La Libertad: más de 7 mil casos de violencia de género se registraron desde el 2021

La Libertad: más de 7 mil casos de violencia de género se registraron desde el 2021

Por Arturo Gutarra

Para las que no están pero viven en nuestra memoria: justicia para Luzmila, Merary y Solange.

En el 2021, el Perú cerraba el año con 147 feminicidios y 5.000 mujeres desaparecidas, según la ONG Manuela Ramos. En lo que respecta a las regiones del Perú, como el caso de La Libertad, la segunda más poblada en el país, este 2021 se registraron más de 7.543 casos de violencia. 

Además de esta cifra, en entrevista con La Antígona, la Defensoría del Pueblo señaló que se reportaron 6 feminicidios y 22 intentos, lo que pone a la región en el segundo lugar más peligroso a nivel nacional. A continuación presentamos las historias de Luzmila, Merary y Solange, tres mujeres cuyos casos, desarrollados en La Libertad, tienen en común la búsqueda de justicia. 

Luzmila

Al iniciar el 2022, Luzmila tenía ganas de volver a ver a estudiar a su hijo. Los vecinos del sector “Las Malvinas” en Huamachuco (La Libertad) indicaron que el amor que los dos se tenían era inexplicable. Fueron vistos por última vez con Onésimo Marino Barros Gómez, padre del niño. Él puso la denuncia tras la  desaparición de su esposa e hijo. 

A las pocas horas, las rondas campesinas y la policía lo detuvieron como sospechoso. Posteriormente, esta persona se fugó y no fue visto hasta ese entonces. Luego de 5 días de búsqueda por los caseríos, Luzmila fue hallada sin vida. Tenía en la mano un pequeño zapato. 

Los familiares optaron por ofrecer una recompensa de 5.000 soles por dar con su paradero del presunto feminicida.  Al pasar los días, las bases ronderiles reportaron la aparición de un niño sin un zapato puesto. Él llamaba a su madre en todo momento. Según la persona que lo encontró, dijo haber visto a un tipo en una moto roja, quien dejó al menor afuera de su casa y partió con rumbo desconocido.

El 18 de marzo, luego de 2 meses, se dio con el paradero de Onésimo. Fue capturado en Cachipampa en la provincia de Sánchez Carrión. Fue derivado a Trujillo para las investigaciones.

Para la psicóloga y docente universitaria, Dra. Geraldine Morales, el perfil psicológico es muy importante para detectar a un agresor. Lo común de estas actitudes es la agresión verbal que suele observarse: insultos, ofensas, apodos y dichos que se puede tomar al principio como una broma. Es por ello que recomienda a las familias estar atento ante cualquier indicio. 

Merary

Merary Albarrán, natural del Valle Chicama, decidió viajar a la ciudad de Trujillo en La Libertad para buscar un futuro mejor para ella y sus cuatro hijos. Uno de sus sueños era que su segundo hijo se graduara como Licenciado en la Carrera de Ciencias de la Comunicación.   

Allí conoció a Carlos Marcelino Horna Quinde, quién se convirtió en su pareja. El 21 de enero, Albarrán llega al hotel Alameda ubicado en el distrito de Laredo con uno de sus hijos. Él fue puesto en otra habitación para que pueda descansar, mientras Merary pueda encontrarse con Carlos. Las horas transcurrieron hasta que Horna se acercó a la comisaría para avisar a la policía que encontró a su pareja en el baño del hospedaje sin vida. 

Dictan prisión preventiva contra Carlos Horna

Esto se le comunicó al hijo mayor de Merary. Él se acercó al distrito de Laredo para reconocer el cuerpo y proceder con las investigaciones. La PNP y la Fiscalía encontraron indicios que comprueban que Carlos fue el feminicida. A los pocos días, Horna Quinde fue capturado y de inmediato fue puesto a prisión preventiva de nueve meses en el Penal El Milagro mientras continúe el proceso.

Es importante recalcar que, para frenar los índices de violencia, debe haber un trabajo en conjunto con las instituciones públicas como comisarías, municipios o prefecturas. La ex prefecta regional Carolina Velasco manifestó su preocupación, puesto que no se estaría tramitando documentos al Ministerio de La Mujer ni se darían a conocer estos casos de violencia.

