un establecimiento de salud por casi tres años. Primero, repartió volantes y después se ocupó de la organización del área de archivo. Cada día, Lisset se levantaba temprano para alistarse y elegir su atuendo del día. Terminaba la jornada a la una de la tarde contenta. En el 2017, el lugar tuvo cambios en la administración y todo el personal salió. Actualmente, además de la marinera, disfruta pintar mandalas y ordenar. ‘‘Me gusta hacer cosas de la casa, me gusta ordenar todo. Tiendo mi cama y preparo desayuno, pongo la mesa y caliento el pan y el agua del termo’’.
Asimismo, Manassero indica que otro mito es pensar que las personas con SD no tienen pareja o que no pueden mantener relaciones duraderas. ‘‘Ellas se enamoran, incluso muchas quieren formar una familia y casarse’’. Y Lisset también es prueba de ello. Ella conoció a Álvaro por medio de la Sociedad Peruana de Síndrome de Down, donde son autogestores, con quien ya lleva casi seis años. Cuando Álvaro está en Lima suelen salir, a veces van al cine o a almorzar.
Apoyo constante
Otro mito sobre el SD es que los niños con esta condición nacen con diferentes grados de discapacidad intelectual, mientras que lo cierto es que todos cuentan con la misma potencialidad, la cual deberá ser desarrollada y estimulada para alcanzar un desempeño que los lleve a tener una deficiencia intelectual leve o hasta ser fronterizos, precisa Manassero.
Martha inició la estimulación temprana de Lisset cuando tenía tres meses. ‘‘Recuerdo que una doctora (…) me dijo: ‘Tu niña va a ser lo que tú hagas por ella. Entonces si tú la apoyas, si tú vas a salir adelante, vas a ver’. Y sabias palabras’’.
Salud de las personas con SD
La especialista en genética precisa que las personas con SD tienen determinados rasgos físicos, como el rostro un poco redondo, ojos achinados, la cabeza un poco aplanada hacia atrás; orejas, manos y pies pequeños; estatura baja, cuello corto, entre otros, así como hipotonía, que significa debilidad en los músculos. También, explica Manassero, el 50% puede tener anomalías en el corazón y otros órganos de su aparato gastrointestinal, colon y recto, además de la tiroides. A nivel de la sangre, pueden desarrollar anemia y leucemia. Lo importante en estos casos es recibir la atención correspondiente de parte de los especialistas correctos. Las personas con SD requieren de chequeos anuales.
En el Perú, se estima que hay alrededor de 31 mil personas con SD, pero no todas están identificadas, por lo que se desconoce si tienen acceso a servicios de salud, debido a que aún hay familias que desean esconder a su pariente. ‘‘Hay que concientizar a todo nivel: salud, educación y a la sociedad en general’’, asevera Gioconda Manassero.
Por lo pronto, Lisset continuará asistiendo a sus clases de marinera cada miércoles y viernes, mientras que al mismo tiempo espera encontrar otro trabajo donde pueda seguir desarrollándose.
Campaña «ROMPAMOS ESTERIOTIPOS»
A raíz del Día Mundial del Síndrome de Down, la Sociedad Peruana de Síndrome de Down ha lanzado la campaña ‘‘Rompamos estereotipos’’, que invita a la reflexión sobre el respeto a la diversas de las personas con SD y así romper con diferentes ideas erradas existentes.
Para ser parte de la campaña pueden comunicarse al correo esalas@spsd.org.pe o al WhatsApp 954710625.
Desde sus comienzos, en 2017, el Festival Hecho Por Mujeres ha sido un pilar para la disminución de la brecha de género en el audiovisual peruano. En esta nota, Fabiola Reyna, su fundadorx, nos habla de cada año transcurrido.
“Lo hice porque quería ser escritorx”, dice Fabiola Reyna. Cuando decidió estudiar comunicación, sus padres pidieron a sus hermanos que lx convencieran de desistir. “Querían que estudie ingeniería industrial”, se asombra, antes de continuar con la lista de cosas que sí es: comunicadorx, escritorx, fotógrafx, gestorx cultural. Dentro del amplio currículo, destacan tres entes con alma propia:
La cinta ancha, libro que recoge su experiencia e investigación de la brecha de género en el cine peruano.
El Observatorio de Género y Cultura, incubador de proyectos, investigaciones y herramientas para la reducción de brechas de género en el sector cultural.
El Festival Hecho Por Mujeres, cuya historia se remonta a 2017 y nos conduce a Fabiola y a mí, en febrero de 2024, a una conversación por videollamada.
