Hace algunos años, un par de señoritas con uniformes claros interrumpieron la clase de mi antigua tutora para hablarnos sobre los métodos anticonceptivos; específicamente, los condones. Llevaron dos de los productos que mencionaron. El que logró sorprenderme fue el denominado ‘condón femenino’. “¿Hay condones para mujeres?”, fue lo primero que surgió en mi mente. Cuando llegué a mi casa, el tema que toqué con mi mamá fue sobre lo que aprendí en el colegio. Ella no conocía sobre ello, así que estuvo atenta a todo lo nuevo que le contaba.
Ahora me doy cuenta de lo afortunada que fui en ese momento, pues mi madre me hablaba sobre la sexualidad de forma directa, preparándome para el futuro. Pero, ¿cuántos habrán tenido la misma suerte de tener a alguien de confianza que los oriente?
El condón es un método anticonceptivo de barrera que, aparentemente, más se conoce entre las personas. Se sabe qué es, pero a veces se ignora cómo se usa, para qué y por qué.
Una encuesta aplicada a un total de 24,135 personas, realizada por la Fundación AHF Perú en el 2020, reveló que solo el 13% de peruanos de distintas ciudades usan de manera frecuente el preservativo durante sus relaciones sexuales y el 77% lo utiliza “casi siempre”. Además, en otra realizada en el 2021, muestra que en un grupo de 45,697 jóvenes, solo el 14% de adolescentes varones en nuestro país usa siempre preservativo durante sus relaciones sexuales, mientras que la cifra en las mujeres no llega ni al 6%. Estos datos demuestran que el mensaje sobre el uso del condón aún no sensibiliza a la población.
Condón masculino y femenino. Imagen: Extremadura salud
El uso de este preservativo no solo debe realizarse cuando se tiene sexo vaginal, sino también cuando es de forma oral o anal. La idea frecuente con la que se emplea este producto es para prevenir los embarazos no deseados, el cual tiene una alta efectividad: entre 85 y 98%.
Sin embargo, algunos incluso sirven de protección a posibles infecciones o enfermedades de transmisión sexual (ITS/ETS). Aunque se ha demostrado que el uso del condón previene los embarazos, no hay que confiar solo en ese método; adicionalmente, se debe usar al mismo tiempo otro —como la pastilla anticonceptiva, el dispositivo intrauterino (DIU) o la inyección anticonceptiva— para que sea más efectivo.
Dejando de lado la protección que genera su empleo frecuente, también pueden ser muy estimulantes al realizar el acto sexual. Su uso puede ser parte de los juegos previos y del placer que proporciona cada uno de forma independiente (condón masculino y femenino). No hay excusas para no hacer uso del condón; ya que, además de sus beneficios salubres y didácticos, actualmente, algunas fábricas realizaron variaciones del producto; por ejemplo, de diferentes tamaños, texturas, aromas y sabores.
Día Internacional del condón: 13 de febrero
Cada 13 de febrero, se celebra el Día Internacional del Condón, en el cual se informa e incentiva su uso a la población sexualmente activa; de esta manera, se promueve a que tengan relaciones seguras. La fecha se decidió por ser víspera del Día de San Valentín, también conocido como el Día del Amor y la Amistad.
AHF Perú promueve el día internacional del condón. FOTO: El Peruano
No es una fecha que haya sido oficializada por laOMSo la Unesco, sino que fue una iniciativa que surgió en el 2009 y se instauró a nivel mundial en el 2012 por laAIDS Healthcare Foundation (AHF), organización sin fines de lucro que ofrece servicios de salud, métodos de prevención e información a las personas con VIH o sida.
Sin embargo, es importante que se destaque este día para que más personas sexualmente activas conozcan sobre los beneficios de su uso, como lo es la prevención de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), y que tiene gran eficacia en la reducción de la incidencia de embarazos no deseados.
Importancia de la ESI en escuelas
La Educación Sexual Integral (ESI) es un tema que estuvo resonando en los medios de comunicación hace unos días. Aunque genere controversia en la política y las familias, es importante que se hable sobre esto en los colegios. El currículo educativo no se reduce al enfoque de género, propuesta que ayudaría a reducir la violencia sexual y de género, sino que también tiene varios puntos que ayudarían a la prevención de enfermedades y de embarazos adolescentes.
FOTO: La República.
