Afeni Shakur en Filadelfia, Pensilvania, en septiembre de 1970. (David Fenton / Getty Images)
I finally understand (Finalmente comprendí)
For a woman it ain’t easy tryin to raise a man (Para una mujer no es fácil tratar de criar a un hombre)
You always was committed (Siempre fuiste comprometida)
A poor single mother on welfare, tell me how ya did it (Una pobre mamá soltera con asistencia social, dime cómo lo hiciste)
There’s no way I can pay you back (No hay manera para pagarte de vuelta)
But the plan is to show you that I understand (Pero el plan es enseñarte que yo comprendo)
You are appreciated (Eres apreciada)
En este extracto de la canción Dear Mama, el cantante TupacShakur manifestó un cambio en la relación que tenía con su madre Afeni Shakur. Una relación que él consideró como problemática por mucho tiempo, pasó a ser incondicional e irreemplazable. Esto fue gracias a un momento por el que todos los hijos e hijas pasamos: comprender la humanidad de nuestros padres.
Desde pequeños, pensamos que nuestros padres deben ser perfectos, pero en realidad son sujetos que también pudieron vivir circunstancias fuertes que forjaron su carácter, que fallan, que son vulnerables, que son rebeldes.
AfeniShakur, cuyo nombre de nacimiento era Alice Faye Williams, nació en enero de 1947 en Lumberton, Carolina del Norte. Su madre, Rosa Belle, se dedicaba al cuidado del hogar; mientras que su padre, Walter Williams Jr., trabajaba como chofer de tráiler. La familia decidió mudarse a Norfolk tiempo después. Afeni contó en una entrevista a Jasmine Guy que detestaba a su padre, ya que maltrató a su madre por años. La violencia física y psicológica era pan de cada día.
“Él esperaba que nosotras —Afeni y Glo, su hermana— vayamos a la escuela para pelear con mamá y la golpeaba”, narra Afeni. Cuando su mamá se hartó de la situación, llamó a su hermano Bob, quien sacó a Rosa y sus hijas de aquel hogar para retornar a Lumberton. A los 11 años, su madre decidió mudarse al Bronx, Nueva York. Vivían en un apartamento de un cuarto y consiguió trabajo en una fábrica de lámparas.
“Para noveno grado, yo era muy mala. Le daba un infierno a mi madre. Pensé que peleando iba a compensar las deficiencias. Antes de aprender a pelear, los niños me molestaban. Era nueva en el barrio, de piel oscura, cabello corto y no tenía senos aún. Los hombres me hicieron sentir fea y débil. Pero yo tenía mente, una lengua feroz y sabía pelear, pensaba que podía luchar a través de mi miedo”, comenta Afeni.
Afeni estudió en la High School of Performing Arts, actualmente llamada LaGuardia High School of Performing Arts. Sin embargo, faltaba con regularidad por su incomodidad y la diferencia de clases que veía, ya que muchos de sus compañeros eran ricos. “Yo estaba demasiado avergonzada para practicar en esa escuela, estaba muy avergonzada de mí, no pensaba que pertenecía allí y no sabía cómo llegué allí” reconoce.
Años más tarde, ocurrió algo que marcó su vida. Era un sábado en Harlem y Bobby Seale, cofundador del partido de las PanterasNegras, estaba en la ciudad. Seale decía que estaban abriendo oficinas en Nueva York y venían para cambiar nuestra comunidad.
“Había miles de tipos de personas —madres, profesores, niños, gángsters— todos nosotros en una esquina escuchando a Bobby. Dijo los diez puntos del programa del partido, […] el modo en el que dijo esos diez puntos me hicieron querer eso más que nada. Ahí estaba yo, envuelta en mi africanidad. Por primera vez, amándome a mí misma, había allí algo que podría hacer con mi vida. Algo que podría hacer con toda la agresión y el miedo”
Ella se unió a los programas de desayuno para alimentar a los niños y la habilitación de clínicas gratuitas. Programas así hubieran ayudado a su mamá y habrían salvado su dignidad.
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Lumumba Shakur fue su compañero y líder de la oficina de Harlem. Ella se enamoró de él y de su modo de ver la vida. El padre de Lumumba era musulmán y seguidor de Marcus Garvey, fundador de la Asociación Universal de Desarrollo Negro o UNIA por sus siglas en inglés, organización influyente en el partido de las PanterasNegras. En septiembre de 1968, Afeni se casó con Lumumba y cambió su nombre de nacimiento por el de Afeni Shakur.
“Lumumba y yo teníamos mucho en común. Ambos éramos guerreros. Ambos teníamos buenas mentes y salimos de las calles, el matrimonio fue bueno porque yo y mi esposo luchábamos juntos. Éramos panteras, eso era lo que amaba y respetaba sobre Lumumba”, menciona la militante.
Jamal Joseph, integrante más joven del partido en aquel entonces, recuerda a Afeni como una inspiración, una mentora y una gran compañera pantera. Él recuerda su actitud desafiante y aquellos discursos en los que recordaba a los jóvenes que su lucha se trataba de un sacrificio de amor por el pueblo.
Llegó a ocupar el cargo de líder junto con Dharuba y Cetewayo, de la oficina de Harlem. Pero a pesar de todo, ese era un espacio machista y Afeni lo sabía. Ella siempre trataba de buscar más derechos para las mujeres en el partido, pero Lumumba le recordaba que ellas no estaban calificadas. Afeni tenía críticas y quejas, pero no siempre era escuchada. Ese fue uno de los factores para el desgaste de la relación.
