Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, la cifra y frecuencia de casos de feminicidios son equivalentes a una víctima cada dos días.
Foto: Valeria Delgado Zela (@valmardela)
Al compás de tambores, en un altar iluminado y adornado con bordados que llevan los nombres de cientos de mujeres víctimas de la más brutal expresión de violencia de género, decenas de personas se congregaron en el Parque Washington para participar en una vigilia en memoria de las víctimas de feminicidio en el Perú. Entre enero y noviembre de este año, se han registrado 120 casos de feminicidios en el país, según el recuento de casos reportados por el Movimiento Manuela Ramos. El último reporte del Programa Nacional AURORA del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) señala que la cifra de feminicidios equivale a casi una víctima cada dos días.
Desde 2018, el Movimiento Manuela Ramos organiza vigilias el primer martes de cada mes como parte de la campaña “Juntas sin Miedo”. Este 5 de noviembre, decenas de mujeres y transeúntes se reunieron para recordar que detrás de cada cifra hay una vida, sueños truncados y familias destrozadas por una tragedia que parece interminable. La ceremonia, liderada por la periodista Manuela Camacho, incluyó un espacio de micrófono abierto donde las asistentes compartieron testimonios y reflexiones, convirtiendo el dolor en un llamado colectivo por justicia y cambio.
“Este es un evento de historia, de demanda de justicia y también para romper el silencio sobre la normalización de la violencia contra las mujeres y, en su forma más extrema, el feminicidio. Hoy en día, cada mes tenemos que preguntarnos cuántas son las mujeres asesinadas, ya no nos preguntamos si siquiera hay. Son muchas las mujeres asesinadas a manos de personas en su entorno, de sus parejas, exparejas, convivientes o, incluso, hombres extraños”, señaló Rocío Gutiérrez Rodríguez, subdirectora del Movimiento Manuela Ramos, en conversación con La Antígona.
Foto: Valeria Delgado Zela (@valmardela)
VIOLENCIA NECESITA RESPUESTA DEL ESTADO Y LA SOCIEDAD
Cada día, más de 340 mujeres denuncian agresiones físicas, psicológicas o sexuales, según datos del Programa Aurora del MIMP, lo que confirma la urgencia de esta crisis latente. “Cuando el país no respeta o cuando el Estado peruano no reconoce los derechos humanos, las mujeres pagamos la cuenta porque de esa manera aumentan los entornos violentos en donde hay impunidad, corrupción y violencia delincuencial. Dentro de estos contextos, se incrementa también la violencia hacia las mujeres y sus muertes”, expresó
El machismo arraigado en la sociedad y la desprotección de las autoridades son solo algunos de los agravantes de este problema. Para muchas mujeres, la violencia no solo es una amenaza constante, sino una realidad que enfrentan en sus propios hogares y, con frecuencia, a manos de personas cercanas como parejas o exparejas. En ese sentido, las limitaciones de recursos, la falta de protocolos efectivos y la escasa capacitación de la Policía o funcionarios para abordar estos casos contribuyen a una sensación de total de desprotección.
“Las mujeres necesitamos hacernos de valor para denunciar la violencia, pero también necesitamos soporte, necesitamos apoyo. Necesitamos sentir que en nuestro entorno no nos juzgan. Esta campaña también quiere decirle a las mujeres que aquí estamos y también estamos luchando, acompañando a las mujeres que se atreven a denunciar y que se atreven a romper el silencio”, expresa.
Pero el mensaje de fondo es la necesidad de dejar de normalizar la violencia. Como lo señaló Susana Galdos, fundadora del Movimiento Manuela Ramos, en la sección de micrófono abierto durante la vigilia: “Callar ante la violencia es tomar parte y proteger al agresor. No es suficiente contar con comisarías o presentar una denuncia; necesitamos acompañar, alzar la voz y protestar ante la mínima muestra de violencia, incluso en casa”.
El MIMP ha implementado el Programa Aurora y otros servicios de apoyo para víctimas de violencia de género. Sin embargo, los altos índices de feminicidio y violencia muestran que estas medidas siguen siendo insuficientes. Áreas clave como el apoyo psicológico y legal para víctimas, y la capacitación de la Policía y Fiscalía presentan grandes desafíos para el Estado peruano, a pesar de que hace más de 10 años se reconoce legalmente el concepto de feminicidio (con la Ley N° 29819 en 2011 y luego Ley N° 30068, que estableció el feminicidio como un delito autónomo en 2013).
“A las autoridades, les diría que estamos hartas de que nos envíen flores y conmemoraciones cuando ya es demasiado tarde. Las mujeres venimos exigiendo hace mucho tiempo justicia y no solamente para las que ya no están aquí. También exigimos protección para esas que una y otra vez denuncian, denunciamos, que nuestras vidas corren peligro”, afirmó la periodista Manuela Camacho para La Antígona. “A las mujeres que han sido víctimas de cualquier tipo de violencia, les digo que aquí estamos, que les creemos, que no están solas y que en nosotras, en la fuerza de otras mujeres, siempre pueden encontrar un lugar seguro y un abrazo”, finalizó.
Foto: Valeria Delgado Zela (@valmardela)
Víctimas identificadas hasta la fecha, de las 120 (y contando):
Las recientes cifras indican que al menos el 46,39 de los acosadores forman parte del personal educativo. Fotografía: Vice.
“Recuerdas que yo te violé en el primer momento y lo volvería a hacer otra vez. No les tengo miedo a tu hermano, ni a tus hermanas. Si quieren, denúncienme. No les tengo miedo”, fueron las palabras que la víctima de Neil Oliver Taish Petsa, narró según un documento fiscal compartido por Perú 21. El mencionado docente fue denunciado por acoso sexual contra sus propias alumnas del colegio Chapiza, ubicado en la provincia de Condorcanqui, en la región de Amazonas.
En todo el país, desde septiembre de 2013 hasta mayo de 2024, se registraron 8,467 casos de abuso sexual contra estudiantes, cometidos por miembros del personal de instituciones educativas. Cifras espeluznantes que nos llevan a cuestionar lo que se está haciendo desde los diversos poderes del Estado para evitar que más víctimas deban convivir con sus agresores.
En el año 2023, la parlamentaria Marleny Portero (Acción Popular) fue la encargada de presentar un proyecto de ley N° 5762/2023-CR, que busca que las diversas instituciones educativas puedan prepararse ante eventuales casos de violencia sexual, además de otorgar atención tanto a niños, niñas y adolescentes que hayan sido víctimas de abuso.
