Mujeres y gastronomía: el quiebre del deber y la búsqueda del placer 

Mujeres y gastronomía: el quiebre del deber y la búsqueda del placer 

Por Brenda Villalba

En febrero del presente año se anunció la llegada de uno de los concursos y realitys shows gastronómicos más reconocidos internacionalmente a Bolivia: Master Chef. Esta competencia de cocina se inició y se emitió por primera vez en Reino Unido a cargo de Franc Roddam en 2009. Actualmente es producido en más de 40 países.

Tal noticia dio paso a una de las principales interrogantes en el contexto actual: ¿cuál es la situación actual de las mujeres chefs en la alta cocina?. Uno de los principales retos en relación a la mujer y la comida se origina desde el rol de cocinera doméstica, que se encuentra implantado desde el sistema patriarcal y machista históricamente: relegaban a las labores de la cocina a las mujeres. Pero, si se trata de la profesionalización en el rubro de las artes culinarias, este se volvió un espacio de reconocimiento para hombres originalmente, mientras que la relación de la comida con las mujeres siguió significando una labor de casa.

La gastronomía tomó importancia como una disciplina en el siglo XIX, al implantarse la cocina de autor. A partir de esto se experimentó una relación entre el cocinero y el héroe, donde no se incluye a la figura de la mujer, porque no encaja con el estereotipo de héroe. Es decir que el único que podía narrar y ser el protagonista era el hombre, por lo tanto “postular a una cocinera como autora y como heroína conlleva un doble obstáculo (…) que distinguen a la noción occidental de la autoría.”, explica Julieta Flores.

Las mujeres tenían gran dificultad a la hora de poder especializarse como profesionales en el rubro de la gastronomía, primeramente desde el impedimento en las academias, hasta el rol impuesto sobre la mujer como ama de casa, cuidadora, cocinera doméstica por naturaleza. 

La autobiografía y la escritura de recetas tanto en la literatura como en el ámbito de la gastronomía lograron que las mujeres se expresaran y  narraran mediante cartas, relatos, notas, etc. Este soporte literario junto con muchos otros tomó visibilización  a partir de grupos feministas y del movimiento en sí. Ellos cuestionaron lo que es “aceptado” tomando en cuenta producciones como cartas, diarios, autobiografías, novelas rosas y libros de cocina.

La relación de la comida con las mujeres, no fue estudiada hasta después por los grupos feministas, porque originalmente la cocina representaba un espacio de represión, donde la mujer se encontraba completamente relegada. Posteriormente se empezarían a preguntar y ver como un espacio donde se puede reestructurar y conformar una forma de resistencia y expresión. De esta manera se referían a la cocina como un placer y no un deber.

En la actualidad y en el contexto boliviano, existen reconocimientos en torno a la gastronomía. El 2018 El chef boliviano Mauricio López recibió un reconocimiento por el periódico digital alnavio.com,  “El medio de comunicación, especializado en empresarios, figuras del poder y emprendedores latinoamericanos y españoles, incluyó al creativo nacional en una lista de los diez mejores profesionales del área en el continente”, remarca Pagina Siete. En 2021 Marsia Taha recibió el premio a Chef Femenina Revelación de América Latina. En el mismo año Camila Lechín también recibió un reconocimiento entre las 50 mejores chef mujeres de Latinoamérica por la revista Fine Dining Lovers. Aunque en ambas categorías se sigue especificando el género. 

La Antígona realizó una entrevista a tres Chefs de Bolivia para conocer su perspectiva al respecto. Anahí Reyes Antequera, presidenta de la Asociación de Chefs de La Paz. Emma Rivera, vicepresidenta de la Asociación de Chefs de La Paz y Melvy Ledezma, docente del Instituto Iván Canelas.

¿Cómo percibe la situación de las mujeres dentro de la gastronomía?

Anahí Reyes Antequera: la gastronomía es un boom. Hay mucha gente, que además ya ha empezado a aceptar dentro de sus cocinas en cargos jerárquicos a las mujeres. Ya no se nota tanto esa brecha. Esto era un poco antes, donde además prácticamente casi en la mayoría de las cocinas es un 80% ocupado por las mujeres. El puesto de liderazgo lo tenían los varones, pero ahora no, ya no están.

Emma Rivera: yo creo que como en todas las áreas, la gastronomía ha evolucionado. Antes la mujer participaba en la gastronomía solamente de manera doméstica. Actualmente su rol es también profesional. Antes los chefs, los jefes de cocina eran siempre varones. Eso ha cambiado completamente y a través de esta historia, a través del tiempo.

¿Cuál ha sido su experiencia dentro de la academia y a lo largo del desempeño en el área de gastronomía?