“Yo sabía que Yehwah Sudan era un maldito policía infiltrado desde el inicio y Lumumba no me escuchaba”, comenta. Yehwah, cuyo nombre real fue Ralph White, fue un policía que se inmiscuyó en el partido para descubrir los mecanismos y objetivos del partido, que según el FBI era una organización comunista enemiga del Gobierno de los Estados Unidos.
La historia hubiera sido distinta si Lumumba no hubiese ignorado a Afeni, pero no fue así. El 2 de abril de 1969, cientos de agentes del FBI y la Policía de Nueva York irrumpieron en las casas de decenas de militantes del partido, entre ellos la casa de Afeni y Lumumba. 21 miembros de las PanterasNegras fueron detenidos y acusados por conspiración de ataque a policías y presunta planificación de incendio y bombardeo de cinco shoppings, uno de ellos Abercrombie and Fitch, escuelas y los jardines botánicos de Brooklyn.
Los 21 militantes fueron detenidos por dichas conspiraciones. Lumumba insistió en tener relaciones con ella en prisión, pero Afeni nunca accedió. Le dieron una fianza de 100,000 dólares y le asignaron una abogada que parecía poco frontal: “Tenía una voz demasiado chillona, ella no podía representarme, no con esa voz, no se iba a escuchar ni la palabra objeción”. Fue así que optó por hacer algo sorprendente: se defendería a sí misma.
En la Casa de Detención de Mujeres, Afeni conoció a chicas de afuera, mujeres que pertenecieron al movimiento obrero entre 1950 y 1960. Ella les pidió que ayudaran a mujeres que necesitaban 50 dólares para salir. Estas mujeres, al ver el gran gesto, también hicieron un fondo para Afeni. Fue cuando estuvo libre que se embarazó de Billy Garland, otro miembro de las PanterasNegras. Cuando Lumumba se entera de ello, la tildó de cualquiera y le pidió el divorcio.
“Todo el tiempo que estoy fuera, trabajo en mi caso. Leo, estudio y construyo mi mente. La declaración final de Fidel Castro en su juicio: «La historia me absolverá», me dieron el tono de mi defensa” narra Afeni. El 3 de febrero de 1971, cuando Afeni se presenta a la corte para iniciar el juicio, se da con la sorpresa de que sus coacusados —Jamal,
Dharuba y Cetewayo— habían desaparecido. Es por ello que vuelve a la Casa de Detención embarazada.
El 13 de mayo de 1971 se da el último juicio. Ella se defiende con su vida: “Estaba condenada a prisión por 312 años. Eso era lo que estaba enfrentando”. Fueron 21 los detenidos, pero solo estuvieron 13 en el juicio, porque desestimaron los cargos de ocho de ellos. En la corte, tuvo la oportunidad de encarar a Ralph White: “¿Por qué nos estás haciendo esto, Yehwah?”. Ella le preguntó si en algún momento la vio hacer una mala acción, Ralph respondió que no recordaba.
Murray Kempton, periodista reconocido que siguió el caso de las 21Panteras, informó que antes de finalizar el juicio, Afeni le dijo al juez: “Haga lo que tenga que hacer, todo lo que pedimos de usted es que nos juzgue correctamente. Por favor, juzguemos acorde a la manera en la que usted quisiera ser juzgado”.
En la tarde, a los presentes se les informó que ya había un veredicto. Luego de 35 minutos, el presidente del jurado, Ingram Fox, dictó: inocente.
Afeni lloró de emoción. Derrotó al Estado luego de pasar un embarazo en prisión bajo condiciones inhumanas. Luego de separarse de su pareja. Sin ayuda de un abogado o un asesor legal. La noticia apareció en múltiples medios y fue símbolo de orgullo para la comunidad afroamericana en los Estados Unidos.
Un mes después, el 16 de junio de 1971, nace TupacAmaruShakur, cuyo nombre de nacimiento fue Lesane Parish Crooks. El nombre de su hijo vino deTupac Amaru II, líder indígena y revolucionario que luchó por la reivindicación de los descendientes de los incas durante la época de la colonia. Afeni señaló en su momento que “quería que supiera que formaba parte de una cultura mundial y no solo de un barrio”. También añadió que “quería que llevara el nombre de los revolucionarios, de los pueblos indígenas del mundo”.
Luego de dar a luz, se casó con Mutulu Shakur, hermano adoptivo de Lumumba, y en 1975 tuvo una hija con él: Sekyiwa Shakur. Consiguió un empleo en servicios legales y ayudó a mujeres y niños. El proceso de reinserción social marcó su vida. Se encontraba bien hasta que Mutulu vuelve a prisión, luego perdió su trabajo en 1984. Todo parecía desmoronarse.
Ese mismo año, decide mudarse a Baltimore. Vivieron allí cuatro años, pero para Sekyiwa solo los dos primeros fueron buenos. Vivían gracias a la asistencia social, pero eran alegres. Luego, Afeni tuvo una relación con un hombre violento que era adicto a la heroína. Ella envió a sus hijos a Marin City a vivir a la casa de una amiga llamada Asante para que no vean el abuso.