Hecho por mujeres: un ente vivo este 2024
2017 / Fabiola Reyna propone crear un ciclo de cine peruano hecho por mujeres en sus prácticas profesionales. El proceso fue más engorroso de lo anticipado. “En mi criterio, en mi intuición, sabía que no era porque (las mujeres) no hayan hecho películas, sino que era costoso encontrar información sobre ellas”, afirma Fabiola. Su idea sería la semilla para abordar un problemático elefante en el rubro audiovisual del Perú.
2018 / “Amo el cine feminista”, Fabiola asegura. En eso, no estaba solx. Sus compañeras comunicadoras, también feministas, se sumaron a un proyecto que hoy cumple seis años de vida: el Festival Hecho por Mujeres. Al principio, el enfoque estaba solo en mujeres cis. Después, paulatinamente, la mirada de lxs organizadores se trasladó hacia las disidencias. Hoy, “mujeres” es un nombre que ampara diversxs identidades de género.
2019 / Segundo año. Síntoma de algo asombroso acerca del trabajo de Fabiola: la sostenibilidad. “Tras la acogida de la primera edición ¿supiste que debía continuar?”, le pregunto. Ellx no se toma ni un segundo para contestar que sí, que claro.
“La brecha de género era un asunto más o menos evidente (en el rubro). Por eso, distintas instituciones nos apoyaron, nos apoyan hasta el presente. ElCentro Cultural de España, por ejemplo, o el Ministerio de Cultura, que nos dio una sede antes de que ganáramos los estímulos siquiera”, comenta Fabiola, con una voz construica con agradecimiento y seguridad.
“Yo era consciente de que era una iniciativa de largo periodo. Eterno no… En un futuro, el punto es que no exista esta brecha tan grande. Y sí, estamos un poquito lejos. Sin embargo, espero que en unos años… Bueno, estamos viendo bastantes cambios ¿no?”.
2020 / Época de cambios inesperados. Debido a la propagación de la COVID-19, el festival tuvo que cancelarse. Aun así, más tarde, el equipo retomó las labores, con un lente distinto. “Ya no podíamos tener una mirada territorial… (La pandemia) tuvo sus pros y contras. Permitió que personas de distintas regiones no estén obligadas a movilizarse hacia Lima. Por ahí que eso nos acercó un poco”.
El aislamiento puso una nueva reflexión sobre la mesa: la colaboración, la unión de cada miembrx desde sus habitaciones individuales, era esencial para la resiliencia del proyecto. “Nos dimos cuenta de la importancia de nuestra red cercana, de darle espacio a nuestras emociones”.
2021 / Durante la primera edición, la participación de lxs colaboradores fue “muy voluntaria”. En cambio, a partir del segundo año, Fabiola instauró el propósito de que la sede del festival rote entre las diferentes regiones del país. “El afiche tendría que ser, por tanto, de unx ilustradorx de la región, que comparta las luchas del festival, claro”.
2022 / “Más que un interés profundamente cinéfilo, la motivación de este festival es trans feminista. Usamos el cine como herramienta de activismo”, Fabiola explica. No se trata de un abordaje desde los contenidos necesariamente, sino de una mirada, una forma de reaccionar a las “relaciones de poder y discriminaciones en la sociedad (peruana)”.
El público de Hecho por Mujeres, desde siempre, ha encarnado esta aspiración. “(Antes) hablábamos desde el binario. Luego, pasé por un proceso de transición personal, (como) el festival, que sigue evolucionando… Cuidarnos es ahora, para mí, una cosa central”.
2023 / El cuidado en el epicentro. En 2023, la trujillana Silvia Arellano tomó la posta como directora de Hecho por Mujeres. “El festival ha sido como mi bebé. Cuesta soltarlo, aceptar que ya crece por sus propios rumbos”, confiesa Fabiola. A su vez, piensa que los modos de trabajar, las experiencias, les han ayudado a anticipar cualquier obstáculo en el camino.
“Cuando pasó lo de las matanzas durante el gobierno de Dina, teníamos hecha toda la programación. Pero estaba la frustración, la rabia… ¿Qué hacíamos con esa rabia? ¡Nuestro proyecto es sobre derechos humanos! Decidimos que ese espacio debía contribuir”. Así, el festival respondió a los mismos dolores que lxs peruanxs. Para Fabiola, aquello es fundamental. “(Hecho por mujeres) es un ente vivo. Somos un medio para la raboia también, creo que eso es muy bonito”.
