El Movimiento «Son Niñas, No Madres» lanzó firmatón para pedir a los Estados que garanticen los derechos de las niñas

El Movimiento «Son Niñas, No Madres» lanzó firmatón para pedir a los Estados que garanticen los derechos de las niñas

Nota de prensa

En el marco del Día Internacional de la Niña, a partir de este 11 de octubre el Movimiento latinoamericano Son Niñas, No Madres, conformado por diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos como Planned Parenthood Global, el Centro de Derechos Reproductivos, Amnistía Internacional, el Consorcio Latinoamericano contra el Aborto Inseguro (CLACAI), el Grupo de Información en  Reproducción Elegida (GIRE), Surkuna, el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex) y Mujeres Transformando el Mundo (MTM), invita a todas las personas a sumar su firma en la firmatón “Son Niñas, No Madres, a favor de la defensa de los derechos de las niñas en América Latina y el Caribe.

Esta iniciativa tiene como objetivo sensibilizar a la sociedad y a los gobiernos acerca de la imperiosa necesidad de proteger a las niñas en la región y garantizar su acceso a servicios de salud sexual y salud reproductiva, incluyendo el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, en un contexto marcado por alarmantes tasas de violencia sexual y embarazos infantiles como resultado de esa violencia.

“Queremos que seamos millones de personas firmando y así mostrar que si unimos nuestras voces somos más fuertes, y que la suma de todas estas firmas, que son demostraciones de solidaridad, también puede hacer resonar más fuerte el clamor de las miles de niñas que cada año ven truncada su infancia por una maternidad forzada, y a las cuales los Estados les deben proporcionar opciones  concretas derivadas de políticas y programas de protección,  para que superen la violencia y retomen su proyecto de vida”, explican las voceras del Movimiento Son Niñas, No Madres.

América Latina y el Caribe enfrenta un desafío alarmante: es la segunda región en el mundo con las tasas más altas de partos de niñas menores de 15 años, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, 2022). De acuerdo con estimaciones de la misma entidad, 5 de cada 100 niñas se convirtieron en madres en 2021.

Esta preocupante realidad se ve agravada por la escasez de servicios de salud sexual y salud reproductiva que sean accesibles para las niñas, y por otros factores como la falta de reconocimiento de las niñas como sujetas de derecho, capaces de tomar las mejores decisiones para su presente y futuro.

Además, América Latina y el Caribe tiene una de las legislaciones de aborto más restrictivas del mundo: 7 países lo prohíben totalmente (El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Jamaica y Surinam), y esa falta de opciones es también una manera de forzar a las niñas a la maternidad. Para seguir concientizando a toda la sociedad sobre esta grave problemática y alzar la voz por los derechos reproductivos de las niñas, el Movimiento Son Niñas, No Madres invita a hacer parte de la firmatón homónima a la cual pueden acceder a través de http://ninasnomadres.org/sumatufirma hasta el 30 de enero de 2024.

“Con esta firmatón queremos elevar la voz por las niñas, para que sus derechos sean plenamente respetados, y queremos que estas rúbricas se conviertan en un llamado colectivo a los Estados de la región para que tomen medidas inmediatas que permitan que las niñas sobrevivientes de violencia sexual no se vean forzadas a continuar con los embarazos que son resultado de esa violencia. Estas medidas van desde la promoción de la Educación Sexual Integral, la inversión en sistemas de protección que se centren en las necesidades de las niñas, hasta garantizar que tengan la opción de acceder a la interrupción del embarazo en condiciones legales y dignas. Todos estos elementos pueden devolver a las niñas la capacidad de soñar y forjar un futuro más prometedor”, afirma Marianny Sánchez, directora de Comunicaciones para América Latina de Planned Parenthood Global, una de las organizaciones fundadoras del Movimiento Son Niñas, No Madres.

Las niñas deberían estar en, en los parques donde pueden jugar, las aulas de clase en hogares seguros en los que se las respete y cuide. Obligar a una niña a mantener un embarazo que afecta su salud física, mental y social equivale a privarla de su niñez de manera permanente. Es por esta razón que el Movimiento Son Niñas, No Madres persiste en su labor de buscar oportunidades y herramientas que permitan a las niñas gozar de sus derechos reproductivos, y construir su propio futuro.