Según la Unesco, la Educación Sexual Integral forma parte de una educación completa e indispensable a la que todo ser humano tiene derecho, ya que proporciona competencias y habilidades para la vida. Además, según la Defensoría del Pueblo, en el 2016, el Comité de los Derechos del Niño recomendó al Estado peruano hacer frente al problema del elevado número de embarazos de adolescentes con el acceso a una educación en materia de salud sexual y reproductiva.
Los beneficios que puede proporcionar el implemento de la ESI son variados. Se puede prevenir casos de violencia sexual, puesto a que los estudiantes, al saber sus derechos y reconocer los actos negativos, pueden alzar la voz y defenderse. También reduce la tasa de embarazo adolescente, porque tanto niñas, niños y adolescentes conocerían sobre los variados métodos anticonceptivos que existen; además de saber dónde y cómo conseguirlos. Por ejemplo, sabrían que no necesitan receta médica, son económicos y en establecimientos de salud se entregan de manera gratuita. Otro punto a favor es que se enseñaría sobre la planificación familiar, una información necesaria para que tengan un plan de vida estructurado.
La encuesta realizada por AHF Perú en el 2021 revela que el 52% de mujeres comenzó su etapa sexual antes de los 17 años y en los varones esta cifra asciende a 66%, lo que es aún más preocupante en el caso de mujeres trans, donde llega al 86%.
FOTO: El Peruano
Actualmente, el uso del condón es un tema que se habla más en los espacios publicitarios de la televisión y en Internet, pero no deja de ser menos relevante que se informe también dentro de los colegios. La curiosidad puede llevar a que, en el exceso de información, haya parte de desinformación.
Jóvenes y adolescentes pueden entrar a sitios virtuales dónde no saben si las fuentes son verídicas o cuánto es realmente cierto. Pueden encontrarse con mitos que los desanimen a usar el preservativo o les genere temor. Por ejemplo, de que la sensación es menor al llevar puesto el condón, lo cual es falso, ya que hoy en día existe una gran variedad de condones ultra delgados que puede brindar gran sensibilidad y sensaciones muy placenteras; o sobre que el preservativo (ya sea un condón femenino o masculino) puede quedarse dentro del cuerpo de la otra persona, un mito que se desmiente al saber el anillo externo del condón evita que se introduzca; otro sería de que este producto se puede colocar o retirar en la mitad del acto sexual, hecho que perjudicaría a ambos.
Por esta información tan variada que se encuentra en Internet, lo indicado sería que se enseñen estos temas en las escuelas, porque así habría una fuente segura con datos confiables.
Según unos datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES 2017), en promedio, 10 mujeres son víctimas de feminicidio cada mes, 78.9% de las víctimas de trata son mujeres y 13.4% de las adolescentes estaban embarazadas o fueron madres en ese año. Entonces… ¿hasta cuándo vamos a cegarnos de la realidad y negar que en las escuelas hay una alta necesidad de tener una Educación Sexual Integral? No solo se trata de brindar información a los adolescentes y jóvenes, sino también proporcionarles herramientas para que puedan defenderse y tomar mejores decisiones.
Previo al 14 de febrero, las empresas y medios se enfocan en las formas en que puedes pasar este día, ya sea que tengas pareja o no. Las opciones son limitadas, si eres una mujer soltera e inexistentes si tu orientación está dentro de la demisexualidad o lo arromántico.
Los contenidos sobre la soltería por el 14 de febrero: Día del amor y la amistad siempre se enfocan en cómo puedes disfrutar de tu sexualidad sin compromisos o seguir en la búsqueda de la “media naranja”. No existen los intermedios. Por desgracia para esté mundo capitalista, no todas las personas se identifican dentro del espectro sexual o romántico.
Este discurso podría entenderse desde lo “único y diferente”, peor puede llegar a ser un proceso violento por definir tu identidad. Pensemos en las adolescencias que están descubriendo quiénes son, un ejemplo es que la primera experiencia está ligada con la virginidad por el valor que la sociedad te da como persona. Si tus inclinaciones están lejos de estos aspectos conlleva un rechazo.
Con el boom de la serie de HBO, “Euphoria”, en redes sociales, sobre todo en Twitter han surgido discusiones sobre quienes mencionan que su adolescencia fue similar a la de los personajes y tuvieron una vida sexual activa y también testimonios de personas que hasta la universidad o entrados los 20’s habían tenido su primer encuentro y no empatan con la vivencia de la serie.
Puede tomarse como un ejemplo simple, pero es una de las tantas narrativas que han causado controversia por el imaginario colectivo de lo que implica la juventudy las presiones para poder cumplir ese estándar de: fiestas, sexo, drogas y amores fugaces que nos hagan crecer como personas.