Dos años después, Asante llamó a Afeni y le dijo que tenía que sacar a sus hijos de allí porque iba a entrar en rehabilitación. Tupac decide independizarse y ella se muda a un apartamento con Sekyiwa. Tuvo una relación con un hombre en prisión y queda embarazada, pero al descubrir que el hombre tenía esposa y la utilizaba, decide abortar. ¿Cómo? Consumiendo crack. “Yo acepto la responsabilidad de lo que hice, fue malo. Y ese bebé murió. Y yo quedé adicta al crack”, menciona Afeni.
Sekyiwa recuerda que un día se torció el tobillo y llamó a su madre para que la cuidase. Pasaron una buena tarde, pero al finalizar el día, Afeni le habló sobre una casa hogar para niños. Sekyiwa le dijo que ella era la adicta y que ella debería irse. Y así fue, abandonó a su hija. “Dejé a Seyiwa en un momento crítico de su vida en el que ella se estaba convirtiendo en mujer. Todos tenemos issues respecto al abandono. Mi papá me dejó, sus padres me los dejaron… y yo los dejé”.
Su hija se mudó con la tía Glo y Tupac estaba enfocado en su vida. Parecía que todos estaban recuperando su bienestar, menos ella. En la víspera de Navidad de 1990, Afeni fue a la casa de Glo y pasó las fiestas allí. Se quedó cinco meses más. Durante mayo de 1991, la esposa de Ali Bay, exmiembro de las PanterasNegras, fue a visitarla y la convence de ir al vigésimo aniversario del juicio histórico de las panteras.
Van a la casa de Ali y allí conoce a Tonya, su hija. Ella le pidió que la acompañara a un lugar y, sin querer, terminó visitando una comunidad de alcohólicos anónimos. Las historias de personas que salieron del mundo de la adicción la motivaron y siguió yendo a las sesiones, anotando cada palabra o frase que la ayudaran.
“Sekyiwa fue muy alentadora. Tupac también. Ambos lo fueron. Luego de estar allí por noventa días, Tupac me escribió una carta y me dijo cómo se sentía y que no podía estar demasiado emocionado, porque no sabía si lo que estaba pasando era real o no. Pero que esperaba que lo fuera”, dijo Afeni.
Tupac falleció el 13 de septiembre de 1996 en un tiroteo en Las Vegas. Afeni asegura que pensó que podría volver a recaer en el consumo de drogas, pero prometió no hacerlo más, se lo prometió a su hijo. «Él tuvo cinco años y medio de su madre sana. Más sana que antes cuando consumía, y tuvimos una relación más saludable también”.
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Desde el fallecimiento de su hijo, ella se ocupó de sus bienes. Fundó la AmaruEntertainment y la FundaciónTupacAmaruShakur, organización que ofrece herramientas para el desarrollo artístico de jóvenes. También solía dar charlas y conferencias a nivel mundial hasta que falleció el 6 de mayo del 2016 a causa de un paro cardiaco.
En un acto de conmemoración de su fallecimiento, el 18 de junio del 2016, Dhoruba Bin Wahad, quien compartió liderazgo con ella en el Harlem durante los 60, dijo: “Afeni fue amada por mucha gente, ella inspiró a mucha gente. Nosotros solíamos decir: «Sé como Afeni»cuando éramos jóvenes. Ella cambió un poco y tuvo sus caídas como todos nosotros. Yo siempre incentivaré a las mujeres jóvenes a ser como Afeni. No busques lo peor, porque puedes encontrar ello en cualquiera de nosotros, busca lo mejor. Y si tú buscas lo mejor, en Afeni encontrarás brillo, amor y coraje”.
El síndrome del ovario poliquístico (SOP) es una afección hormonal que afecta a gran parte de las mujeres en edad fértil. Entre sus síntomas más comunes, están las irregularidades menstruales, el acné y el hiperandroginismo. Pero, ¿cómo se manifiestan?
–¡Mamá! –grito desde el baño.
Es 2020. Mi madre –que no escucha– está en su habitación. Corro a su encuentro por el pasadizo. Niego con la cabeza, frunzo el ceño, cojeo ligeramente. Soy una joven de veinte años que, bajo el umbral del dormitorio materno, sacudirá el orden cotidiano de las cosas…
El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es una afección de los niveles hormonales de las mujeres. Los síntomas son tan variados como dispares: van desde la prolongación del periodo hasta su total ausencia. “Las pacientes sufren alteraciones, como irregularidades menstruales, hiperandrogenismo, caída del cabello o sobrepeso”, asegura la ginecóloga Evelyn Campos.
No siempre la ciencia lo tuvo tan claro. Los primeros registros clínicos califican como “testículos femeninos” a los ovarios típicos de esta condición (con múltiples quistes foliculares). Más adelante, se estableció su relación con otros patrones del sistema endocrino.
“Hay tipos: pacientes con hipotiroidismo, prolactina alta, resistencia a la insulina (un trastorno metabólico por el que se sube de peso con facilidad)”, añade la experta. Por eso, se explica que algunos ovarios poliquísticos originen dos semanas seguidas de menstruación y otros –como el mío– ninguna en más de un lustro.
Poliquísticas: ¿cómo nos afecta?
“Es horrible”, escribe Ariana Gálvez (21). Se trata de una compañera universitaria con la que coincidí en la carrera, quistes y pastillas anticonceptivas. También tiene el síndrome. “Demasiadas mujeres viven con SOP sin ser diagnosticadas”, apunta Marcia Granados (21). Ambas contestan a la interrogante que planteé en Instagram: ¿Qué sabes del síndrome de ovario poliquístico?