Solange

Solange Aguilar Vega tenía metas por cumplir. Ella estudiaba contabilidad en una universidad privada en Trujillo. Además, velaba por el cuidado de su pequeño hijo con Pedro Tacanga. Sol, como la llamaban de cariño, tenía un grupo en whatsapp donde comunicaba a sus amigos que era víctima de violencia física y psicológica de parte de Pedro. 

Pedro Tacanga

En el Día Internacional de la Mujer, Solange se reúne con su feminicida, supuestamente para conmemorar este día. Pero al pasar las horas fue encontrada sin vida en la urbanización Luzisol, donde está su domicilio. Julio Aguilar, su hermano, al no tener respuesta de Solange, acude a buscarla a su casa. Al llegar a dicho lugar encontró a su familiar en la acera de la calle sin vida. Se presume que Tacanga la pudo haber lanzado desde un octavo piso. 

Amistades y familiares convocan plantones en los exteriores de la Dirincri y Ministerio Público de La Libertad para exigir justicia para Solange. El 11 de marzo a las 6 a.m. Pedro Tacanga sale libre, ya que la fiscal a cargo detalló “no haber encontrado algún indicio”.

Al consultar con especialistas en el ámbito jurídico, el ex fiscal Dr. Alfredo Galindo indicó que la fiscal encargada del caso debió aprovechar el plazo de 48 horas. Así, ella pudo recopilar las declaraciones de testigos y pedir una orden de prisión preventiva. Sin embargo, esto no sucedió. Hasta el momento se desconoce el paradero del presunto feminicida. 

Chats grupal de Solange.
Mujeres trabajadoras: dentro y fuera de casa

Mujeres trabajadoras: dentro y fuera de casa

Por Aylinn Siñas

Hace unas semanas se conmemoró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora: unas en las calles, otras al lado de sus familiares o simplemente solas. Sin embargo, ¿cuál es la magnitud en la que el estado de emergencia sanitaria ha afectado a estas mujeres?

Kery Blanco (46) es una médico ocupacional que durante la pandemia ha tenido largas y exhaustivas jornadas laborales. Usualmente trabaja entre 8 y 12 horas, pero por la flexibilidad laboral puede tomarse algunos días libres.

Según el último informe “Estadísticas con Enfoque de Género” del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Kery formó parte del 64.4% de mujeres que pertenecieron a la PEA (población económicamente activa) en el país a finales del 2021. Esta cifra crece paulatinamente, pero no se iguala a la de los hombres, que representaron un 80.4%.

Una nota de prensa de la misma institución por el Día Internacional de la Mujer señaló que actualmente un 35,8% de las mujeres trabajan en actividades de servicios, 29,3% en agricultura, pesca y minería y 24,6% en comercio. Estos son los sectores que poseen más presencia femenina.

Volviendo a retomar el informe, este también indica que el ingreso promedio de las mujeres en el área urbana representó el 72% del ingreso de los hombres. La diferencia se mantuvo en todos los rangos de edad. El grupo de trabajadores de 45 años a más representó la mayor brecha salarial, siendo esta del 32.5%.

Cuadro: Informe técnico “Estadísticas con Enfoque de Género” (2021)

Esta brecha salarial siempre ha existido. Sin embargo durante la pandemia se ha agudizado. El Instituto Peruano de Economía (IPE) afirma que esto se debe a la menor participación de las mujeres por el cierre de sectores como los servicios y el comercio, sectores en los que más se desenvuelven. Otra razón que resaltan es el aumento de las labores domésticas.

Durante la pandemia los hogares se convirtieron en oficinas, aulas y centros de salud. Esta situación aumentó la carga histórica que, lamentablemente, asumimos las mujeres: las labores domésticas y de cuidados.

“Sí, también me dedico a la labor del hogar. Tengo que cocinar, tengo que preparar a los chicos para ir al colegio, poner la ropa en la lavadora, lo que se hace normalmente en casa. Tengo hijos que me ayudan también, sin embargo, sí, tengo que hacer algunas cosas del hogar”, señala Kery.

La encuesta realizada por el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán y el Instituto de Estudios Peruanos reveló que durante el año 2021 el 82% de familias del país dejaron el cuidado del hogar en manos de las mujeres. Aparte, las mujeres que generan ingresos dedican 52.8 horas semanales a las labores domésticas.

Mujeres y tareas del hogar 

Muchos piensan que lavar los trastes o barrer son cosas sencillas, pero no es así. En el 2021, el 44% de las mujeres dejaron sus trabajos. Un 15% de ellas contestaron que fue para enfocarse en sus hogares. Del mismo modo, el 10% de las mujeres dejó sus estudios superiores para dedicarse al trabajo de cuidados (Flora Tristán/IEP, 2021).