HBO LATINOAMÉRICA
Demisexualidad y arrománticismo
Según datos de la Red para la Educación y la Visibilidad de la Asexualidad Según (AVEN) en un estudio publicado en octubre de 2020 por Canal SALUD de la aseguradora MAPFRE, arrojó que:
El 30% de las personas siente inclinaciones sexuales.
El 54% muestra indiferencia hacia ellas.
El 16% asegura sentir repulsión
La demisexualidad, se encuentra dentro del espectro de la asexualidad. Se le considera como la falta de atracción sexual hacia otras personas si no existe una fuerte conexión emocional, es decir, se necesita de una conexión profunda para desarrollar el deseo sexual y decidir tener relaciones sexuales.
Las personas demisexuales a menudo se sienten solas, aisladas y extrañas llegando a creer que algo no funciona bien dentro de sí, esto puede deberse a la falta de comprensión de lo que implica su orientación por medio de su entorno cercano (amistades, familiares y parejas).
El sólo sentir atracción sexual hacia alguien con quien se ha establecido previamente un vínculo afectivo no garantiza un estimado de tiempo y método para que se pueda realizar y mucho menos que sea un requisito previo para que pueda ocurrir.
Por otro lado, una persona arromántica es quien no experimenta atracción romántica. No existe esa necesidad de emparejarse con otra persona por razones románticas. Aunque sí son capaces de sentir amor como el que se tiene por una amistad o familiar directo. Incluso pueden llegar a sentir arrobamiento que puede ser una atracción no romántica ni sexual, pero sí afectiva.
¿Entonces por qué toda la sociedad está tan sexualizada?
Porque habitamos en un mundo capitalista dónde la frase de: el sexo vende, es lo que rige al sistema. No necesariamente se concibe desde el trabajo sexual, sino de la idea del morbo, el estatus y el sentido de pertenecía que genera en las redes sociales.
Aunque en México el tema de la sexualidad tiene una connotación distinta a la capitalista porque desde las sociedades prehispánicas ha tenido gran importancia la sexualidad, el erotismo y el cuerpo.
Pero, situándonos en el tema de las diversidades sexuales, podemos mencionar el aumento en el mercado de los hoteles, sex-shop, restaurantes y de florerías que se benefician de la idea que los planes “sexuales” son un ideal del amor.
Esto no es una ley absoluta, hay quienes tienen una vida sexual activa y disfrutan de los encuentros sexuales sin importar la fecha, pero el tener un panorama más completo de la diversidad de orientaciones sexuales y románticas permite disfrutar desde otro lugar las fechas que pueden traer ansiedad, presión o ansiedad.
Además de que una orientación no invalida a la otra. En especial porque la orientación romántica es independiente de la orientación sexual y te puedes situar desde diferentes gustos o formas de relacionarte. Puede que tus planes del 14 impliquen el pasar el día en casa viendo series, que sea una noche entre amigas o que prefieras ir a cenar con alguien que conociste en Tinder o ese mismo día.
Parte de la propuesta es que podamos entender que no todas las personas viven su sexualidad de la misma manera ni que tendrán la misma opinión sobre las relaciones. Muchas otras están en el descubrimiento de quiénes son, muy a pesar de la edad, o si ya se nombran desde el espectro de la asexualidad, la demisexualidad, el arrománticismo y otras similares, su forma de relacionarse será distinta.
Dejemos de pensar que las peculiaridades de nuestros sentires son como los demonios que nos alejan de lo que se conoce y empecemos a honrar que nos permitirán desenvolvernos de maneras diferentes con nosotras y poderlo compartir con las otras personas si esa es nuestra decisión. Eso es lo importante de la fecha: el gozar y poder decidir cómo.
Tras 29 años de activismo, el Movimiento Homosexual de Lima (HMOL) convocó a la comunidad LGBTIQ+ frente a la catedral de Lima para una actividad llamada “Besos contra la homofobia”. Se ejecutó el 12 de febrero del 2011, y tuvo como principal objetivo visibilizar las distintas orientaciones sexuales e identidades de género, así como recalcar que todos los ciudadanos tenemos derecho de expresar afecto en lugares públicos sin temor a ser víctimas de ningún tipo de agresión.
Entre 15 y 20 personas se reunieron en la escalinata de la Catedral de Lima. La actividad se mantuvo pacífica hasta que fueron intervenidos de manera brutal por efectivos de la PNP, quienes utilizaron bombas lacrimógenas para amedrentar, además de empujar, golpear e insultar a los jóvenes LGTBIQ+.