2024 / Sexta edición. Del 8 al 16 de marzo. En Trujillo, Lima, Chiclayo, Piura. Una agenda de actividades de formación, encuentros, exhibiciones, con las diversidades queer como base. Cuatro secciones de competencia: cortometrajes, cortometrajes universitarios, cortometrajes experimentales y largometrajes. Una curaduría llamada Disidencias, realizada por Lorena García (programadora del festival) pensada en 3 vertientes: la representación del cuerpo femenino en escenarios de conflicto, la apropiación disruptiva del archivo y el cine desde la amistad.
De hecho, para el Festival Hecho por Mujeres, lxs amistades han sido algo vital. “Se mezcla lo laboral y lo amical. En el equipo, hay que entender, no solo hacer. Todavía es retador liderarlo, todavía tengo muchas dudas”, Fabiola admite.
El Cine Chimú, lo laboral, lo amical
En esa línea, le revelo a Fabiola que, para mí, resulta en verdad significativo que la sede principal de esta sexta edición sea el Cine Chimú de Trujillo, uno de los centros culturales más históricos de la ciudad. “Tiene un pasado de pornografía incluso, me parece muy poderoso que hoy sea un espacio de resistencia”. Fabiola asiente. Al replicar, ingresa a una de las zonas limítrofes entre lo laboral y lo amical: la familia.
“Mi papá es de la sierra de La Libertad, de Lucma (Gran Chimú). Le conté que haríamos el festival en el Cine Chimú… ‘¿Lo conoces?’, pregunté. ¡Obviamente sí!’, dijo. (Mis padres) han aprendido, han tenido la intención de aprender acerca de lo que hago. Asisten a todas las ediciones del festival, siempre en primera fila”, espeta, de nuevo, con aquella fortaleza y gratitud.
En ese momento, me percato del corazón en lo que Fabiola y el festival hacen: los lenguajes. Más precisamente, lxs lenguajes. El audiovisual, la escritura, la poesía, la memoria.. En palabras de Cristina Peri Rossi,Hecho por mujereses para el cine peruano, para Fabiola y para nosotrxs, todxs lxs mujeres, “nuestra forma particular de cambiar la ley de los hombres”.
Lo que no se nombra no existe. Si la monogamia propone un contrato estándar de relación, el universo de las relaciones no monógamas y/o poliamorosas hace exactamente lo contrario: ahí todo puede ser re-definido y se escribe a la medida de las personas que incursionan en este tipo de vínculos. En el proceso de crear nuevas formas de relacionarnos, constantemente aparecen conceptos que deconstruyen y emancipan estructuras.
Revisemos algunos:
POLIAMOR
Según el glosario de la organización Relaciones Abiertas (RA), es la elección de “mantener más de una relación amorosa en simultáneo”. Esto es considerado normal en la amistad, pero el poliamor agrega el carácter sexual, en contra de la exclusividad característica de la monogamia. En todas las referencias al respecto, se prioriza la honestidad como valor clave.
Se diferencia de la poligamia ya que esta es una forma institucionalizada de matrimonio o unión múltiple, mientras que el poliamor es un acuerdo vincular adaptable a las personas que lo integran. Además, en su formato cultural más común, la poligamia es poliginia, es decir, donde un hombre tiene múltiples cónyuges mujeres.
Cuando la psicóloga y sexóloga colombiana Natalia Restrepo escuchó por primera vez la palabra “poliamor” fue de la boca de un amigo. Como a muchas personas, el concepto le dio curiosidad, pero también desconfianza. Comenzó a interiorizarse cada vez más, interesada por la diversidad: “Lo diverso que es el mundo y, ¿por qué no se traslada eso a las relaciones?”, reflexionó. En su consultorio se encuentra con muchas -muchas- experiencias distintas de ser y de vincularse.
El poliamor como concepto abre un paraguas de posibilidades, entre los cuales podría haber formatos como relación abierta en lo afectivo y en lo sexual, anarquía relacional, entre muchas otras. ‘Un espacio para construcciones personales y disidentes’, nombra el libro (H)amor de Brigitte Vasallo. Según el glosario de RA, la elección de este tipo de relación va más allá de la cantidad de vínculos, ya que tiene que ver con ‘una forma de entender las relaciones afectivas y creer en la simultaneidad de los vínculos’. Es decir que lo que importa no es el número, sino el acuerdo no monógamo.”
Nicole Martin
MONONORMA
Para la politóloga argentina Cecilia Figlioli, investigadora en género y diversidad, la mononorma es una creencia masificada que sostiene que la única “forma válida y legítima de relacionarse en pareja es en exclusividad y donde la pareja es el vínculo principal”. Asume que las relaciones son de a dos, y que cualquier vínculo que amenace esa exclusividad debe ser cuestionado. La acompaña la narrativa del amor romántico, constituido en películas y otras manifestaciones culturales.