Esta realidad influye en el proyecto de vida de las mujeres. Sus funciones laborales o académicas se ven interrumpidas por los trabajos domésticos y de cuidados. Kery es un claro ejemplo de ello, ya que puede notar cómo afecta en su desempeño laboral: “Tengo que priorizar la comida de los chicos antes de poder hacer algún informe o alguna actividad propia de mi trabajo. Si pongo en una balanza qué es más importante, en definitiva, mi familia lo es”, asegura. 

Tampoco debemos ignorar que esa carga afecta su bienestar emocional. Esto puede crear cuadros de estrés o ansiedad que muchas veces son relativizadas.

La corresponsabilidad: solución colectiva

Aunque el problema de la doble explotación de la mujer es estructural, desde nuestros hogares podemos disminuir esta carga que enfrentan ellas con la corresponsabilidad, práctica que fomenta la organización y distribución igualitaria del trabajo doméstico no remunerado.  Esto lo debemos de ver desde una perspectiva de responsabilidad mutua, más no de la idea de “hacerle un favor” a la mujer —o mujeres— de un hogar.

Si se inculca esta actividad se podrá reducir paulatinamente la reproducción de estereotipos de género. Ante ello, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) en el año 2020 publicó el material informativo “La igualdad la construimos desde casa. Cartilla informativa para promover la corresponsabilidad del trabajo doméstico no remunerado”. Asimismo, se han lanzado videos educativos sobre esta práctica durante el año pasado.

En el webinar “Presentación de hallazgos del proceso participativo sobre necesidades y estrategias de cuidados” la viceministra de la Mujer María Pía Molero Mesia mencionó que esta política garantiza “el derecho de las personas a dar y recibir cuidados de calidad y en condiciones de igualdad. Permitiría que las mujeres recuperen el poder de decisión sobre sus tiempos”.

Asimismo, el Sistema de Cuidados (SDC) institucionaliza a la familia y ve a la corresponsabilidad a nivel macro. El cuidado de niños, adolescentes, adultos mayores y personas con alguna discapacidad pasan a ser responsabilidad también del Estado y del sector privado.

Los hallazgos señalaron que el 87% de las personas adultas cuidadoras eran mujeres y de estas el 80% interrumpió su vida laboral. En las cuidadoras adolescentes, el 69% interrumpió su trayectoria educativa. Estas cifras confirman que en la mayoría de los casos el trabajo de cuidados tiene un impacto en la realización personal de las mujeres. También se señaló que el 52% de cuidadores recurre a redes familiares para recibir apoyo, usualmente a una familiar mujer. Esto tiene que cambiar. Empecemos desde casa. 

Mujeres y gastronomía: el quiebre del deber y la búsqueda del placer 

Mujeres y gastronomía: el quiebre del deber y la búsqueda del placer 

Por Brenda Villalba

En febrero del presente año se anunció la llegada de uno de los concursos y realitys shows gastronómicos más reconocidos internacionalmente a Bolivia: Master Chef. Esta competencia de cocina se inició y se emitió por primera vez en Reino Unido a cargo de Franc Roddam en 2009. Actualmente es producido en más de 40 países.

Tal noticia dio paso a una de las principales interrogantes en el contexto actual: ¿cuál es la situación actual de las mujeres chefs en la alta cocina?. Uno de los principales retos en relación a la mujer y la comida se origina desde el rol de cocinera doméstica, que se encuentra implantado desde el sistema patriarcal y machista históricamente: relegaban a las labores de la cocina a las mujeres. Pero, si se trata de la profesionalización en el rubro de las artes culinarias, este se volvió un espacio de reconocimiento para hombres originalmente, mientras que la relación de la comida con las mujeres siguió significando una labor de casa.

La gastronomía tomó importancia como una disciplina en el siglo XIX, al implantarse la cocina de autor. A partir de esto se experimentó una relación entre el cocinero y el héroe, donde no se incluye a la figura de la mujer, porque no encaja con el estereotipo de héroe. Es decir que el único que podía narrar y ser el protagonista era el hombre, por lo tanto “postular a una cocinera como autora y como heroína conlleva un doble obstáculo (…) que distinguen a la noción occidental de la autoría.”, explica Julieta Flores.