Lo más indignante es que el actuar de la policía fue más allá, pues mujeres lesbianas y bisexuales manifestaron haber sido víctimas de tocamientos indebidos, así como los jóvenes que intentaron refugiarse de las agresiones ingresando a negocios fueron perseguidos y golpeados. La activista del MOHL Efe, Mary Vargas, afirmó que otra activista llamada Alicia Parra fue agredida con un varazo policial y terminó con diez puntos de sutura.
Tras la agresión, siete activistas acudieron a la comisaría de Monserrate para realizar las denuncias respectivas y pasar por la revisión del médico legista encargado. Además, identificaron a los efectivos policiales, presentaron los videos que mostraban la agresión y formularon una queja ante la Defensoría del Pueblo, con la cual se inició una investigación policial que concluyó que no hubo delito de abuso de autoridad.
Lo sucedido fue difundido por distintos medios a nivel nacional e internacional. Organizaciones LGBTIQ+ de distintos países mostraron su apoyo con los afectados mientras que el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, pidió a los jóvenes LGBTIQ+ que “no provoquen con manifestaciones en ese lugar por respeto a la iglesia”.
Asimismo, el 15 de febrero, Phillip Butters —además de coincidir con Cipriani en que fue un “acto de provocación”— dijo vía radio: “Yo te digo una cosa, así para terminar, yo por la mañana voy al nido de mi hija y si veo a dos lesbianas u homosexuales chapando, les pido por favor que se vayan a la primera y segunda, a la tercera ya los estoy pateando”.
Once años después, los policías siguen sin ser sancionados y Phillip Butters continúa con un espacio en la pantalla chica. Aparentemente, utilizar la fuerza de manera desmedida en condición de efectivo policial es enfrentar una provocación y predicar discursos de odio al aire no es tan grave, pues lo que pesa más es la “libertad de expresión”.
La diversidad sexual, que sigue siendo un tema tabú, va ganando espacio en los pueblos a pesar de los prejuicios, la violencia y los abusos sufridos. La imagen de arriba muestra a Cacica Majur | Foto: Archivo personal/Usada con autorización de Amazônia Real
Más indígenas hablan sobre la diversidad e identidad sexual en sus comunidades.
Este texto, escrito es de Keka Werneck y se publicó originalmente en el sitio web Amazônia Real en diciembre de 2021. Se reproduce aquí en virtud de una asociación, con algunas modificaciones.
Majur empezó a darse cuenta de su identidad como niña a los 12 años. En la aldea Apido Paru, Tierra Indígena Tadarimana en Rondonópolis, en el estado brasileño de Mato Grosso, donde nació y vive, esto nunca fue un tema problemático. Sin embargo, durante un tiempo, la mujer indígena de la etnia boe bororo no comprendió del todo lo que estaba ocurriendo en su interior.
Hoy, a los 30 años, se identifica como mujer transgénero y está pasando por la transición de género, a la vez que se convierte en cacica (jefa indígena), porque su padre, de 79 años, se ha jubilado por problemas de salud.
Desde que se dio cuenta de que era trans, Majur dejó atrás a Gilmar Traytowu, el nombre masculino que le pusieron, y ha construido su identidad como mujer.
«Estoy haciendo (la transición) por partes. En primer lugar, tomo la hormona femenina, con el seguimiento de un endocrinólogo de Rondonópolis», dijo a Amazônia Real en una entrevista.
Majur esperaba someterse al tratamiento de transición de forma gratuita a través del Servicio Único de Salud (SUS, el sistema de salud público de Brasil), pero por la demora en la atención, optó por procedimientos pagados.
En su pueblo, en un estado de la región centro-oeste de Brasil, a Majur siempre la han respetado. Ahora, como cacica y al frente de una comunidad de unos 800 habitantes, dice que el respeto ha aumentado. Sabe que esa no es la realidad de la mayoría de los indígenas LGBTQIA+.
«Nosotros, además de ser indígenas, LGBT, sufrimos un doble prejuicio. Aunque nunca he sufrido por parte de mis padres, sí por parte de algunos familiares, y en la sociedad exterior también», explica.
Incluso teniendo la oportunidad de salir del pueblo para estudiar, decidió quedarse y trabajar con su gente. Soltera, cría a dos sobrinas como si fueran sus propias hijas;, dice que una ya le ha dado «dos nietos».