Emma Rivera: los docentes en la universidad sí enfocan aquello, aquel jefe generalmente tenía que ser varón. Hace más de 20 años eso era lo que se veía en las cocinas profesionales. El varón era quien comandaba, quién era la cabeza del equipo. (…) Yo he entrado a trabajar directamente de jefa y siempre mi trabajo ha sido muy valorado por la gente que consume mis preparaciones.

Anahí Reyes Antequera: desde que he empezado a trabajar en gastronomía he sido una líder, digamos, dentro de mi cocina. Por experiencia de otras amigas, compañeras y colegas, sí hubo siempre esta (diferencia), mucho más en lugares jerárquicos, como hoteles de 5 estrellas, restaurantes que sean de mucho más categoría. Siempre se ha notado esta diferencia entre el cocinero varón y la cocinera mujer, pese a que la mayor parte del trabajo dentro de la gastronomía lo ha hecho la mujer. Entonces se sufría de discriminación, acoso, etc. El hombre tranquilamente puede pasarse horas fuera de la casa y del trabajo, y es por eso inclusive que se los toma de líderes. La mujer tiene que retornar a la casa, tiene responsabilidades en la casa, el trabajo. El levantar ollas pesadas, de los mismos insumos y demás, las han puesto siempre en un segundo plano. Pero ahora ya no hay esa diferencia.

¿Cómo es la relación con su equipo de trabajo? Y ¿Cuál es la relación entre ellos (hombres y mujeres)?

Emma Rivera: he visto, en mi equipo, que el cocinero tenía dos ayudantes: un varón y una mujer. Él tenía al inicio una actitud favorecedora al varón. (…) “(Ella) no puede”, “(ella) todavía no sabe” ese tipo de expresiones por ejemplo, y más dirigidas hacia la fuerza. Usted sabe que en la cocina hay que levantar pesos. Sí he visto algún comentario de que es mejor ayudante el varón que la mujer y he corregido.

Anahí Reyes Antequera: yo he contratado a un primer cocinero dentro de mi cocina. (…) Tengo como experiencia de que él me decía “deme la muestra”. Él quería que todo lo demuestre primero yo, que lo podía hacer. Le decía: “Yo soy la gastrónoma, yo soy la jefa, yo manejo” pero él, siendo mi subalterno inclusive, quería que yo haga todas las muestras, que yo le enseñe todo o lo guíe al comienzo. Pero, él debería haber liderado la cocina porque lo contraté para eso.

¿Cuál ha sido su principal obstáculo?

Emma Rivera: no consideran muchos un trabajo (la gastronomía) permanente, sino de paso mientras se están formando en otra cosa.

Anahí Reyes Antequera: la discriminación que se vivía en ese en ese momento, al ser un oficio de segunda clase, era más un trabajo realizado por gente que había venido del campo. (…) Una cocina era como el patio trasero de cualquier casa. (…) Esa falta de valoración de tantos amigos, familiares y clientes ha sido una tarea difícil de superar, muy dura.

Melvy Ledezma Orellana: la disminución de la brecha de género dentro de la disciplina, si bien he tenido contacto con diferentes micromachismos en la cocina profesional, como el subestimar sus capacidades o intentar encasillarme dentro de la docencia de repostería, esto ha ido desapareciendo a través de los años.

Sí, podemos marcar el cambio que existe dentro del campo de la gastronomía, en relación a la inclusión de género en la cocina profesional. Sin embargo, estos espacios siguen siendo retadores para las mujeres en diferentes niveles, relaciones, vivencias y experiencias.

Tiza en las calles: haciendo frente al acoso callejero

Tiza en las calles: haciendo frente al acoso callejero

Por Jennifer Velásquez

El acoso callejero es un tipo de violencia que afecta en su mayoría a mujeres; independientemente de su edad o lugar de procedencia. Muchos esfuerzos se han realizado por visibilizar el acoso callejero, principalmente a través de investigaciones, denuncias y difusión de campañas de concientización en redes sociales. Por su parte, Chalk Back es una organización no gubernamental con más de 150 activistas jóvenes en todos los continentes que visibilizan el acoso callejero trazando testimonios con tiza en las calles. Esta organización dispone de decenas de cuentas de Instagram dirigidas por juventudes de menos de 25 años.

Catcalls en América Latina

En 2019, Nati Miranda de Buenos Aires, Argentina conoció @Catcallsofnyc a través de un amigo y le pareció una excelente idea impulsarlo en el contexto latinoamericano. Actualmente, en América Latina existen cuatro cuentas más activas. En Argentina; @Catcallsofbsas, República Dominicana; @CatcallsofDR, Guatemala; @catcallsofgt y Brasil; @catcallsofsaopaulo. Las cuentas están lideradas por jóvenes activistas que se encuentran comprometidas con visibilizar el acoso y la violencia de género hacia las mujeres y comunidad LGBTIQA+ a través del artivismo.