Las mujeres tenían gran dificultad a la hora de poder especializarse como profesionales en el rubro de la gastronomía, primeramente desde el impedimento en las academias, hasta el rol impuesto sobre la mujer como ama de casa, cuidadora, cocinera doméstica por naturaleza. 

La autobiografía y la escritura de recetas tanto en la literatura como en el ámbito de la gastronomía lograron que las mujeres se expresaran y  narraran mediante cartas, relatos, notas, etc. Este soporte literario junto con muchos otros tomó visibilización  a partir de grupos feministas y del movimiento en sí. Ellos cuestionaron lo que es “aceptado” tomando en cuenta producciones como cartas, diarios, autobiografías, novelas rosas y libros de cocina.

La relación de la comida con las mujeres, no fue estudiada hasta después por los grupos feministas, porque originalmente la cocina representaba un espacio de represión, donde la mujer se encontraba completamente relegada. Posteriormente se empezarían a preguntar y ver como un espacio donde se puede reestructurar y conformar una forma de resistencia y expresión. De esta manera se referían a la cocina como un placer y no un deber.

En la actualidad y en el contexto boliviano, existen reconocimientos en torno a la gastronomía. El 2018 El chef boliviano Mauricio López recibió un reconocimiento por el periódico digital alnavio.com,  “El medio de comunicación, especializado en empresarios, figuras del poder y emprendedores latinoamericanos y españoles, incluyó al creativo nacional en una lista de los diez mejores profesionales del área en el continente”, remarca Pagina Siete. En 2021 Marsia Taha recibió el premio a Chef Femenina Revelación de América Latina. En el mismo año Camila Lechín también recibió un reconocimiento entre las 50 mejores chef mujeres de Latinoamérica por la revista Fine Dining Lovers. Aunque en ambas categorías se sigue especificando el género. 

La Antígona realizó una entrevista a tres Chefs de Bolivia para conocer su perspectiva al respecto. Anahí Reyes Antequera, presidenta de la Asociación de Chefs de La Paz. Emma Rivera, vicepresidenta de la Asociación de Chefs de La Paz y Melvy Ledezma, docente del Instituto Iván Canelas.

¿Cómo percibe la situación de las mujeres dentro de la gastronomía?

Anahí Reyes Antequera: la gastronomía es un boom. Hay mucha gente, que además ya ha empezado a aceptar dentro de sus cocinas en cargos jerárquicos a las mujeres. Ya no se nota tanto esa brecha. Esto era un poco antes, donde además prácticamente casi en la mayoría de las cocinas es un 80% ocupado por las mujeres. El puesto de liderazgo lo tenían los varones, pero ahora no, ya no están.

Emma Rivera: yo creo que como en todas las áreas, la gastronomía ha evolucionado. Antes la mujer participaba en la gastronomía solamente de manera doméstica. Actualmente su rol es también profesional. Antes los chefs, los jefes de cocina eran siempre varones. Eso ha cambiado completamente y a través de esta historia, a través del tiempo.

¿Cuál ha sido su experiencia dentro de la academia y a lo largo del desempeño en el área de gastronomía?

Emma Rivera: los docentes en la universidad sí enfocan aquello, aquel jefe generalmente tenía que ser varón. Hace más de 20 años eso era lo que se veía en las cocinas profesionales. El varón era quien comandaba, quién era la cabeza del equipo. (…) Yo he entrado a trabajar directamente de jefa y siempre mi trabajo ha sido muy valorado por la gente que consume mis preparaciones.

Anahí Reyes Antequera: desde que he empezado a trabajar en gastronomía he sido una líder, digamos, dentro de mi cocina. Por experiencia de otras amigas, compañeras y colegas, sí hubo siempre esta (diferencia), mucho más en lugares jerárquicos, como hoteles de 5 estrellas, restaurantes que sean de mucho más categoría. Siempre se ha notado esta diferencia entre el cocinero varón y la cocinera mujer, pese a que la mayor parte del trabajo dentro de la gastronomía lo ha hecho la mujer. Entonces se sufría de discriminación, acoso, etc. El hombre tranquilamente puede pasarse horas fuera de la casa y del trabajo, y es por eso inclusive que se los toma de líderes. La mujer tiene que retornar a la casa, tiene responsabilidades en la casa, el trabajo. El levantar ollas pesadas, de los mismos insumos y demás, las han puesto siempre en un segundo plano. Pero ahora ya no hay esa diferencia.