«Siempre digo que nuestra [orientación] sexual no define nuestra personalidad, somos lo que somos, no lo que la sociedad homofóbica quiere que seamos», dice, y añade que siempre da las gracias a Aroe Eimejera – «Dios, el Jefe de las Almas, el Jefe de los Espíritus»- de los bororo por estar bien.
El diseñador amazónico Sioduhi | Foto: Jéssica Lagoas/Usada con autorización de Amazônia Real
Romper el silencio
Aunque el tema sigue siendo tabú, la diversidad sexual en los pueblos ha cobrado fuerza pues más indígenas que han decidido romper el silencio.
A los 25 años, el diseñador amazónico Sioduhi, del pueblo pira-tapuya (también llamado Waíkahana), recuerda lo difícil que fue darse cuenta de que era gay.
«Este descubrimiento me dio mucho peso, precisamente porque nací en una zona con un proceso de colonización muy fuerte, que es el Alto Río Negro, en la Amazonia. Allí hay un elevado número de católicos y protestantes. Es un lugar donde la colonización es tan fuerte que todos sufrimos el proceso de integración», afirma.
Consciente del papel que ocupa en la sociedad, ha tratado de orientar este debate de forma más abierta.
«Como indígena, LGBTQIA+ y diseñadora de moda con algo de influencia, he tocado más estos temas, que todavía son sumamente delicados, por esta construcción del binarismo (hombre-mujer) y la culpa cristiana, que todavía es muy grande. Nos dijeron que íbamos a ir al infierno», dice.
Cuando decidió perseguir su sueño de convertirse en diseñador de moda en São Paulo, llevaba toda esta carga e historia en su maleta, que se reflejaba en su proceso creativo. También llevaba en su maleta la prevaricación, la violación espiritual y los abusos morales. No es raro que un indígena LGBTQIA+ acabe sintiéndose aislado y oprimido dentro de su propio territorio.
Para el pueblo waíkahana, Sioduhi significa «espíritu ancestral de un baiá», el cantor de las ceremonias sagradas. Nació y creció en la comunidad Mariwá, en São Gabriel da Cachoeira, en el Alto Río Negro, estado de Amazonas, región que concentra la mayor diversidad de etnias indígenas, con 23 pueblos diferentes.
A los 12 años se trasladó a la ciudad para estudiar. Hace tres años, Sioduhi llegó a la ciudad de Pedras, en el estado de São Paulo. Resistir es lo que aprendió a hacer, como indígena gay que corría tras el sueño que tenía desde niño de ser diseñador de moda. Creó la marca Sioduhi Studio, de moda indígena.
Antropóloga Bárbara Arisi | Foto: Archivo personal/Usada con autorización de Amazônia Real
Indígena gay
Barbara Arisi, que investiga la diversidad sexual entre los indígenas, es doctora en antropología por la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC).
«Mi investigación doctoral fue con los matis, que viven en la tierra indígena de Vale do Javari, cerca de la frontera con Perú, donde el río Javari separa ambos países», explica.
Arisi, que actualmente vive y enseña en los Países Bajos, es coautora de dos libros sobre el tema. La Tierra Indígena de Vale do Javari se encuentra en el estado de Amazonas y es la segunda mayor tierra indígena del país. Es el hogar de más de 6000 indígenas recientemente contactados y aislados..
«Los cronistas, los sacerdotes, los jesuitas, los dominicos registraron la presencia de otras prácticas sexuales no monógamas y no heterosexuales, que los indígenas, al igual que muchos otros pueblos indígenas del mundo, tenían antes de la colonización europea, admitidas en la comunidad», explica el antropólogo.
«El heterosexismo, la violencia contra las prácticas que luego llamaremos homosexuales, es parte de un proceso de imposición cultural católica sobre las prácticas indígenas relacionadas con las formas de establecer las familias, la sexualidad, la afectividad.»
«El libro trata de todo lo que encontramos de material en la arqueología, en los registros de los cronistas hasta la parte más contemporánea, de cómo los indígenas de hoy en día se reivindican como ‘pueblos maricas’, por ejemplo, un término que se usa en Sudamérica. En Bolivia, los indígenas usan esta expresión», destaca..
El libro también presenta información sobre los académicos indígenas estadounidenses y canadienses que reivindican el número dos del acrónimo de la diversidad: LGBTQIA2+. Esto se debe a que son indígenas y no se sienten cómodos en el binarismo. Se hacen llaman dos espíritus, categoría nativa. El término similar en Brasil sería «indígena gay».