Dentro de la mononorma, siguió Cecilia, se valida la infidelidad como “falso escape”, que da lugar a otras relaciones en simultáneo, pero de forma oculta. Entonces, la exclusividad sexual no es lo más importante para la moral monogámica. Evidentemente, la jerarquía de la pareja cumple el lugar principal.
“Vos podés decir que sos infiel y no hay demasiadas resistencias, pero si tenés una relación abierta parece que es el fin del amor e incluso de la familia”, dijo Cecilia, quien forma parte de una familia no monógama. “Para vivir relaciones no-monógamas, necesitamos más que cuestionar la exclusividad, a pesar de que eso sea a simple vista lo más disruptivo”. En su activismo, fundó la organización RA, que ofrece apoyo a quienes se animan a romper la mononorma.
COMPERSIÓN
Quizás el principal argumento de las personas que dicen que “no podrían” estar en una relación no monógama son los celos. Sin embargo, quienes lo intentan, buscan gestionarlos con la “compersión”. Según el glosario, es utilizado para describir “cuando una persona disfruta cuando su amante disfruta de otra relación”. Puede ser considerado lo contrario a los celos, ya que es una reacción emocional positiva hacia las otras relaciones de una pareja.
“La compersión es esa empatía, alegría, tranquilidad que siento de que mi vínculo esté feliz y construyendo sanamente otro vínculo”, explicó Diana Segura Román, psicóloga costarriqueña. “No es fácil de alcanzar porque todas las personas tenemos una estructura mononormada como base”, agregó.
Es fácilmente reconocible en la amistad, cuando una persona que queremos toma una decisión que no necesariamente nos incluye, pero aún así nos sentimos felices por ella. Natalia identifica que acompañar esa felicidad es lo contrario a la aprehensión que puede sentir una persona celosa por la posibilidad de sentirse abandonada. “Cuántas veces frenamos el crecimiento de otres, porque se mantengan cerca de nosotros”, reflexiona la psicóloga y sexóloga colombiana.
CONSENTIMIENTO
El consentimiento es la característica que diferencia a las relaciones no monogámicas de la infidelidad. Se construye a través del consenso, que Cecilia define como un “espacio de diálogo para tomar decisiones en conjunto manteniendo la autonomía”. El amor romántico plantea que “el amor todo lo puede” y que fluye mágicamente, por lo cual se excluye el consenso.
Contrario a la mononorma, que pauta un único contrato en la pareja, en los acuerdos no monógamos hay tantas posibilidades como personas. A partir de estos consensos es que las personas construyen las bases de su relación, encuentran sus propios significados del amor y establecen sus límites y posibilidades.
Para configurar relaciones honestas y nutritivas, es indispensable indagar en los deseos y motivaciones de cada persona. Diana destaca que las relaciones deben estar fuertes para incursionar en estas preguntas, y también es deseable hacerlo acompañado de una comunidad. Por eso, en Costa Rica ella forma parte de Comunidad Poliamor CR y Más Amor.
Contra los acuerdos de piedra y a favor de las diversas necesidades de las personas, cuestionar las estructuras es un primer paso para lograr relaciones sanas. A pesar de los prejuicios, es claro que no hay una receta única para la felicidad. Vale la pena intentarlo.
Mini bio de la autora: Nicole Martin es periodista de investigación. Ama tejer redes transfeministas: lidera investigaciones colaborativas en la región, es cofundadora de la Revista Colibrí y directora de Vita Activa.
El riesgo de auto-diagnosticarse enfermedades mentales a través del contenido en plataformas digitales es potencialmente mayor si se toma en cuenta que en América Latina y el Caribe, la depresión y la ansiedad representa el 46 por ciento de los trastornos mentales entre adolescentes de 10 a 19 años, según el último informe “En mi mente” de la UNICEF.
Hasta el año 2021, la red social TikTok, alcanzó 120,7 millones de perfiles en América Latina. Una de las redes más populares a nivel mundial y en la que sus principales usuarios son adolescentes y jóvenes, y estos están expuestos a asumir características, comportamientos y síntomas en su mente.
Alrededor de 500 videos de TikTok fueron analizados en un estudio realizado por PlushCare que reveló que más del 80 por ciento ofrecía consejos engañosos sobre salud mental y casi un 15 por ciento incluía contenidos potencialmente peligrosos. Adicionalmente, solo el 23% de los creadores de contenidos eran personas con la acreditación necesaria para hablar sobre salud mental.