¿Cómo es la relación con su equipo de trabajo? Y ¿Cuál es la relación entre ellos (hombres y mujeres)?

Emma Rivera: he visto, en mi equipo, que el cocinero tenía dos ayudantes: un varón y una mujer. Él tenía al inicio una actitud favorecedora al varón. (…) “(Ella) no puede”, “(ella) todavía no sabe” ese tipo de expresiones por ejemplo, y más dirigidas hacia la fuerza. Usted sabe que en la cocina hay que levantar pesos. Sí he visto algún comentario de que es mejor ayudante el varón que la mujer y he corregido.

Anahí Reyes Antequera: yo he contratado a un primer cocinero dentro de mi cocina. (…) Tengo como experiencia de que él me decía “deme la muestra”. Él quería que todo lo demuestre primero yo, que lo podía hacer. Le decía: “Yo soy la gastrónoma, yo soy la jefa, yo manejo” pero él, siendo mi subalterno inclusive, quería que yo haga todas las muestras, que yo le enseñe todo o lo guíe al comienzo. Pero, él debería haber liderado la cocina porque lo contraté para eso.

¿Cuál ha sido su principal obstáculo?

Emma Rivera: no consideran muchos un trabajo (la gastronomía) permanente, sino de paso mientras se están formando en otra cosa.

Anahí Reyes Antequera: la discriminación que se vivía en ese en ese momento, al ser un oficio de segunda clase, era más un trabajo realizado por gente que había venido del campo. (…) Una cocina era como el patio trasero de cualquier casa. (…) Esa falta de valoración de tantos amigos, familiares y clientes ha sido una tarea difícil de superar, muy dura.

Melvy Ledezma Orellana: la disminución de la brecha de género dentro de la disciplina, si bien he tenido contacto con diferentes micromachismos en la cocina profesional, como el subestimar sus capacidades o intentar encasillarme dentro de la docencia de repostería, esto ha ido desapareciendo a través de los años.

Sí, podemos marcar el cambio que existe dentro del campo de la gastronomía, en relación a la inclusión de género en la cocina profesional. Sin embargo, estos espacios siguen siendo retadores para las mujeres en diferentes niveles, relaciones, vivencias y experiencias.

 Chonon Bensho: “En las ciudades veo mucha superficialidad”

 Chonon Bensho: “En las ciudades veo mucha superficialidad”

Por Noelia Carrazana y Claudia Castro

Chonon Bensho, artista ganadora del XII Concurso Nacional de Pintura del BCRP, conversa con La Antígona para hablar de arte en diferentes comunidades.

El 7 de febrero el Banco Central de Reserva del Perú anunció como ganadora del primer premio del XII Concurso Nacional de Pintura del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), a la artista Chonon Bensho por su obra “Inin Paro” (El río de los perfumes medicinales), elaborada con técnica de bordado de hilos sobre tocuyo. 

Chonon es una artista de 29 años, perteneciente a la nación shipibo-konibo. Esta nación se encuentra en los departamentos de Ucayali, Madre de Dios, Loreto y Huánuco. Según datos obtenidos por el Ministerio de Cultura, la población en las comunidades de este pueblo se estima en 32,964 habitantes, siendo uno de los más numerosos de la Amazonía peruana. 

El arte de esta cultura es su principal característica. La vienen desarrollando desde hace siglos. Sus textiles, cerámicas, bijouterías y tallados son muy característicos y llamativos. El arte shipibo se caracteriza por tener las formas geométricas que dibujan en sus pinturas o bordados. A esta práctica de pintar, bordar o tejer los shipibos la denominan como kené, palabra que en su lengua, significa diseño.

Si bien los shipibo son conocidos por las diferentes características de sus diseños, como todos los trabajos artísticos que provienen de las comunidades indígenas, muchas veces no son considerados arte, sino artesanía. Mucho menos son valoradas y premiadas estas obras. Hablamos con Chonon para que nos comente su perspectiva al respecto, así como de su cultura y comunidad. 

¿Quién es Chonon Bensho?

Me llamo Chonon Bensho. Significa golondrina de los campos medicinales, soy de la comunidad nativa de Santa Clara de Yarinacocha, Ucayali, Perú. Soy artista visual. Este año he ganado el XII Concurso Nacional de Pintura. Estoy muy contenta de haberlo ganado. Soy la primera mujer indígena que lo ha conseguido, que me reconozcan artista, para mí es una alegría. Y que nos reconozcan así, como artista.