Foto: @catcallsofbsas

El mundo a través del Internet ha permitido que las cuentas de Catcalls se viralicen y, de algún modo, que sean la inspiración para poder crear una. Tal fue el caso de Guatemala y Brasil.  Melani Coyoy, cofundadora de @catcallsofgt, buscando el hashtag #acosocallejero en redes sociales, encontró la cuenta de República Dominicana y, de ese modo, se inspiró con otras amigas para crear la de Guatemala. De igual manera, Natan Carmelo, cofundador de la cuenta en Brasil, se inspiró por la cuenta de @catcallsofnyc que vio en TikTok. 

“Me inspiró para hacer lo mismo. Siempre quise involucrarme en algún tipo de activismo, y esto era algo que podía hacer para que mi voz se escuchara”, señala Natan Carmelo, Brasil.

Cada equipo de cada país, tiene la libertad de manejar la cuenta de la manera que mejor se adapte a su contexto y sus necesidades. Las cuentas están conformadas hasta por seis integrantes; sin embargo, todas las cuentas tienen las puertas abiertas para que más miembxs se sumen al movimiento.

Cuentas como @catcallsofdr de República Dominicana, además de salir a las calles a trazar testimonios con tiza, también han abordado el tema del acoso callejero a través talleres abiertos al público como “Desnormalicemos el Acoso Sexual Callejero”, un festival llamado  “La Igualdad Transforma la Ciudad” en noviembre del 2021 y mediante la constante creación de contenido para Instagram y TikTok.


Por su parte, @catcallsofbsas de Argentina visibiliza y pone el tema del acoso callejero y la violencia de género en las calles y en las redes sociales a través de la creación de contenido con perspectiva de género. Asimismo, se pronuncian en las calles visibilizando otras problemáticas a través de la tiza. @catcallsofbsas se pronunció para el Mes del Orgullo LGBTIQA+ y también han realizado intervenciones relacionadas a las desaparecidos y desaparecidas que dejó la dictadura militar en Argentina.

Las cuentas más recientes son las de Guatemala y Brasil. @Catcallsofgt traza testimonios de acoso callejero y también se pronuncia frente a casos coyunturales de impacto social con intervenciones con tiza, como una muestra de solidaridad y creatividad a las luchas sociales. Y @catcallsofsaopaulo de Brasil usa la tiza para pronunciar su descontento frente al régimen político del país, así como para trazar los testimonios de acoso.

Foto: Catcallsofsaopaulo

Foto: Jennifer Velásquez

Retos del activismo joven

Las y les activistas de las cuentas de América Latina y El Caribe se enfrentan con diversos contextos y, por ende, pintar las calles con tiza o pronunciarse ante la violencia de género puede representar algunos retos. 

La criminalización del activismo, temas de presupuesto, tiempo para organizarse y salir a las calles a pintar, establecer contactos con otras entidades para descentralizar el tema del acoso y obtener más alcance, son algunos de los desafíos que las integrantes han nombrado. 

Para Natan Carmelo, cofundador de @catcallsofsaopaulo, uno de los retos más grandes fue cuando la policía le amenazó y le indicó que no podía estar pintando las calles con tiza, pero relata que la restricción se basaba en intereses particulares del personal policial. “Nunca estuve en peligro real, pero la gente ha tratado de discutir conmigo sobre el mensaje que estaba enviando. Trato de no discutir, pero todavía tengo que escucharlos decir cosas terribles. Es especialmente malo cuando alguien con poder no está de acuerdo”.

Por su parte, Mélany Velásquez, cofundadora de la cuenta en Guatemala, nos cuenta que en el contexto de su país, existen solo ciertas voces e instituciones socialmente aceptadas para hablar de acoso callejero, como también otro reto es salir a las calles como un grupo pequeño de mujeres jóvenes. “A veces, somos tres integrantes del grupo que salimos a escribir los testimonios a la calle y debemos de ser muy precavidas, tener listo un plan B, ir de ropa y tenis cómodos por si algo sale mal y debemos correr, es como si estuviéramos haciendo algo malo, cuando no es así”, expresa.

Rosalia Piña, cofundadora de @catcallsofdr, señala que pronunciarse a favor de la interrupción del embarazo ha representado un reto a nivel de colaboraciones y relaciones públicas. Además, que en ocasiones han recibido comentarios sobre si la tiza es dañina para el medio ambiente, como también comentarios que aluden a que la labor que realizan es vandalismo. “Les gusta la iniciativa, lo ven muy innovador, nos han preguntado por el medio ambiente y si es vandalismo, pero les indicamos que es totalmente sostenible y que se borra al paso de los días, que no hemos tenido un mayor inconveniente”.