Para esta investigación en la que se abordaron 9 países de Latinoamérica, algunos jóvenes compartieron su experiencia en el uso de las redes sociales y cómo estas influyeron directamente en tomar decisiones para tratar sus problemas de salud mental.
El fenómeno en tendencia
Cada día, miles de jóvenes latinoamericanos scrollean las pantallas de sus teléfonos en busca de respuestas que les permitan entender lo que sienten y, muchas veces los contenidos a los que acceden terminan llevándolos a un autodiagnóstico.
“Yo me empecé a dar cuenta que tenía ansiedad porque la gente empezó a hablar en redes. Hacían listas de síntomas, chistes de, cosas bien interesantes[…] Y yo dije a mí me cuadra esta vaina. Pensé que tenía TDAH y todas mis redes estaban toteadas de eso”, comparte en entrevista Sandor Bernal de Colombia
Bernal de 28 años, estuvo expuesto al bombardeo de contenidos en TikTok según el algoritmo en su país y estuvo a punto de automedicarse por sentirse identificado con síntomas de ansiedad, sin embargo, logró resolverlo al acudir a terapia profesional.
Esta situación se repite en otros casos como el de Alison González, de 22 años de edad, a quien el algoritmo de las redes sociales le hizo sospechar de tener trastorno de la personalidad.
“La última vez que temí tener o dije como que ¡ay! tal vez tengo esto, que fue con el TLP, que es un trastorno límite de la personalidad, porque yo decía ‘si soy’”, describió la joven nicaragüense.
En el caso de la venezolana Verónica Gutiérrez de 31 años de edad, también le ocurrió algo similar y la exposición a videos en redes sociales la llevaron a consulta con un profesional.
“Decidí revisar lo que estaba esta muchacha contando de la relación que había del TDAH y la ansiedad. Y mientras más leía era como oye, me estoy viendo en un espejo”, cuenta Gutiérrez.
El riesgo de no pedir ayuda profesional
Por su parte, especialistas hablaron de los riesgos de limitar la atención a los contenidos digitales y dejar de lado una asesoría profesional.
Dos de las plataformas digitales más importantes del mundo como META y TikTok también dieron a conocer su postura en torno al tema y argumentaron que realizan acciones para paliar riesgos de autodiagnóstico en redes sociales.
Las redes sociales como medios de alcance global y casi universal las convierten en el primer contacto para muchas problemáticas, entre ellas la salud mental y por eso su estrecha relación con el autodiagnóstico.
“El querer buscar una respuesta a los problemas esa es la principal causa, el querer saber qué está pasando con nosotros porque si tú estás sufriendo la mayoría de las personas quiere encontrar una explicación a su sufrimiento”, explica Marcelo Rojas, responsable de la Subunidad de Salud Mental del Servicio Departamental de Salud (SEDES).
La doctora en psicología y cofundadora de Forum Infancias, Gisela Untoiglich, refiere también que “doctor Google” es el primero al que se consulta y la situación se expandió con la contingencia sanitaria de la pandemia que inició en 2020. “Con el encierro por el COVID, internet pasó a ser un refugio para algunos. Tan es así, que las publicaciones sobre salud mental crecieron un 80 por ciento durante la cuarentena”.
A lo anterior se suma las carencias en presupuestos en la mayoría de los países de Latinoamérica. En 2020, la Organización Mundial de la Salud estimó que el gasto público promedio asignado a la salud mental en los países de América es apenas del 3 por ciento, muy por debajo del 10 por ciento recomendado.
En 2022, Colombia destinó el 6 por ciento. Aun así, fue uno de los mejores casos. México y Chile, por ejemplo, solo le destinan el 2 por ciento. Y todavía más abajo estuvieron Venezuela y Bolivia, quienes dedicaron menos del 1 por ciento del gasto público promedio a la salud mental.
Autodiagnóstico: ¿enemigo o aliado?
A pesar de eso, distintos expertos de la región coinciden en que el autodiagnóstico puede ser positivo, pero si propicia que alguien que cree tener síntomas de una enfermedad busque ayuda profesional.
El peligro está cuando, en vez de hacer esto, lleva a que la persona se automedique, a riesgo de empeorar el problema, o incluso de crear uno nuevo.
Carmen Guarner, médica psiquiatra e impulsora de Mentalizarte, destaca la importancia de analizar la información en redes sociales y su origen para evitar caer en el autodiagnóstico.