En el proceso de hacer visible esta realidad, y avanzar hacia la construcción de un mundo libre de violencias para las niñas, entre 2019 y 2020, el Movimiento Son Niñas, No Madres presentó ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas los casos de Norma (Ecuador), Fátima (Guatemala), Susana (Nicaragua) y Lucía (Nicaragua), quienes fueron víctimas de violencia sexual y tuvieron que llevar a término embarazos que no deseaban, y ante el Comité de los Derechos del Niño el caso de Camila (Perú), que luego de sufrir un aborto espontáneo fue criminalizada por las autoridades y pasó de ser víctima a victimaria.

Hasta ahora solo el caso de Camila ha sido decidido, y obtuvo un histórico dictamen el pasado mes de junio de 2023, en el que se instó al Estado peruano a despenalizar elaborto en todos los casos de embarazo infantil.

«Con esta firmatón queremos ampliar el alcance de las acciones legales que hemos tomado, buscando que las niñas puedan acceder a justicia. Esta lucha es para que los Estados cumplan con sus obligaciones internacionales de asegurar una protección especial a la niñez y comprendan que eso también pasa por la garantía de acceso a servicios esenciales de salud sexual y reproductiva, incluida la interrupción voluntaria del embarazo», señaló Carmen Cecilia Martínez, directora asociada de Estrategias Legales para América Latina y el Caribe, del Centro de Derechos Reproductivos.

Ahora más que nunca es hora de seguir alzando la voz por ellas y por todas.

Para obtener más información y unirse a la firmatón “Son Niñas, No Madres”, a favor de los derechos de las niñas, visite https://www.ninasnomadres.org

Conoce más de los casos con el pódcast ‘Son Niñas, No Madres’:

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*Sobre el Movimiento ‘Son Niñas, No Madres’: Son Niñas, No Madres es un movimiento regional a favor de los derechos de las niñas latinoamericanas, que ha liderado el innovador litigio estratégico de los casos de Norma, Fátima, Susana y Lucía ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU, y el caso de Camila ante el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, para evitar que se siga forzando a las niñas a ser madres, y generar las reparaciones correspondientes. Busca informar sobre las graves consecuencias de la violencia sexual y las maternidades forzadas en las niñas. Son Niñas, No Madres hoy suma a más de una decena de organizaciones de toda la región, para asegurar que todas las niñas puedan crecer sanas, fuertes y seguras, y puedan tomar decisiones libres e informadas sobre su salud y su futuro.

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La esperanza por un amanecer verde

La esperanza por un amanecer verde

Josselyn López

En Honduras el aborto está penalizado en todas sus formas desde 1982, antes de este año el aborto terapéutico estaba permitido. Desde ese momento y hasta ahora las mujeres se enfrentan constantemente a vulneraciones de sus derechos sexuales y reproductivos.

En el 2021, se reformó el artículo 67 de la Constitución de la República, blindando la prohibición absoluta del aborto. Esta reforma tiene como objetivo impedir que el aborto pueda ser legalizado en un futuro.

El Centro de Derechos de Mujeres estima que en el país hondureño ocurren entre 50,749 y 82,135 abortos de manera anual. Es evidente que la penalización del aborto no impide que las mujeres aborten, sino que las orilla a hacerlo de manera insegura, exponiéndose a ser encarceladas. Una pena por aborto puede ser desde tres a seis años de prisión. La misma pena se aplica para los abortos espontáneos.

La negación del aborto se puede traducir en tortura. Esta situación se ve agudizada debido a que Honduras es un país con altas cifras de violencia sexual. El Centro de Derechos de Mujeres indica que cada día 8 mujeres denuncian una agresión sexual. Sin embargo, esta cifra podría ser mayor debido a la desactualización de información en los mismos entes públicos. Además, es importante tomar en cuenta que no todos los casos de agresión sexual son denunciados.

A pesar de este contexto, que muchas veces puede ser desalentador, existe la posibilidad de que Honduras tenga un amanecer verde.
Según un estudio de opinión realizado por la plataforma Somos Muchas, espacio enfocado en la defensa del Derecho a Decidir en este país, la población hondureña está a favor del acceso al aborto bajo tres causales.