2022 para Catcalls en América Latina

En República Dominicana, este año se planea relanzar la campaña “Sí es para tanto”, que empezó durante el 2021 en la segunda edición del festival “La Igualdad Transforma la Ciudad”, con un enfoque de discapacidades y medio ambiente, y una colaboración con una empresa de telecomunicaciones.

Por otro lado, Nati Miranda de Buenos Aires comenta que se avecinan discusiones más profundas sobre la participación de las mujeres y disidencias en espacios públicos, además de  lugares de poder, así como profundizar a través de Catcallsofbsas en problemáticas que están instaladas en la sociedad. 

En el caso de Guatemala, tienen presente que al estar iniciando la cuenta, aún falta mucho por aprender de los contextos, de otras colectivas y de las cuentas hermanas de América Latina. 

Más cuentas visibilizando el acoso callejero

Chalk Back tiene las puertas abiertas para que más activistas jóvenes de cualquier parte del mundo puedan sumarse en cualquier momento para visibilizar el acoso en su estado, escuela secundaria, universidad o país. A través de su página web, se proporcionan las orientaciones para poder crearla. 

“El poder de las tizas, las y les amigues, las calles, las redes de apoyo y cuidado que se crean estando en las calles son definitivamente  revolucionarias”, sentencia Mélany Velásquez de Guatemala.

Un espacio de resistencia desde la fiesta: el jueves de comadres

Un espacio de resistencia desde la fiesta: el jueves de comadres

Por Brenda Villalba

Jueves de Comadres – Mujeres.

El Jueves de Comadres es la festividad previa al carnaval. Esta tiene como principal característica la unión y la confraternización de las comadres, además de la revalorización de las costumbres y reivindicaciones feministas. 

Originalmente, esta fiesta inició en Italia en el siglo XIII, y posteriormente se trasladaría a España. Fue así que llegó a los países latinoamericanos, donde el punto de partida fue Tarija, en Bolivia. Actualmente se celebra también en Perú, Ecuador, el norte de Argentina y el norte de Chile.

En esta fecha podemos observar el sincretismo entre el mundo exterior y lo nativo, que da como resultado una fiesta mestiza/intercultural, donde se entrelazan las costumbres y creencias con diferentes características durante diferentes etapas y en diferentes regiones, que finalmente le otorgarán un toque particular y único; es decir, la festividad no será igual en Tarija como lo es en Jujuy. Sin embargo, la finalidad es la misma: reforzar los lazos de amistad de las comadres. 

Este día tiene una connotación importante mediante el contexto histórico sociocultural, sobre todo en las zonas rurales y más en Tarija, donde no solo se realizan actividades que refuerzan los lazos de amistad entre mujeres, sino también por la existencia de una estrecha relación con la trasgresión, interpelación y la ruptura del sistema patriarcal, la cual romper con el orden simbólico y jerárquico en el que estamos sometidas por el sistema hegemónico.

De acuerdo con el artículo de María Alejandra Vega y Lía Carla De Ieso: “Celebrar el Jueves de Comadres se torna un reaseguro de la vida y del cuidado de esta, desde lo vincular, en el que se entreteje el disfrute, el “estar juntos”, la colaboración, el intercambio de bienes y la reafirmación de la dignidad del grupo y de cada persona que participa”,

De esta manera, este tipo de espacios se considera como una forma de resistencia por parte de las mujeres; sin embargo, en las primeras etapas significaba la búsqueda de la continuidad de la maternidad, ya que en la época colonial, donde ocurrieron varios enfrentamientos bélicos en el área rural de Tarija, las familias de la zona se encontraban desprotegidas y en riesgo tras sufrir saqueos.

El historiador boliviano Molina Gareca, a través del medio de comunicación Verdad Con Tinta, menciona: “Esta fiesta de las mujeres estaba ubicada en el área rural, no en la ciudad de Tarija. ¿Por qué se justificaba esto? Porque, básicamente, el riesgo de quedar sin madre en esta zona era más alto”.

En este sentido, la finalidad era buscar quién podría continuar con la crianza de los hijos de la comadre si es que esta muriera, pero paralelamente se fortalecían los lazos emocionales, afectivos, de compañerismo,  de cuidados y económicos, Era una forma de ayudarse mutuamente que dio como resultado una construcción y apoyo colectivo, subjetivo y afectivo entre mujeres: “Una hermana afectiva”.