RESPUESTAS DE INSTAGRAM
Las respuestas –aunque especulativas– poseen base científica. “(El SOP) se asocia con episodios de estrés, depresión, ansiedad”, confirma la ginecóloga Campos. A continuación, menciona ejemplos vivos: mujeres que ven frustrada su maternidad, que engordan o adelgazan sin motivo aparente, que lidian con marcascutáneas, que no disfrutan del sexo por vergüenza de su vellosidad… Mujeres que, en general, se sienten desconectadas de sus cuerpos.
“Hay que trabajar la autoestima, a la par del tratamiento”, aconseja la doctora.
Perú: un tratamiento particular del SOP
Se trata de un padecimiento común. Según datos del MINSA, en 2021 se diagnosticaron 9 mil mujeres con síndrome de ovario poliquístico en Perú. La cifra es engañosa. En 2019 –antes de que la pandemia impactara en la frecuencia de las visitas médicas–, ascendía a poco más del doble (18 788). Aun así, el Estado no cubre el tratamiento.
“La anticoncepción del Estado está pensada para la planificación familiar. No cubre anticonceptivos de acción antiandrogénica, que son los que necesitan estas pacientes”, indica EvelynCampos.
El cuidado del SOP depende del perfil hormonal particular de cada mujer. Dentro de los anticonceptivos, hay un espectro de combinaciones hormonales. Fuera, existen alternativas –como la metformina, para casos de resistencia a la insulina– e imperativos –como llevar un estilo de vida saludable–.
“El objetivo es recuperar los ciclos ovulatorios”, finaliza la especialista.
El feminismo continúa en una importante lucha. Si bien en algunos aspectos el movimiento sociopolítico ha podido abrirse y asentarse en espacios esenciales para la reconstrucción de una sociedad más crítica y reflexiva ante un sistema heteropatriarcal/androcéntrico, aún no podemos decir que estamos cerca del objetivo, recalcando lo importante, que es seguir en esta transformación dentro de las diferentes dimensiones de la sociedad.
En el contexto Latinoamericano, son varios los países que han logrado importantes avances, tanto en materia legal/normativa (por ejemplo: Ecuador), como en lo social/cultural con la implementación de la perspectiva de género en los diferentes ejes sociales, contando con la importante participación de los grupos y colectivos feministas. Pero, ¿cuál es el contexto boliviano?
En Bolivia, la situación se vuelve más complicada, pues aparte de que la lucha por cambiar la estructura machista-patriarcal toma protagonismo directamente desde las manos de los colectivos, organizaciones independientes y mujeres feministas; los sistemas del gobierno parecen beneficiar a feminicidas, violadores, etc. Tomando como ejemplo el último caso que conmocionó al país, el de Richard Choque Flores, violador y feminicida serial, al que la justicia boliviana favoreció, y al que los medios de comunicación llamaron “Psicópata sexual”, término que fue analizado y corregido por la Red de Periodismo Feminista de Bolivia, tomando en cuenta el importante rol que cumplen los medios de comunicación dentro de la lucha feminista.
La Red de Periodismo Feminista de Bolivia es una organización independiente formada por un grupo de periodistas, quienes al estar conscientes del importante rol de los medios de comunicación como agentes sociales, crean un espacio para la reflexión y crítica en la cobertura periodística. Esta es la primera red de periodismo con perspectiva de género en Bolivia. La Antígona habló con una de sus fundadoras, Carolina Méndez Valencia, quien nos cuenta más sobre este proyecto.
¿Cómo empieza la gestación y posterior materialización de este proyecto?
La Red de Periodismo Feministaes una iniciativa nueva, que surgió inicialmente de dos periodistas amigas: María Silvia Trigo y mi persona Carolina Méndez, que nos sentamos a pensar qué podíamos hacer para aportar o para generar algún tipo de análisis dentro de las redacciones o con las colegas periodistas.
Ninguna de nosotras antes participó en ninguna red de este tipo, ni de ningún otro; entonces, no sabíamos bien lo que teníamos que hacer. Lo que hicimos fue sentarnos a pensar cómo, qué cosas podrían ayudar. Ayudarnos a reflexionar. No es que nosotras íbamos a ayudar en una redacción, sino que íbamos a propiciar un espacio de reflexión colectivo para recoger ideas de todas. Ese es, en realidad, el objetivo de la red. Nosotros no enseñamos cómo hacer a nadie, no somos profesoras, ni queremos serlo: lo que hacemos es simplemente habilitar un espacio de conversación y de reflexión.
Entonces, a raíz de eso, conversamos con otras colegas y conformamos un núcleo para programar las actividades y organizarnos. Primero, éramos cinco; ahora, somos tres. Además de María Silvia Trigo está Esther Mamani, ella también integra el núcleo y entre las tres estamos ahora llevando adelante la red. Teníamos una compañera más, quien finalmente ha decidido hacer una pausa y hay otra compañera que definitivamente no puede, porque demanda mucho tiempo. Pero somos tres personas las que estamos remando el proyecto para que salga adelante.
Entonces, se trata de realizar un análisis en los productos de los medios masivos de comunicación, ¿tienen una metodología para realizar este tipo de análisis?
Nosotras somos periodistas que venimos de medios tradicionales; o sea, hemos trabajado en medios tradicionales y conocemos un poco del trabajo desde adentro. Entonces, nuestra idea era sentarnos a conversar con colegas que trabajan en estos espacios; o sea, en redacciones habituales de los medios, casi todos grandes para pensar cómo, qué cosa y también qué cosas están bien, qué cosas están mal, qué cosas podemos mejorar y para generar ideas.