Encuentro Nacional por el Derecho a Decidir

Por primera vez en el año 2017 el Congreso Nacional de Honduras decidió debatir de forma pública la posibilidad de despenalizar el aborto bajo las mismas tres causales. En ese contexto es que Somos Muchas reconoce el trabajo para llegar a ese cambio legal. Así surge, en el año 2018, el primer Encuentro Nacional por el Derecho a Decidir, un espacio para encontrarse, abrazarse y sentir que la lucha por el Derecho a Decidir estaba más viva que nunca.

Desde ese entonces y hasta ahora en el marco del 28 de septiembre, Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible, se desarrolla de manera anual el Encuentro Nacional por el Derecho a Decidir. Tiene como objetivo el fortalecimiento de las alianzas feministas por la despenalización social de la apuesta política por el Derecho a Decidir.

En un país donde el aborto está absolutamente penalizado la realización del Encuentro es un riesgo para cada persona involucrada, porque puede ser objeto de persecución y criminalización. Sin embargo, uno de los principales criterios para desarrollar la jornada y garantizar la integridad y la libertad de cada una de las personas presentes es la seguridad.

Para Neesa Medina, integrante de Somos Muchas, su lucha por el Derecho a Decidir es sostenida desde la alegría y el merecer vivir en un país donde cada embarazo y maternidad sea deseada, donde las personas que tienen abortos espontáneos sean acompañadas y no juzgadas, donde exista la posibilidad de soñarse libres y felices. Para ella, abrir la conversación sobre el aborto conlleva a la interpelación y el cuestionamiento sobre las maternidades, vista desde la decisión y no por obligación. En sus palabras: “Defender el derecho a decidir es defender la alegría, el amor y las familias felices”.

Hace un año, Dariela Portillo, integrante de Somos Muchas, espera de manera entusiasta el Encuentro Nacional por el Derecho a Decidir. Menciona que la emoción, el acompañamiento y la construcción en colectivo del primer encuentro en el que participó le dio la posibilidad de ser y estar, sentirse parte y saber que hay otras personas que comparten sus mismas luchas.

“El Encuentro me reafirmó que no todo está perdido, que juntas podemos y que si seguimos juntas vamos a lograr esa libertad que tanto anhelamos, porque el Encuentro Nacional por el Derecho a Decidir es una recarga de esperanza”, expresó. 

La lucha por el aborto legal, seguro y gratuito es una deuda con generaciones pasadas, pero también es una promesa con las generaciones presentes y futuras. El encuentro es una oportunidad para cambiar la realidad actual y la vida de miles de niñas y mujeres hondureñas, quienes tienen derecho a elegir sobre sus cuerpos, sin ser obligadas a ser madres, a vivir libres de violencia y a tener condiciones dignas para su desarrollo.

Honduras: Deshumanización de las mujeres en los medios de comunicación 

Honduras: Deshumanización de las mujeres en los medios de comunicación 

Por Josselyn López

Medios de comunicación en Honduras: ¿Existe la perspectiva de género?

El 31 de julio, un medio de comunicación digital en Honduras, dio a conocer una lamentable noticia bajo el siguiente título: “Niña de 13 años se suicida, porque su pareja de 50 años la corrió de su casa en el departamento de Choluteca”. Ese titular dejaba en evidencia la violencia ejercida en el cuerpo de las niñas y mujeres en Honduras.

En la redacción del texto se anula el hecho de que la niña es una víctima de abuso sexual por un hombre de 50 años, a quien retratan como su “pareja sentimental”.  

Las uniones infantiles forzadas en el país hondureño se han normalizado. Según un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, en el 2020 a nivel nacional el 10% de las mujeres entre 25 y 49 años se unieron antes de los 15 años y el 37% antes de los 18 años. 

La nota es carente de perspectiva de género y aunque fue un hecho sumamente alarmante no tuvo la relevancia necesaria. Hasta el momento se desconoce cuál es el paradero del agresor. 

El 18 de junio, se repitió una situación parecida pues uno de los medios de comunicación impresos más predominantes en el país, tituló “Hombre mata a niña de 13 años en Choluteca porque no quiso ser su novia”, en el cuerpo del texto se puede leer “Se enfureció porque no quiso tener una relación amorosa con él”. 