Es  con esta relación del vínculo y la alianza entre mujeres (affidamento) que se ha generado una ruptura en los patrones, roles y finalmente ha planteado un cuestionamiento colectivo-social sobre las condiciones en las que las mujeres estaban/están expuestas. Lo que se puede constatar a través de las coplas, que son cantos tradicionales de la fiesta. Estas se caracterizan desde el sentido de expresar sus experiencias, vivencias, frustraciones y dolores para compartirlos colectivamente.

“Hablamos de nuestras cosas, de nuestra vida, de nuestras penas a través de nuestro canto”, indica Josefina Aragón en el artículo El Jueves de Comadres en Tilcara: tradición y transformación en tiempos de reivindicaciones.

En estas coplas, se pueden evidenciar el vínculo de sororidad, dolor, reciprocidad  y afectividad que se genera entre las comadres. Desde este sentido, se relaciona con la consigna feminista “lo personal es político”; es decir, al compartir las experiencias, vivencias, estas ya no solo son personales, sino que toman un carácter público, colectivo, que ayuda a evidenciar las opresiones estructurales/sistémicas en la sociedad. Como se puede apreciar en la siguiente copla: “Dos hermanitas seremos, donde nos quieran matar, las docitas moriremos sin que nos vean llorar”.

María Alejandra Vega y Lía Carla De Ieso señalan: “(…) por medio de sus coplas construyen representaciones fortalecidas sobre sí mismas que generan las condiciones para constituir un horizonte de superación de las violencias que a diario confrontan en múltiples niveles”.

Como es el caso de Alicia Tellez, quien habló a través del diario El País: “Vamos a bailar todas las compañeras, últimamente nos alegramos más y ya no tenemos que pedir permiso al marido”.

En estos ejemplos, podemos ver el carácter transgresor de la fiesta, y la ruptura de imposiciones en relación al comportamiento de las mujeres, donde anteriormente se les criticaba o hasta intentaban establecer actitudes moralistas  o culpabilizantes por beber, salir de fiesta, divertirse o hasta expresarse. A través de los diferentes performances, logran establecer y celebrar la condición de mujer, cuestionando y criticando la autoridad masculina.

“(…) empezamos como amigas, nos juntábamos para ir a los bailes […] En ese momento, la mujer estaba en el pueblo tan, digamos, reducida a la casa, en el pueblo había ciertas posturas… que cuando nosotras salíamos decían que hacíamos desastres. La gente lo veía así… entonces me acuerdo que dijimos: ‘¿Por qué solo los hombres pueden hacer esto?’. Entonces empezaron las críticas: que cómo van a salir las chicas así… Y ahí nosotras dijimos: ‘¿ah, sí? Ahora sí, ¡entonces ahora nos emborrachamos más, y listo!’. Y ahí empezamos a decirnos, a llamarnos comadres, y ese año salimos por primera vez Las Comadres […].”, comenta Amancay en el artículo El Jueves de Comadres en Tilcara: tradición y transformación en tiempos de reivindicaciones.

Lo que se genera a través de estos encuentros y muchos otros que se han ido colectivizando y formando en el tiempo, dentro de las reuniones feministas o mujeres organizadas, es el encuentro que se conoce como “el cuerpo como territorio político”, frase acuñada originalmente por Dorotea Gómez. Este que es el resultado de reconocer que nos encontramos atravesadxs por diferentes vivencias que tienen implicaciones políticas y que hemos crecido con estas, se trata de reconocer, validar y desnaturalizar las experiencias con el sistema patriarcal y otro tipo de sistemas de opresiones, claramente  en relación  con una visión interseccional. Consecuentemente encontrar lo político y ponerlo en un contexto público y colectivo, genera la identificación de las otras comadres y a su vez el reconocimiento colectivo de estas vivencias.

Como lo explica Amancay en el artículo El Jueves de Comadres en Tilcara: tradición y transformación en tiempos de reivindicaciones: “(…) Lo que quedaba como síntesis, que nos juntábamos a emborracharnos, no fue tan así, porque con las chicas muchas veces se hablaba de las violencias que sufrían muchas de ellas. […] Siempre ayudando a las otras [estábamos]. Siempre. Tanto La Banda como Las Comadres surgen en un momento donde acá la mujer estaba muy oprimida. […] Tenés que tratar el tema de la violencia. Había chicas que se habían criado en un seno muy violento y que creían que eso estaba bien. Que habían visto que el padre le pegaba a la madre y para ellas estaba bien que el novio las faje. Pero también había chicas que nunca habían visto a su papá pegando a su mamá y eso te daba pie para decirles: ‘Mirá, hay otra cosa, ¡esto no es normal!’. Y a través del brindis, del poder compartir, te vas soltando. Vas pudiendo hablar. Y compartir solo con mujeres es maravilloso. Podés hablar de todo”.