En el Perú se propuso una ley que buscaba que los colegios implementen mecanismos para enfrentar casos de violencia sexual sin embargo no fue aprobada. Fotografía: Diario El Cordillerano.
El proyecto en mención, comprende 11 artículos, los cuales buscan establecer el fortalecimiento de las capacidades en los docentes y personal, aportar herramientas a los estudiantes para que se les pueda facilitar su protección, defensa, y detección, con el objetivo de evitar más casos de violencia sexual.
Además, busca la creación de buzones físicos y electrónicos que faciliten a los escolares colocar sus denuncias anónimas para que posteriormente sean identificadas por las autoridades y otros entes de gran relevancia. La idea es brindar herramientas y facilidades para que nadie calle un caso que atente contra su integridad.
Del mismo modo, establece un protocolo para la atención de las víctimas que asegure una atención integral, proteja su identidad, haga el seguimiento adecuado y asigne una responsabilidad a las distintas autoridades y organismos del Estado, con el fin de emitir una sanción y, sobre todo, garantizar el bienestar del agraviado.
“Nuestro principal interés es la protección del menor, pero también que estos casos no queden impunes y que los responsables se refugien en los vacíos legales para salvar su culpabilidad. Necesitamos escuelas seguras para nuestros niños, niñas y adolescentes”, se lee en el Portal del Congreso de la República.
Por su parte, el Ejecutivo presentó en el 2023 un proyecto de ley destinado a evitar la prescripción de los procesos administrativos en casos de abuso sexual, sin embargo,la propuesta no sería prioridad de los parlamentarios pues no ha sido debatida en el Congreso, lo que evidencia la poca preocupación que tienen por ayudar a un grupo que forma parte de las personas más vulnerables.
En la región La Libertad, por ejemplo, según el más reciente reporte del diario Correo con datos del portal SiseVe del Ministerio de Educación, en los primeros 7 meses del año de 2023 se registraron 373 denuncias por distintos tipos de agresiones, de estos 173 fueron físicos, 114 psicológicos y 56 de tipo sexual. Si bien es cierto de estos 226 fueron realizados por los mismos estudiantes, 147 lamentablemente fueron cometidos por el mismo personal que trabaja en los centros educativos.
Ahora, en lo que va del 2024 las cifras han ido en aumento. Se han reportado 179 denuncias por violencia física, 158 ataques psicológicos y 79 ultrajes sexuales (tocamientos, actos de connotación sexual o libidinosos, hostigamiento, violación, acoso, violencia con fines sexuales a través de medios tecnológicos y acoso sexual a través de medios tecnológicos). Esto nos hace notar que el peligro, cómo inicialmente se creía,no solo está en las calles, sino también en las mismas escuelas.
“Él la ha llamado para que vaya a su cuarto a sacar chalecos, de ahí la hecho pasar y ha cerrado la puerta. La ha abrazado, besado y ahí la ha tenido. También le ha invitado a una gaseosa según dice ella, pero luego ha venido de sueño”, fue parte del relato de un padre de familia, del caserío Buena Vista, distrito Chugay, en la provincia de Sánchez Carrión, difundido por el medio digital Noticias Huamachuco. En el clip denunciaba al docente Eber Olaya de presuntamente haber abusado de su hija de 13 años. El desconcierto y la preocupación lo motivaron a recurrir a la prensa de su localidad en busca de ayuda.
Otro problema que agrava está situación, es la carencia de secretarios técnicos de procedimientos administrativos en los colegios. Ya que muchos casos quedan impunes y los agresores siguen siendo un peligro para otros estudiantes. Ante ello, la presidenta de la Comisión de Educación de La Libertad y consejera por la provincia de Pacasmayo, Olanda Torres, ha iniciado concretado una alianza con el programa Aurora para hacerle frente este problema.
“Las coordinaciones que se vienen realizando entre programa Aurora y Ugel Pacasmayo, es para que se realicen capacitaciones preventivas en las instituciones educativas, además de incentivar a que puedan denunciar este tipo de conductas y conocer también cuál es el flujo regular. Por ejemplo, ante quién se interpone la denuncia, que asistencia tiene, que derechos tienen, ante quien se denuncia. Eso más que todo, para fortalecer a cada escuela educativa”, comentó brevemente para La Antígona.
Esta iniciativa debería replicarse en más provincias y regiones del país. Pues según se conoció, planean involucrar a la Policía, el Ministerio Público y el Poder Judicial, porque cada una de estas instituciones gestiona sus propias estadísticas de casos y sigue sus propios protocolos. Mientras tarden en presentarse más iniciativas de apoyo hacia los niños, niñas y adolescentes, ellos tendrán menos oportunidades de denunciar el mal accionar no solo de sus propios docentes, sino también de otros integrantes del plantel educativo que seguirán haciendo de las suyas ante la sombra de la indiferencia de las autoridades.
Sol pintando El mural del bicentenario en Cercado de Lima.
La creatividad en el Perú abunda sin dirección y sin apoyo de políticas constitucionales que promuevan el arte. Sin embargo, hay quienes no esperan las puertas abiertas para entrar en el mundo artístico, al contrario, luchan y persisten en su innovación día a día. ¿Cómo es eso? Pues, se las ingenian; y al principio toca vivir por el arte, para luego cumplir el ansiado sueño de vivir del arte.
La historia de Sol, una pintora muralista, y Ana, una fotógrafa pictórica, revelan que el arte muchas veces necesita de tiempo para ganar impulso. Tiempo, como todos los que construyen su camino sin mérito sanguíneo o apadrinamiento, pero que, además, la distinción de género latente no les permite exhibirse con parcialidad.
Ante esta adversidad viven todas las peruanas en diversas áreas pero ese panorama no las amilana. Al contrario, las reinventa para dirigir su vocación como creativas.
Parece que a las artistas les gusta complicarse la vida. Es como su combustible. Por ello, es usual que empiecen estudiando una carrera y que en simultáneo se dediquen a su expresión artística.
MUJERES CREATIVAS
Sol estudió Trabajo Social en la UNMSM. Desde pequeña sus manos inquietas producían figuras. Usaba los jabones y cualquier objeto puntiagudo para formar siluetas, como las banderas de las bandas favoritas de sus amigas para obsequiárselas. Su padre, pintor y ex estudiante de Bellas Artes, siempre la alentó a pintar y ella canalizó su vida con los pinceles. Ahora es conocida como Sol Luna Art, una artista plástica, lesbiana, feminista que aborda temas sociales.
Ana en su workshop de cianotipia. Archivo: Instagram @supa.lab.foto.