Es evidente como este tipo de redacción justifica al agresor y culpabiliza a las niñas y mujeres por no involucrarse sentimentalmente y sexualmente con estos agresores, teniendo como consecuencia la muerte. 

El 24 de mayo de 2022, Nerly Mendoza fue asesinada y los titulares en los medios de comunicación fueron: “Estudiante brillante y a punto de titularse…”, “Un hombre obsesionado: Así es el hondureño…”, “Cegado por drogas ultima universitaria a puñaladas”, entre otros lamentables títulos. En el interior de los diferentes relatos de los hechos se leían las siguientes frases: “Llegó a buscarla para enamorarla, pero al ser rechazado…”, “Ya que el individuo enamoraba constantemente a la víctima”; este tipo de narrativa revictimiza, deshumaniza y resta responsabilidad al agresor. También normaliza el acoso y hostigamiento sexual. 

Las estadísticas del Observatorio de Derechos Humanos de las Mujeres reportan que durante el año 2022 se registraron 297 muertes violentas de mujeres según los medios de comunicación impresos y digitales, en este año 2023, hasta el 31 de julio se han registrado 274 muertes violentas. 

En Honduras, a diario se pueden leer titulares llenos de misoginia y machismo, que invisibiliza la ola de violencias que viven las niñas, mujeres y cuerpos feminizados. 

Campañas de odio contra las mujeres 

En el año 2021, varias organizaciones de sociedad civil emitieron una alerta internacional denunciando una campaña de odio contra las mujeres hondureñas. 

Esto sucedió frente a las elecciones nacionales de ese año. El Partido Nacional de Honduras (PNH) en su marcha “En contra del aborto y las ideologías extrañas”, mostraba una pancarta con la candidata presidencial por la Alianza, Xiomara Castro, con un puñal en la mano contra una mujer embarazada. Esta campaña violenta los derechos de las niñas y mujeres pues en un país con tasas altas de violencia de género, causa un efecto negativo que aumenta el estigma sobre la capacidad y el derecho de las mujeres a decidir por sus cuerpos. 

Los medios de comunicación hondureños se caracterizan por el amarillismo, la representación de la mujer a través de imágenes estereotipadas y degradantes, y el juego con la dignidad de las personas. Esta manera de comunicar despersonaliza el cuerpo de las mujeres, haciéndolos ver como objetos y alimentando el morbo. 

Honduras es un país violento y para contribuir a la reducción de esta situación es necesario un periodismo con perspectiva de género, ético y profesionales comprometidos con el respeto a la dignidad humana; así mismo, cada profesional de la comunicación debe estar capacitado para cumplir su labor periodística bajo la ética de nuestra profesión, protegiendo la verdad y relatando los hechos sin revictimizar a quienes han sufrido algún tipo de violencia patriarcal.

Analy y Olga, una vida intrahospitalaria

Analy y Olga, una vida intrahospitalaria

¿Cómo es la vida cuando tienes una hija internada en un hospital durante casi 20 años?

Por Leah Sacín @leahsacin

Esta es una historia que se aferra a la vida, que muestra cómo la fortaleza del espíritu puede romper encierros y que el amor sostiene todo el tiempo que sea necesario.

Es también una historia sobre el trabajo invisible y sobre la necesidad de un sistema nacional de cuidado.

La primera vez que Analy entró al Instituto de Salud del Niño ubicado en el distrito de Breña en Lima Perú, tenía ocho meses de nacida. Esa también sería la última vez. Y lo sería, porque Analy Soria Aguilar nunca más salió de allí. Hoy tiene veinte años y toda una vida aquí dentro. Han sido casi siete mil días en los cuales existió otra constante: la presencia de su madre Olga Aguilar a su lado. Una vida transcurrida entra Cuidados intensivos y el piso 8 del Hospital del Niño, el área donde están internados los pacientes pediátricos crónicos, aquellos que dependen de un respirador artificial para vivir. Hoy son cinco niños allí, Analy es la que más tiempo tiene. 