CONTEXTO TARIJA

La fiesta, originalmente en Tarija, tenía un aspecto más íntimo, se realizaba entre familiares, y amigos cercanos; sin embargo, a través del tiempo tomó un rumbo más público. El festival comienza desde temprano, cuando una de las comadres va a la casa de la otra y lleva una canasta, la cual contiene albahaca, uvas, choclo y ají. Luego, se la cubre con una pañoleta. Posteriormente, se añaden dulces, globos, pepinos y duraznos y finalmente se decora con serpentina multicolor. Si una comadre entrega la canasta, al año siguiente la otra comadre deberá darle otra canasta.

Y empieza la fiesta con el retumbar de los cohetillos: las risas no faltan, beben chicha y se reúnen todas las comadres. Salen a las calles con sus ropas típicas para finalmente reunirse en la plaza Luis de Fuentes, lugar de concentración donde se organizan y empieza la fiesta con grupos musicales. Entre risas, juegos y alegrías se encuentran festejando las comadres.

CONTEXTO ACTUAL

Tarija.

Después de que la festividad se instalara principalmente en las áreas rurales, no pasaron sino años para que se recuperara en el área urbana. Si bien la actividad no conserva la esencia original y tradicional como en el área rural de Tarija, aún existe la principal característica que tiene mucha importancia en el contexto actual: la hermandad colectiva.

No es que se realicen rituales ni actos simbólicos, sino que fueron reemplazados por reuniones en lugares públicos, los llamados “boliches”, espacios culturales, artísticos, entre otros. Sin embargo, el encuentro, el reencuentro, reconocimiento, los lazos de amistad, el afecto colectivo, la reciprocidad, la ayuda mutua y, sobre todo, la trasgresión siguen presentes en esta festividad a través de la fiesta, la alegría, el compartir y el disfrutar. Actualmente, el festival, junto al de Compadres, fue declarado Patrimonio Cultural en Bolivia. El Jueves de Comadres es un espacio que nos recuerda la importancia de la lucha colectiva.

Trujillo a través de sus letras: inician caminatas literarias

Trujillo a través de sus letras: inician caminatas literarias

Por Diandra García

Mapas literarios de Trujillo. Fotografía de Lizeth Agüero Villacorta. Ex Libris.

El proyecto Ex Libris –ganador de un estímulo económico del Ministerio de Cultura (MINCUL)– organiza recorridos literarios en la ciudad, que la convierten en el escenario de personajes históricos, como María Sandoval. ¿Qué historias viven detrás de las caminatas de los trujillanos?

Es viernes 18 de febrero. Cae la tarde gris en Trujillo, una ciudad, por lo común, amarilla. En la Fundación del Banco de la Nación, Érika Caballero Liñán –historiadora– presenta el primer mapa literario de la ciudad. “La propuesta de Ex Libris es vincular la zona con sus historias, reconociendo cómo la literatura la atraviesa de cuadra a cuadra”, afirma.

El resultado del proyecto es una cartografía de tamaño A2, que recoge puntos históricos de la localidad. Durante la presentación, Érika Caballero anuncia que se publicarán más rutas citadinas. Este es, apenas, el primero de la serie.

“Haremos recorridos de mujeres también. Esta vez, con el literario, vamos a empezar con María Sandoval”, comenta emocionada. Con este dato, da un salto hasta el 25 de febrero, día en que se realiza la primera caminata literaria de Trujillo.

Caminatas literarias: el Trujillo de María Sandoval

En Lima, la Casa de la Literatura Peruana organizó “He vuelto a despertar en Lima” durante 2020, un trayecto que recorría espacios importantes para escritoras mujeres de las décadas de los 80 y 90

En Trujillo, sin embargo, el panorama era diferente. No solo no se había formalizado ningún recorrido literario hasta la fecha, tampoco lo había hecho la participación de muchas mujeres en la literatura. Luis Paliza Sánchez –compañero de Érika Caballero en Ex Libris– lo menciona al comenzar la guía. 

Toda la información en la Página Oficial de Facebook de Ex Libris Truxillo

“[En La Bohemia], hay registro de sus nombres, no apellidos. Es más, se dice que asistían por un tema de afinidad, por el gusto de oír a sus amigos poetas, no porque ellas escribieran… Esta es la crítica que hacemos al Grupo Norte. Las mujeres escribían”.

La Bohemia de Trujillo fue un movimiento cultural que tuvo mayor impacto entre 1910 y 1920. Es recordado por incluir personalidades como las de César Vallejo o Víctor Raúl Haya de la Torre. Sin embargo, como Luis Paliza sostiene, también formaron a mujeres escritoras que no fueron registradas.