¿Cuántos años tenías cuando ingresaste a la escuela de arte y por qué?

Cuando tenía 22 años entré a la escuela de Bellas Artes de Pucallpa, que queda cerca de la comunidad.  Cuando ingresé no sabía pintar, no sabía las perspectivas, pero sí sabía hacer cerámica, bordar y las mostacillas. Para poder conectarme con la pintura me esforcé bastante. Fue algo nuevo porque nunca había tocado ni un pincel. Gracias a las enseñanzas aprendí sobre la pintura, lo que hago ahora es equilibrar mi arte y mi conocimiento ancestral con este conocimiento que me enseñaron en esta escuela.

Lo que me hizo salir adelante fue que siempre tuve presente a mis abuelos. Comencé a trabajar con los conocimientos de mis ancestros desde que me comenzaron a curar con las plantas. En la niñez y juventud nuestras madres nos enseñan a hacer los diseños para no perderlos y tenerlos siempre presentes. Como mujeres indígenas, necesitamos salir de nuestras comunidades, conocer otras culturas y tener esa unión con otras personas, que nos valoren a nosotros. 

¿Para ti qué es arte y artesanía?

Cuando mi madre vendía, veía artesanía. Lo que hacían mis abuelas, veía que no era simple artesanía. Era algo que ellas sabían que otras personas no podían hacer. Era arte que se expresaba desde el fondo de sus corazones. Eso no lo puede entender la gente que ve de lejos. Ellos lo ven como artesanía porque no están ahí presentes, cuando ellas construyen sus propias artes.

¿Qué es lo que quieres mostrar en tus obras?

Lo que yo hago es político, pero a su vez, sin violencia. Es una política con amor, con transparencia, que muestra la belleza de los abuelos. Así podemos lograr una armonía a base de una política en la que este concepto tenga amor, comprensión, diálogo, equilibrio y el respeto a todos los seres que nos rodean. 

Como indígenas que somos, nuestros abuelos siempre han sido personas que respetaban la naturaleza. Tenía este contacto, diálogo y comprensión.  Los abuelos mostraban su humanidad y el respeto hacia los demás, no importa si eran peces, animales o árboles. Mi trabajo es básicamente eso: respeto, unión y complementación entre nosotros.

¿Cómo es el comportamiento en la comunidad? ¿Qué sientes cuando personas de afuera visitan tu comunidad?

Hay mucho machismo en las comunidades, por más que las mujeres estamos saliendo adelante. (Además) es mucho el alcoholismo. Lo único que quieren es tener una moto y hacer bulla sin respeto hacia el prójimo. En las ciudades veo mucha superficialidad. Hay mucha desconexión con uno mismo. Lo peor y lo triste es que no hay ese respeto hacia los abuelos. 

Cuando un antropólogo llega y expresa nada más lo que él siente. Empieza a escribir sus propias ideas. Hablan y dicen con sus propias palabras: “Yo investigué esto, yo hice esto…yo y yo”. No hay esa persona que le está diciendo, sino que el antropólogo va y dice “yo hice eso, yo conocía a esta persona”. No escuchan a los abuelos, no los hacen hablar a ellos. 

¿Por qué son tan importantes los abuelos?

Ellos guardan muchos conocimientos. Los pueblos indígenas no somos mejores que otros. Tenemos lo bueno y lo malo, pero siempre hay que rescatar lo bueno que nos pueden enseñar. Cuando no están los abuelos siempre están en nuestros sueños.  Estos se vuelven puros porque desde allí nos siguen enseñando.

Comencé a trabajar con los conocimientos de mis ancestros cuando me comenzaron a curar con las plantas desde que nací. En la niñez y juventud nuestras madres nos enseñan a hacer los diseños para no perderlos y tenerlos siempre presentes.

¿Qué piensas que genera tu arte en la gente?

Muchos a veces me han preguntado ¿por qué tu trabajo es tan simple? Yo digo que en ella expreso mi corazón, mi alma, no puedo enredarme. Soy libre y no vivo en diferentes mundos. Yo me expreso de tal manera, y si a alguien le parece mi sencillez muy aburrida, qué puedo hacer. También hay personas que se conectan, cuando van a mis muestras  me agradecen y dicen que se han conectado y que se sienten bien.

¿Cuánto tardas en realizar tus obras?