“Muchas veces esa información está poco corroborada, poco revisada. No es. No es información científica, no es información seria, es esto, es esta sobrecarga de es que mi youtuber favorito o la persona que sigo, el influencer que sigo, tiene un problema emocional y dice que tiene depresión. Entonces yo me siento identificado con estas emociones y por lo tanto yo por imitación, por identificación, digo que tengo depresión, ¿no?”, explicó la psiquiatra Guarner.
¿Son las redes sociales el lugar más idóneo para informarse sobre salud mental? ¿A quién acudir si tengo dudas o sospechas de que estoy transitando un trastorno mental? ¿Las plataformas digitales regulan el contenido engañoso o desinformante? Esto y más lo respondimos en el especial de Distintas Latitudes “¿Qué tengo? Los riesgos del autodiagnóstico en redes sociales”, una investigación multimedia, regional y colaborativa hecha por 16 jóvenes periodistas de la Red LATAM.
¿Dónde acceder a salud mental en LATAM?
Tras la publicación del Especial “¿Qué tengo? Los riesgos del autodiagnóstico en redes sociales” nos dimos cuenta que hay un vacío en la atención gratuita y el acceso de personas de bajos recursos. Ponemos a disposición estos contactos curados por periodistas de la Red LATAM.
Argentina
Hospital Laura Bonaparte (especializado en salud mental y adicciones)
La primera consulta gratuita es por demanda espontánea presentándose sin turno de lunes a viernes 8 a 18, en Combate de los Pozos 2133, CABA.
Guardia telefónica adultos
4305-0091 al 96 – Interno 1155
Guardia telefónica de Niños, niñas y adolescentes (NNyA)
4912-3673 de lunes a viernes de 9 a 12 horas.
Hospital General de Niños Pedro de Elizalde (Atención de NNyA hasta 18 años)
Solicitud de turnos al: 4363-2200 interno 6057
Lunes a viernes de 9 a 15 horas
Chile
Psicólogos por Chile
Es una ONG que promueve, potencia e incentiva el bienestar y la salud mental como factor de desarrollo social. Ofrece contención emocional y primera ayuda con aranceles diferenciados desde $0 a los $30.000 pesos.
Puedes solicitar atención en el sitio web https://psicologosxchile.cl/ o llamando al +56967613603 ó +56975592366 de lunes a domingo de 10:00 a 19:00 horas.
ONG Tempora
Es un equipo de psicólogas y psicólogos clínicos que ofrecen atención a niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. El centro de atención está ubicado en la comuna de Macul, pero también ofrecen atención online.
Valor: arancel diferenciado (referencia mínima de 15.000 pesos) . Se conversa y acuerda durante la primera sesión.
Para solicitar hora se debe completar un formulario disponible en su página web: https://ongtempora.cl/
Asociación Chilena de Seguridad (ACHS)
Crearon un tipo de terapia único en Chile, que recoge lo mejor de la psicoterapia breve y focalizada, y el trabajo colaborativo entre psicólogos, psiquiatras y médicos generales, para entregar una terapia integral y personalizada 100% online.
Consulta psicológica:
Copago Fonasa $4.940
Isapre / Particular $21.960
Consulta con médico general:
Copago Fonasa $3.740
Isapre / Particular $19.340
*Si tienes Isapre deberás realizar el pago de manera particular y luego solicitar el reembolso en tu Isapre
Venezuela
Unidad de Atención Psicológica PLAFAM
Terapia Online.
(+58) 412-2273712. Deben agendar cita. @plafamong
Son gratuitas las primeras cinco citas.
Línea de Psicoayuda de la Federación Venezolana de Psicólogos.
Atención telefónica. De viernes a domingo de 8:00 am a 8:00pm.
0212-4163116 y 0212-4163118
Gratuito.
Perú
Centros de Salud Mental Comunitaria en el Perú
Presencial (Primero se asiste a un establecimiento de salud de Primer Nivel de Atención, son 8279 a nivel nacional – https://www.gob.pe/16727 – de este se derivará a la persona a un Centro de Salud Mental Comunitaria)
Profesionales de la Facultad de Psicología ofrecen asistencia de primer contacto en problemas de ansiedad, depresión, crisis de pánico, entre otros.
Cuenta con seis líneas, de lunes a viernes, de 8 a 18 hrs.
Teléfono: 55-5025-0855.
Nicaragua
Sanar Nicaragua Una colectiva de psicólogas que brinda contención y acompañamiento en crisis de forma virtual, gratuita y segura en Nicaragua. IG: @sanar_nic
Ecuador
Ministerio de Salud Pública
171 extensión 6
¿Y si nos acompañamos?