El recuerdo de Olga es que su hija fue una bebé sana, gordita y juguetona hasta los seis meses. Desde allí empezó a contraer gripes y a los 8 meses tuvo una muy fuerte que implicó que la internen en el hospital. Todo cambiaría y se complicaría en esos meses. Analy llegó a contraer neumonía intrahospitalaria, su cuadro se hizo más complejo, su madre recuerda “casi se nos va varias veces en ese tiempo”. Pero la pequeña resistió. Olga, su esposo y su hija mayor tuvieron que quedarse permanentemente en Lima, aunque aquí no tienen familia pues son oriundos de Anchash. La vida dio vuelvo tras vuelco. 

Mientras Analy luchaba por vivir y era asistida por ese respirador del que dependería ya para siempre, su madre, como tantos, dormía en los exteriores del hospital. Algunos días volvía a casa, esa humilde vivienda que consiguieron alquilar en Puente Piedra y desde la que demora casi dos horas en llegar a ver a su hija. “En todos estos años, cada vez que yo me voy de su lado me duele el alma, pienso si le ocurre algo si va tener problemas para respirar, yo he aprendido a atenderla en casi todo también”, relata Olga. 

Año tras año el sueño de esta madre ha sido que su familia algún día pueda estar junta, las cosas sencillas: un almuerzo, una cena de Navidad, un día cualquiera todos juntos en casa. En su pequeña vivienda de Puente Piedra hay juguetes, adornos y muchos detalles que esperan algún día recibir a Analy. Pero ella nunca ha pisado esta casa. La posibilidad de salir del hospital no solo se hace imposible por el respirador, en algunos casos hay pacientes que consiguen respiradores para casa, las condiciones de su vivienda tampoco hacen factible que ella pueda ir. 

Para que pacientes como Analy pudieran vivir en casa se debería crear un sistema, un fondo para hacerlo posible. Pero también se evaluarían las condiciones en casa y la cercanía a un centro de salud y ese proceso es muy posible que su familia no podría pasarlo.

Pero mientras el sueño de ir a casa es como una lucecita lejana pero que alumbra, la energía de Analy es un sol resplandeciente. Desde pequeña le ha gustado contar su historia, primero en medios de comunicación, en eventos del Minsa y luego llegaron las redes sociales que la ayudaron a romper las barreras. A través de las redes Analy empezó a hacer tutoriales de maquillaje, videos con sus canciones favoritas y también conectarse con muchos artistas que le gustaban, varios de ellos han venido a visitarla. Ahora que ya tiene veinte años le gustaría generar más contenidos y utilizar el mundo virtual para seguir creciendo. 

La palabra de Analy: el coraje de romper el encierro 

Hacerle una entrevista a Analy no es sencillo. Visitarla requiere permisos y la certeza de no llevar ningún virus o bacteria que la puedan poner en riesgo. Llamarla por teléfono no funciona porque su voz es tenue, como un susurro. Pero Analy utiliza las redes sociales para conectarse con el mundo. Y allí fue posible acercarle preguntas para que ella sea protagonista también de esta nota porque si algo desea como pocas cosas, es comunicarse con ese mundo que le es ajeno pero deseado. 

¿Cuál es tu primer recuerdo de infancia?

Lamentablemente en la UCI lo queriendo ver a mi mamita.

¿Un recuerdo de una salida del hospital?

Cuando salí por primera vez y fui al parque de las leyendas. – Hubo un tiempo en que la condición de salud de Analy permitía que pueda salir del hospital por breves períodos de tiempo y con un respirador manual. 

¿Cómo es tu relación con tu mamá?

Super bien, la admiro que es valiente y que a pesar de todo no se rinde y está conmigo siempre y viene desde lejos a verme todos los días. 

¿Cuál es tu sueño?

Irme a mi casa y tengo un sueño más estudiar y ser alguien. Y hacer mi libro y ayudar a mi mamá. – Analy tiene una hermana mayor: Nataly, ella la admira mucho. Nataly estudió para ser técnica en enfermería pero por la precaria economía familiar, no pudo culminar sus estudios. 

¿De qué sería tu libro?

De mi vida para que la gente sepa cuánto cosas he pasado y que a pesar de eso no me rindo

¿Qué significan las redes sociales para ti?