Si hago una pintura de dos metros y medio por dos, tardo como 6 meses. Siempre hago a mi ritmo, eso en  pintura y dibujo. En el bordado sí me demoró bastante, lo haces más calmado, no es como en la pintura. En un bordado de 2 metros por dos, demoro un año. Es muy trabajoso, pero al mismo tiempo es algo que lo haces con todo tu corazón y que salga lo mejor de ti. Lo bueno es que cuando te conectas con eso, te sientes aliviado de expresar lo que llevas dentro.

¿Cuáles son tus proyectos a futuro?

Ahora estamos haciendo la reforestación con mi familia. Hace como 10 años hemos empezado con mi esposo y después se unieron mis hermanas para ayudarnos. Esperemos que nos vaya bien con la reforestación y con los trabajos que seguimos haciendo. Mi abuelo sin querer se puso a criar vacas para que sus hijos vayan a la universidad, entonces cortaron árboles, sacaron todo y ahora estamos reforestando de nuevo.Algunos árboles que hemos sembrado ya están grandes y me alegra bastante. Vienen de nuevo los monitos a comer fruta. Es algo que mi mamá siempre quiso. Particularmente a mí me encanta sembrar plantas y  flores.

También este año tengo una exposición junto con mi esposo en el Centro Cultural de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Para el 2023 tengo otra exposición.

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Día Mundial del Agua: crisis hídrica a la vista en Perú

Día Mundial del Agua: crisis hídrica a la vista en Perú

Por Renato Silva

Día Mundial del Agua. FOTO: Melanie Soca

El Día Mundial del Agua fue instaurado en junio de 1992 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, también llamada “Cumbre de la Tierra”. En ella, los 179 países representados en la Asamblea General de las Naciones Unidas reconocieron que era necesario destacar la importancia de la protección del medio ambiente y administrar los recursos naturales de forma sostenible.

“… en general no se aprecia no se aprecia el grado en el que el aprovechamiento de los recursos del agua contribuye a la productividad económica y al bienestar social, pese a que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad.” – Resolución que aprueba la creación del Día Mundial del Agua.

En la actualidad, más de 30 años después de esta resolución, la coyuntura de la comunidad global en torno a la crisis sanitaria generada por la pandemia del Covid-19 y sus diversas variantes, ha obligado a los gobiernos de todo el mundo a pensar en formas de aminorar su impacto en la salud de sus ciudadanos. Aunque las vacunas forman parte de la respuesta y han ayudado a frenar el avance de la enfermedad, además de reducir su mortalidad, se ha puesto bajo observación la sanidad y el acceso a ella que tienen los ciudadanos de todo el mundo. Es necesario recordar que, además de ser esencial para la implementación del servicio, el agua es un recurso escaso cuya ausencia ya es una realidad en partes del mundo.

Si el agua del mundo estuviera en un tanque…

En la actualidad, los humanos solo podemos hacer uso del 0.015% de toda el agua del planeta, pues la gran mayoría (97%) se encuentra en los océanos y es salada, mientras que otra parte (3%), pese a ser dulce, se divide en reservas almacenadas en glaciares, capas de hielo polar, la atmósfera, o muy profundo en el suelo como para ser extraídas a un costo razonable (2.5% del agua dulce).

Para profundizar un poco más respecto a la cantidad reducida de agua con la que cuenta la humanidad para su supervivencia a lo largo de la historia, es necesario recurrir a un ejemplo sencillo, pero que puede dar luces respecto al uso que se le da a este recurso.

Si toda el agua del planeta pudiera almacenarse en el tanque elevado más grande disponible en el mercado peruano, con una capacidad de 2500 litros, los ocupantes de una casa solo podrían usar, durante toda su vida, 375 mililitros (menos de una botella de agua) para sus actividades cotidianas como aseo personal, hidratación, preparación de alimentos, mantenimiento de jardines y áreas verdes, entre otras tareas menores.

Sin embargo, en esta “casa” llamada Tierra, el acceso al agua no es equitativo para todos los humanos alrededor del mundo, por lo que la cantidad de líquido que se dispone varía entre países y continentes. Algunos de ellos ya experimentan escasez y se han visto obligados a tomar medidas para proteger el bienestar de su población y su desarrollo económico.

¿Crisis del agua en 2040?

Cuando se piensa o habla de escasez de agua, el imaginario común podría recordar imágenes de países africanos. Sin embargo, según datos recopilados por el World Resources Institute, una organización que investiga los recursos disponibles en el planeta, en la lista de países en los que se producirá mayor “estrés hídrico” en el mundo para el año 2040, Chile se ubica en el puesto 24 como el territorio latinoamericano más cercano a una crisis hídrica.