Ana estudiaba Ciencias de la Comunicación en la USMP. En su infancia reconoció su gusto por las artes visuales, el dibujo, y la pintura; en la universidad despertó su pasión por la fotografía con el Fotoperiodismo, y específicamente con el curso de crónica. Dicho amor la llevó en el 2020 a dejar la carrera y fomentar su vocación fotográfica bajo el seudónimo de anacrónicca.
Mural: Máxima Acuña, mujer que lucha, pintado en Breña, realizado en el marco de 8M para el festival Nosotras Estamos en la Calle. Archivo Instagram: @sollunar.art.
El 2020 fue un año de cambios. Sol también lo percibió así pues en este periodo ganó reconocimiento por su pintura llamada Unidad y Urbanismo. Un año en el que redescubrió su propósito. Desde entonces ha trabajado en proyectos, grupales y personales, siempre recreando la realidad social y la reivindicación de la mujer. Para ella hay caminos igual de importantes y significativos como la de mujeres históricas como Micaela Bastidas y peruanas que luchan día a día. Su pintura Máxima Acuña, mujer que lucha o Mujer de todas las sangre, lo comprueban.
Las marchas contra Manuel Merino reunieron a muchos artistas. Ana, excomulgada de su carrera, encontró el hecho perfecto para empezar a contar crónicas a través del fotoperiodismo. Como en muchas sociedades, los tiempos de conflicto trajeron cambios. Ambas fueron conociendo su proceso.
CREATIVIDAD Y CULTURA
La Organización de las Naciones Unidad ONU declaró el 2021 como el Año Internacional de la Economía Creativa. Su nombre fue dado a raíz del confinamiento y las consecuencias innovadoras que trajo pasar más tiempo ensimismado. En momentos difíciles se alentó por la creatividad para resolver problemas socioeconómicos. Un ejemplo de ello, fue el boom de los emprendimientos y el desarrollo de muchos artistas en el mundo.
Mural: Amor entre mujeres sin fronteras, ubicado en Mirones Bajo, Cercado de Lima. Archivo Instagram: @sollunar.art.
‘’A veces me viene el pensamiento de que en el pasado todas esas grandes obras anónimas, quizás fueron escritas por mujeres que tenían que ocultarse por temor a no ser aceptadas, comentó Sol. Ella reflexiona sobre la comparativa entre el varón y la mujer en cuanto a la exposición. Para ella sus pinturas no tienen que gustarle a todos, basta con transmitir un mensaje, que en ocasiones pueden incomodar. ‘’ Pinté Amor entre mujeres sin fronteras, evocando la unidad entre la mujer peruana y venezolana que también sufre desigualdades. Y como en esta época hay mucha xenofobia, fue mal visto para algunos’’.
Para conocer el arte es fundamental la cultura y las costumbres con las que uno crece. Rodearse de las personas correctas, que te reconocen y te animan a emprender tu formación. En esta parte del mundo los creativos suelen innovar notablemente porque, según una gran parte de personas, el arte no es rentable en Latinoamérica, y si no hay oposición en casa, el escenario no es apto para débiles. Por eso las mujeres artistas se encorajinan para contar como nadie su resistencia.
‘’Las mujeres de mi familia estamos muy vinculadas a la pasión y el arte. Mi madre es profesora de educación inicial, y al igual que el arte, la educación no es una carrera rentable; sin embargo, ella persistió y me transmite esa valentía de seguir lo que me apasiona’’, agregó Ana tras consultarle sobre la reacción de su familia cuando decidió dejar la carrera para dedicarse a la fotografía.
Para Sol y Ana, salir del apoyo de la familia y conocer el mundo artístico fue lo más complicado. Además, el siguiente paso fue expresar sus emociones en un sentido amplio, para que muchas mujeres puedan sentirse identificada. Las marchas sociales la llevaron a retratar los miedos, penas y tristezas con orgullo y con mucha creatividad.
EL DESCUBRIMIENTO
‘’En el 2021 un amigo me habló sobre los procesos alternativos, y me inscribí a un curso llamado Fotoalquimia en Chile -que fue un taller virtual-, algo totalmente nuevo para mí. Allí conocí los procesos alternativos para fotografiar escenas sin cámara. Me pareció increíble como se podía hacer fotos de una manera muy pictórica’’, dice Ana.
Este es un proceso conocido como solarigrafía. Un concepto y una práctica fotográfica basados en la observación del recorrido del sol. Ana encontró en la cianotipia y en la clorotipia el proceso perfecto para plasmar sus historias. ‘’De pequeña tuve referencias de pintores Kahlo, Picasso, Dalí. Siempre busqué que mis fotos parezcan pinturas’’, agrega.
Cianotipia: Es proceso que usa químicos fotosensibles. Esta sustancia es vertida en un papel (superficie delgada), este reacciona al sol e impregna la imagen o figura que tiene en el objeto. Así se graba la sombra de las cosas.
Clorotipia: Es una alternativa para la reproducción de imágenes y/o fotografías sobre hojas vegetales, sin necesidad de químicos.
Antimemorial, técnica clorotipia. En retrato a los asesinados por el gobierno de Dina Boluarte. Archivo Instagram: @supa.lab.foto
‘’Cuando empecé con los procesos alternativos, quise expresar mis problemas personales vinculados con el exterior, como conecto esto que siento como mujer que soy, que vive rodeada de violencia y que tiene una historia. Hablar del dolor, del luto, ausencia, eso lo conseguí con la cianotipia’’ añadió una Ana entusiasmada. En el 2023 Anacronicca realizó un trabajo con la clorotipia, donde retrata con hojas de coca a los asesinados por el gobierno de Dina Boluarte en señal de protesta.
Sol Luna trabajó con la Municipalidad de Lima realizando murales. En sus trabajos conmemora el papel social de la mujer bajo un enfoque femenino. Sol no se considera artista, para ella serlo requiere de una trayectoria que cree no posee. ‘’Cuando converso con mi novia me convence de que sí lo soy, porque mis creaciones transmiten un mensaje con emoción. Una vez un señor bajo de un camión y me regaló 20 soles, me dijo que estaba muy lindo lo que pintaba, fue una sensación muy agradable’’, comenta.
Unión y resistencia.
Las mujeres tienen el papel de apoyarse unas a otras para exponer su arte. Fomentar su innovación formándose integras pues son muchas las mujeres creativas, sin embargo, tienen poca visibilidad. Sol lucha por fomentar espacios de reconocimiento; relata que con ayuda de los vecinos de un AA.HH en Carabayllo habilitaron un espacio recreativo para los niños, además realizó pinturas de aquellas madres que colaboraron en la actividad, reflejando que con la fuerza unida se materializan propósitos.