Tarisson Nawa | Foto: Archivo personal/Usada con autorización de Amazônia Real
Fluidez de género
Según el periodista José Tarisson Costa da Silva, indígena y gay del pueblo nawa, en el estado de Acre, al norte de Brasil, hay informes de que sus antepasados vivían su sexualidad de forma tan natural que no era necesario asumir su orientación sexual.
«La sexualidad no tenía esta jerarquía o relación de violencia con las personas, con las diferentes prácticas. Hoy en día, afirmarse como persona indígena LGBT es fundamental para la lucha y el reconocimiento. Es la diferencia dentro de la diferencia», explica.
Tarisson Nawa, que actualmente vive en Manaos, capital del estado de Amazonas, recuerda que la agenda de género en los pueblos indígenas la está planteando el movimiento de mujeres indígenas.
«Porque las luchas de género traen otras formas de ser y vivir dentro del territorio», señala la periodista. «Junto a esta lucha de las mujeres, esta lucha por el territorio, ligada a las cuestiones de género, también vienen las cuestiones de la sexualidad».
Reconoce que en la mayoría de los territorios la colonización ha afectado directamente a la sexualidad de los pueblos indígenas, impactado en sus afectividades, sensibilidades y formas de relacionarse. Al igual que alteró y sigue afectando a la organización social de los pueblos.
«Tengo mis temores al decir que todo es producto de la violencia de la colonización. No lo niego, es un hecho que la colonización tuvo un impacto, pero hay que tener en cuenta que en Brasil hay 305 pueblos indígenas. La diversidad es inmensa, es difícil medir hasta qué punto antes de la colonización existía la fluidez de género y sexualidad en todos estos territorios», afirma.
Para la antropóloga Barbara Arisi, la discriminación y los prejuicios contra la diversidad sexual entre los indígenas dependen del contexto. Aunque muchas comunidades, como la de Majur, tienen aceptación, otras no.
«Hay comunidades muy violentas. En Centroamérica, a las personas las golpean, las maltratan, y para que sigan el binarismo, la forma de castigo suele ser la violación», advierte.
«Siempre pienso que las comunidades indígenas aceptan más a la gente, pero eso no significa que todos, la diferencia es muy grande, hay muchos pueblos, no se puede hablar genéricamente».
Al menos siete reporteros fueron asesinados en 2021 y, en las pocas semanas de 2022, tres más han muerto en ataques. Por tercer año consecutivo, México es considerado el país más peligroso del mundo para los periodistas, según Reporteros sin Fronteras.
José Ignacio Santiago Martínez estaba trabajando durante la madrugada del miércoles. Como reportero de sucesos acababa de recopilar fotografías y videos en una localidad cercana a San Lucas Yosonicaje, en el estado mexicano de Oaxaca.
A las 2:00 am, un taxi rojo comenzó a seguir la camioneta que lo transportaba y, de repente, intentó cerrarle el paso.
«El chofer hizo una maniobra y logró evadirlo, pero los hombres del taxi portaban armas largas y comenzaron a dispararnos. Por fortuna no salimos heridos, pero fueron muchos balazos. Los escoltas me pidieron que me tirara al piso de la camioneta y no levanté la cabeza hasta que nos alejamos de ahí», explica Santiago Martínez, con el miedo vivo en la voz, durante una entrevista con Noticias Telemundo.
El reportero oaxaqueño, director del medio Pluma Digital Noticias, dice que se salvó porque forma parte del Mecanismo Federal de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas que le asignó cuatro escoltas que trabajan en dos turnos. «De no ser por la protección con la que yo contaba, formaría parte de la estadística lamentable que estamos viviendo», comenta Santiago Martínez con desaliento.
A inicios de enero, José Luis Gamboa, fundador del portal de internet Inforegio, fue apuñalado mortalmente en el estado de Veracruz; el 17 de enero mataron al fotoperiodista Margarito Martínez de un balazo en la cabeza, a plena luz del día y frente a su casa en un barrio de Tijuana. Seis días después, asesinaron a la reportera Lourdes Maldonado López, en el mismo estado y también frente a su residencia.
El 31 de enero, durante las últimas horas del mes, el periodista Roberto Toledo fue baleado en Zitácuaro, Michoacán. Toledo, de 55 años, era abogado y articulista del medio Monitor Michoacán y, según informaciones de los medios locales, había recibido múltiples amenazas por lo que fue incluido en el mecanismo de protección del gobierno federal.