Entonces, el objetivo es encontrarnos una vez al mes. Tenemos un encuentro mensual con una red de periodistas aliadas que no son las que organizan, pero sí participan de los encuentros y analizamos en este encuentro algún producto periodístico de nuestro trabajo; o sea, de alguna cobertura de algún periódico, o alguna nota de prensa, o alguna nota televisiva. O algún reportaje radial. La idea es ir variando los formatos para poder ampliar el análisis. Básicamente, nos preguntamos: “¿Cómo podemos hacerlo mejor?”, “¿qué está bien?”, “¿qué está mal?”, “¿cuál es el acierto?”, “¿cuál es el error?”. Y a partir de allí, pensar cómo pudo haber sido mejor este trabajo. Lo que hacemos es sistematizar todas las ideas que salen del encuentro y hacemos un documento.
Primero, explicamos qué fue lo que hicimos. En tal fecha, hicimos el análisis de una nota periodística que trató sobre este tema. No damos mayores detalles porque no nos interesa ni atacar a nadie, a ningún medio, a ningún periodista. Simplemente es un ejercicio para poder reflexionar, entonces decimos: “Hicimos un análisis sobre, por ejemplo, una nota que cubrió el primer caso de feminicidio en Bolivia; entonces, a partir de allí, ¿qué reflexiones sacamos?” y lo vamos a puntualizando. Por ejemplo, la nota utilizaba el término “crimen pasional”, este término es errado, porque de alguna forma romantiza el hecho y no delata cuál es el problema, que es un problema estructural que existe dentro de la sociedad.
De esta forma, puntualizamos todos los comentarios que se generan y compartimos este documento con las personas que participan de la red. La idea es que ellas compartan con sus demás colegas; es decir, que lo socialicen, que lo lean, que lo envíen, lo compartan. La idea es cómo poner una semilla, que a partir de allí se generen más reflexiones o debates internos. Quizás a alguien le puede servir, alguien que no está formando parte de la red, pero que le llegue este documento y le puede resultar útil, porque son cosas muy concretas. No hablamos de teorías, no damos mucha vuelta, sino que, puntualmente, decimos: este término es preferible a este otro, como sugerencia.
Se están articulando varios medios de comunicación a este proyecto ¿Podríamos mencionar con qué medios se están colaborando y la importancia de articularlos?
Periodistas de diferentes lugares del país, eso para nosotros es importante. No hemos logrado todavía todos los departamentos, pero sí tenemos colegas de Cochabamba, colegas de La Paz, colegas desde Tarija, colegas de Santa Cruz, y eso nos gusta mucho. Y aunque podamos conversar desde diferentes espacios de Bolivia con respecto a los medios, porque tenemos periódicos, medios televisivos y tenemos también portales digitales; o sea, integrantes de portales digitales. No hemos logrado todavía recuperar toda la cantidad de medios que quisiéramos, y seguimos intentándolo. Sabemos que es muy complicado siempre dedicar espacios en las agendas de los periodistas, porque por lo general se trabaja demasiado, los horarios son muy complicados, los fines de semana están de turno; entonces, entendemos esta dificultad, pero de todas formas la invitación es como para que la red siga creciendo y siga sumando más periodistas según se fortalezca.
¿Esto es lo que se quisiera lograr en un futuro con esta red? ¿Articular más medios? ¿ O qué se quiere lograr en un futuro?
La verdad es que nosotras queremos incidir en el trabajo, eso es lo que queremos lograr. Reflexionar y, a partir de allí, generar algún tipo de impacto dentro del trabajo cotidiano. No sabemos muy bien cuál es nuestro objetivo de aquí a un año, no lo hemos pensado. Por ahora, estamos comprometidas con estas reuniones de frecuencia mensual. Por ejemplo, tuvimos una reunión interna, conversamos sobre el próximo encuentro y hemos decidido que en vez de tener una reflexión como la que tuvimos la semana pasada, que digamos es el formato habitual de nuestra red, vamos a tener temas de capacitación. Invitar a una experta que nos cuente sobre algún tema específico. También un poco esa es la idea: de crear espacios de reflexión, pero también compartir capacitaciones, invitando, propiciando espacios con expertos para que nos den elementos, para que nos den herramientas, para que nuestros análisis sean cada vez más completos. Eso es lo que queremos, no generamos ingresos, no somos muchas, y es un trabajo que por supuesto demanda tiempo. (…) Es demandante, no sabemos cuánto lo vamos a sostener, pero tenemos mucha convicción con lo que estamos haciendo, porque disfrutamos mucho de escuchar a los colegas y aprendemos mucho.
Entonces, vamos a tratar de sostenerlo lo más que se pueda, no sabemos cuánto, no sabemos qué deparará de aquí a un par de meses, al menos este año vamos a seguir con los encuentros y la idea es abrir estos espacios de encuentro, propiciar capacitaciones formar parte entre nosotras de capacitaciones, y también estar conectadas como periodistas, por si necesitamos algo. Creo que es importante también esto del trabajo colaborativo, porque más allá de las competencias que existen siempre entre los medios, por el rating, la primicia y por todo. El trabajo periodístico colaborativo es muy beneficioso; entonces, también es la idea de esto, cómo hacerlo, escucharlo, aprender de la otra y seguir construyendo.