Mural: Mujer de todas las sangres realizado de manera participativa con los alumnos del colegio María Parado de Bellido en la Comunidad Shipibo-Conibo de Cantagallo.Archivo Instagram: @sollunar.art
Sol busca innovar, seguir creando por muchos años, pintar en lugares históricos y poco convencionales para dejar su mensaje, eso, para ella, es inmortalizarse y trascender en su arte.
‘’Creo que es necesario cambiarle el chip a las instituciones para que entiendan que el trabajo de las mujeres es muy valioso. Muchas veces las historias relacionadas con un cuerpo femenino son contadas por varones’’, menciona Ana, indignada porque siente la poca atención que hay para las mujeres artistas.
Esto la llevó a formar, junto a unas amigas, el colectivo Ojo de loca , su proyecto más ambicioso. Surge en noviembre del 2023 por la ausencia de grupos o espacios enteramente femeninos en donde las mujeres puedan expresarse sin ser juzgadas. El propósito es abrir camino para las mujeres artistas, compartiendo su enfoque en temas expresamente de género, como el feminicidio o el aborto. ‘’ Cuando lanzamos convocatorias sobre temas como el aborto, tengo la oportunidad de conocer chicas muy talentosas, cuyos trabajos son muy inspiradores y no son conocidos. Estas situaciones me alientan a seguir creando estos espacios’’.
Su arte, significa para ellas, una forma de expresar su resistencia. Y realmente lo es pues las mujeres son protagonistas de innumerables casos de violencia, discriminación, abuso y desigualdad. Una situación que se busca cambiar mediante el arte y la lucha constante por representación.
La realidad es que las mujeres pueden estar fácilmente en situaciones de vulnerabilidad y las variables que tienen para sobresalir en el campos laborales como el arte y otras áreas no son medidas, generalmente, con la misma vara con la que se mide a un hombre. Es en este panorama que se reconoce el trabajo inalcanzable y ganas de salir adelante de talentosas artistas que protestan con su arte.
Las mujeres que han sorteado, con su poderoso ingenio, miles de años de represión nacen virtuosas. Y al unificarse pueden reconstruirlo todo.
Honduras es uno de los países centroamericanos más violentos para las mujeres, esta violencia se ve reflejada en cifras de muertes violentas de mujeres, las cuales de enero a octubre de 2023 llegaron a 341, según datos del Centro de Derechos de Mujeres, CDM. La mayoría de estos femicidios no obtienen justicia, el 95% de los casos siguen impunes.
Es una triste realidad. En los últimos años, el país hondureño superó las cifras de muertes violentas de mujeres con un aumento del 29% de cifras.
El lunes 27 de noviembre, en 24 horas se reportaron tres asesinatos de mujeres en diferentes puntos geográficos del país. A María Gómez la atacaron con un machete en la zona oeste; Carmen Munguía fue asesinada a tiros por su pareja en la zona norte y; Karina Rodríguez, quien anteriormente ya había tenido un atentado de muerte, fue acribillada en la zona occidente.
Uno de los medios de comunicación tradicionales del país deja en evidencia la falta de perspectiva de género para el abordaje de noticias. En su nota se menciona lo siguiente: “la mayoría de estas muertes son femicidios, a menudo realizado por su pareja o algún pretendiente “rechazado”».
Detrás de cada muerte violenta de mujeres, está presente la pornomiseria en los medios de comunicación.
La violencia contra las mujeres también se ve reflejada en los datos del Sistema Nacional de Emergencia (911), de enero a septiembre de 2023 se registró un total de 64,228 denuncias, de las cuales 26,456 fueron por violencia doméstica y 37,772 fueron por maltrato familiar; es importante señalar que no todas las mujeres que son víctimas de algún tipo de violencia denuncian, por lo que los datos pueden ser mayores.
En el mes de febrero de este año 2024, el Observatorio de DDHH de las Mujeres del CDM, registró 14 muertes violentas en el mes de febrero, dando un total de 40 femicidios en los primeros dos meses del año.
La ola de violencia a la que las mujeres se encuentran expuestas deben de verse como una emergencia de país.
La impunidad que rodea la vida y memoria de las hondureñas
Ana Hernández
El 19 de marzo de 2023, Ana Hernández fue encontrada muerta en el interior de su vivienda al Sur de Tegucigalpa, lugar que compartía con su pareja el Mayor de artllería Allan Franco Mendez, miembro activo de las fuerzas armadas de Honduras.
Al parecer Ana se había quitado la vida, así lo reportaron los medios y así lo declaró Franco, sin embargo, sus familiares creen que fue femicidio ejecutado por su pareja.
Ángel Hernández, padre de Ana, no recibió los resultados de la autopsia de su hija, ha pasado un año desde entonces y su familia sigue esperando justicia.
En ese momento Franco, siendo el principal sospechoso, fue detenido por posesión ilegal de armas, quien a los días fue puesto en libertad. Se supone que el Mayor de artillería fue dado de baja, sin embargo, esta información no ha podido confirmarse.
Don Ángel no ha obtenido respuestas claras sobre la muerte de su hija, la cual está llena de incertidumbres y dolor.
Angie Peña
El primero de enero del año 2022, Angie Peña fue víctima de desaparición forzada en la Isla de Roatán.
Angie abordó un jet ski junto a su hermana, actividad que realizaban con frecuencia, sin embargo, la joven no regresó. Tras horas de desaparecida y se realizó una búsqueda y se descartó la posibilidad de que la joven haya fallecido ahogada.
Meses después de su desaparición, se encontró la moto acuática en las costas del país de Belice, el traje de baño y los aretes que la joven portaba al momento de su desaparición.
Gary Lee Johnston, empresario norteamericano, condenado por trata de personas y pornografía infantil se encontraba vinculado a las pruebas más contundentes del caso, las pertenencias.
En agosto del 2022 fueron allanadas cinco propiedades en Roatán, los allanamientos fueron parte de la búsqueda de pistas sobre la desaparición de Angie. En la casa de Gary encontraron el traje de baño y uno de los pendientes de Angie.
Esta información indicaría que la joven habría estado en la casa del estadounidense, sin embargo, no se han obtenido más actualizaciones sobre el caso.
Han pasado más de dos años y los padres de Angie siguen esperando respuestas sobre el paradero de su hija.
Keyla Martínez
El 07 de febrero del año 2021, Keyla Martínez fue encontrada muerta en una celda de la Unidad Departamental de la Policía número 10 de La Esperanza, Intibucá.
Las autoridades, sin una investigación, afirmaron que la joven se había suicidado.