Abrirme con el mundo exterior porque tu sabes que acá no es fácil estar conectada a un respirador sin poder hacer nada en estas cuatro paredes por ahí yo trato de ser feliz. Me gusta escuchar música hacer tik tok.

¿Tienes algunas amigas?

Tengo una amiguita virtual que se llama Emily es de Argentina. Nos escribimos siempre.

¿Un mensaje para chicas de tu edad?

Pues que la vida no es fácil hay y habrá dificultades pero que no se rindan y que siempre hagan caso a sus papás en todo porque todo lo que hacen lo hacen por su bien

Y que amen la vida, que estudien, que sigan adelante, que a pesar que haya mil problemas siempre estén de pie. Que sean felices, y que sean ellas mismas

Al final de la breve conversación, Analy me pide que le diga cuántos seguidores ya tiene en Youtube: más de treinta mil, le digo. Se emociona y me pide que la ayude a difundirla, “aún no hago contenido pero haré, sueño llevar un taller para hacer videos”.

Sobre las labores de cuidado de tiempo completo

Pero ¿cómo es la vida cuando una hija está internada en un hospital de por vida? Olga lo explica con una naturalidad digna de la extraordinaria que es: “yo no puedo faltar ni un día para ver a mi Ani y aunque los médicos me dicen que nunca va salir, yo se que un día vamos a estar los cuatro juntos en casa”. Su voz tiene siempre algo de esperanza y algo de cansancio también. Son 20 años recorriendo la distancia desde Puente Piedra hasta Breña, todos los días.

Olga Aguilar dice que se le hace imposible tener un trabajo. Pero vaya que lo que hace todos los días es una labor titánica y, aunque no reconocida, de un valor incalculable. Ella no falta un día al hospital, trae la ropa, pañales, sondas, la atiende, la cambia, le lava los dientes y la deja acostada. En ir y venir son cuatro horas de su día en el transporte público. Los días miércoles trabaja en la cafetería de las voluntarias del hospital, se despierta cuatro y treinta de la madrugada para estar a tiempo. Se siente muy agradecida de ese día de trabajo remunerado en el que vende jugos e interactúa con estas mujeres voluntarias que han sido sus grandes aliadas en el hospital. Para obtener algunos ingresos Olga también vende chompas, aunque claro, las ofrece para entregar cerca del hospital que es su punto de referencia diario. 

La labor que realiza Olga es invisible especialmente porque en el Perú no tenemos un sistema de cuidados integrales. ¿Qué son sistemas integrales de cuidados? Según ONU Mujeres se trata de “un conjunto de políticas encaminadas a concretar una nueva organización social orientada a cuidar, asistir y apoyar a las personas que lo requieren, así como reconocer, reducir y redistribuir el trabajo de cuidados –que hoy realizan mayoritariamente las mujeres-, desde una perspectiva de derechos humanos, de género, interseccional e intercultural”.  

Según esta visión las políticas deben implementarse pensando y articulando en torno a las personas como centro y el Estado debe ser garante del acceso al derecho al cuidado

Si consideramos que, además, Olga realiza labores de cuidado de una hija con discapacidad permanente y severa entendemos que su caso es aún más complejo. En el Perú, existe una iniciativa y se llama “Yo cuido Perú” es una Asociación de Madres cuidadoras, de hijos con discapacidad y promueven el derecho al cuidado digno y al tiempo propio. Desde hace algún tiempo promueve la aprobación del el PL 2735-2022-PE de reconocimiento del derecho al cuidado y de la creación del sistema nacional de cuidados en Perú.  

Mientras tanto, la vida de Olga sigue como hasta hoy, una vida intrahospitalaria, diariamente al lado de su hija, soñando con ese día en que todos juntos puedan estar en su casa y mirarse para decir: lo logramos. 

Para que ese día llegue, son múltiples voluntades las que deben confluir. 

¿Qué significa vivir con depresión? 

¿Qué significa vivir con depresión? 

Por Josselyn López

En palabras de Fátima Martínez, vivir con depresión es desesperanza, es como caminar sin un lugar al cual llegar y todo está oscuro. 

El trastorno depresivo es un trastorno del estado de ánimo, uno de sus principales síntomas es la tristeza y la pérdida de interés para la realización de actividades rutinarias. 