¿Cómo determinarían desde la red la importancia de estos espacios, mucho más en el contexto actual boliviano? ¿Y cómo ven el trabajo de los medios en relación al aspecto de la perspectiva de género?
Bueno, me parecen importantes estos espacios, y todos los espacios que sirvan para reflexionar, para capacitarnos y para, de alguna forma, desnaturalizar lo que se ha naturalizado con el sistema en el que estamos. Hemos aprendido a hacer las cosas muchas veces sin cuestionarlas ni procesarlas sin cuestionarlas, como que hemos naturalizado la violencia, hemos naturalizado muchas acciones que en realidad deberíamos cuestionarnos.
Creo que todos los espacios que propician la reflexión son muy necesarios y es todo lo que nosotros queremos de alguna forma brindar, pero por supuesto no somos el único espacio. Seguramente, hay un montón de iniciativas también. Y con respecto a los medios, respetamos muchísimo el trabajo los medios, somos periodistas que venimos de los medios, entonces conocemos el trabajo intenso, el trabajo comprometido y por eso también creemos que nuestro rol como coordinadora dentro de este espacio no es atacar a los medios, ni a ningún medio, ni ningún periodista, sino todo lo contrario como darles herramientas o elementos que puedan serles útiles para mejorar, para que todos crezcamos como periodistas. Nosotros queremos y creemos en un mejor periodismo. Creemos que el camino es reflexionando y pensando qué puedo hacer y, por eso, no hablamos de forma genérica, sino que hablamos de análisis puntual. Es la idea de dar herramientas bien concretas para que se hagan los cambios y las mejoras de manera oportuna y de manera evidente.
Tomamos el feminismo como un movimiento sociopolítico interseccional. ¿Cómo se trabajaría con otros sectores desde la red?
La verdad es que nuestra idea no es solamente hablar de, por ejemplo, feminicidio, sino cómo ver el trabajo en general y notar cómo se evidencia de alguna forma el patriarcado. Cualquier tipo de nota puede tener un discurso de género; incluso las de economía, las notas de política, de lo que sea son analizables a todo. Creemos que también es eso lo que queremos sacar un poco del área policial, del sistema de la violencia y entenderlo como algo que tiene que ver con todo. Porque no solamente se trata de violencia física, sino también otros tipos de violencia, incluso el hecho de la utilización de ciertas palabras, el uso de fuentes… Muchas notas tienen solamente como expertos o como fuente a voces masculinas. Creemos que el análisis horizontal e integral va a permitir que nuestro trabajo sea mucho mejor.
La identidad de este chico trans impulsó la creación de un espacio de baños de género neutro en la preparatoria donde estudió. Un cambio de paradigmas en una sociedad que necesita modificar sus patrones culturales para encaminarse a la inclusión y la tolerancia.
Una incomodidad, eso era. Una incomodidad. La necesidad manifiesta de acudir al sanitario. La incomodidad, otra vez. Los ojos ajenos y los señalamientos. La incomodidad de los otros. Dylan en el baño (¿equivocado?). Para él, el correcto.
“Yo me cambié de ‘prepa’, porque adonde yo iba tenía precisamente problemas con lo del baño”.
Dylan Alejandro es un chico trans. Ahora recuerda el asunto del uso de los baños y cómo la Preparatoria 6 de la Universidad de Guadalajara instauró estos espacios para el uso de todxs. También hace mención de cómo llegó a esa escuela para terminar sus estudios de bachillerato, luego de que el colegio jesuita donde estudió los primeros ciclos fuese un problema constante que nacía de un acto común: ir al baño.
De repente, ese ir al baño, esa necesidad se volvió un acto de supuesta rebeldía para algunos – algunas. La directora del plantel jesuita recibió la queja. Dylan actuó acorde a su identidad de género, a cómo se sentía. No por cómo lo veían.
Recapitula y considera: “A veces, creo que no lo implementaron de forma adecuada, pero luego me pasó que había estudiantes que no se identificaban con el asunto del género, entonces sí les incomodaba el tema del baño”.
Parte del movimiento LGBTI+ considera a los baños de género neutro como un elemento que abona a solucionar el conflicto de rechazo para las personas trans. Este espacio no es solo un sitio exclusivo, sino que es un sanitario para personas.
Ahora, Dylan Alejandro lo ve justamente así: “Los baños género neutro fueron un pretexto para impulsar a que otras personas descubrieran su identidad. Cuando fue todo el tema de la inauguración. yo tuve miedo porque no era muy abierto con el tema de mi identidad. Pero eso inspiró a que un chico me contactara. Él también es trans, y a partir de ahí se motivó a reconocerse”.
Actualmente, Dylan estudia la carrera de Enfermería. El traslado de su hogar al campus donde cursa sus estudios ronda las dos horas de trayecto. Vive en un municipio cercano a la ciudad de Guadalajara: El Salto. Es un lugar que se ha caracterizado por ser el espacio donde diversas empresas multinacionales se han instalado para emplear sus servicios. Cerca de allí, se localiza el aeropuerto de la ciudad. Son los escenarios que Dylan transita a diario para arribar a su actual escuela.
Sobre sus antecedentes, relata que desde pequeño, cuando su familia le llamaba con el nombre que tuvo como mujer, era una etiqueta que sentía que no le pertenecía: “El sentimiento nació de cosas simples como los gustos que tenía. El interés por la ropa de hombre. Cuando me vi como hombre, fue cuando decidí que era la identidad a la que yo pertenecía”.