Entre ellas, está María Sandoval, quien vivió en el barrio de Santa Ana y frecuentó las reuniones de La Bohemia. Aunque sus escritos fueron recopilados por Teodoro Rivero Ayllón, no han sido muy difundidos. Por eso, Ex Libris inicia el camino de Trujillo a través de sus letras con un texto de su diario. 

Trujillo, 18 de febrero de 1915:

He salido sola a la caída de este sol de febrero, a pasear por el óvalo. Es la barriada extrema de la ciudad donde comienza el campo. Me siento bajo los sauces, en la umbría de este camino que mira hacia el poniente. En lo lejano, surgen las torres de la iglesia del pueblo. Hacia allá está Mansiche, con sus chozas pajizas, sus huertos y sus largos tapiales. Hacia allá va la huella de mis pasos, por ahí deambula aún mi alma de colegiala…

(Fragmento del diario de María Sandoval)

A la izquierda, María Sandoval, escritora trujillana. Hasta la actualidad, la gran calidad literaria de sus escritos es eclipsada por su relación con César Vallejo.

Próximas rutas para Trujillo

Ex Libris seguirá produciendo cartografías alrededor de distintos hitos de la localidad. Por ahora, las caminatas literarias se divulgan en sus redes sociales (Instagram y Facebook) con horarios de fines de semana. Se avecinan próximas rutas para la población trujillana, que es peregrina de más historias por contar.

Wendy Sulca se une con mujeres organizadas de Lima Norte y Lima Sur para impulsar campaña Cambiemos el Ritmo

Wendy Sulca se une con mujeres organizadas de Lima Norte y Lima Sur para impulsar campaña Cambiemos el Ritmo

La cantante e influencer se reunió con lideresas y autoridades para generar conciencia sobre la importancia de cambiar la normalización de la violencia contra las mujeres.

FOTO: Pedro Dinos Chauca

Wendy Sulca se une junto a mujeres organizadas de Lima Norte y Lima Sur, las organizaciones de sociedad civil FOVIDA, DEMUS y Alternativa para presentar la campaña “Cambiemos el Ritmo” por vidas libres de violencia.  Cuyo objetivo es promover que la sociedad cuestione y modifique las creencias conservadoras/machistas que normalizan la violencia hacia las mujeres.

Según la abogada feminista y directora de DEMUS, Cynthia Silva, el contexto actual es preocupante, no hay data desagregada que nos informe cuántas mujeres y niñas son víctimas de violencia en Lima Sur y Lima Norte. “La gravedad de esto es que no se pueden crear políticas públicas aterrizadas y específicas que puedan tener un impacto positivo en nuestras localidades”, enfatiza. 

Ante ello, “Cambiemos el Ritmo” Por vidas libres de violencia, recoge las demandas de mujeres de Lima Sur y Norte. “Es una construcción conjunta, participativa con cada una de las representantes”- señala Aurora Ríos, representante de FOVIDA- “significa el llamado a la acción para cambiar la tolerancia que existe hacia la violencia”, la cual normalizamos y justificamos. Según el estudio hecho por la Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales (ENARES-2019), el 58.9% de la población tolera o justifica la violencia hacia las mujeres. Esto afecta su proyecto de vida y su derecho a una vida libre de violencia.

Amalia Nicoll, Coordinadora del Consorcio FOVIDA-Alternativa-DEMUS, remarcó en los recursos y la responsabilidad que tiene el Estado para garantizar la implementación de políticas y programas en contra de la violencia hacia las mujeres. Por su parte, el MIMP en su participación como ente rector reafirmó su compromiso con la prevención primaria y los esfuerzos en mejorar los servicios de atención.

Luz Medina, representante de la Red Interdistrital de Mujeres de Lima Metropolitana contra la violencia de género, hizo incapié en el deber del Estado en cumplir con todas las recomendaciones que acaba de emitir el Comite para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Asimismo, señaló que es necesario que la Política Nacional de Igualdad de Género cuente con presupuesto específico.

De mujeres para mujeres

Es así que la campaña “Cambiemos el Ritmo” Por vidas libres de violencia, desarrollará contenidos y actividades en espacios mediáticos, digitales y públicos a fin de informar, sensibilizar y llamar a la acción para cambiar esta problemática. 

“Las mujeres por años hemos tolerado la violencia dentro y fuera de nuestros hogares, afectando nuestro bienestar, el de nuestras hijas e hijos. La evidencia de ello son las cifras mencionadas. Eso no va más. Es momento de que cambiemos el ritmo de esta realidad”, recalcó Bertha Jáuregui, miembro del Colectivo de Concertación de Género de VES. 