Según la Organización Mundial de la Salud, el 3.8% de la población mundial se ve afectada por la depresión. 

Las mujeres tienen el doble de probabilidades de ser diagnosticadas con un trastorno de depresión en comparación a los hombres, esto puede deberse a varios factores, biológicos, hereditarios y circunstanciales. 

Los casos de mujeres cuyo diagnóstico ha indicado depresiones generalizadas, son bastantes. Fátima, es una de ellas. Fue diagnosticada con depresión este año. Menciona que recibir la noticia fue un balde de agua fría, muy fría. Y la primera pregunta en su mente era: “¿Qué va a pensar la gente de mí?”, “Van a decir que estoy loca”. 

Actualmente se estigmatiza a las personas diagnosticadas con algún trastorno, comentarios como “Ya se te va a pasar”, “Estás demente”, “No aguantas nada”, “Necesitas buscar de Dios”, “Eso te pasa por…”, entre otros, son comunes en una sociedad fracturada y donde la salud mental no es una prioridad. 

Honduras no cuenta con datos estadísticos nacionales sobre la población diagnosticada con trastornos mentales, pero se estima que el 50% padece alguna enfermedad mental. Esta cifra puede ir en aumento y sumado a esto se halla la carencia de la atención integral en el área de salud mental. 

Fátima tiene empleo, comenta que es complicado asistir a sus labores, estar concentrada en sus funciones cuando se está sintiendo vacía y con ganas de rendirse. No puede tomarse el día porque la depresión no es excusa para hacerlo, debe de mantenerse de pie, sin tambalearse, aunque sienta que el mundo se le viene encima.

Desde su diagnóstico, se encuentra esperando cita para iniciar con un proceso psiquiátrico y psicoterapéutico, la espera se ha vuelto muy larga y siente que los días pasan más lentos; ha perdido el apetito, no puede conciliar el sueño, está cansada física y mentalmente. 

El país hondureño solo cuenta con dos hospitales públicos que atienden problemas de salud mental; esos mismos no dan abasto para la demanda existente. Y desde hace más de cinco años el abastecimiento de medicamentos ha sido insuficiente. 

Fátima no solo lidia con una enfermedad mental, si no con la precarización del sistema de salud público en el país que vive. 

La salud mental es un derecho fundamental, por lo que el Estado tiene la obligación de garantizar la atención, prevención y promoción. Debe de ofrecer servicios de calidad y satisfacer las necesidades de la población que se encuentra diagnosticada con un trastorno mental. 

Lamentablemente, así como Fátima existen muchas otras personas que se encuentran en situaciones similares y nuestro deber es exigir una atención integral, una correcta garantía de medicamentos y abastecimiento de personal especializado en salud mental en los hospitales públicos y privados.

 Nos falta alguien en la mesa 

 Nos falta alguien en la mesa 

Por Arturo Gutarra

¿Dónde está papá? El Censo 2017 realizado por el instituto nacional de estadística e informática (INEI) reveló la existencia de 765 mil 246 hogares de madres y padres criando solos a sus hijos. En la actualidad se sigue reportando más casos tal como las historias de tres adolescentes que día a día llevan consigo mismos la interrogante de dónde podría estar su padre o madre.

“Cuento y solo espero día tras día, pintando calendarios, preparando mi alcancía para ese día en el que finalmente estés aquí, que mami llora y no comprendo qué le impide ser feliz”.

 PrimoBeatz

La Antígona entrevistó a dos adolescentes quienes sus padres se encuentran ausentes por motivos laborales, abandono, entre otros motivos. Cabe mencionar que nuestros entrevistados se dan a conocer en forma anónima ya que son menores de edad y cuentan con la autorización debida. Los testimonios presentados en este reportaje son verídicos corroborados por el periodista quien pudo conocer sus casos. 

A sus 16 años, Avie recuerda la partida de su padre con rumbo a Chile; según nos cuenta, la decisión de ir a otro país fue por motivos de brindar un futuro mejor para ella y sus hermanos. A pesar de todo la comunicación que permiten las conversaciones por teléfono, al consultarle sobre las actividades escolares como el día del padre, Avie comenta que las realiza sola o con ayuda de su madre.