Con el antecedente del baño de género neutro de la preparatoria donde estudió, considera que esos pequeños elementos fortalecen la formación de los ciudadanos y las ciudadanas para apegarse a valores de respeto y tolerancia.
Opina que la niñez es un momento ideal para que se pueda hablar sobre la identidad de género, ya que es cuando se está en una constante búsqueda y es cuando se desarrolla la personalidad: “Es demasiado importante que desde ahí se implementen estos temas en la educación. Ese momento es cuando te vas identificando más, y también abona al respeto”.
Afirma que hay procesos legales que en México se ha avanzado, como la cuestión del cambio de nombre u otros mecanismos como el de la expedición de actas de nacimiento para personas trans fuera del país, como el caso de Jacqueline, que el pasado mes de enero fue la primera mujer trans en recibir este documento viviendo en los Estados Unidos, pero hay otros como los culturales que son más lentos.
Según reportó Ojo Público en 2021, la crisis económica durante la pandemia precarizó más a personas trans en México, ya que existe falta de oportunidades laborales y de atención médica debido a la ausencia de documentos oficiales. Esto se suma a las 145 agresiones que documentó la plataforma Visible entre 2020 y 2021. Es por eso que acciones como los baños de género neutro, o el llamado con el que se aborde la diversidad dentro de los procesos de educación básica, son elementales para modificar los patrones culturales que pueden condicionar los derechos de las personas LGBTI+.
Hace casi un mes, el distrito de Ventanilla fue testigo del mayor desastre ecológico en la historia reciente del Perú. Según cifras oficiales, el derrame de crudo alcanzó los siete millones de metros cuadrados de mar, y contaminó casi dos millones de metros cuadrados de arena, lo que comprometió la integridad de 24 playas del litoral peruano.
Para la mañana del 16 de enero del 2022, cormoranes, pingüinos y gaviotas se vieron envueltos en brazos negros y oleosos, mientras que en la orilla, el manto oscuro alcanzaba a incautos negociantes, cuya economía gira en torno al mar. A pesar de que hace unos días Repsol comunicóque los trabajos de limpieza en mar y playas tuvieron un avance superior al 56%, no es necesario adentrarse en el océano para verificar que el petróleo sigue azotando la vida a su alrededor. Un grupo específico notoriamente afectado fueron las mujeres comerciantes, que poco o nada tuvieron que ver con el origen de este desastre, y quienes vienen manchándose de problemas económicos producto de la negligencia de una empresa internacional de hidrocarburos.
“Antes del derrame, yo ganaba diariamente entre 100 a 120 soles, ahora gano entre 30 a 40 soles diarios. Eso no compensa para un almuerzo, y menos para pagar la luz y el agua. Yo no puedo ir a limpiar, porque las rodillas las tengo hinchadas, y no puedo caminar mucho. Ese es mi problema, porque sino yo me hubiera ido a trabajar extrayendo el petróleo de la arena, porque están pagando bien, no estuviera acá vendiendo chocolates”, indicó Vilma Milla Rojas, vendedora de chocotejas.
Ruma de barcos de uso recreativo vacíos, en la orilla del mar de Ancón. En un día normal, gran parte de ellos estarían navegando sobre el agua salada.
Vilma Rojas no es un caso aislado. Marina Obregón, otra vendedora de golosinas, también se ha visto afectada en sus inversiones.
“Yo tengo 35 años trabajando acá, y en este negocio he invertido, he sacado préstamos. Un domingo se sacaba entre 1000 a 1200 soles. Ahora estamos sacando por día entre 20 a 30 soles, y eso que hay días en los que no se saca absolutamente nada. Si salgo a vender es porque tengo esa necesidad económica, y también porque de alguna u otra manera tengo que vender mi mercadería, porque los productos se van a vencer, y voy a perder aún más”
El balneario de Ancón luce deshabitado. La pandemia y el derrame de crudo por parte de Repsol se perfilan como principales responsables de este panorama.
“Nosotros teníamos esperanzas de que este año fuera mejor, ya que el año pasado las playas han estado cerradas por el motivo de la pandemia. Nos hemos alistado con tanto esmero, con tanta ilusión. Ahora hemos mandado nuestros documentos a Repsol, y nos han dado un bono de 500 soles a todos los asociados, pero eso no es suficiente para todos nosotros que ganamos mucho más. Los comerciantes trabajamos para sobrevivir todo el invierno, educar a nuestros hijos y comprar algo para casa, pero lamentablemente no creo que todo esto se vaya a concretar”, menciona Maritza Cueto Carbajal, vendedora de raspadillas y presidenta de la Asociación de Comerciantes del Balneario de Ancón.
Un solitario salvavidas descansando bajo una torre de vigía, en uno de los principales puntos del balneario.
Así como Vilma, Marina y Maritza, Brenda Yarelin, una vendedora de yuquitas fritas, comenta que antes del desastre ella ganaba diariamente entre 300 a 700 soles. Luego de que el mar se tiñiera de negro, ella vio reducido su ingreso diario entre 60 y 120 soles, casi la mitad.
Los intentos de Repsol por mitigar los daños causados al ecosistema producto del vertimiento de crudo, continúan. Según expertos de Markleen, empresa noruega dedicada a la fabricación de productos contra derrames de petróleo o hidrocarburos, el tiempo que tarda en recuperarse un ecosistema afectado por derrame de petróleo es de aproximadamente 15 años.