El fin de la jornada lo puso la cantante e influencer Wendy Sulca, quien puso a bailar y cantar a las asistentes con su tema “Mi reclamo” y, además, reafirmó su compromiso con la lucha contra la violencia hacia las mujeres, actuar y cuestionar los prejuicios y creencias que sostienen dicha violencia. 

La campaña realizada gracias al apoyo de Fundación Adsis y la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo, resalta que no solo en el #8M, sino siempre, necesitamos reflexionar y actuar ante la violencia basada en género. Las mujeres organizadas seguiremos vigilando y demandando al Estado, garantizar el derecho de todas las mujeres a vivir libres de violencia de género. Como parte de sociedad civil, hacemos un llamado para que todos, todas, todes y las autoridades “Cambiemos el Ritmo” por vidas libres de violencia.

Síguelos en la web: https://www.demus.org.pe  / https://fovida.org.pe   / http://www.alter.pe  /

Cambiemos el ritmo por vidas libres de violencia. VIDEO: FOVIDA

Mujeres migrantes en el norte del Perú: vulnerables ante las mafias y autoridades

Mujeres migrantes en el norte del Perú: vulnerables ante las mafias y autoridades

En las regiones del Perú, mujeres migrantes sufren violencia. Cada vez son más los casos de organizaciones dedicadas al rapto de mujeres quienes migran hacia nuestro país para buscar un futuro mejor, sin imaginar toparse con una realidad distinta. 

El estado de emergencia en la capital del Perú no ha detenido la violencia. El pasado 19 de febrero, se reportó la muerte de dos mujeres ecuatorianas en manos de mafias conformadas por una banda dedicada al proxenetismo que cobra cupos en Cercado de Lima. Luego de tres días, dos trabajadoras sexuales fueron heridas de bala al negarse a pagar a extorsionadores en El Agustino. El panorama, lamentablemente, no es distinto en las regiones, donde también se han reportado casos de grandes organizaciones dedicadas al rapto de mujeres migrantes.

Organizaciones «fantasmas» en Perú

Estos casos también se están repitiendo en varios departamentos, como es el caso de La Libertad. Las avenidas Miraflores y Túpac Amaru son zonas en las que mujeres migrantes son obligadas a prestar servicios sexuales. Al consultar con los vecinos del lugar, estos indicaron que existe una mafia extranjera dedicada al proxenetismo que se aprovechan de las necesidades de las mujeres por laborar. Tales hechos se han observado al costado del cementerio general de Miraflores.

Avenida Miraflores con Avenida Túpac Amaru, Trujillo.

 “Hablar de estos temas es jugar con el bienestar de nuestra familia, solo le podemos indicar que un auto de lunas polarizadas pasa a menudo observando cómo va el trabajo, o estar alerta por si los serenos vienen a retirarlas del lugar”, manifestó una vecina.

Ante el malestar de los vecinos de El Molino, cada fin de semana la Municipalidad realiza operativos en los que sanciona a locales nocturnos, discotecas, bares y hoteles que funcionan sin licencia, así como a las trabajadoras sexuales. Sin embargo, los líderes de estas organizaciones no son castigados.

¿ERA NECESARIA LA AGRESIÓN?

En un operativo inopinado organizado por la Comuna Provincial de Trujillo, encabezado por las autoridades provinciales y acompañado de las rondas urbanas, recorrieron las avenidas principales en las que se evidencia el proxenetismo. En una transmisión en vivo innecesaria del fan page de la Municipalidad, se pudo observar que las rondas retienen a las mujeres para violentarlas físicamente.

MÁS DENUNCIAS EN CONTRA DE LA TRATA DE PERSONAS

En septiembre del año pasado, una joven se acercó a  la comisaría de Buenos Aires – Trujillo a imponer una denuncia, en la que confesó ser víctima de explotación sexual junto a un grupo de amigas. Identificaron que los agresores son tres sujetos, los cuales conformarían la organización criminal  “Los Chamos de Monserrate”.

La policía realizó una investigación para capturar a los malhechores. Con el pasar del tiempo,  efectivos policiales del área de Trata de Personas de la División de Investigación Criminal de Trujillo, en coordinación con un representante del Ministerio Público, capturaron a estas personas en una vivienda ubicada en la urbanización Monserrate. En aquel lugar, se encontraban un aproximado de cinco mujeres migrantes. Al momento de la captura y la revisión domiciliaria, encontraron una pistola marca Glock abastecida de 14 cartuchos.

Este 26 de febrero, trabajadoras sexuales se movilizaron por el Centro de Lima exigiendo mayor seguridad ante la ola de crímenes que viene afectándolas. Las altas autoridades de la Policía Nacional del Perú realizan investigaciones para acabar de raíz con las mafias dedicadas al proxenetismo.