Tras esta información los cuestionamientos de las defensoras de derechos humanos y especialistas en medicina forense fueron contundentes, ya que en las condiciones de la celda era imposible que se quitara la vida.
Esta versión fue desmentida pues la autopsia reveló que Keyla fue víctima de asfixia mecánica.
En agosto de 2021, el caso fue tipificado como homicidio imprudente en grado de comisión por omisión.
Jarol Rolando Perdomo fue el único policía acusado por el feminicidio de Keyla, fue enjuiciado y encontrado culpable, pese a ello, fue puesto en libertad el 28 de febrero del año 2024.
Este tipo de prácticas evidencia la impunidad y la corrupción que rodea el 90% de los casos de violencia contra las mujeres, lo que deja en evidencia la desprotección de los derechos de las niñas y mujeres hondureñas.
Insensibilización ante la violencia contra las mujeres
Parece que la mayoría de la sociedad hondureña está insensibilizada ante la violencia contra las mujeres, todos los días el país hondureño se despierta y recibe la noticia de que una mujer ha sido violada, asesinada o desparecida, y esto no sorprende a la población, de hecho, forma parte de la cotidianidad.
No resultan desconcertantes las fotografías sin censura de hechos violentos o titulares de noticias como “Hombre mata a mujer por rechazo”, “Cegado por amor…” o comentarios como “Se lo buscó”, “Se lo merecía”, etc., es evidente que la violencia machista y la misoginia forman parte de la norma social.
El trabajo del Estado por un país libre de violencia contra las mujeres debe de enfocarse en la creación de políticas públicas para la prevención de violencia, así mismo, se debe de educar y sensibilizar a la población, se debe fomentar la igualdad en materia de género.
Cada día es trágico y a pesar de las dificultades y la violencia a la que las mujeres se ven enfrentadas, la lucha se mantiene en la exigencia al Estado para crear las condiciones necesarias para que las mujeres puedan vivir sin miedo y libres de violencia.
Diandra García, escritora trujillana, firmando su libro «Nombres para un desamor». Imagen: Savia Casa
La escritora trujillana Diandra García presenta su primer libro de poesía titulado “Registros atávicos” (Alastor Editores, 2024) y conversa con Johanna Gallegos para La Antígona. Este libro es el debút poético de la joven escritora y a su vez, un trabajo impecable de más de tres años de registros escritos con pensamientos, vivencias y sentimientos que marcaron su vida. Un diario íntimo, un registro de historias, una “habitación propia”.
Diandra García Rouillon es una de las brillantes promesas de la literatura liberteña y peruana. Es Bachiller en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Antenor Orrego y estudiante de la carrera de Lengua y Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha sido redactora de las revistas Taquicardia, Cadá y La Antígona. Desde muy joven se vio inundada de literatura y descubrió su gran talento al ganar el primer puesto en el concurso de Cuentos de Amor Universitario (UNFV, 2021) y al ser finalista del Festival de Poetas Inéditas de La Libertad (Alianza Francesa). Hace poco presentó su primer libro “Nombres para un desamor” (Dentro, 2023), un conjunto de cinco cuentos donde explora la temática del amor y las relaciones desde una mirada fresca y experimental.
En esta entrevista, Diandra conversa sobre su primer libro de poemas “Registros atávicos”, la experiencia de registrar cada pensamiento y vivencia a lo largo de tres años para dar como producto una obra poética conformada por cuatro secciones: hiel, herencias, retorno y amor.
Diandra, quisiéramos saber más sobre tus primeros acercamientos a la poesía; conocíamos tu gran talento con la narrativa, sin embargo, este es tu primer libro de poemas y nos encantaría saber ¿por qué elegir la poética?
La historia es larga pues lo primero que escribí fue poesía. El 2019 escribí mi primer poema, lo recité en el 2020 para un público y desde ahí no paré de ir a recitales e involucrarme. Es por eso que este libro, “Registros atávicos”, contiene poemas que escribí durante el 2019, 2020, hasta el 2023; es un libro que se desarrolló en esos años. El primer manuscrito que hice fue el 2022, fue revisado y aceptado a finales de ese mismo año y el 2023 ha estado en ediciones.
Este libro fue escrito antes que “Nombres para un desamor”, sin embargo, por distintos procesos que he vivido, tuvo un proceso más lento.
¿Y esto porqué sucede?
Me pasa que en la poesía —más que en la narrativa— el proceso de pulir es mucho más intenso y colaborativo. Me gusta involucrar, no solo al editor, si no a compañeros y amigos. A ellos les envío mis escritos preguntándoles sobre sus pensamientos y opiniones. Además, hubo un proceso de maduración personal. No soy la misma persona de hace tres años; en esa época tenía menos seguridad, y es más, sé que en algunos poemas se podrá entrever ese “manotazo” a un estilo ajeno. Poco a poco pude asegurar mi voz, aunque sigo haciéndolo hasta ahora, como todos, creo.
Definitivamente fue un proceso de creación largo y seguramente hubo muchas fuentes de inspiración, cuéntanos ¿qué podemos encontrar en “Registros atávicos”?
En primera instancia, “Registros atávicos”, tiene un concepto interesante pues es de una persona que va escribiendo como un diario. Por eso la portada es una especie de “diario personal”.
Una bitácora con estilo “girly”…
Claro, algo similar. Yo quería que se sienta eso, como algo que escribió alguien y que fue creciendo. Y, por ello, también se divide en cuatro secciones. Estas están asociadas a un año.
Siempre he escuchado que las personas que escriben poesía empiezan desde su familia. A mí me pasó eso. Inicié como una especie de “13 Reasons Why”, dirigiéndome a todas esas personas a las que, yo sentía, que no les había dicho algo y que restaba un mensaje dentro de la herida que yo tenía. En eso encaja la primera sección del libro. Son como poemas con mensajes de rencores, de temas agudos y punzantes; se titula “hiel” por esos motivos. Dentro también hay dedicatorias a personas pero siempre partiendo desde ese sentimiento de rencor. Son los poemas más antiguos.
Luego de ello, pasa el año 2021 y en este año gira la sección de “herencias” dónde abarco a mi familia. Hay un puente entre esta sección y “hiel” porque la voz poética tiene un rencor más familiar y sobre todo con el padre y otras figuras como la madre, la abuela, entre otras. “Herencias” es justo eso y hace alusión al nombre del poemario puesatávicos es justo eso, algo ancestral.
“Retornos” regresa al rencor, pero esta vez no está dirigido hacia una persona sino a uno mismo. Es como volver a uno mismo; una suerte de vómito.
Una introspección de uno mismo atada al sentimiento de rencor…
Sí, no es para nada una mirada compasiva. En “retorno” hay más juicio y una sensación de insuficiencia.