El “estrés hídrico” es el resultado de una serie de cálculos que tienen en cuenta las fuentes de agua disponibles dentro de un país, el uso que se le da al recurso y la densidad poblacional. Este sistema es usado por las Naciones Unidas como una forma de visibilizar aún más lo cerca que están determinadas poblaciones de ser víctimas de crisis hídricas que podrían en riesgo no solo su desarrollo económico, sino que incluso generaría desplazamientos masivos a causa de sequías.

POSICIÓN EN EL RANKING DE ESTRÉS HÍDRICO POR REGIÓN
CENTROAMÉRICA
Belice131
Costa Rica106
El Salvador102
Guatemala95
Honduras98
México34
Nicaragua132
Panamá159
SUDAMÉRICA
Argentina65
Bolivia115
Brasil113
Chile24
Colombia136
Ecuador76
Guyana125
Paraguay158
Perú55
Surinam144
Uruguay127
Venezuela75
Fuente: AQUEDUCT PROJECTED WATER STRESS COUNTRY RANKINGS (2015)

¿Has visto el lugar que ocupa tu país en la lista? Aunque pueda parecer que está más o menos seguro, la realidad es que el uso del agua, ya sea para actividades cotidianas como para la industria, tiene que ser regulado, pues cada vez hay menos disponibilidad de este recurso y su distribución ya dejó de ser únicamente un problema de infraestructura, sino también de fuentes y de densidad poblacional, además del uso que se le da para la producción de alimentos.

Perú: El agua como privilegio

Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), Sudamérica es la región del mundo con mayor cantidad de agua y el Perú posee el 1,89% del agua superficial existente. Sin embargo, el acceso a este recurso es limitado y desigual debido a la concentración de la población en la zona costera del país.

En el censo poblacional del 2017, se registró que en esta región se concentra el 58% de la población del Perú, la misma que tiene que distribuir el 2.2% del agua disponible en el país; mientras que en la ciudadanía ubicada en la sierra y selva tienen una disponibilidad mayor de recurso, pero la densidad poblacional no es tanta. Al final, la posibilidad de disfrutar de los beneficios del acceso al agua en estas zonas, va dirigida a industrias extractivas.

Como contraste, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), elaboró un informe que indica que, hasta abril del 2020, el 90.8% de la población en el Perú tenía acceso al agua, lo que supone que un aproximado de tres millones de ciudadanos tienen que desplazarse regularmente para conseguirla o, en caso contrario, son abastecidos de otras formas que no les facilita predictibilidad en el precio o garantía de pureza.

Incluso dentro de áreas urbanas y las áreas rurales a nivel nacional, el suministro de agua no está garantizado. Los datos incluso reflejan que solo el 57% de las personas que tienen acceso al agua de forma diaria pueden disfrutar de este servicio todos los días de forma ininterrumpida, mientras que el resto de los usuarios solo la reciben durante determinados momentos del día, los que deben ser aprovechados para reservarla en tanques u otros depósitos que podrían provocar enfermedades si no son almacenados de manera correcta.

Según datos recopilados por el Fondo de Agua para Lima y Callao (Aquafondo), para el 2022, Lima Metropolitana necesitará consumir un total de 826 millones de metros cúbicos de agua, cifra que aumentará hasta los 1096 millones de metros cúbicos para el año 2030 y son los ciudadanos con mayor poder económico los que hacen más uso de este recurso.

“Las zonas que concentran a la población con mayor desarrollo socioeconómico de Lima presentan una HH Azul per cápita (huella hídrica relacionada al consumo humano directo) más alta en comparación con otras zonas de la ciudad.”

Incluso, una de las conclusiones del estudio de Aquafondo, realizado en 2018, indica que el consumo general del agua, solo en Lima Metropolitana, es muy superior al de otras grandes ciudades de la región: Seis veces más que el consumo de Quito y 30 veces mayor al de La Paz. Sin embargo, esto no implica que el consumo sea proporcionado a la cantidad de habitantes pues, como ya se mostró, aún en áreas urbanas como la capital del Perú, el acceso al agua sigue siendo un privilegio del que gozan más las élites económicas antes que un servicio para todos por igual.

¿Y el agua para todos?

Los ciudadanos siguen esperando.