“La verdad no ha sido muy fácil acostumbrarme, ya que fue algo repentino, siempre tuve la presencia de mi papá, tal vez no emocionalmente pero siempre estaba ahí para mí, me cuesta aceptar que estoy creciendo toda mi adolescencia sin mi papá presente”, relata.

En aquel mes de octubre del 2020, cuando los casos de covid-19 estaban descendiendo, Avie recuerda lo duro que fue al ver a su padre con unas maletas listo para dejar el hogar, este momentos fue uno de los más difíciles para la adolescente

“Recuerdo que estuvo llorando y me dijo que haría muchas cosas por mi, que se iba por nuestro bien y por qué quería un buen futuro para mí.pero hasta el día de hoy ya va un año que no me envía mi pensión alimenticia”, narró. 

Por otro lado, la ausencia de muchos padres no solo se da por temas de trabajo. En una entrevista realizada a un docente de secundaria a quién llamaremos Emmanuel, relata que decidió abandonar a la madre de su primer hijo a los 16 años ya que iba a ser casado a la fuerza. Según cuenta, tomar esa decisión resultó siendo algo vergonzoso. Con el pasar del tiempo, su hijo creció y ahora lo considera como un amigo.  

“Pasaron muchos años y mi hijo ya era grande. Cuando nos reuníamos a jugar fútbol nos tratábamos como amigos y en algunos casos me decía papá. Ahora que pasó el día del padre no me llamó para saludarme, pero le doy la razón y entiendo lo que pasó” comentó para La Antígona. 

Si bien es cierto que en el último censo se reportó una alta demanda de madres que crían a los hijos sin la otra figura paterna, también existen madres que por alguna razón dejan a los pequeños junto al padre. Para el adolescente de 14 años llamado Sebastian esta situación fue significante en su vida pues cuenta lo extraño que se sintió cuando su madre decidió partir hacia la capital a buscar un futuro mejor.

“Lo observe todo por la ventana desde mi tercer piso. Un día antes había escuchado gritos de mis padres y pues al día siguiente veo a mi mamá bajando de la casa y subiendo a un taxi que le estaba esperando, pensé que se iba a comprar o alguna cosa pero de repente empecé a notar su ausencia al igual que mis hermanos”, comentó. 

Sebastian recuerda que cuando llegó a enamorarse por primera vez intentó buscar una figura materna para comentarle lo ocurrido;sin embargo, no la halló pues aún tenía los recuerdos de su madre y fue duro darse cuenta que en la mesa no se encontraba su madre. Su familia no había notado que el rencor crecía en el adolescente. 

“Empecé a sentir odio por el hecho de dejarnos de lado, hablamos muy poco y en casa ya no se le nombraba. Mi padre tomó la custodia de nosotros pero sin una madre al costado fue difícil crecer, al menos para mí”, indicó. 

Estos eventos hicieron que ambos adolescentes crecieran con la falta de un padre o una madre, generando algunos problemas psicológicos. La psicóloga Jennyfer Ruiz Lopez precisó que las afectaciones se deben no solamente a una ausencia física (abandono o muerte de alguna de las partes) sino también al sentimiento de ausencia (negligencia, rechazo o maltrato), ausencia de afecto, atención y cuidados necesarios para el niño o adolescente. 

En los pequeños se puede evidenciar problemas de conducta, temor a ser abandonado, baja autoestima, bajo rendimiento académico, entre otras señales. También perjudica su estabilidad emocional teniendo en cuenta que la familia es considerada el principal agente socializador de los niños y niñas, el lugar donde aprenden sobre el buen trato, valores, normas y límites. Estos factores se ven alterados debido a la ausencia de los mismos. 

En el caso de los adolescentes, la especialista en salud mental indicó que siempre es recomendable ser observadores de su comportamiento, acercarse a ellos y ofrecerles a que se expresen con total libertad. 

“Hay que darles la posibilidad de desahogarse, dado que es una edad crítica, si nosotros queremos incentivar el diálogo, debemos aprender a escuchar asertivamente, de tal manera que cuando los mismos se expresen sientan confianza y no se sientan juzgados y sobre todo, brindarle el apoyo necesario a nivel emocional”, precisó.