La última sección es “amor”. Es mi favorita porque son los pocos poemas que escribí durante mi adolescencia y temprana juventud que parten justamente del amor, y no necesariamente desde una idea romántica. Sí tiene poemas de amor romántico como uno que me encanta titulado “AMOR” pero también hay otros como “Ciudad amarilla” que es sobre el amor a una ciudad, en este caso Trujillo pues yo quería que este poemario esté bien relacionado a esta ciudad. Hay menciones de Trujillo a través de descripciones que para mí son notorias y espero que lo sean para el lector. Incluso, hay menciones a personas relacionadas a este espacio como un artista trujillano que falleció.
¿Fue escritor? ¿Dirías que te inspiró?
No fue escritor, él era artista. Su nombre era Diego Zeta. Fue miembro de la comunidad y estuvo encargado de muchas ilustraciones para la Alianza Francesa de Trujillo. Tenía un gran talento. Tuve la oportunidad de trabajar con él y durante ese tiempo conecté con su manera de percibir la vida y su filosofía. Su muerte fue impactante para mí y quería escribir sobre él pero al no ser tan íntima tenía ciertas dudas si hacerlo. Al final y con el pasó del tiempo, decidí hacerlo y ahora está incluido en el poemario.
¿Está en la sección amor?
No, está en “retornos” porque justamente es parte de volver al pasado, ver atrás y recordar a alguien que ha fallecido; es una vuelta atrás. Y de hecho en esta sección hay una parte que tiene dedicados. Hay uno para Zeta, uno para Amy Winehouse, uno para Gabriela Mistral. Solamente en esa sección hay dedicatorias para personas específicas.
¿Tienes una sección favorita?
Es complicado. Yo diría “amor” pero es más que nada porque fue como una antesala de hacia donde miró mi literatura después de mudarme a Lima. Las fechas de cada sección no son del todo fidedignas, hay una carga ficcionalizada. La mayoría de poemas sí pertenecen al año en el que están asignados pero otros han sido cambiados por cercanía de tema.
Siento que en el caso del 2023 o “amor”, hay mucho de Lima. Quizá no aparece tan descriptivamente pero fue parte de mi experiencia al mudarme, fue en una etapa transicional y así la siento…como una transición a dónde estoy ahora. Yo quise aproximarse a la temática del amor pero me frenaba porque sentía que era un tema manoseado, tan sucio que no quería mancharlo más.
Mi otra sección favorita fue “hiel”, la primera. Actualmente no me siento tan representada por esos poemas pero siento que funcionan bien juntos, especialmente al ser recitados. Al presentarlos al público rinden bien como puesta escénica. Su presentación la siento más teatral que las demás y su carga performativa es alta.
Es un contraste interesante… ir desde la hiel al amor; es como ir desde un polo al otro, ¿al escribir el poemario, lo imaginaste así?
No, vengo dándome cuenta ahora (risas). Ahora que lo pienso, el primer poema tiene la palabra odio. Así que se podría decir que sí, que va del odio al amor.
Exactamente ¿Sientes que quieres quedarte en esta etapa de “amor” o piensas en explorar aún más?
Estoy explorando. El año pasado escribí dos poemas que son completamente lejanos a lo que suelo escribir. Uno se titula “Ha pasado el tiempo, ¿y?”, es de temática política y parte de la liberación de Alberto Fujimori. Nunca antes me había expresado políticamente pero me resultó indignante la situación, sobre todo por el enfrentamiento que hubo en redes sociales y hasta en cenas familiares. Se daban polémicas y debates para saber qué lado era el más villano. Yo considero que fue una falta de respeto a las personas que fallecieron asesinadas. Desde esa mirada fue que me animé a escribir y me expresé a través de la ironía. Anteriormente había escrito sólo una vez sobre el fallecimiento de un manifestante en la sierra de La Libertad, pero ese poema aún lo reservo.
Con respecto a mis exploraciones, la mayoría han sido desde el amor, la ausencia, la sencillez. De eso se trató mi experiencia creativa estos últimos meses. Pienso que no todos los escritores parten desde sus evoluciones personales, algunos sí tienen pinceladas de sus vidas en sus escritos pero para mí no es así. Creo que es más una carga privada. Un espacio íntimo que se va ficcionalizando.
¿Eso te pasó con ambos libros?
Sí. El primero no es autobiográfico pero sí hay una carga íntima. Muchas personas que me conocen me preguntan si va dedicado a ciertas personas pero no siempre es así. Entiendo por qué lo hacen pues hay mucho de mí en ellos.
¿Has pensado en escribir más de tus pensamientos en temática política?
He pensado en cómo articular más mis nuevos intereses. Me preguntaba cómo juntar poesía política con poesía de amor, pero por lo pronto y como es un proceso muy espontáneo, creo que los productos que vienen van a ser iguales. Voy a seguir escribiendo hasta que sienta que he compuesto un cuerpo y que por sí mismo puede andar bajo un título. Mientras tanto iré recitando pues sirve mucho. Enfrentas a un público y ves cómo la reciben y entienden, si sienten algo.
¿Y con respecto a los cuentos?
Yo creo que me sería más fácil escribir un libro de cuentos porque tengo ya escritos algunos y considero que podría crear más desde otros lugares. De hecho, con los cuentos agarré dos vertientes —como con la poesía—, un lado que parte desde el horror, una carga de suspenso y que tiene ciertas referencias al futuro (de manera tecnológica incluso) por ejemplo hablando de compuestos químicos —que desconozco por supuesto— (risas) y de enfermedades incluso; y también tengo esta otra vertiente que mirá hacia el amor que pregunta por las relaciones extrañas, que no sobreviven al tiempo o que son más de dos personas participando en la relación. Siento que debo articularlas para tener un producto pero no me estreso porque mi escritura es un proceso espontáneo.
¿Es un ejercicio muy propio tuyo?
Es más como un impulso sistemático. Constantemente tengo ese impulso por registrar algo y a veces me voy al vertedero de la poesía, a veces al de la narrativa. Nunca traté con novelas pero no las excluyo. Solo sé que para mí la escritura es una necesidad, un imperativo diario.
¿Lo consideras un hábito?
Sí, definitivamente. Es un hábito ritualizado. Yo le otorgó una suerte de sacralidad. Tanto es así que a veces es incómodo cuando alguien entra a ese espacio sagrado e interrumpe de alguna manera.
¿Cómo fue tu camino para contactar con la editorial actual con la que estás publicando? ¿Fue un proceso complicado?