Protección, lealtad o romanticismo. Los síntomas de las relaciones tóxicas se camuflan en sentimientos que esclavizan a sus protagonistas. Cuatro personas compartieron con La Antígona sus experiencias sobre cómo cayeron y se libraron de una relación tóxica y peigrosa.
Amor: “Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno”.
La definición que Oxford Languages da al amor es tan pura que resulta difícil encontrarla en las relaciones románticas que se ven día a día. El cine y la televisión tratan de retratarlas, aunque no siempre con éxito. Y es que el mundo real es un tanto diferente. No todas las parejas buscan el bienestar mutuo, no todas darían la vida por el otro y no todas ponen de su parte para seguir adelante y esquivar los obstáculos que la vida pone en nuestros caminos.
El 14 de febrero está lleno de rosas rojas y globos en forma de corazón. Los restaurantes se llenan y los sombreros de mariachi aparecen en las calles. Si bien la mayoría creería que el amor se manifiesta en aquellas parejas que caminan de la mano, nunca se sabe lo que hay detrás. Como un recordatorio de que no todo es lo que parece y de que la violencia puede ser silenciosa. Todo esto se plasma a continuación con cuatro testimonios de aquellos que alguna vez fueron parte de una relación tóxica.
Esclava del celular
15 años tenía Ignacia cuando inició una relación con un hombre de 30. La edad no parecía un impedimento, pero pasados dos meses, la dinámica de poder se fue acentuando. La actitud controladora de su pareja se volvió su característica principal y la manipulación no se quedó atrás.
Cada día, el celular de Ignacia era revisado con la excusa de evitar infidelidades y las salidas con amigos se volvieron una misión imposible. Con 15 años, no podía hacer nada más que estar al pendiente de su celular para contestar los mensajes de texto de su expareja. A pesar de lo mal que estaban, las cosas empeoraron, al punto en que Ignacia fue tachada como la culpable de todos los problemas en la relación. Pasados casi dos años, por fin logró dar fin a esta relación y siguió adelante. Con el tiempo, se dio cuenta de que las actitudes de su expareja eran sumamente dañinas.
El psicólogo y sexólogo César Galicia indica que si alguno de los integrantes de la relación se encuentra en una etapa temprana de vida, la edad sí toma un rol determinante, ya que la experiencia de ambas partes es distinta. Además, declara que es importante utilizar la posición de poder para cuidar de la otra persona y volver la dinámica más justa. Sin embargo, el sexólogo hace hincapié en que estas relaciones solo pueden ser aceptadas cuando las partes son mayores de edad.
“¿Puedes vestirte normal?”
Con 15 años, Ana Karina empezó a salir con un chico dos años mayor que ella. La relación se tornó un ambiente tóxico después de algunas semanas, ya que las críticas empezaron a lloverle encima. “Cámbiate de ropa, te ves graciosa”, “No te pongas aquello, no te queda bien” y “¿Puedes vestirte normal, por favor?” fueron algunas de las cosas que le dijo.
De acuerdo con la psicoterapeuta Isabel del Toro, la víctima no se suele dar cuenta de lo que está perdiendo al aceptar un rol sumiso, pues empieza a dudar mucho de sí misma. Asimismo, afirma que la mayoría de hombres que controlan la forma de vestir de su pareja acaban dejándola por alguien que retrate como eran antes.
“Si no lo haces, no me amas”
Por su parte, actitudes igual de controladoras se manifestaron en la relación de Valeria y su novia. La frase “Si no lo haces, no me amas” era dicha casi a diario, cada vez que elle era obligade a realizar actividades que no deseaba. A pesar de haber sucedido casi cuatro años atrás, Valeria aún recuerda que, en una ocasión, su expareja le agarró fuertemente el brazo con la intención de que no se moviera.
“Hace unos meses, recordé el incidente y me puse a llorar, no me podía mover. Me hice bolita y no me podía mover. Fue horrible, me asusté. Pensé que me iba a morir, nunca me había pasado algo así”. Al tratarse de una agresión por parte de una pareja, alguien a quien se le tiene mucha confianza y estima, la angustia producto de la agresión es mucho mayor, afirman las psicólogas Laura González y Vega Marcos.
Adicionalmente, mencionan que algunas de las consecuencias son los recuerdos constantes del evento, miedo y la dificultad de controlar el llanto.
Reglas y prohibiciones
En el caso de César, él relata que tanto él como su exnovia eran sumamente celosos. “Debido a nuestra inmadurez, en vez de resolverlo hablando como personas normales, nos prohibimos abrazar o besar en la mejilla a otros”, señala. “Nos poníamos un límite de mensajes en WhatsApp con ciertas personas. Por ejemplo, yo solo podía enviarle máximo siete mensajes a una de mis amigas”. Sin embargo, a pesar de que el objetivo de estas limitaciones era evitar discusiones, las peleas seguían presentes, pues se producían cada que uno de ellos rompía alguna regla.
La psicólogaAina VB comenta que los celos son un mecanismo de defensa frente a inseguridades y destaca que la correcta comunicación con la pareja es una manera de evitarlos. De la misma manera, cuestionar las propias actitudes, incrementar el autoestima y conocer a la persona de la que se tienen celos son otras medidas que se pueden tomar para mantener una relación sana.
Conocer experiencias de este tipo nos ayudan a evitarlas y prevenir que otros no pasen por el mismo sufrimiento. Si bien a primera vista puede parecer que es amor, no siempre es así y hay que saber reconocerlo. Como dice el antiguo refrán: “Más vale solo que mal acompañado”.