En el más reciente informe anual de Reporteros sin Fronteras, México volvió a ser considerado como el país más peligroso del mundo para los periodistas —por tercer año consecutivo— debido al asesinato de al menos siete periodistas en 2021.
«Lo que México enfrenta ahora es producto de la proliferación de la delincuencia organizada en todo el territorio, y la corrupción en los cuerpos policiales y las fiscalías que atentan contra el Estado de Derecho. En realidad, el Gobierno mexicano no tiene la capacidad para atender un problema tan específico como los ataques contra la libertad de prensa», asevera Jan-Albert Hootsen, representante en México del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por su sigla en inglés).
Según diversas organizaciones, como Artículo 19, la cifra roja del país suma 148 periodistas asesinados por ejercer su oficio desde el año 2000. Al menos, 28 de ellos han muerto durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador.
Durante el primer semestre de 2021, Artículo 19 documentó 362 agresiones contra periodistas, es decir, una cada 12 horas.
«Me siento un poquito mal por la situación que estoy viviendo. Siempre que sucede un ataque contra los medios de comunicación nos tienen que mover de nuestro lugar de origen y eso ya lo viví, y lo sufrí», dice Santiago Martínez.
No es la primera vez que el reportero de Oaxaca sufre agresiones por su trabajo periodístico: en 2015 le fracturaron dos brazos y dos años después lo amenazaron de muerte si no trabajaba para difundir las informaciones de unos narcotraficantes, por lo que fue trasladado a Ciudad de México por las autoridades.
A veces me da miedo, pero no pienso retroceder porque hay que seguir informando».
JOSÉ IGNACIO SANTIAGO MARTÍNEZ, PERIODISTA
Santiago Martínez, de solo 31 años, explica que esos incidentes, además del constante acoso a través de los medios digitales han hecho mella en su salud y padece de un intenso estrés. Hace poco más de un mes sufrió un infarto.
«A veces me da miedo, pero no pienso retroceder porque hay que seguir informando. Ese es mi trabajo», asevera.
Familiares y amigos en el entierro de la periodista Laura Maldonado en Tijuana, el 27 de enero de 2022.Marco Ugarte / AP
«Hasta temo por mi vida»
El 26 de marzo de 2019 fue un día normal en las conferencias matutinas del presidente López Obrador.
La reportera Lourdes Maldonado, que trabajaba en Tijuana, hizo algunas preguntas sobre temas de comercio y luego aprovechó ese momento para contarle al mandatario que exigía justicia laboral en una demanda contra Jaime Bonilla Valdez, aliado político del presidente en Baja California, por despido injustificado y adeudos de nómina.
Bonilla Valdez gobernó Baja California entre los años 2019 y 2021, y es el dueño del canal PSN, donde trabajó la reportera.
En esa ocasión, Maldonado miró fijamente a López Obrador y le dijo: «Hasta temo por mi vida». El pasado domingo, cuando se cumplían 669 días de su intervención en la conferencia presidencial, fue asesinada frente a su casa en Tijuana.
La reportera estaba protegida, en su caso, por el Mecanismo Estatal de Protección a Periodistas porque en marzo de 2021 fue agredida cuando dispararon un balazo que perforó el vidrio trasero de su vehículo.
Sin embargo, el incidente del domingo sucedió cuando los oficiales que la custodiaban ya se habían marchado de su residencia. Según la fiscalía estatal, fue abordada por tres hombres y uno le disparó.
Días antes de su asesinato, la reportera había participado en una manifestación para recordar a Margarito Martínez, el fotoperiodista que también fue asesinado en Tijuana.
«Estoy muy consternada, llena de dudas y de conflictos en la mente. Me urge que este caso se aclare, hay que saber cuáles eran las razones por las que asesinaron a Margarito», dijo la periodista en la protesta de la noche del 21 de enero.
Desde 2012, el Gobierno mexicano implementó el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, que actualmente tiene 1,504 beneficiarios, 493 de ellos son profesionales de la comunicación.
Como sucede con la mayoría de los delitos en México, la impunidad en las agresiones contra periodistas es casi total. La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión inició alrededor de 3,000 investigaciones desde 2010 pero, según Artículo 19, solo logró 22 sentencias condenatorias.
«El Gobierno quiere hacer foros para mejorar el mecanismo de protección, y eso está muy bien, pero las exigencias de la comunidad periodística es muy clara: lo principal es el combate a la impunidad. No puede haber un cambio en la situación de violencia, si no se investiga y se sanciona a las y los perpetradores», afirma Itzia Miravete, coordinadora de prevención en Artículo 19.