Fue un proceso en el que fui intentando muchas veces. Yo tenía mi manuscrito como un bebé, totalmente nuevo. Un amigo me recomendó una editorial a la cuál envié este manuscrito pero ellos me dieron la sugerencia de imitar a otros poetas porque aún no veían en mí, una voz madura. Eso me desanimó muchísimo pues yo consideraba que sí había una personalidad en esos textos. Anteriormente, ya había enviado ese manuscrito a dos editoriales: Dendro y Alastor. La primera la conocía por amigos y la segunda, yo la conocía desde antes y la admiraba pues en ella habían publicado poetas que me gustaban como Denisse Vega y Victoria Mayorga. Era un sueño publicar en el mismo espacio pues había mucha literatura de mujeres.
Mi primer contacto fue en marzo del 2023 y recibí respuesta en diciembre. Yo creía que era un tema muerto, no tenía planes de publicar. Jamás pensé en dejar de escribir aún cuando en ese tiempo trabajaba como community manager. Sabía que seguiría escribiendo. Era algo que haría toda mi vida pero no creía recibir respuestas para publicar hasta que un día recibí un mail (en el trabajo) de la editorial. Cuando leí me puse a llorar en el baño, llamé a mi mamá y le conté. También intenté llamar a un amigo que era mi lector beta, la persona que leía todo lo que escribía y me daba una mirada crítica pero por temas personales no fue posible hablar con él por lo que sentí que no podía contarlo, no se lo dije a nadie más. Ya con el tiempo fui revelando a las otras personas. Un tiempo después, Dendro me contactó disculpándose por la demora en responder, así que les pedí que tuvieran en consideración mis cuentos, los leyeron y les gustó. Esa es la razón por la que “Nombres para un desamor” salen antes que “Registros atávicos”, a pesar que fueron escritos después que los poemas.
Alastor Editores nos ha dado una pincelada de lo que contiene “Registros atávicos” pues en redes sociales publicaron el poema “Balada”; en tus propias palabras ¿qué significado tiene para ti esta pieza que justamente suena como una canción?
“Balada”, para mí, es un poema muy dulce acerca de la pérdida, la ausencia paterna. La dulzura de no tener al padre a pesar de sí tenerlo. Este poema tiene una historia bonita pues su proceso de creación contiene una trayectoria. Era una canción. No soy música pero me gusta cantar y suelo crear. “Balada” nace en la ducha. Empecé a cantar, luego caminé hacía mi cuarto, caminé por todo el departamento en Trujillo y finalmente tomé posición en la sala y empecé a escribir en un cuaderno. Quería aproximarme al origen de ese ritmo y por mi autopercepción, muchas veces siento una sensación de que “hay algo malo en mí”, y mis dolores han nacido de ahí y persisten. Es una insistencia entre el pensamiento y la sensación. Entonces en el poema, hay una búsqueda de ese malestar en el padre. Quizá lo que esté mal nace desde ese padre que nunca apareció y que representó una especie de cárcel durante el crecimiento.
Una canción hecha poema
Sí. Me gusta que al ser una canción, su mismo lenguaje no es tan solemne. Incluso la última parte termina en “pa” —haciendo referencia a pa’ cantar— en lugar de “para cantar” y se anexa al significado de padre e infancia.
Esta estrategía de convertir canciones en poemas es novedosa dentro de la poesía ¿tuviste otras técnicas originales para escribir?
En “Registros atávicos” hay de todo un poco. Tiene poemas —como el de Amy Winehouse— que son, básicamente, poemas tradicionales con rima consonante, métrica y deviene de las lecturas que tenía. El libro es un diario porque mis textos nacen de mis cuatro formas de escribir. La primera es a partir de la melodía; suelo tararear y decir frases; otra es más de escritura automática e ir puliendo; otra es más ritual, pues involucra el cuerpo como expresión, es decir, selecciono canciones y empiezo a moverme pensando en elementos —tierra, agua, fuego y aire— y empiezo a escribir. Suelo usar mucho esta forma. Por último, está la de expresar con mi voz lo que quiero decir. El poema, para mí, es una construcción que se lee. Sé que hay escritores que se quedan con lo que redactan en el papel. Yo necesito que el poema tenga una lectura. Escribo pensando en cómo va a sonar cuando lo recite.
Tus formas de escribir son muy honestas
Sí, y a veces me generan situaciones con las personas que me rodean. Una vez escribí un cuento desde la perturbación de ver una herida grande en el cráneo de un amigo. Por este sentimiento que me producía ver esa lesión empecé a escribir un cuento en plena universidad.
Tu escritura se volvió una manera de lenguaje tuyo
Sí. Esa técnica está más presente en narrativa que en poesía. Yo soy mucho de tomar algo pequeño y llevarlo hasta sus últimas instancias, hasta casi la exageración para ver qué sucede. En la poesía suele pasar pero menos frecuente. Hace poco escribí un poema “Dos veces narciso”, en el que busqué llevar la decepción amorosa hasta la última consecuencia, la idea de no me amabas. Eso no pasa en la vida real pero la literatura te permite ficcionalizar algo y que de alguna manera, eso sea más honesto de lo que pasó.
Cuéntanos sobre los eventos de presentación y firmas que tendrá “Registros atávicos”
Personalmente, me gusta estar involucrada en la realización de estos eventos y estar acompañada de más artistas y en general de mucho arte, es por ello que contacté —en enero— con Cindy Muñoz, poeta trujillana y Lizeth Agüero, artista; y ambas aceptaron estar este 23 de marzo en la presentación de “Registros atávicos” en Trujillo que se llevará a cabo en la Alianza Francesa (Jirón San Martín 858) a las 7pm. También estarán grandes músicas y cantantes que sigo desde muy jóven.
En Lima, también habrá una presentación para la cual invité a dos amigas: Leslie Baltazar, literata que tiene poemas musicalizados que me agradan muchísimo, y Ari Enero, actriz, performer y clown. Este evento se dará el 06 de abril en la librería Placeres compulsivos (Jirón Sucre 407, Barranco) también a las 7pm.
¿Quién es DIANDRA GARCÍA ROUILLON?
♦ Nació en Trujillo, Perú, en 2000.
♦ Es escritora y estudiante de literatura.
♦ Ha publicado poemas en la Revista Bohemia Liberteña y es redactora de La Antígona.
♦Obtuvo una mención honrosa en el III Concurso de Cuentos de Amor Universitario.
♦ Publicó el libro “Nombres para un desamor” y ahora, “Registros atávicos”.