Escribe un correo a ysinosacompanamos@gmail.com
Sigue la cuenta en Instagram @ysinosacompanamos y envíales un mensaje
Servicios de acompañamiento psicológico afirmativo para personas LGBTI y sus familiares
Servicio de Atención psicológica de la Universidad Nacional de Colombia
Atención gratuita
Información vía Whatsapp escribiendo al 304 483 8509
O escribiendo al correo electrónico: sap_fchbog@unal.edu.co
En el caso de solicitud de citas, por favor especifique los siguientes datos: Nombre, Teléfonos de contacto y Motivo por el cual solicita el servicio
Bolivia
Departamento de Servicios Psicológicos de la Universidad Mayor de San Simón.
Planta baja del Edificio Nuevo de la Facultad de Humanidades del campus central de la Universidad Mayor de San Simón.
Costo: 30 bs por sesión.
Atención: 8 am – 4 pm
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Este reportaje hace parte del especial #QuéTengo, un ejercicio de periodismo colaborativo realizado por un equipo de la 7ma generación de la Red LATAM de Jóvenes Periodistas, con formato audiovisual para redes sociales. Esta ha sido una investigación realizada por: Paula Casas (Colombia), Roxana Romero (México), Gabriela Escalante (Venezuela), Daniel Fonseca (Honduras), Luisa Fernanda Gómez (Colombia), Laura Seco Pacheco (Cuba), Desiré Santander (Venezuela), Brenda Villalba (Bolivia), Valentina Gil (Venezuela), Camila González Harnau (Chile), Giovanna Galvani(Brasil), Sara Villanueva (Bolivia), Selene Mazón (México), Chiara Finocchiaro (Argentina), Luis Alberto López (México) MariAux Amador (Nicaragua).
Créditos especiales:
Ketzalli Awalb’iitz (Guatemala), María Laura Molina (Costa Rica), Bryan Cadenas (Perú), Facundo Verdún (Uruguay), Samy Proaño (Ecuador).
Taylor Swift es un referente de la influencia de hoy
Este artículo fue escrito por Fabiola Chambi y republicado desde Connectas, un medio aliado de Global Voices.
Imágen gráfica hecha por Connectas. Usada con permiso en Global Voices medio aliado de La Antigona.
“De hecho hay una canción de Taylor Swift que lo explica…”. Esta frase, repetida una y otra vez por miles de fans en el mundo, no resulta exagerada. Entre el desamor, el amor, la ira, la felicidad, la soledad y de nuevo el desamor, la cantautora estadounidense de 33 años parece haber encontrado la fórmula mágica para decir con su música lo que siente y, además, convertirlo en un hit global.
La superestrella de Pensilvania, que hizo su viaje musical desde el country hasta el pop, es más que una cantante en la cima del éxito, es la industria musical misma y las cifras lo prueban: en 2022 su disco Midnights fue el más reproducido en Spotify en un día, fue la que más discos vendió en el primer semestre de 2023 y hoy es la artista femenina con más álbumes en el número uno, 12 en total, superando a Barbra Streisand. A esto se suma un patrimonio superior a los mil millones de dólares, según Bloomberg.
Pero no solo ella gana. Cada ciudad (y cada país) que alberga sus conciertos tiene un movimiento económico impresionante, principalmente por el turismo y el merchandising de la también empresaria Taylor Swift. Antes de su actual “The Eras Tour”, que comenzó en Estados Unidos y recientemente aterrizó en Latinoamérica, el presidente chileno Gabriel Boric, un autodeclarado “swiftie”, había pedido sin éxito a la cantante considerar a su país en esta gira.
No fue el único. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, también pidió fechas del “The Eras Tour” con un guiño al hit “Cruel Summer” en su trino: “Soy yo, hola. Sé que a algunos lugares de Canadá les encantaría tenerte. Así que, que no sea otro verano cruel. Esperamos verte pronto”.
Prime Minister Justin Trudeau took to Twitter to try to convince American pop star Taylor Swift to add some stops on her ‘Eras Tour’ in Canada after she announced 14 new dates in Europe https://t.co/KcOkbuXNQLpic.twitter.com/3NX5iY70wb
Además del fanatismo por su música las razones son obviamente económicas. La gira está en camino a obtener la mayor recaudación de todos los tiempos, casi 6.000 millones de dólares, tomando en cuenta presentaciones y merchandising, según recientes estimaciones.
El día que Taylor se quitó la mordaza
El documental “Miss Americana”, de Netflix, devela el cambio que ocurrió en Taylor Swift para dejar el silencio de años que le habían recomendado su familia y su equipo, y tomar una posición política. Muestra cómo se enfrentó a sucesos personales complicados que la llevaron a ver de otra manera el mundo. Pero también que comenzó a estar consciente de cuánto podía influir en sus millones de seguidores.