Cuando la guerra toca la puerta
Unas 16 horas después del atentado contra Santiago Martínez, el reportero Alejandro Ortiz quedó atrapado en medio de una balacera en Chilpancingo, Guerrero.
Era poco después de las seis de la tarde, y Ortiz acababa de cenar cecina con sus dos hijos y su esposa. Mientras atendía una llamada telefónica comenzó a escuchar una detonaciones estruendosas en Buenavista de la Salud, la comunidad donde vive.
Fueron cientos de balas, el sonido era ensordecedor».
ALEJANDRO ORTIZ, REPORTERO
«Yo pensé que era alguna celebración religiosa, nunca me imaginé que era una descarga de balas de un grupo delictivo», explica con sorpresa.
Al colgar, vio el semblante espantado de su esposa y comprendió que la guerra acababa de estallar afuera de su casa. Rápidamente se abalanzó sobre su familia y todos se tiraron al piso, mientras se comunicaba con las autoridades y sus redes de apoyo para pedir ayuda.
Cuando concluyó la balacera y los maleantes se habían marchado de la zona, llegaron las autoridades con efectivos policiales y militares.
«Fueron cientos de balas, el sonido era ensordecedor y duró más de una hora, sin parar. Mis hijos nunca olvidarán eso», dice con tristeza, mientras recuerda que hace unos años otro grupo armado les quitó cámaras, laptop y una camioneta durante una cobertura.
«Aunque uno está preparado para que sucedan esas cosas en el trabajo, nunca te lo esperas en tu casa, fuera de horario, y cuando ya estás descansando», concluye Ortiz, quien no se encuentra protegido por las autoridades.
Estresado y hastiado, el reportero casi no pudo dormir esa noche. Pero, al día siguiente, escribió un breve texto para drenar su traumática experiencia. El título es elocuente: «Y las balas seguían…».
«Están aniquilando al periodismo»
Para expertos como Hootsen y Miravete, revertir la situación de violencia contra los periodistas llevará años, pero se puede lograr si se fortalecen los mecanismos de protección y se inician procesos de capacitación para las autoridades con el fin de que combatan la impunidad. Además, se deben implementan procesos de reparación.
«El impacto de la violencia que vive la prensa, tanto a nivel físico, psicosocial y económico es brutal. Muchos periodistas se enferman después de estar desplazados, incluso algunos se han muerto, y eso hay que atenderlo», afirma Miravete.
Omar Bello, periodista desplazado de Guerrero, conoce bien las consecuencias de ser extraído de su región. Tuvo que abandonar el paraíso de las playas de Zihuatanejo, por la gris megalópolis capitalina. El 20 de agosto de 2017 recibió una última amenaza de los narcotraficantes de su zona y el mensaje fue claro: «O dejas de portarte mal o te matamos».
Poco después, entró al mecanismo de protección y ahora vive en Ciudad de México.
«Pierdes todo: familia, amigos, empleos y, lo más importante, pierdes tu identidad porque al ser desplazado ya no puedes ejercer más. El mecanismo solo te da ayudas para comida y vivienda pero no te ayuda a volver a ejercer, renuncias a eso. Los delincuentes están aniquilando el periodismo», dice con impotencia.
En su caso, la imposibilidad de ejercer el oficio informativo lo llevó a convertirse en activista por los derechos humanos. En diciembre de 2020, Bello y un grupo de manifestantes se extrajeron sangre frente a la Secretaría de Gobernación capitalina para protestar por los recortes presupuestarios en los mecanismos de protección.
Omar Bello, periodista desplazado, durante una protesta frente a la Secretaría de Gobernación en Ciudad de México, en diciembre de 2020. Foto: Albinson Linares
«Duré más de 25 días en un plantón y no me atendían. Ni siquiera me pusieron escoltas aunque estoy amenazado de muerte. Por eso manchamos con nuestra sangre toda la fachada, ahí quedó mi ADN«, dice con vehemencia.
Santiago Martínez coincide con Bello, y afirma que su experiencia en la capital mexicana fue «un martirio» porque se sentía preso y sin la posibilidad de volver a escribir sobre su amada Oaxaca.
«No te dan ni siquiera un empleo temporal, no te dan alternativas y te encierran en un refugio. Por eso, con todo y los peligros, decidí volver a mi lugar de origen y aquí pienso continuar», concluye.
Si usted tiene información sobre casos de abusos contra periodistas en México puede escribir a albinson.linares@nbcuni.com.