El viernes 8 de marzo se llevó a cabo una marcha en Lima con motivo del Día de la Mujer Trabajadora.(Foto: Candy López / La Antígona)
Conoce los desafíos que enfrentan las mujeres en la sociedad actual y la importancia de educarse sobre la salud íntima y el bienestar de las mujeres.
La marca Nosotras impulsa el «Día de la Vulva» para fomentar el autodescubrimiento femenino. Esta celebración, que tiene lugar el 5 de marzo, busca empoderar a las mujeres desde sus propios cuerpos, rompiendo estereotipos y promoviendo la aceptación de la belleza individual de cada mujer.
Según el Servicio de Orientación en Sexualidad (SOS) del Apoyo a Programas de Población (APROPO), organización dedicada a mejorar la calidad de vida de mujeres y hombres en Perú, el 15% de los peruanos realiza consultas relacionadas con dudas sobre la anatomía y los órganos sexuales, revelando una brecha de tabúes en nuestro país.
En una encuesta realizada por La Antígona a mujeres mayores de 18 años, se encontró que el 96% cree que la sociedad aún enfrenta tabúes en torno a la anatomía femenina.
Sin embargo, el 61% de las mujeres encuestadas admitió no haber participado en actividades relacionadas con la salud íntima o el bienestar femenino debido a la falta de información y campañas de salud específicas para las mujeres.
La falta de información sobre salud íntima y bienestar femenino trasciende fronteras. (Foto: Arturo Gutarra/archivo)
CONOCER NUESTRO CUERPO
La ginecóloga Corina Hidalgo, del Centro Mundo Salud, destacó que muchas mujeres desconocen la diferencia entre la vulva y la vagina, y en algunos casos tienen temor de mencionar los nombres completos de sus partes íntimas.
En una entrevista para La Antígona, Hidalgo señaló: «A diario me encuentro con mujeres que nunca han observado su vulva, les genera mucho miedo tocarla. Incluso cuando se trata de la higiene íntima, hay cierto temor.».
La ginecóloga resaltó la necesidad de educar a las mujeres sobre su anatomía y fomentar la autoexploración para que puedan comprender su cuerpo y detectar posibles cambios o anomalías
Asimismo, enfatizó en la importancia de una buena higiene íntima y la necesidad de derribar los miedos y tabúes que rodean a la sexualidad femenina.
UN GRAVE ERROR
Por otro lado, la especialista manifestó que desde muy temprana edad se nos enseña a hablar únicamente de la vagina al referirnos al aparato reproductor femenino, sin embargo, este no es el único componente visible.
En algunos casos, cuando las pacientes acuden a una consulta médica debido a una picazón, mencionan que les pica la vagina, pero en realidad se refieren a la parte superior, es decir, la vulva. En relación a esto, la ginecóloga explicó: «Es en ese momento cuando utilizamos maquetas para mostrarles las diferentes partes íntimas y explicarles la diferencia entre ambos órganos. Esto nos ayuda enormemente en el proceso de diagnóstico».
La Dra. Corina Hidalgo explica, durante una entrevista para La Antígona, acerca de las distintas partes que componen la vulva. (Foto: Captura de vídeo/Zoom)
Hemos alcanzado como sociedad un punto en el que sentimos temor y vergüenza al intentar hablar con nuestros padres o hijos sobre temas relacionados con las partes íntimas.
La Dra. Corina señaló que en su consultorio recibe a madres preocupadas por los cambios en los genitales de sus hijas, y en la mayoría de los casos les tranquiliza explicándoles que las diferencias anatómicas son normales. Además, se asegura de informar al padre para que esté al tanto de que se trata de algo natural y luego compartir esa información con la adolescente.
EL ESPEJO COMO HERRAMIENTA
La sexóloga y escritora Valérie Tasso, embajadora de LELO España, destaca la importancia de una educación sexual reglada, como se lleva a cabo en Inglaterra desde los 5 años.
En una entrevista para ABC, Tasso enfatiza que esta educación no se trata solo de aprender sobre el sexo sino de conocer nuestro propio cuerpo, incluyendo aspectos como la educación afectiva, el respeto hacia los demás y la prevención del maltrato de género.
Para la embajadora, la educación sexual va más allá de aprender a usar un condón y se centra en la autoexploración, que tiene beneficios maravillosos al ayudarnos a descubrir nuestros propios gustos y preferencias. Recomienda utilizar un simple espejo como herramienta para explorarse y afirma que cuanto más nos aceptemos, más nos empoderamos.
Las Vulvas Espejo Vitral se ponen a la venta a través de Internet en México. (Foto: Vitaliia Karelina/etsy.com)
Las expertas también resaltan la importancia de los orgasmos, no solo por el placer que proporcionan, sino porque fomentan la lubricación vaginal. Según explica una de las expertas, las relaciones sexuales frecuentes, incluso sin penetración, pueden ser beneficiosas para combatir la sequedad vaginal, especialmente durante la premenopausia y la menopausia.
TABÚ
Por otro lado, la psicóloga Reyna Victoria Sánchez Hernández, a través del Programa de Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas, explicó que un tabú es un concepto utilizado para referirse a aquello que, según las convenciones sociales, creencias religiosas o supersticiones, se considera prohibido o vetado por la sociedad.
Sánchez Hernández también señaló que dentro de los tabúes o creencias sobre la sexualidad, destaca la idea de que si no se habla de sexo, no es necesario educarse ni acceder a servicios de protección sexual.
Mujeres cuelgan prendas de ropa interior para representar la lucha por la salud menstrual y la igualdad de género en conmemoración al #8M. (Foto: Carina Escudero/La Antígona)
Además, persiste la creencia de que las mujeres deben ser vírgenes hasta el matrimonio y de que si no tienen relaciones sexuales, serán abandonadas y serán responsables de ello. Estas creencias han llevado a que las mujeres no puedan expresarse libremente y sean vistas como objetos.
“Tenemos un desconocimiento acerca de nuestra sexualidad y esto puede ser influenciado por las falsas creencias, prejuicios, hechos distorsionados, desinformación, mitos; todo esto explica lo que es un tabú o deja claro lo que ignoramos del tema”, indicó la especialista.
La importancia del Día de la Vulva radica en su objetivo de promover la educación, la conciencia y la aceptación de la diversidad y la salud sexual femenina. Esta celebración busca romper los estigmas y tabúes asociados a la vulva, fomentando un ambiente de respeto y entendimiento en nuestra sociedad.
Es fundamental comprender que la vulva no es solo un órgano físico, sino también un símbolo de empoderamiento y autonomía para las mujeres. Reconocer y valorar la diversidad de las vulvas es un paso crucial hacia la igualdad de género y el respeto por el cuerpo femenino en todas sus manifestaciones.