Abiertamente empezó a expresar su apoyo a los derechos LGBTQ, su rechazo a la discriminación y su afán por proteger a las mujeres. Esta ideología, en 2018, la llevó a chocar con la propuesta del entonces presidente Donald Trump y de su candidata republicana para el estado de Tennessee, Marsha Blackburn, por considerar que iban en contra de sus principios.
Pero si bien tiene una posición marcada sobre la política en Estados Unidos, ella nunca se ha pronunciado sobre la de otros. Sin embargo, su influencia ha llegado a tal nivel, que algunos fans la han convertido en su bandera. Por ejemplo, en su reciente paso por Argentina, una legión de “swifties” asumió una postura política para apoyar al candidato de izquierda Sergio Massa y rechazar al outsider Javier Milei, quienes disputarán el futuro de ese país el 19 de noviembre.
“Taylor hizo una campaña muy en contra de Trump y nos parece que esa campaña tiene que ver con que él atenta contra los derechos de las mujeres y acá quien representa a Trump y a la ultraderecha es Milei”, dijo una joven consultadaen Buenos Aires, poco antes de entrar al concierto.
Además, en varias calles de la capital argentina aparecieron carteles contra el libertario que encandilaron el ambiente electoral. “Las swifties no votamos por Milei”, “En el ballotage estamos del lado correcto de la historia. Milei es Trump” o “ Sergio Massa. The Presidential Tour”, decían algunos de los mensajes.
Mientras miles de fanáticos de Taylor Swift se formaban el jueves para entrar al primer concierto de la superestrella en Argentina, se encontraron rodeados de carteles en los que se le pedía no votar por el candidato derechista Javier Milei. https://t.co/fFIxAP8H8l
Para el doctor en filosofía y coautor del libro La cultura de la influencia, Tomás Balmaceda, Taylor Swift es un gran referente de la influencia de hoy, alguien vulnerable que cuenta sus problemas y genera una fuerte empatía con sus admiradores. Y en el caso argentino, además por el contexto económico y electoral que se está viviendo, su llegada generó una “tormenta perfecta”. “En este clima, muchas de las personas que siguen a Taylor Swift sintieron que tenían que salir a hablar en contra de Milei porque él mismo se presenta como un admirador o continuador de Donald Trump, entonces esa traslación no fue tan difícil”.
Cuando los fandoms se apoderan de la política
El fenómeno de Taylor Swift no es aislado. Muchos grupos denominados ‘fandoms’, tan diversos como numerosos, conviven en Latinoamérica. El surgimiento de un nuevo ídolo musical que conecte emocionalmente, tiene en ellos un efecto masivo y poco previsible. Pueden existir simplemente para disfrutar de la música y asistir a los conciertos o para levantar la voz como una legión comprometida con una causa.
La cultura pop de Corea del Sur es una de las más fuertes y consolidadas en la región. Y tampoco han quedado al margen de la política, pues en un reciente episodio el fandom Army de BTS se pronunció contra Victoria Villarruel, la candidata a vicepresidenta de Milei, luego de que salieron a la luz publicaciones ofensivas hechas por ella contra el grupo de K-pop en la red X (antes Twitter).
El K-pop tuvo un papel relevante durante el estallido social en Chile en 2019 que vio manifestarse políticamente a una generación considerada superficial. Se expresó por medio del lenguaje visual (usando a sus artistas referentes como BTS, Itzy, Shinee, Blackpink, Loona, Stray Kids y otros), para rechazar el abuso policial y apoyar la causa de la “revolución juvenil”. Los ‘K-popers’ también hicieron sentir su voz en Colombia durante las protestas de 2021 cuando tumbaron ‘hashtags’ en contra de las manifestaciones.
Esto también se logra debido al sentido de pertenencia y organización que tienen los jóvenes para comunicarse en redes sociales y en grupos de WhatsApp, Telegram, Discord. Están activos y pendientes de sus ídolos, sin siquiera pensar que el idioma pueda ser una barrera. Los emotivos y multitudinarios conciertos de Taylor Swift en México y Argentina así lo demuestran. Brasil promete que no será una excepción.
Para quienes intentan explicar el “fenómeno Taylor Swift”, la respuesta se podría reducir a una frase suya: “Me entrenaron para ser feliz” y para ella significa decir lo que siente o defender aquello en lo que cree. En un mundo tan complejo y apocalíptico como el de hoy, tal vez las generaciones están dispuestas a seguir ese mensaje, más allá de la música, incluso en la política.